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Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
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viernes, 19 de agosto de 2016
jueves, 18 de agosto de 2016
El Papa de la “inclusión”: declara a extranjeras y ancianas personae non gratae en los claustros
Pero la Constitución Apostólica Vultum Dei quaerere (VDQ), sobre la “vida contemplativa femenina,” representa un extremo nuevo y sorpresivo de esta doblez. El mismo Papa que condena como farisaica la “exclusión” y elogia como cristiana la “inclusión”, que dice rechazar “el camino de la exclusión de personas en nuestra comunidad” y defiende “el camino de la inclusión”, ha ordenado: (1) la exclusión de extranjeras en el reclutamiento de conventos de clausura, que son monasterios para mujeres; y (2) la exclusión de ancianas en la determinación de la autonomía conventual—autonomía que la misma VDQ destruye al exigir que todos los monasterios se unan a federaciones cuyo marco jurídico (incluyendo presidente y consejo) terminará inevitablemente dominando o absorbiéndolos por completo.
No tengo nada que agregar al análisis exhaustivo de Hilary White sobre esta inmensa y destructiva bomba, el último paso de la campaña bergogliana para convertir a toda la Iglesia en el equivalente de una república bananera en la que los católicos tradicionalistas viven con miedo del Papa y de sus amigotes modernistas. Aquí me concentraré en el insólito y descarado llamamiento de la VDQ a excluir a las mujeres de la vida contemplativa según su nacionalidad o su edad.
Me refiero, en primer lugar, al Art. 3, §6 de las regulaciones finales de la VDQ, el cual estipula lo siguiente:
Aunque la constitución de comunidades internacionales y multiculturales ponga de manifiesto la universalidad del carisma, hay que evitar en modo absoluto el reclutamiento de candidatas de otros países con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio. Que se elaboren criterios para asegurar que esto se cumpla.
Observen que esta cláusula no prohíbe per se el reclutamiento de novicias para asegurar la supervivencia de un monasterio, lo cual podría entenderse para evitar el reclutamiento apresurado de candidatas poco adecuadas con el fin de asegurar la continuidad. En realidad sólo prohíbe con ese propósito el reclutamiento en otros países. Es decir, el Papa de la Inclusión, el Papa que clama constantemente contra los “muros” que restringen la inmigración, ahora hace de la nacionalidad por sí sola un criterio para la exclusión en cualquier convento-monasterio del mundo.
No se dejen engañar por la frase “con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio…” En la práctica, la palabra “único” no significará nada. Simplemente facilita la prohibición del reclutamiento extranjero, al no haber impedimento para el reclutamiento doméstico “con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio.”
Ahora, ¿qué tiene que ver el país de origen con la aptitud de la candidata para el noviciado? Absolutamente nada. De hecho, el carácter internacional de las poblaciones conventuales es una tradición en la Iglesia. Por tanto, la misma VDQ—de manera típicamente Novus Ordo—debe decir que respeta aquello mismo que destruye: es decir, las “comunidades internacionales y multiculturales pon[en] de manifiesto la universalidad del carisma.”
Frente a esta desvergonzada hipocresía, el incansable defensor bergogliano Andrea Tornielli escribió el artículo titulado “Por qué Francisco exhorta contra el ‘reclutamiento’ de monjas jóvenes de países pobres.” El artículo es un clásico ejemplo de propaganda neocatólica del género Lo que el Papa Realmente Quiere Decir. Pretendiendo no notar lo que Francisco ha decretado, Tornielli escribe: “El origen de una novicia no debiera ser nunca un problema, como tampoco la existencia de comunidades internacionales y multiculturales. Pero un entrenamiento vocacional riguroso no debe ser opcional y tampoco tomar atajos.”
Cierto, el origen de una novicia no debiera ser un problema, y los conventos pueden ser y debieran ser multinacionales. Pero Francisco ha hecho que por primera vez en la historia de los conventos la nacionalidad sea un problema. Sin embargo, Tornielli querría que nosotros creamos que lo que Francisco “en verdad” quiso decir es que “un entrenamiento vocacional riguroso no debe ser opcional y tampoco tomar atajos.” Excepto que eso no es lo que dice el § 6.
