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sábado, 10 de septiembre de 2016

“Religión Digital ha sido la web que más daño ha infligido a la Iglesia Católica” (Infovaticana)



El sacerdote Fortea y Religión Digital

El padre José Antonio Fortea llevaba años publicando un blog en Religión Digital, hasta que hace pocos días su rostro, característico, desapareció de la portada de la web RD.

INFOVATICANA ha querido conocer del Padre Fortea las razones de su marcha, y las explica de la siguiente manera:

Después de nueve años alojando mi blog en Religión Digital, el 14 de agosto tuve que llamar a su director José Manuel Vidal para decirle que lo retirara de su web. Yo era bien consciente de que la línea de esa web era incompatible con la fe de la Iglesia Católica y con los mínimos lazos que deben unir a un católico con sus pastores.

Mucha gente se preguntaba ya hace mucho tiempo qué era necesario que ocurriera para que Fortea saliera de ese lugar en el que la blasfemia y la irreverencia campan a sus anchas.

Mantuve mi blog, Dios lo sabe, por la única razón de que los lectores de Religión Digital tuvieran otra versión distinta de las cosas que se afirman día tras día en tal web. En conciencia, y a pesar de lo mucho que se me criticó, lo hice por esa razón y sólo por esa.

Pero la gota que colmó totalmente el vaso fue el artículo que José Manuel Vidal escribió contra mi obispo. Uno de los artículos más deleznables que he leído nunca. Ese mismo día llamé por teléfono al director para decirle que sacara mi blog de su web. Era lógico esperar que si atacaba a mi obispo, uno de sus presbíteros se marchara.

Se refiere al artículo infame que el excura López Vidal escribió para atacar a los obispos madrileños que firmaron la carta contra la totalitaria ley Cifuentes:

Religión Digital lleva durante años jugando al doble juego de atacar la fe de la Iglesia Católica y de dar la impresión de que los obispos y el Papa les apoyan. Ojalá que los obispos de España, algún día, hicieran un comunicado en el que dejen cristalinamente claro el verdadero carácter de esa web. Jamás me hubiera yo opuesto a que Religión Digital informase de las malas noticias eclesiales y de los escándalos. Pero lo que ellos han hecho todos estos años ha sido atacar a la fe de la Iglesia con la excusa de estar dando noticias.

Religión Digital, sin ninguna duda, ha sido la web, en lengua española, que más daño ha infligido a la Iglesia Católica. Conozco a muchos periodistas que no creen en la Iglesia. Si tienen que dar una noticia la dan y ya está. Pero la táctica de Religión Digital ha sido mucho más astuta: hacerse pasar por católico, pero promocionar todo ataque contra su moral, dogmas y magisterio.

La táctica ha consistido en crucificar mediáticamente a todo obispo que fuera contrario a sus ideas de como debe ser la Iglesia, y después afirmar que ellos estaban con el Papa, por el Papa y siempre con el Papa. La campaña contra el obispo Munilla fue especialmente bochornosa. La más vergonzosa de todas.

Si un obispo afirma exactamente lo mismo que el Papa, palabra por palabra, lo atacan sin piedad: ¡no está en sintonía con el Santo Padre!, fanático, inquisidor, etc. Y después de poner por los suelos a ese obispo: ¡nosotros estamos con el Papa!

Ha llegado el momento no sólo de que los obispos defiendan la doctrina, sino de ir directamente a la cabeza de donde sale el veneno, y afirmar con rotundidad que ésa es una web que ataca los dogmas, niega la moral de la Iglesia y hace todo lo posible por separar a los fieles de sus pastores.

Es necesario hacer tal cosa, porque esa web se ha esmerado mucho en reproducir todas las cartas y pastorales del episcopado del mundo entero y de otros mundos si fuera posible. Su afición a mendigar legitimidad eclesial roza lo vergonzoso. Pero, triste es decirlo, ha dado resultado.

Es necesario denunciar tal contradicción, porque resulta inaceptable que asociaciones católicas y órdenes religiosas con su propaganda sostengan una web que se ha convertido en uno de los grandes problemas de la Iglesia. Aunque, eso sí, me gustaría conocer las cuentas de esa web. Porque muchos tenemos la sospecha de que es la propaganda pagada del Padre Ángel de Mensajeros de la Paz la que sostiene ese nido de heterodoxia. Mientras el padre Ángel les apoye, mucho me temo que vamos a tener Religión Digital para rato.

Insisto, todos respetamos la libertad de expresión de un periodista para atacar la fe de la Iglesia. Yo siempre defenderé esa libertad. Pero, a nivel eclesial, hay que señalar la fuente envenenada. No pocas veces, me pregunto: ¿cuántos josemanueles vidales tenemos escondidos y agazapados en todos los puestos? Estar dentro de la Iglesia supone aceptar sus dogmas, su magisterio, su moral, incluso aunque uno sea un pecador. ¿Cuántos clérigos hay que, en realidad, no aceptan todos los dogmas?

A José Manuel Vidal le encanta hablar en su web de los hipócritas dentro de la Iglesia. Pero la hipocresía está en todos aquellos que trabajan para la Iglesia sin aceptar la fe de la Iglesia. Y la web que es faro y guía de esta quinta columna es Religión Digital. Señores obispos, les pido, les suplico, les ruego que, aunque sea a nivel personal, uno a uno, como declaraciones enteramente personales, vayan señalando esta fuente de aguas heterodoxas por el bien de tantos fieles que están siendo contaminados con esas ideas.

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Nota: Otro artículo de Infovaticana fue escrito en este blog relativo al mismo tema, de título: "El portal de Religión Digital no puede ser financiado por la Iglesia: ¡Es inaceptable!"

viernes, 9 de septiembre de 2016

Basta de ‘catolicismo cómodo’. La Iglesia tiene que prepararse para la persecución (Adelante la Fe)



Hay una preocupación creciente entre algunos católicos debido a que la Iglesia, al menos en su liderazgo, está viviendo en el pasado. Parece que no hay conciencia de que estamos en guerra y que los católicos necesitamos ser convocados a la sobriedad, a la creciente separación de la cultura en su conjunto, al valiente testimonio y al aumento del martirio.

Ya sobrepasó lo oscuro en nuestra cultura, pero en la mayoría de las parroquias y diócesis se sigue como siempre y es cualquier otra cosa menos la alarma sobria que es realmente necesaria en tiempos como estos.

La Escritura dice: Bendito sea Yahvé, mi piedra; que adiestra mis manos para la pelea, mis dedos para la guerra (Salmo 144 1). La preparación para la guerra – una guerra moral y espiritual, no una guerra de fuego – debe incluir una clara descripción de los errores de nuestro tiempo, y una clara y amante aplicación de la verdad al error y de la luz a la oscuridad.

Pero hay poca formación como ésta evidente en los círculos católicos de hoy, donde, en la parroquia promedio, existe una especie de atmósfera tímida y tranquila – un temor de abordar las cuestiones “polémicas” para que nadie se ofenda, o que la parroquia se perciba como “hostil”.

Sin embargo, si alguna vez hubo un tiempo para vestir prendas mansas, no es ahora.

La Iglesia de las décadas de 1970 y 1990 fue sin duda bien descrita como la era del “catolicismo beige” (un término acuñado por el obispo Robert Barron, y no a modo de halago tampoco). Aquellos de nosotros que vivimos esa época, sobre todo en la década de 1970, la recordamos como un momento en que muchos signos parroquiales llamaban a la gente a “venir y experimentar nuestra acogedora y cálida comunidad católica”. Nuestro más evidente deseo era encajar y ser considerados “normales”. Sí, los católicos éramos como todos los demás; y habíamos estado trabajando muy duro para llegar a eso, por lo menos desde la década de 1960, cuando John F. Kennedy fue elegido. Finalmente, los católicos la habían “hecho” dentro de lo considerado normal; habíamos sido aceptados por la cultura.