La regulación no dice nada sobre el entrenamiento riguroso o la falta del mismo en las novicias; y para el caso, tampoco habla de “monjas jóvenes de países pobres.” En su lugar, simplemente declara que se prohíbe en todo el mundo el reclutamiento de otros países para el sostenimiento de un monasterio. El entrenamiento de reclutas es un asunto completamente aparte. Sobre este tema, observa Hilary White, Francisco impuso a cada monasterio una absurda condición que vale para todos, de “no menos de nueve años y no más de doce.” Ese no es un período de formación; es un desmoralizante período para desalentar las vocaciones reteniendo la gracia fortalecedora de los votos finales.
No se puede ocultar la verdad de lo que Francisco ha hecho: ha decretado la sentencia de muerte de incontables conventos de la iglesia occidental basándose únicamente en el criterio de la nacionalidad de las candidatas. Ese es el cínico poder de juego de un político eclesiástico, no de un defensor misericordioso de la “inclusión y la diversidad”.
Aún más cínico es el Art. 8 § 1, el cual profesa respetar la autonomía conventual a la vez que la socava: “A la autonomía jurídica ha de corresponder una real autonomía de vida, lo cual significa: un número aunque mínimo de hermanas, siempre que la mayoría no sea de avanzada edad…”
¿Qué tiene que ver la edad de una monja con su participación en la autonomía del convento? Obviamente nada. Aquí también el hedor de la hipocresía llega hasta las narices, dado que antes de eso la VDQ de Francisco declara: “Por otro lado, como recordaba san Benito, en la vida comunitaria es fundamental ‘venerar a los ancianos y amar a los jóvenes’….” ¿Cómo “venera” Francisco a los ancianos cuando declara que la mayoría autónoma del convento no debe estar compuesta por monjas de avanzada edad? ¿Y cómo define él “avanzada edad”? ¿Tan ancianas como él? Francisco, el Papa de la Inclusión, que profesa la veneración de los ancianos, se involucra aquí en una total discriminación en la autonomía de los conventos basándose nada más que en la edad cronológica. Francisco no es tan mayor como para gobernar la Iglesia universal con puño de acero, pero las monjas “de avanzada edad” son demasiado ancianas como para constituir una mayoría autónoma en un pequeño convento.
No se puede ocultar la verdad de lo que Francisco ha hecho: ha decretado la sentencia de muerte de incontables conventos de la iglesia occidental basándose únicamente en el criterio de la nacionalidad de las candidatas. Ese es el cínico poder de juego de un político eclesiástico, no de un defensor misericordioso de la “inclusión y la diversidad”.
Aún más cínico es el Art. 8 § 1, el cual profesa respetar la autonomía conventual a la vez que la socava: “A la autonomía jurídica ha de corresponder una real autonomía de vida, lo cual significa: un número aunque mínimo de hermanas, siempre que la mayoría no sea de avanzada edad…”
¿Qué tiene que ver la edad de una monja con su participación en la autonomía del convento? Obviamente nada. Aquí también el hedor de la hipocresía llega hasta las narices, dado que antes de eso la VDQ de Francisco declara: “Por otro lado, como recordaba san Benito, en la vida comunitaria es fundamental ‘venerar a los ancianos y amar a los jóvenes’….” ¿Cómo “venera” Francisco a los ancianos cuando declara que la mayoría autónoma del convento no debe estar compuesta por monjas de avanzada edad? ¿Y cómo define él “avanzada edad”? ¿Tan ancianas como él? Francisco, el Papa de la Inclusión, que profesa la veneración de los ancianos, se involucra aquí en una total discriminación en la autonomía de los conventos basándose nada más que en la edad cronológica. Francisco no es tan mayor como para gobernar la Iglesia universal con puño de acero, pero las monjas “de avanzada edad” son demasiado ancianas como para constituir una mayoría autónoma en un pequeño convento.
Pero hay más. El Art. 8, § 2 dispone que “Cuando no subsistan los requisitos para una real autonomía de un monasterio, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica estudiará la oportunidad de constituir una comisión ad hoc formada por el Ordinario, por la Presidente de la federación, por el Asistente federal y por la Abadesa o Priora del monasterio. En todo caso, dicha intervención tenga como fin actuar un proceso de acompañamiento para revitalizar el monasterio, o para encaminarlo hacia el cierre.”
¿Comprendieron eso? Cuando un monasterio carezca los “requisitos” para una “real autonomía” quedará sujeto a una comisión que lo “revitalizará” o lo cerrará. Y uno de los requisitos para una “real autonomía” es que la mayoría no sea de avanzada edad.
Permítanme unir los puntos: habiendo prohibido Francisco el reclutamiento de candidatas extranjeras para conservar vivo el convento—porque, después de todo, son extranjeras—significa simplemente el cierre de todo convento en el cual las monjas “de edad avanzada” constituyan una mayoría.
¿Por qué medir las palabras? VDQ demuestra una vez más, pura y simplemente, que el actual Romano Pontífice reinante es un dictador. Como en toda dictadura, la hipocresía oficial y el engaño del pueblo son esenciales para su consolidación de poder sin resistencia significativa. Y hay muchos sicofantes para ayudar al dictador a alcanzar su objetivo, defendiendo el poder plenario del Papa sobre la Iglesia (que no está en duda) mientras justifican o encubren su abuso inadmisible y continuo.
¿Nuestros remedios? Sólo estos tres: oración, protesta y petición. Porque a diferencia de una república bananera, la constitución divina de la Iglesia no admite revolución ni derrocamiento. Estamos siendo castigados con este pontificado, y debemos soportar el castigo el tiempo que Dios quiera. Sólo podemos orar para que, habiendo cumplido nuestro deber, estos días sean acortados.
Christopher A. Ferrara
¿Por qué medir las palabras? VDQ demuestra una vez más, pura y simplemente, que el actual Romano Pontífice reinante es un dictador. Como en toda dictadura, la hipocresía oficial y el engaño del pueblo son esenciales para su consolidación de poder sin resistencia significativa. Y hay muchos sicofantes para ayudar al dictador a alcanzar su objetivo, defendiendo el poder plenario del Papa sobre la Iglesia (que no está en duda) mientras justifican o encubren su abuso inadmisible y continuo.
¿Nuestros remedios? Sólo estos tres: oración, protesta y petición. Porque a diferencia de una república bananera, la constitución divina de la Iglesia no admite revolución ni derrocamiento. Estamos siendo castigados con este pontificado, y debemos soportar el castigo el tiempo que Dios quiera. Sólo podemos orar para que, habiendo cumplido nuestro deber, estos días sean acortados.
Christopher A. Ferrara
Fellay acepta y los lefebvrianos tendrán una prelatura personal (Infovaticana, 16 de agosto)
Francisco confirmó la posibilidad de que la FSSPX se constituyera en prelatura personal, al estilo del Opus Dei. Lo ha confirmado el encargado vaticano de Ecclesia Dei, Guido Pozzo. Francisco trabaja incansable para hacer realidad ese ‘Ut unum sint’.
El pasado mes de abril este portal adelantaba la posibilidad de que la Fraternidad de San Pío X, fundada por Monseñor Lefebvre, alcanzara la plena comunión con la Iglesia Católica constituyéndose en prelatura personal, al estilo de la del Opus Dei. Es la oferta que hizo el Papa, siempre y cuando los miembros de la FSSPX acepten ciertos documentos conciliares.
El Papa recibe a Fellay y sopesa ofrecer una prelatura personal a los Lefebvrianos
Al cabo de un mes, en una entrevista en La Croix, el propio Francisco confirmaba esta opción, asegurando que la posibilidad de la prelatura existe y que hay otros temas que pulir.