La arquitectura de la iglesia y los interiores se hicieron minimalistas e insulsos. La música y el lenguaje en la liturgia se convirtieron en simplones. Las procesiones marianas, las procesiones del Corpus Christi, muchas cosas del catolicismo distintivo y colorido desaparecieron. Incluso nuestros crucifijos desaparecieron, para ser reemplazados por imágenes flotantes de la “resurrección de Jesús”. Se hizo hincapié en incorporarnos, en hablar de las cosas que hicieran que la gente se sintiera cómoda, y reafirmarlos más que retarlos. Si hubiera cualquier desafío se haría en exhortaciones “seguras” como no abusar del medio ambiente o contaminar, no juzgando o siendo intolerantes, y así sucesivamente.

Una vez más, si alguna vez hubo un tiempo para vestir prendas mansas, no es ahora. Es la hora oscura de nuestra cultura post – cristiana. Y si bien podemos desear culpar a cualquier número de factores que explican el colapso, no podemos excluirnos a nosotros mismos. Nosotros, los que se supone que somos la luz del mundo, con Cristo brillando en nosotros, hemos preferido ocultar nuestra luz debajo de una cesta y mantener un perfil bajo. Las ruinas de nuestras familias y cultura son testimonio del triunfo del error y la supresión de la verdad.

Más que nunca, necesitamos cambiar hacia ser distintivos de la cultura que nos hemos negado a criticar y llamar a la reforma. Más que nunca nuestra fe necesita brillar radiante y nítidamente en nuestras iglesias y comunidades.

Y si un mundo ahora acostumbrado a una gran oscuridad llama a nuestra luz dura, que así sea. Si nuestra luz no brilla, no hay luz en absoluto. Nuestra fe católica es la única y última esperanza para este mundo. Siempre ha sido así.

En pocas palabras, es momento para que el clero se prepare y prepare al pueblo de Dios para el sacrificio. Buscar hacer un compromiso con esta cultura es ahora impensable. Nuestro único recurso es buscar lanzar los forúnculos. Y la cultura va a gritar falta. Y nosotros que hacemos la punción estaremos preparados a sufrir cada vez más. Pero tenemos que estar dispuestos a aceptar y soportar tal sufrimiento en forma creciente en los meses y años venideros.

Estamos en guerra por nuestras propias almas y las almas de las personas que amamos. Estamos en guerra por el alma de esta cultura y nación. Y como cualquier soldado, hay que entrenar para luchar bien. Debemos estudiar nuestra fe y estar más comprometidos que nunca. También hay que conocer a nuestros enemigos y sus tácticas, y tenemos que estar preparados para sufrir – e incluso perder la vida.

Tenemos que rediseñar y dar todas las oportunidades para tener claridad acerca de nuestra fe. Sermones y otros momentos de enseñanza deben resonar con una clara llamada a la conversión personal y para pelear por las almas y dejar de tratar a la ligera la pecaminosa desconsideración por la ley de Dios en nuestras familias y comunidades.

Nuestros obispos especialmente necesitan cambiar a otro modo por completo. En conjunto y en la actualidad parecen más interesados en proteger lo poco que nos queda, que en convocar al pueblo católico a la batalla. Los sacerdotes también parecen poco dispuestos a llamar a la gente para cualquier cosa difícil o incómoda. La imagen de Pedro tratando de evitar a Cristo la Cruz viene a la mente. Pedro dijo: “¡Esto nunca será para ti!” Y el Señor lo reprendió severamente diciendo que estaba pensando como lo hace el hombre, no como lo hace Dios, y estaba al servicio de Satanás.

¿Y qué hay de nosotros? La Iglesia ni siquiera parece pedir a la gente asistir a misa en un día santo si es un lunes o un sábado. Al parecer es demasiado pedir a la gente que venga a misa dos días seguidos. Si ese es el caso, ¿quién los convocará para resistir y protestar enérgicamente las leyes injustas y malas, incluso si esto significa sanciones económicas o incluso la cárcel? ¿Y el martirio de sangre? No parece muy probable que la mayoría del clero hoy aconsejaría estar preparados para tal cosa o incluso estar cerca de estar listos nosotros mismos. Los obispos o los sacerdotes que lo hacen, pueden esperar ser llamados temerarios e imprudentes en tiempos como estos, tímidos y blandos. El grito sin duda ascendería, “¡Todavía no es el momento para este tipo de cosas!”.  Pero si no es ahora, ¿cuándo?

La Escritura dice, si la trompeta diera un sonido confuso, ¿quién se prepararía para la batalla? (1 Cor 14 8). No pueden ser solamente los sacerdotes los que deben hacer esta llamada. Los padres y otros líderes tienen que hacerlo también. Sí, los padres deben preparar a sus hijos para más que una carrera. Necesitan ahora prepararlos para los días difíciles por venir – días que incluirán persecución e incluso el martirio si deciden seguir a Cristo sin ambigüedades.

¿Me equivoco? Por supuesto espero que sí. Pero ya no podemos, como Iglesia, estar de brazos cruzados y esperar que las cosas mágicamente mejoren. Como cultura, e incluso en sectores de la Iglesia, hemos sembrado el viento, y ahora estamos cosechando el torbellino.

A muchos, en estos días, les gusta criticar a la Iglesia del pasado por cualquier número de fallos. Pero me pregunto cómo recordarán a la Iglesia en nuestro tiempo los futuros miembros de la Iglesia. El columnista Joseph Sobran, se preguntó lo mismo y escribió hace más de 15 años:

[Los católicos del futuro], sin duda no nos acusarán de exceso de celo. Puede que se sorprendan por nuestra tibieza, nuestra cobardía disfrazada de tolerancia, nuestra laxitud, nuestra disposición a tolerar la herejía, el sacrilegio, la blasfemia y la inmoralidad, incluso dentro de la misma Iglesia, nuestro afán de congraciarnos con el mundo secular… (Eliminando el cristianismo, p. 268)

Sí, yo también me pregunto. Desde san Pedro hasta Constantino hubo 33 Papas. Treinta de ellos fueron martirizados y dos murieron en el exilio. Innumerables miembros del clero y laicos también fueron martirizados. Es difícil imaginar a la Iglesia en el Occidente decadente estar dispuesta a sufrir. Sin duda, nuestros hermanos en partes del mundo muchas menos ricas se están muriendo en grandes cantidades. Pero me pregunto: Después de todos estos años de “catolicismo cómodo”, ¿estaría dispuesto el feligrés promedio estadounidense o clérigo o sería capaz de soportar tal pérdida?

Es hora -ha pasado el tiempo- de rediseñar. Es hora de prepararse para persecuciones que se convertirán en más intensas cada mes y cada año. Los movimientos oscuros que marcharon bajo las banderas de la tolerancia nunca fueron en serio. Y habiendo ganado cada vez más poder, están tratando de criminalizar a cualquiera que resista su visión. No hay tolerancia para nosotros. La libertad religiosa se está erosionando, y el cumplimiento obligatorio ya está aquí. Los tribunales federales se desplazan cada vez más a los jueces seculares militantes y jueces activistas que legislan desde el estrado.