El Papa confirma que la prelatura personal es una opción para los lefebvristas
Hoy sabemos por Guido Pozzo, responsable de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, el organismo para el diálogo con la FSSPX, que esta oferta del Papa ha sido aceptada por Monseñor Fellay, por lo que la tan ansiada unidad está muy próxima.
Sobre el hecho de que una nueva entidad asuma la forma jurídica de prelatura personal, hasta ahora exclusiva del Opus Dei, se ha pronunciado el Opus Dei a través de Fernando Ocáriz, vicario auxiliar.
El Opus Dei se muestra favorable a la concesión de una prelatura personal a los lefebvrianos
A continuación, la entrevista a Guido Pozzo traducida por el blog Non possumus.
C&W: ¿Por qué la unión de la FSSPX a la Iglesia católica es tan importante?
Guido Pozzo: La Iglesia sufre de falta de unidad. La FSSPX se compone de 600 sacerdotes, 200 seminaristas, y otros miembros de la familia representada en 70 países. Ante tan gran realidad, no podemos simplemente cerrar los ojos.
C & W: Recientemente ha habido una aceleración en las relaciones, ¿por qué?
Pozzo: Yo no hablo de una aceleración, sino de un paciente proceso de acercamiento. El Vaticano ya no pone ningún ultimátum, en su lugar nosotros proyectamos en común ciertos pasos para llegar a la reconciliación plena. Ya con las etapas preestablecidas, el camino es más fácil de recorrer. Todavía se deben aclarar ciertas cuestiones doctrinales y canónicas. Es muy importante promover un clima de conocimiento y comprensión mutua. A este respecto, ya hay mucho progreso.
C & W: ¿Qué ha cambiado en la posición del Vaticano desde el inicio de este pontificado?
Pozzo: Se integraron nuevas perspectivas. De 2009 a 2012, un debate teológico estaba en primer plano. Había dificultades doctrinales que impidieron el reconocimiento canónico de la Fraternidad. Sin embargo, sabemos que la vida es más que la doctrina. Los tres años pasados, a la discusión teológica se añadió el deseo de conocer más concretamente la realidad de la fraternidad y entenderla.
C & W: ¿Qué se ha conseguido?
Pozzo: Antes las discusiones se llevaban a cabo en una sala de conferencias, ahora en una atmósfera fraternal confortable, incluso si la conversación es la misma. Por orden del Vaticano, los seminarios y las casas de la Fraternidad fueron visitadas por un cardenal y cuatro obispos, para hacerse una imagen más fiel. Esto no sucedía antes, y ha ayudado al acercamiento.
C & W La Fraternidad tuvo durante mucho tiempo miembros extremistas en sus filas, como Mons. Williamson que negó el holocausto. ¿Esto obstaculizó las conversaciones?
Pozzo: Mons. Richard Williamson y otros elementos extremistas y anti romanos fueron excluidos de la Fraternidad o se separaron. Esto favoreció mucho el acercamiento.
C & W: ¿Qué instrucciones le dio Francisco para las negociaciones?
Pozzo: Cuando el Papa me nombró de nuevo como Secretario de la Comisión Ecclesia Dei, me instó a dialogar con paciencia, determinación y sin prisa. Insistió particularmente en mantener relaciones personales para crear un clima de confianza.
C & W: Bergoglio conoció a la Fraternidad en Argentina. ¿Cuán crucial es este contacto personal para el Papa?
Pozzo: Ciertamente que esto es un elemento importante. Cuando él todavía era arzobispo de Buenos Aires, Francisco tuvo contactos con la Fraternidad. Él vio hasta qué punto ellos se involucran en la evangelización y el trabajo caritativo. La Fraternidad no tiene, como se pretende frecuentemente, solo un valor en cuanto a la liturgia tradicional, sino también en sustancia.
C & W: Francisco siempre ha insistido en el aspecto pastoral. ¿Es esto también la clave para un entendimiento con la Fraternidad?