¿Cuándo, como Iglesia, vamos finalmente a decir a los burócratas que exigen que obedezcamos las leyes del mal: “No vamos a obedecer. Si nos multan no pagaremos. Si buscan confiscar nuestros edificios, tornaremos a la máxima publicidad en su contra, pero aún así no vamos a obedecer. Si nos arrestan, ¡a la cárcel vamos! Pero simplemente no obedeceremos a las leyes del mal ni cooperaremos con el mal”?

En este momento, la mayoría de nosotros apenas podemos imaginar a nuestro clero tan firme. Compromisos callados y “soluciones” llenas de incoherencias serán una grave tentación para una Iglesia mal preparada para la persecución.

Llámenme alarmista o llámenme idealista, pero espero que encontremos nuestra fuerza antes de que sea demasiado tarde. Suele ser un fiel remanente el que salva el día en el relato bíblico. Sólo rezo porque ese fiel remanente tenga fuerza. ¿Se unirán a mí también? Vamos a orar y empezar la reorganización ahora. Sólo nuestra fe inequívoca nos puede salvar a nosotros o a cualquier persona que amamos. Oren por una fe fuerte y valiente.

Tomado del National Catholic Register, con el permiso del autor.

[Traducción Rocío Salas. Artículo original]

jueves, 8 de septiembre de 2016

La mafia moral de don Mario (Christopher A. Ferrara)

El papa con el C-9
En este su tercer año, la línea central por la cual avanza el pontificado bergogliano —y la obsesión particular de Francisco— es inconfundible: dar acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias»; la famosa «propuesta Kasper» que ha estado promoviendo casi desde el primer momento de su elección. Con ese fin, Francisco inexorablemente ha formado una especie de mafia de la moral para llevar a cabo su plan

Conozcamos a algunos de sus militantes. En primera fila tenemos al arzobispo Vincenzo («el Sicario») Paglia, cabecilla del Consejo Pontificio «para la familia» —hoy un nombre ya ridículo. Fue bajo la tutela de Paglia cuando el Consejo produjo el primer programa de «educación sexual» aprobado por el Vaticano en toda su historia, un documento pontificio tan inmoral y repugnante que provocó una petición de los fieles implorando a Francisco que ordene su supresión (aunque más les valdría solicitar el patrocinio de una pila de bloques de concreto). Nótese los anteojos multicolores de Paglia, muy acordes con su solidaridad con la sodomía: «Hay en el mundo veinte o veinticinco países donde la homosexualidad es un crimen. Me gustaría que la Iglesia luchara en contra de todo eso».

Para Francisco, Paglia es la persona idónea para poner al frente de la Academia Pontificia para la Vida y el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia como gran canciller. Paglia remplaza a los titulares relativamente conservadores de esos dicasterios quienes, llevándole la contraria, defendieron las enseñanzas de Juan Pablo II y Benedicto XVI y por lo tanto entorpecían el acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias».

Paglia es un partidario abierto de la «propuesta Kasper» —o sea la propuesta Francisco— de dar acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» Durante el fingido Sínodo de la Familia, Paglia supervisó la publicación de un libro proponiendo argumentos parciales a la demolición de todas las enseñanzas establecidas —especialmente las de Juan Pablo II y Benedicto XVI— y favorables a la «senda penitencial» de Kasper. Esta última daría acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» mientras estos consideren si van a obedecer las enseñanzas de la Iglesia acerca de su contumacia en sus relaciones sexuales adúlteras.

Paglia declaró que los cargos que le ha conferido Francisco significan que este desea que «prosiga el nuevo curso que emana del Sínodo de los Obispos y de su encíclica [sic] Amoris Laetitia». ¿Y cuál es este nuevo curso? ¿Pues qué más? Dar acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias “.

El siguiente miembro de la mafia moral es monseñor Pierangelo («el Violinista») Sequeri: Mons. Sequieri es un académico liberal, y músico, a quien con frecuencia se le ve fuera de sus hábitos religiosos. Remplaza a Mons. Livio Melina como presidente del Instituto Juan Pablo II sirviendo bajo el gran canciller Paglia. Melina «defendió la enseñanza perenne de la Iglesia de que los divorciados y vueltos a casar que no cohabiten como “hermano y hermana” no deben ser admitidos a la sagrada comunión».

Melina, asimismo, insistió valerosamente que Amoris Laetitia «no cambia la disciplina de la Iglesia», y que «aún es el caso que admitir a la comunión a los divorciados “vueltos a casar” (amén de todas aquellas situaciones previstas por Familiaris Consortio 84 y Sacramentum Caritatis 29) va en contra de la disciplina de la Iglesia». Melina, naturalmente, acabó durmiendo con los peces.

Este otro miembro es el único norteamericano de la mafia moral, es más o menos un equivalente al consigliere irlandés Tom Hagan de El Padrino: el obispo Kevin («el Payaso») Farrell, de Dallas. Francisco acaba de nombrar a Farrell titular del recién creado súperdicasterio, el Consejo Pontificio para la Familia, la Vida y los Laicos, el cual absorbe y desmantela cualquier obstáculo impidiendo acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» que aún pudiese encontrarse en el Consejo Pontificio para la Familia y el Consejo Pontificio para los Laicos; ambos dejarán de existir el primero de septiembre. A pesar de que La Academia Pontificia por la Vida continuará existiendo el nombramiento de Paglia como titular eliminará cualquier traba en ese recinto, incluyendo al filósofo alemán Josef Siefert, quien publicó una crítica devastadora de Amoris Laetitia, instando a Francisco a enmendar sus errores con respecto a la fe.

Farrell, un semiconservador, apropiadamente equipado con «un sentido del humor sagaz», es el prelado «pro gay» más adecuado para este propósito. Este obispo instaló como párroco de una iglesia en Texas a un sacerdote homosexual pillado participando activamente en un sitio homosexual en línea de contenido sexual explícito. El degenerado fue retirado de su cargo gracias al clamor popular ya que Farrell, a todas luces, acepta como un hecho que se formen y ordenen sacerdotes homosexuales con reconocimiento completo de su «orientación». Citando comentarios de Francisco acerca del «respeto» por «la persona homosexual», Farrell declaró: «La Iglesia aún espera que sus sacerdotes se comprometan a una vida célibe y casta ya sean homosexuales o heterosexuales». ¡Claro, si se es un sacerdote homosexual la Iglesia «espera» el celibato! ¡Pero por lo demás, no hay problema!

La enseñanza perenne de la Iglesia que afirma que varones homosexuales no son aptos para ordenarse y no deben ser admitidos a los seminarios está sobrando. Esto hace eco de lo que Francisco ya había declarado en el contexto de las preguntas acerca del sacerdote, obviamente homosexual, que colocó al frente de su residencia (Mons. Battista Ricca fue encontrado atrapado en un ascensor con un joven que era objeto de sus atenciones): «¿Quién soy yo para juzgar?»

No debemos pasar por alto a un miembro que, aunque menor, no carece de importancia dentro de la mafia moral: Thomas («el Jetas») Rosica. Este feroz y vengativo portavoz angloparlante, agregado a la agencia de prensa del Vaticano, es un belicoso partidario de todo cuanto sea gay. Sus abogados amañaron, con la amenaza de una demanda, al editor del blog Vox Cantoris por atreverse a decir la verdad sobre este personaje. Rosica se encuentra complacido con el nombramiento de Farrell, lo ha calificado como «uno de los cambios y nombramientos de la reestructuración más significativos de su[Francisco] ministerio petrino», ya que «el obispo Farrell tiene un interés muy especial por implementar Amoris Laetitia, la emblemática exhortación apostólica del papa Francisco». En otras palabras, Farrell tiene «un interés muy especial» por encontrar la manera de conceder acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias».

Fue Rosica quien, irritado, declaró durante el Sínodo 2016: «El jubileo de la misericordia requiere un lenguaje misericordioso, particularmente cuando hablamos de personas gay u homosexuales. No debemos sentir lástima por las personas gay sino reconocerlas por lo que son, y son nuestros hijos e hijas, nuestros hermanos y hermanas». Farrell aparentemente está de acuerdo, ya que a su vez este defendió a Rosica con denuedo y «denunció “el odio de las cloacas inmundas” de la blogosfera católica» —una referencia a los blogueros laicos que conocen a Rosica por lo que es, una serpiente siseante cuya enemistad a la fe necesita ser expuesta y prohibírsele cualquier participación en puestos de autoridad en la Iglesia.

Farrell, por si acaso existe alguna duda, está absolutamente de acuerdo con el acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias». En declaraciones acerca de Amoris Laetitia poco después de su publicación afirmó: «Algunos sienten que el papa Francisco no ha hecho lo suficiente para atender las esperanzas de aquellos que se encuentran en matrimonios irregulares, mientras que otros sienten que las enseñanzas tradicionales se han puesto en entredicho. En mi opinión, refleja la llamada de Jesús a su Iglesia para que continúe su misión sanadora y salvífica».

Farrell «también alabó con calidez comentarios sobre Amoris del cardenal Christoph Schönborn de Viena, Austria, quien estuvo entre aquellos que proponían la apertura de la comunión a los divorciados y vueltos a casar durante los dos últimos Sínodos de los Obispos».

Llegamos así al próximo miembro de la mafia: el cardenal Christoph («el Comodín») Schönborn: Schönborn es el intérprete de Amoris Laetitia predilecto de Francisco, fue él el designado para declarar que la doctrina defendida por Juan Pablo II ha «evolucionado», contradiciéndose a sí misma, abriendo así el camino «en ciertos casos» (lo que quiere decir a todos eventualmente) al acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias».

Tenemos también, aunque sea de menor monta, a ese famoso oráculo de Francisco: Antonio («la Boquilla») Spadaro: El editor de Civiltà Catholica es un jesuita liberal compañero y allegado de Francisco, se le asignó la labor de anunciar que el Sínodo fraudulento de la familia «“había ya sentado los cimientos” para que los divorciados y casados por lo civil fuesen admitidos a los sacramentos», y que Amoris Laetitia «afirma, en esencia, que todos los casos no pueden quedar incluidos dentro de una norma válida general aplicable a todos por igual, siempre y sin excepción».

Se entiende, entonces, que algunos adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» pueden acceder a la sagrada Eucaristía. ¿Mas, qué casos quedaran exentos de la «norma general», de la ley natural en otras palabras?

Esta pregunta nos lleva, finalmente, al capo di tutti capi. Jorge Mario (el Misericordioso») Bergoglio, alias «el padre Bergoglio», como se refirió a sí mismo durante una conversación telefónica para autorizar la comunión a una mujer viviendo en adulterio. Francisco insiste en que aún es Jorge Mario Bergoglio, ya que renovó su pasaporte bajo ese nombre. Bajo su alias sucedáneo, «papa Francisco», don Mario ha dictado cada jugada de la mafia moral según su plan, el mismo que reafirmó en sus declaraciones a un grupo de jesuitas polacos durante su viaje a Polonia: la moralidad sexual no es blanca o negra, sino gris. ¡Todo depende de la situación! Citamos aquí comentario según el texto que don Mario autorizó al padre Spadaro publicar en Civiltà Catholica:

Quisiera agregar algo aquí. Os pido que trabajéis con los seminaristas. Ante todo, dadles lo que no han recibido de los ejercicios [de san Ignacio]. Hoy en día la Iglesia necesita crecer en su capacidad para el discernimiento espiritual. Algunos planes de formación sacerdotal corren el peligro de educar a la luz de ideas que son demasiado claras y perceptibles, y por lo tanto tienden a actuar dentro de límites y criterios rígidos impuestos a priori sin considerar las situaciones concretas: “Esto se debe hacer, eso no se debe hacer…”

Es necesario formar a los futuros sacerdotes no con ideas generales y abstractas sino con este objetivo de discernir el espíritu, para que puedan asistir a las personas en su situación concreta. Es sumamente importante entender lo siguiente: en la vida no todo es blanco y negro. ¡No! En la vida prevalecen los matices del gris. Es, entonces, necesario enseñar a discernir en este ámbito gris.

Así que, don Mario ha enviado órdenes a sus soldados de a pie: no debemos mantener ideas claras y precisas acerca de la moral sexual sino sólo las que sean confusas y vagas, las que requieran discernimiento espiritual. Todo es área gris, y en lo que se refiere al comportamiento sexual debe haber, cuando menos, cincuenta tonos de gris.

No obstante, cuando se trata de la «desigualdad» o de la pena capital don Mario requiere las distinciones más absolutas entre lo blanco y lo negro: «Esto debe ser así, aquello no debe ser». ¡Faltaba más! Por lo tanto, y esto para satisfacer la gran obsesión de don Mario, debe haber acceso a la sagrada Eucaristía a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias». ¡Mas, no sólo a estos sino también a los que cohabitan! Tal y como lo anuncia don Mario en Amoris Laetitia, por primera vez en los dos mil años de historia de la Iglesia:

Es así que ya no podemos simplemente decir que todos aquellos que se encuentran en cualquier tipo de situación “irregular” vive en un estado de pecado mortal y están exentos de la gracia salvífica. Hay algo más profundo aquí que una mera ignorancia de las normas. Un individuo puede ser consciente de las normas y a la vez serle difícil comprender «su valor intrínseco» o encontrarse en una situación concreta que le impide actuar de una manera distinta, o tomar una decisión sin cometer otro pecado.

¿Ya no es posible? ¿Desde cuándo? Pues, desde Francisco. Ha decretado que ya no es posible «simplemente» afirmar que la sagrada Eucaristía no debe ser ofrecida a adúlteros manifiestos e impenitentes en «segundas nupcias» (como su hermana) o a parejas que cohabitan (como su sobrino) porque algunos de ellos podrían estar en estado de gracia a pesar de que saben que la Iglesia enseña que lo que hacen es inmoral. ¿Quién lo hubiese dicho? ¡Pues, Francisco hombre!

¿Quiénes serán los afortunados escogidos que quedarán exentos de las normas que prohíben el adulterio y la fornicación y que hace imposible la comunión para todos aquellos que viven en el adulterio o simplemente «arrimados», sin ni siquiera un certificado de matrimonio? Eso queda para que lo averigüen los flamantes expertos entrenados en el «discernimiento espiritual» mientras navegan la vastísima «área gris» de la nueva moralidad sexual de don Mario, esa moralidad donde alguna vez hubo tanta claridad como la que existe en cualquier otra enseñanza moral de la Iglesia.

Phil Lawler afirma que Francisco ha escrito a Paglia, incluye una «lista de inquietudes» que desea que este atienda; sin embargo, «En la lista del Santo Padre brillan por su ausencia preocupaciones expresadas con declaraciones claras comparables a las de la eutanasia o los anticonceptivos que los católicos acostumbraban a recibir durante el pontificado de san Juan Pablo II». 