Pozzo: Lo pastoral y la teología dogmática son inseparables. El estilo y la disposición concreta de Francisco ayudan a lograr la unidad entre las personas no sólo para pensar, sino también para aprender. Por supuesto, algunos gestos son importantes. Él ha permitido a los sacerdotes de la Fraternidad el escuchar las confesiones de los creyentes, recibió al Superior General de la Fraternidad, Monseñor Bernard Fellay, en audiencia privada. Sin embargo, este acercamiento no pudo haber tenido lugar sin el levantamiento de las excomuniones por Benedicto XVI en 2009 y la reanudación de las conversaciones.
C & W: ¿Por qué se ha propuesto a la FSSPX una Prelatura Personal?
Pozzo: Esta parece ser la forma canónica apropiada. Mons. Fellay ha aceptado esta proposición, aunque durante los siguientes meses hay todavía detalles que aclarar. Solamente el Opus Dei tiene esta estructura canónica, lo cual es un gran voto de confianza hacia la FSSPX. Está claro que la solución canónica implica la solución de las cuestiones doctrinales.
C & W: ¿De cuáles cuestiones de doctrina se trata?
Pozzo: Como el Papa Benedicto XVI explicó en su libro “la luz del mundo”, los obispos de la FSSPX merecieron la excomunión porque Mons. Lefebvre consagró en 1988 los obispos sin la autorización del Papa. Después de que Mons. Fellay reconociera el primado, en 2009, en nombre de los otros obispos, la excomunión fue levantada. El papa Benedicto XVI dijo categóricamente que la excomunión no tenía nada que ver con el concilio Vaticano II, sino con una violación hacia el primado.
C & W: ¿Por qué la Fraternidad todavía está en una situación canónica irregular?
Pozzo: El levantamiento de la excomunión no es lo mismo que reconocimiento canónico. Esto sólo puede tener lugar con la solución de los problemas doctrinales. Hasta que esto suceda, los sacerdotes de la Fraternidad ejercen un oficio ilegítimo.
C & W: Entonces ¿qué es lo que falta?
El núcleo de la discusión es la cuestión de en qué medida los textos del Vaticano II están en continuidad con el Magisterio constante de la Iglesia. Nosotros estamos de acuerdo con la Fraternidad en el principio de que el concilio sólo puede ser comprendido con exactitud en el contexto de la totalidad de la Tradición y del Magisterio perenne. El concilio no es un súper dogma pastoral, sino parte de la totalidad de la Tradición y el magisterio constante.
C & W: ¿Qué significa esto?
Pozzo: Esto significa que la Tradición de la Iglesia ciertamente se desarrolla, pero nunca con el propósito de innovación, que represente un contraste con lo anterior, sino como un entendimiento más profundo del depositum fidei, de la fe auténtica. Todos los documentos de la Iglesia deben ser entendidos en este sentido, incluso los del concilio. Estas condiciones, así como la obligación de la profesión de fe, el reconocimiento de los sacramentos y la primacía del papa son la base de la declaración doctrinal que se sometió a la firma de la Fraternidad. Estas son las condiciones para un católico para estar en plena comunión con la Iglesia católica.
C & W: ¿No se espera que la FSSPX reconozca todas las declaraciones del concilio, incluyendo los textos sobre el ecumenismo y diálogo interreligioso?
Pozzo: La Fraternidad profesa los dogmas definidos y las verdades católicas que fueron confirmadas en los documentos del concilio. Sin embargo, éstas deben ser aceptadas de acuerdo al grado de aceptación requerido. Las enseñanzas de la Iglesia Católica que fueron presentadas por el concilio Vaticano II y deben ser aceptadas internamente por los fieles con decisión, son por ejemplo, la doctrina de la naturaleza sacramental del ministerio episcopal o la doctrina del primado del Papa y el Colegio de los Obispos, junto con su cabeza tal como fue expuesta por la constitución dogmática Lumen Gentium y como fue interpretada por la más alta autoridad en la Nota explicativa previa.