Lawler, considerando la abrumadora evidencia, se pregunta si «el papa Francisco se está apartando de las enseñanzas de san Juan Pablo II acerca de la familia y la vida». En otras palabras, se pregunta si Francisco se está apartando de una ortodoxia ininterrumpida. Es preocupante que un comentarista «de corriente convencional» se exprese públicamente de esa manera del Pontífice Romano. Es cierto que todo este artículo no es más que un ejercicio mordaz, mas parece ser que el actual pontificado, una pantomima cada día más desoladora, lo merece; es un pontificado que pasará a la historia como un evento anómalo y grotesco; el reinado del papa Honorio, que fue excomulgado, parece incluso benévolo comparado con el actual.

No es cosa personal. Es negocio del diablo nada más.

Christopher A. Ferrara

El inventor del Big Bang, Georges Lemaître, no es citado por los "progres" ... porque era cura (Eulogio López)

Fuente: Hispanidad

Georges Lemaître, sacerdote y científico (17 julio 1894-20 junio 1966)
Lo cuenta Religión en Libertad [en un artículo de lectura casi obligada, diría yo].  Cincuenta años sin el padre Georges Lemaître (en la imagen), el descubridor del Big Bang. Era un cura, y físico astrónomo de primer nivel, razón por la cual es poco citado como científico. Si era cura no puede ser científico, ni tan siquiera listo. Necesariamente ha de ser un imbécil.
Pero no sólo hay que silenciarle a él sino que hay que manipular su obra. No sé cuántas veces ha oído hablar del Big Bang sin que su ‘inventor’, el cura Lemaître, sea citado. Todas. Pero lo importante es que el Big Bang ha sido interpretado por todos los tontos que en el mundo han sido como la alternativa a la creación y al Creador. Es decir, que el universo se creó a sí mismo, él solito.
Los ateos son caprichosos. Siempre empiezan contándonos la película por la mitad: ya saben, una carga negativa y otra positiva -¿De dónde salieron?, ¿una concentración de la materia en un punto? ¿De dónde salió esa materia?-, etc., etc.
No su descubridor, Lemaître, era un científico y, por tanto, ni se le ocurrió hacer filosofía, mala filosofía, de su hallazgo. No se le ocurrió decir, tampoco hubiera quedado bien en un cura, queDios no había creado el mundo, que lo había creado el Big Bang.
Eso sólo se le ocurre a la progresía.
Eulogio López   

El clamor por la justicia (3) ante los políticos sin escrúpulos y ante la apostasía de la misma Iglesia

Duración 6:33 minutos

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Teresa de Calcula era decididamente muy mala, según proclaman ciertos medios civiles


Un artículo de Candela Sande, de Actuall


Teresa de Calcuta no era santa. Han decretado que si el Papa es, para los católicos, infalible en circunstancias bastante raras y en cuestiones muy específicas, nuestros opinadores lo son 24/7, un no parar de inerrancia.

Teresa de Calcuta no es que no sea santa, es que era bastante mala. Un horror, a saber qué oscuros intereses buscaba lavando las llagas purulentas de enfermos incurables tirados en las calles de Calcuta.

Yo sé que mis modernos lo harían todo como un solo hombre: dedicarían toda su vida a recoger de la calle a enfermos incurables y a niños desnutridos y desahuciados ... es sólo que eso, nos dicen, no está bienEso es un modo de retrasar la revolución social, es dar una excusa para que los gobiernos no actúen; los pobres no necesitan caridad, sino justicia.

Porque, seamos sinceros, ¿quién de nosotros, si quedamos abandonados de nuestra familia y amigos y no tenemos un duro y estamos tirados en la calle, con una enfermedad repulsiva e incurable, no preferiría quedar a merced de los amorosos cuidados de un departamento ministerial?

Cuentan que cuando la ahora santa se reunió con Juan Pablo II, el entonces Papa confesó a la fundadora una preocupación que le turbaba: “Todo el mundo habla bien de usted, madre”. Al mundo le parecería un piropo. A mí misma me encantaría que me dijeran eso. Pero en boca del Santo Padre era algo parecido a un reproche, y con razón.

Es de las cosas más difíciles de digerir, y no será porque no se haya insistido en este punto: si el mundo -en el sentido teológico- habla unánimemente bien de uno, algo está haciendo mal, al menos si es cristiano.

Tendemos a pensar que esto es una cruz adicional, algo que puede ocurrir y que debemos llevar con alegría, pero no: es una ley universal y como tal está expresada en el Evangelio.

Por eso no puedo enfurecerme -no del todo, al menos- con quienes la han puesto de vuelta y media estos días, destilando una bilis que delataba hasta qué punto la santa removía sus conciencias putrefactas, y estoy seguro de que la santa lo hubiera agradecido y les tendrá a todos ellos en sus oraciones, porque su persecución la vindica.

La permanente tentación del cristiano no es la increencia o la desesperación, sino el anhelo de negociar. Creo hablar en nombre de la mayoría cuando digo que casi siempre nos gustaría buscar un acomodo, no hacernos tan antipáticos, no ‘cantar’ tanto, transigir; llegar, en fin, a un acuerdo con el mundo -una vez más, en sentido teológico- para no caer demasiado mal ni acabar siendo el Don Contreras de la historia.

Tengo muy malas noticias a este respecto: no se puede. Los furibundos ataques a la Madre Teresa no son un lamentable incidente o un terrible malentendido, sino algo previsto y absolutamente necesario.

Teresa vivía para los que nadie quiere, que son por los que toda la modernidad dice estar obsesivamente preocupada desde un cómodo sillón, cambiando el mundo para mejor con su voto.

A la Madre Teresa se la censuraba especialmente porque, en lugar de indignarse con la pobreza y luchar por acabar con ella, se ocupaba de los pobres. Porque no veía pobreza, en fin, no trataba con un fenómeno sociológico o un problema económico, sino con personas que sufrían, en las que veía a Cristo mismo.

El pecado por el que se censuraba a la de Calcuta era el de creer, como Cristo, que “los pobres estarán siempre entre vosotros”, algo que saca de quicio a los pensadores utópicos de nuestro tiempo, que más que importarles los pobres les importa -dicen- la pobreza y se han propuesto acabar con ella creando infiernos en la tierra como el del Comunismo.

Pero las ideologías vienen y se van, los regímenes pasan, y Cristo sigue teniendo razón y nuestros intelectuales siguen errados.

Podría decirse que el abismo que la separa inevitablemente de sus críticos es que éstos, en los pobres, solo ven pobres, mientras que estoy seguro de que la Madre Teresa no vio un pobre en su vida. Ella veía personas que sufren, y en cada persona, a Cristo.