La Fraternidad tiene dificultades con algunos aspectos del decreto Nostra Aetate sobre el diálogo interreligioso, el decreto Unitatis Redintegratio sobre el ecumenismo y la Declaración Dignitatis Humanae sobre la libertad religiosa o con cuestiones respecto a las relaciones de la Cristiandad con la modernidad. Sin embargo, estos no son dogmas o declaraciones definitivas, sino instrucciones o guía para la práctica pastoral. Acerca de estos aspectos pastorales, se puede discutir después del reconocimiento canónico, con el propósito de clarificar.
C & W: ¿Entonces el Vaticano ha bajado el nivel de exigencias?
Pozzo: No. Hemos aclarado en los años recientes, cuáles cuestiones son esenciales y qué problemas pueden abordarse más adelante. Anteriormente, se trataba de llegar a un consenso en todas las cuestiones de una sola vez, desafortunadamente sin éxito. Ahora nos preguntamos: ¿Cuáles son realmente los requisitos esenciales para ser católico? Consultando al papa, los requisitos arriba mencionados están especificados en la declaración doctrinal que se entregó a la Fraternidad.
C & W: ¿Cómo llegó el Vaticano a la idea de que los documentos del concilio deberían tener diferente peso doctrinal?
Pozzo: Ciertamente que esta no es ninguna conclusión de nuestra parte, sino que ya estaba claramente al momento del concilio. El Secretario General del Concilio, el cardenal Pericle Felici, declaró el 16 de noviembre de 1964: “el Santo Sínodo sólo establece verdades de Fe y Moral de aceptación obligatoria por la Iglesia, cuando el propio Sínodo claramente así lo determine”. Sólo cuando los padres conciliares explícitamente los clasifiquen como obligatorios, deben aceptarse como tales. El Vaticano no lo inventó, está en los archivos.
(Acá no fue posible traducir de manera segura una respuesta larga de Mons. Pozzo sobre Nostra aetate)
C & W: ¿No calificarían algunos las concesiones del Vaticano respecto a las reservas de la Fraternidad como una capitulación?
Pozzo : Discutir del ecumenismo, del diálogo interreligioso, de la relación de la Iglesia y el Estado, la libertad religiosa, no significa negar el valor de los documentos correspondientes. Es muy interesante lo que dijo Mons. Fellay en una entrevista: “Existen puntos ambiguos en este Concilio, y no nos corresponde a nosotros aclararlos. Podemos señalar el problema, pero quien tiene la autoridad para aclararlo es Roma.” Se trata de discutir la hermenéutica de estos documentos ante el fondo decisivo de la Tradición continua. La Tradición ciertamente no es ningún fósil inanimado, pero no significa que se adapte a cualquier cultura del presente.
C & W: ¿Quién garantiza que las cuestiones en disputa, después del reconocimiento canónico, no sean desechadas?
Pozzo: La Fraternidad se ha comprometido a la discusión. La continuación de esta discusión no debe dar a nadie temor, pues sólo puede ser enriquecedora para toda la Iglesia. En mis conversaciones con los representantes de la Fraternidad me he encontrado con muchos oídos abiertos, aunque al mismo tiempo hay posiciones más rígidas y escépticas.
C & W: Las negociaciones con la Fraternidad giran alrededor del correcto entendimiento del concilio Vaticano II. ¿Por qué en la Iglesia, después de 50 años, aún no hay unidad?
Pozzo: Frecuentemente es por el llamado espíritu del concilio. Éste ha cubierto hasta hoy la enseñanza propia del concilio. Éste ha causado confusión e inseguridad en la Iglesia. Numerosas declaraciones de la CDF durante los últimos 40 años muestran cuán importante es poner en evidencia el significado del concilio y su enseñanza auténtica con el fin de evitar los malentendidos y difundir errores teológicos. Una vez Benedicto XVI dijo respecto a las diferentes interpretaciones de que no hubo reconciliación o unidad incluso antes del concilio de Nicea, “sino una situación realmente caótica en la cual todos argumentaban contra todos”. Por lo tanto, no es sorprendente que se discuta hoy en día.