Candela Sande


NOTA: Hay un artículo excelente del padre Jorge Guadalix, de Infocatólica, titulado "La manía de los pobres a santa Teresa de Calcuta". Realmente bueno y merece la pena leerlo. También puede leerse (éste lo incluyo aquí, pero está escrito con fecha posterior) el de Luis Fernando Pérez Bustamante, director de Infocatólica, de título Madre Teresa, el secreto de su "éxito" 

martes, 6 de septiembre de 2016

Hitchens, abogado del Diablo de santa Teresa de Calcuta, un indocumentado consumido por el odio (ELENTIR)



Ante la canonización de la Madre Teresa, medios como El Paísla BBCla Agencia EfePúblico y The Washington Post han dirigido duras críticas contra ella apelando a su abogado del diablo
Calumnió a la Madre Teresa equiparándola con los nazis
Popularmente se conoce como abogado del diablo a la persona a la que la Iglesia invita a hacer las veces de fiscal en los procesos de beatificación y de canonización. Durante el proceso de beatificación de la Madre Teresa, el Vaticano invitó a hacer ese papel al periodista angloestadounidense Christopher Hitchens, ateo y abortista militante y conocido por dirigir contra la santa artículos incendiarios en los que dejaba en evidencia un odio furibundo contra la Madre Teresa, su obra, sus creencias y su Iglesia. 
En 1994 Hitchens le dedicó a la santa un documental titulado “En ángel del infierno” en el que la equiparaba con los responsables de los campos de exterminio nazis. El reportaje, hecho en un tono puramente panfletario, sin aportar documentación que probase sus graves acusaciones y cuyo hilo conductor eran las propias opiniones de Hitchens sobre la misionera, arremetía contra la santa por su defensa del derecho a la vida de los niños por nacer. Es una paradoja que se compare a alguien con unos exterminadores, y al mismo tiempo se le critique por oponerse al exterminio de seres humanos inocentes e indefensos
Un panfleto irrespetuoso tratado como si fuese un libro documentado
En 1995 Hitchens dedicó un libro a atacar a la Madre Teresa. Lo tituló “The Missionary Position” (La Posición del Misionero, haciendo referencia, con muy mal gusto, a una conocida postura para practicar el sexo). El libro era, en realidad, un panfleto dedicado a lanzar opiniones hostiles contra la santa, sin fundamentarlas de ninguna forma, lo mismo que ya había hecho con su documental del año anterior. 
Un sociólogo católico estadounidense, Bill Donohue, comentó que esa obra de Hitchens es“un libro de 98 páginas sin notas al pie, sin notas al final, sin bibliografía, ninguna atribución en absoluto, tan sólo 98 páginas de opinión sin fundamentar.” A pesar de ello, muchos medios hostiles a la Iglesia Católica siguen citando ese libro como si en realidad se tratase de un compendio de documentación probatoria de un supuesto lado oscuro de la santa.
Hitchens consideraba ‘un héroe’ al asesino comunista Che Guevara
Al mismo tiempo que denostaba a la Madre Teresa, el periodista angloestadounidense tenía una miras ideológicas de lo más siniestras. El 11 de julio de 2004 Hitchens declaró al diario británico The Guardian que se consideraba “un marxista, no avergonzado, no enderezado, pero reflexivo”Esa misma publicación recogía unas polémicas opiniones del periodista angloestadounidense acerca de uno de los instauradores de la dictadura comunista cubana. 
Y es que sobre el Che Guevara, Hitchens afirmaba: “Era un modelo a seguir”, que “hizo lo que los revolucionarios estaban destinados a hacer – luchar y morir por sus creencias.” “Él pertenece más a la tradición romántica que a la revolucionaria”, apuntaba. “Cuando uno piensa en Che como un héroe, es más en términos de Byron que de Marx.” Hay que recordar que el 11 de diciembre de 1964, y en un discurso que está grabado,ese personaje al que él llamaba “héroe” dijo lo siguiente ante la ONU:
“Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando.“ (Che Guevara)
El periodista cubano Luis Ortega atribuye al Che 1.897 asesinatos por motivos políticosentre los que incluso había niños. El propio Che Guevara escribió en 1967 estas escalofriantes líneas:
El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.”
Elogió a Lenin por su brutal persecución contra los cristianos
Pero el Che no es el único asesino al que veneraba el citado periodista. En 2005 escribió lo siguiente sobre el primer dictador comunista de la URSS: Uno de los grandes logros de Lenin, en mi opinión, es la creación de una Rusia secular. El poder de la Iglesia ortodoxa rusa, que era un laberinto absoluto de atraso y mal y superstición, es probable que nunca se recupere de lo que hizo con él.
Ese “lo que hizo él” podría haberlo desarrollado diciendo que en los siete años de dictadura de Lenin fueron asesinadas más de un millón de personas por motivos políticos, entre ellas miles de sacerdotes y religiosos que fueron torturados por la Cheka, la policía política comunista, con los métodos más crueles y atroces.
El propio Lenin aprobó el asesinato de 50.000 prisioneros y civiles “blancos” en la Guerra Civil rusa, a finales de 1920. A estas cifras hay que añadir la hambruna de 1921-22, que afectó a unos 27 millones de personas, y mató a entre 3 y 5 millonesHambre que según Lenin tenía “numerosas consecuencias positivas”, pues “destruye no solamente la fe en el Zar, también en Dios”. ¿Sería éste el secularismo leninista que elogiaba Hitchens?
¿Es un demérito que te ataque un admirador de asesinos comunistas?
Lo más llamativo es que, a día de hoy, insisto, haya medios -como los citados- que siguen apelando a este personaje para arremeter contra una mujer que se desvivió por ayudar a los más pobres, a los enfermos y a los moribundosNinguno de esos medios parece haber reflexionado si acaso era un demérito para la Madre Teresa recibir furibundos ataques de un admirador del Che y de Lenin. 
Al final da la impresión, una vez más, de que si eres católico da igual que dediques tu vida a ayudar a los demás, porque merecerás la condena de los mismos medios que son incapaces de dedicar ni una sola crítica a los citados criminales comunistas.
ELENTIR

El Vídeo del Papa - 9 (Septiembre 2016) Para una sociedad más humana – (Comentado por José Martí)


Duración 1:23 minutos

La humanidad vive una crisis que no es solamente económica y financiera ...
... también es ecológica, educativa, moral, humana.

Cuando hablamos de crisis hablamos de peligros ... pero también de oportunidades.

¿Cuál es la oportunidad? : La de ser solidarios.

Venid, ayudadme. Para que cada uno contribuya al bien común y a la construcción de una sociedad que ponga al centro la persona humana.

Éste es el noveno mensaje del Papa (nos quedan dos más: octubre y noviembre)

En ninguno de sus mensajes ha dejado ver la cruz, que mantiene escondida.
Y en este mensaje concreto considera que la crisis que estamos atravesando es una oportunidad para ser solidarios. El objetivo es la construcción de una sociedad cuyo centro sea la persona humana.

Hasta aquí el Papa. Este mensaje podría haberlo dicho cualquier político, pues todos hablan de solidaridad y del bien común y de la persona humana.

El Papa es el representante de Cristo en la Tierra. No es el representante de la humanidad. Y su mensaje se dirige a los cristianos ... o eso sería la propio.

Sin embargo, la realidad es que habla para todos los hombres del planeta, como si sus palabras tuviesen que ser aceptadas por todos, simplemente porque él las ha dicho, siendo así que son millones las personas que no tienen fe y que no lo consideran su representante (caso de ateos, agnósticos, etc...) o incluso que luchan abiertamente contra el Cristianismo (caso de los musulmanes, judíos, etc... por no hablar de los comunistas y de los masones, por poner tan solo algunos ejemplos)

Se trata de un mensaje sólo para este mundo. No aparece en él ningún vestigio de sobrenaturalidad, comenzando por el hecho patente de no mostrar abiertamente la cruz, "como" avergonzándose de ser cristiano. ¿Por qué actúa así? No lo sé, pero se trata de un hecho. No hay más que ver la imagen.

Seamos claros y vayamos al fondo de los hechos. Y nos encontraremos con que la enorme e inmensa crisis que atraviesa la humanidad es, en realidad, la consecuencia de una opción que ha tomado: la del rechazo de Dios, encarnado en la Persona de Jesucristo.

La solución no se encuentra en ser solidarios con los demás, lo que -sin duda- está bien ... sino en amarlos. Mas que de solidaridad, que es el lenguaje que usan los políticos, habría que hablar de caridad y de amor verdadero.

Pero esto último es imposible si no hay una razón convincente para ello. Y esa razón se encuentra sólo en Jesucristo que "me amó y se entregó a Sí mismo por mí" (Gal 2, 20).  Esta realidad del amor de Dios, manifestada en Jesucristo, da sentido a toda la existencia humana. Pero los hombres no creen en ese Amor; es más: lo rechazan abiertamente.

Rechazando el Amor no nos queda más que el odio y el propio interés. Cada uno va a lo suyo. ¿Cómo se puede hablar de poner en el centro de todo a la persona humana ... cuando, además, el concepto de persona ha sido degradado?.

El caso más claro -y que clama al cielo- es el del aborto,  es decir, el del asesinato de los seres más indefensos e inocentes que existen, pues el mundo de hoy, por puro egoísmo y soberbia,  no considera como personas a los niños que se encuentran en estado de desarrollo en el vientre de su madre.

El centro es Dios ... sólo, única y exclusivamente Dios. Y Dios encarnado en Jesucristo: "Ningún otro Nombre se nos ha dado bajo el cielo por el que podamos salvarnos" (Hech 4, 12).

Fue la venida de Dios al mundo, en Jesucristo, la que hizo posible la desaparición de la esclavitud, la verdadera idea y el verdadero valor de las personas  y la consideración de las mujeres como personas, exactamente igual que los hombres, aunque con diferentes funciones.

Es más ... la dignidad de la persona humana fue exaltada hasta el máximo precisamente en una mujer: la Virgen María. Es ella, una mujer, la única persona humana que se encuentra en cuerpo y alma en el cielo.

[Tengamos en cuenta que la Persona de Jesucristo es divina, pues es el Hijo, la segunda Persona de la Santísima Trinidad y tiene, pues, una naturaleza divina, aunque posea igualmente y por siempre, una naturaleza humana, como realmente suya, pues así la asumió al hacerse real y verdaderamente uno de nosotros, con un cuerpo como el nuestro y un alma como la nuestra, aunque ahora ese cuerpo y alma están glorificados en el Cielo, como lo está también el cuerpo y el alma de su Madre, la Virgen María]

La persona humana será considerada como tal por el resto de personas sólo en la medida en la que la humanidad se vuelva a Dios. El centro es Dios. Ésta es la verdad. No podemos poner al hombre como fundamento de todo sino a Dios, nuestro Creador y Redentor ... y entonces el hombre, todo ser humano, recobrará la dignidad que le corresponde como persona, una personalidad que, al fin y al cabo, le ha sido conferida por Dios.

Sin Dios, esta sociedad se vuelve inhumana: no deberíamos olvidarlo. Y siendo esto así -como lo es- en el mensaje del Papa [que, además,  está dirigido a los cristianos y, en concreto, a los católicos] no aparece Dios por ninguna parte. Yo esto lo encuentro muy preocupante. Da la sensación de que la Iglesia, en su "apertura" inicial hacia el mundo, no sólo no lo ha convertido, sino que ha sido fagocitada por él, adquiriendo la forma de pensar y de actuar del mundo ... y renunciando a su propia identidad.

Ante lo cual es conveniente -y necesario- que tengamos las ideas claras y vivamos vigilantes, para no dejarnos engañar por nadie. Ya nos lo advirtió, en su momento, el apóstol san Pedro: "Sed sobrios y vigilad, pues vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar" (1 Pet 5, 8)

José Martí

lunes, 5 de septiembre de 2016

Teresa de Calcuta no creía en Dios. Lo ha dicho RTVE (Eulogio López)



Ninguna exageración. Palabras textuales de RTVE, la tele que controla don Mariano Rajoy, líder de la derecha española en la crónica sobre la canonización de Teresa Calcuta (en la imagen). Ojo al dato: “La fe en Dios tampoco fue uno de sus puntos fuertes, a tenor de las cartas que escribió”.

Se refiere a unas confesiones de Teresa de Calcuta sobre ‘la noche oscura del alma’ que han sufrido todos los místicos, que sepamos. De lo demás no tenemos datos.

Es decir, que Teresa de Calcuta era una estafa viviente, un fraude que no creía en Dios y que dedicó su vida a los pobres y miserables porque no tenía otra cosa que hacer.

Y todo esto supone la idea del Nuevo Orden Mundial (NOM) que ya no persigue aniquilar a la Iglesia sino conquistarla y transformarla. De entrada, convertirla en una ONG.

Sí, es cierto, en Tele 5, que sigue el plan comecuras clásico, hablaban de las “sombras” de Teresa de Calcuta. Y cita un ejemplo clarísimo: se oponía al aborto. ¡Si sería facha la de Calcuta!

Pero a mí me parece mucho más preocupante lo de RTVE que lo de Tele 5: me preocupan más los manipuladores que los aniquiladores. Éstos producen mártires, siempre semilla de cristianos, aquéllos, los de la calumnia, confunden, y la confusión es el terreno de Satán.

Eulogio López
eulogio@hispanidad.com

Teresa de Calcuta, antítesis de las ONG (Eulogio López)



El domingo 4 de septiembre de 2016 han canonizado a Teresa de Calcuta, la monja albanesa que supone un insulto para el Nuevo Orden Mundial (NOM) y su pensamiento único, vulgarmente conocido como lo políticamente correcto.

Porque claro, el problema es que esta enana procedente de Albania y ejerciente en La India, era tan solidaria como ortodoxa. Se oculta su amistad con Juan Pablo II -el ultra polaco- o se oculta que fue una de las grandes defensoras del polémico padre Pío o de las apariciones marianas de Garabandal.

Rodeada de moribundos, llagas, pústulas y miseria, pero a Cristo Eucaristía que no le faltara de nada.

Volcada con los más miserables pero defensora acérrima del derecho a la vida y fustigadora del aborto. Especializada en atender a los contagiados al mismo tiempo que expulsaba a un cura progre que acudió a la casa central a darles una prédica y empezó a decir tonterías. Le expulsó sin contemplaciones y no volvió a entrar. Vamos, la antítesis de una ONG.

Y encima aquella asquerosa receta suya: cuatro horas diarias de oración, ocho de trabajo arrastrado. Como dijo aquella visitante en una de sus actividades en la India. “Esto no lo hago yo ni por un millón de dólares”. A lo que la madre Teresa respondió: “Yo tampoco, por un millón de dólares tampoco lo haría”.

Es decir, que la madre Teresa lo hacía por Cristo. Quería más a Cristo que a los desfavorecidos. Es lo que distingue a los caritativos de los meros solidarios, los onegeros.

¡Maldita monja, quien le mandaba romper unos prejuicios tan bien asentados! ¿Acaso no sabe que el prejuicio proporciona estabilidad?

Eulogio López
eulogio@hispanidad.com

domingo, 4 de septiembre de 2016

Santa Teresa de Calcuta, defensora de la vida humana y amante de Jesucristo (Selec. textos y comentarios: José Martí)


LA MISIONERA CATÓLICA, HOY YA SANTA, FUE UNA VALIENTE DEFENSORA DE LA VIDA (Texto tomado de Elentir)

Hoy Agnes Gonxha Bojaxhiu, más conocida como la Madre Teresa de Calcuta, sube por fin a los altares. El Papa Francisco canoniza hoy a una de las más grandes santas del siglo XX.

[La noticia aparece en todos los periódicos. Véase, por ejemplo, el ABC]


Una vida dedicada a la verdadera caridad: el amor a los demás

Hoy multitud de medios hablarán de su obra, y no me propongo hacer aquí una entrada para abarcarla, porque sería imposible. La vida de la Madre Teresa fue un canto del amor a los demás que es capaz de infundir en nosotros el amor infinito de Dios. Con cada uno de sus gestos, con cada acto de servicio a los demás, en los ambientes más pobres y necesitados del mundo, en sitios donde otros muchos nunca se habrían atrevido a entrar -como las leproserías-, nos demostró que la caridad no es solamente ayudar a los necesitados, sino también y en primer lugar amarles. Y precisamente sobre amor van las palabras de la Madre Teresa que os traigo a continuación.

Un valiente discurso ante políticos en Washington DC

El 3 de febrero de 1994 la fundadora de las Misioneras de la Caridad habló en el desayuno de Oración Nacional en Washington DC, Estados Unidos. Puedes leer el discurso entero aquí. La parte que citaré a continuación se refiere a una de las lacras que está cegando al mundo en nuestros días, una lacra que está amenazando la paz al amenazar la vida en el lugar donde ésta debería estar más protegida. Este discurso lo dijo ante una clase política que se muestra, a menudo, indiferente a este drama. La Madre Teresa nunca tuvo temor alguno a decir las cosas con valentía fuese cual fuese el auditorio. Aquel día hizo uno de los discursos más bellos, certeros y admirables que he leído en defensa del derecho a la vida:

“Hablamos del amor a los niños que es donde el amor y la paz deben comenzar. Estos son los hechos que contribuyen al rompimiento de la paz. Pero siento que el mayor destructor de la paz hoy en día es el aborto, porque es la guerra contra los niños, el asesinato directo de los inocentes, asesinato de la madre en contra de si misma.

Si nosotros aceptamos que una Madre asesine a su propio hijo, ¿cómo entonces podemos decirle a otros que no se maten entre sí? ¿Cómo podemos convencer a una mujer de no tener un aborto? Como en todo, debemos persuadirla con amor y recordamos que amar significa dar hasta que duela. Jesús dio hasta su vida por amarnos. Así es que, la madre, que esté pensando en tener un aborto, debe ser ayudada a amar, o sea dar hasta que le duelan sus planes, o su tiempo libre, para que respete la vida de su hijo. El padre de ese niño, quien quiera que sea, debe dar también hasta que le duela. Con el aborto, la Madre no aprende a amar, sino a matar hasta su propio hijo para resolver sus problemas.

Y con el aborto, al padre se le dice que no tiene que tener responsabilidad alguna por el niño que ha traído a la vida. El padre es capaz de poner a otras mujeres en la misma circunstancia. Por lo tanto el aborto solo lleva a más abortos. Cualquier país que acepte el aborto, no le enseña a su gente a amar, sino a utilizar violencia para recibir lo que quieran. Es por esto que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto.

Mucha gente se preocupa bastante por los niños de la India, con los niños de Africa donde muchos mueren de hambre, etc. Mucha gente también se preocupan por toda la violencia en esta gran nación de los Estados Unidos. Preocuparse por esto es bueno. Pero casi siempre a esta misma gente no les interesan los millones que, intencionalmente, están siendo asesinados por decisión de sus propias madres. Y este es el mayor destructor de la paz hoy en día: el aborto cegó a la gente.

Y por esto yo apelo en la India y en cualquier lugar – “traigamos de regreso a los niños.” El niño es un regalo de Dios para la familia. Cada niño está creado de manera especial a la imagen y semejanza de Dios para grandes cosas. Para amar y ser amado. En este año de la familia, debemos traer a los niños al centro de nuestro cuidado y atención. Esta es la única manera en la que este mundo podrá sobrevivir, porque nuestros hijos son la única esperanza para el futuro. Cuando los ancianos son llamados a donde Dios, solo sus hijos los pueden reemplazar.”

ELENTIR
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Y les dijo más aún: Por favor, no asesinen a los niños. Yo quiero a los niños. Por favor entréguenme los niños. Yo estoy dispuesta a aceptar a cualquier niño que lo hayan querido abortar y se lo entregaré a una pareja casada que lo amará y serán amados por ese niño.

Y finalizó su discurso así: Desde aquí, un aviso de cuidar a los más débiles y a los no nacidos, debe salir hacia el mundo.

Desgraciadamente, no le han hecho mucho caso.

De todos modos, yo haría especial hincapié en un hecho, del que se habla muy poco o nada en los medios de "comunicación" (¿?) y es que fue su inmenso amor a Jesucristo lo que llevó a la Madre Teresa de Calcuta a hacer todo cuanto hizo por los pobres de este mundo


Sí, ésa y no otra, fue la única razón, la razón más poderosa, para llevar a cabo la misión que Dios había pensado para ella. Este amor a Dios, encarnado en Jesucristo, fue el que la llevó a entregar su vida por completo en favor de los pobres y de los humildes, de los más indefensos ... porque en ellos veía a Jesús crucificado y muerto para librarnos de la mayor de las miserias, que es el pecado.

Véase, si no, el siguiente vídeo. Según Superiora de Misioneras de la Caridad, Madre Teresa sólo vivió para consolar a Cristo.

Duración 3:08 minutos


José Martí

Añado a continuación parte de un texto, tomado de un artículo de Infocatólica, del padre Iraburu, en donde se pone de manifiesto esta última afirmación que hago. Dice lo siguiente:

La devoción de Santa Teresa de Calcuta a Cristo en la Eucaristía es, sin duda, en ella, y también en sus hijas, las Misioneras de la Caridad, uno de los rasgos principales de su fisonomía espiritual

El padre Edward Le Joly, que las atendió durante muchos años, lo testimonia con fuerza en su biografía, de la que reproduzco algunos fragmentos (La Madre Teresa, Palabra, Madrid 1994, 4ª ed., 141-143).
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Un periodista le preguntó a la Madre Teresa: “¿Qué es lo más importante, a su juicio, en la formación de las monjas?”. Respondió ella: "Lo más importante es que tengan un amor hondo, personal, al Santísimo Sacramento, de tal forma que encuentren a Jesús en la Eucaristía. Así podrán encontrarle también en el prójimo y servirle en los pobres" (…)

En la Eucaristía está la Víctima del Sacrificio al que se incorporan las Hermanas, el Alimento que las sostiene y les da la fortaleza necesaria para llevar a cabo su labor apostólica, la Sagrada Presencia a la cual acuden para ofrecerle consuelo y amor y recibir inspiración y aliento.

La Madre insiste en la importancia de hacer la oración ante el Santísimo Sacramento, de ser fieles a la hora de la adoración vespertina. Ella acompaña a todos los visitantes a visitar la capilla y les invita a saludar al Dueño de la casa. Se regocija cuando se entera de que los grupos de sus Colaboradores organizan horas de adoración ante el Sagrario …

Las Hermanas pasan horas al día lejos de su convento, trabajando, mucho tiempo viajando o caminando por las calles, así que deben aprender a dialogar con el Señor en cualquier circunstancia y a encontrarle en cualquier parte. Hablando a las que van a profesar, siempre les insiste en la presencia de Dios. Enseguida lo comprenden y se dan cuenta de que está presente en su alma y ese descubrimiento convierte su oración en algo personal, íntimo, habitual.

Quien ama a Jesús, practica los dos mandamientos: amor a Dios y al prójimo. Las Hermanas, por vocación divina, están llamadas al amor, a un amor total e incluso heroico. Descubren la presencia de Dios, que las conduce a El. Con amor y respeto, le sirven en el prójimo, curando las llagas de Cristo en los sufrimientos de sus hermanos y hermanas. (...)

José María Iraburu


La homilía de la ceremonia de canonización de la madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad, puede leerse pinchando aquí.(Infovaticana) o también aquí (Infocatólica)