C &W: En el Vaticano hay críticas por la línea dogmática poco clara en este pontificado. Al mismo tiempo el reconocimiento de una Fraternidad tradicionalista es inminente. ¿No es esto contradictorio?
Pozzo: Hoy en día hay grupos ideológicos de todas clases que instrumentalizan las declaraciones del papa. Frecuentemente deforman o recortan los mensajes dirigidos a la Iglesia. En el marco de la Fraternidad hablan de discordia por el reconocimiento del concilio. En este contexto,conviene notar que una Iglesia preconciliar y una Iglesia postconciliar nunca ha existido. Son deformaciones realizadas por el espíritu de la época que no tienen nada que ver con la Tradición de la Iglesia. En un momento tan difícil de confusión y desorientación como el de hoy, la tarea de los que desean permanecer fieles a la Tradición de la Iglesia es el promover el resurgimiento de la fe cristiana y las misiones. Yo deseo que la FSSPX, cuando esté completamente integrada en la Iglesia, pueda contribuir con su apostolado misionero a reforzar la fe católica en nuestra sociedad y nuestro mundo.
GENUFLEXOS (Fray Gerundio)
Volvieron los novicios de la JMJ. Por fin. Bueno, volvieron pero no les he visto la cogulla en todo este tiempo. Han regresado tan cansados y agotados, que no hacen otra cosa que dormir. Esto es lo que traen las peregrinaciones modernas. Hay tanta intensidad espiritual en cada acto litúrgico, que el cuerpo queda reventado y exhausto. Lo mismo le ha pasado al Abad, que ha tenido un ataque de artrosis como consecuencia del bailoteo conventual que se organizó en Cracovia y al que no pudo sustraerse -según él-, porque estaban los Obispos muy bailones y no podía hacerles el feo. Total, que los frailes ancianos, llevamos un mes de agosto de cocina y estropajos, de limpieza y aseos, de atender llamadas y rezar en el Coro solitos en Maitines. Solamente vemos a los ex-peregrinos en el refectorio -porque las ganas de comer no les han desaparecido tras el místico encuentro-, y en las vísperas que rezan piadosamente entre la siesta y el sueño nocturno.
Pero los informes que traen son muy buenos. Hablan sin parar de la maravilla que hay en la Iglesia actual. No hay fronteras. Todos unidos en la alabanza del Señor. Iglesia de jóvenes, para jóvenes y joven ella misma. Se respiraba (dicen) el influjo del Espíritu que sorprende siempre con sus soplos. Se abastaba alegría. Y las eucaristías -como dicen ellos-, eran increíblemente participativas, creativas, musicales y universales. Maravillaba (siguen contando), ver tanta pluralidad eclesial en lecturas, ofrendas, preces, bailes y pompas. Incluso se podía estar en misa en bañador y en colchoneta, con slips y en camiseta, con gorra y con la tableta, con los hermanos venidos de Sudamérica y con las hermanas llegadas de Europa, con curas de Canadá y monjas de Brasil. Todos juntos como hermanos (y hermanas). Todos arrejuntados en la misma marea eclesial, dando la vida por la fe y por Jesucristo, en el campo donde pasaron la noche anterior en animada vigilia eucarística.
A mitad del enfervorecido informe, me atreví a señalar que esas misas no son Misa. Las diga el Papa o su porquero. Brilla por su ausencia todo olor a espiritualidad, profundidad y belleza litúrgica. Hay exceso de olor a oveja, estando todos congregados como borregos. Donde esté una Misa como la que celebramos nosotros -dije refiriéndome a mis colegas senectos-, no cabe esa multitud drogada por los cantos, los sacos de dormir y las camisetas empapadas en sudor.
Los ojos de misericordia comprensiva de mis novicios, trocaron de repente en rojizo-odioso. Su habitual displicencia hacia los frailes de la forma extraordinaria (como nos llaman), se escoró hacia una evidente y acalorada borrasca. Y claro, suscitó en ellos una respuesta rápida e incalculada: Al menos no hay tantas genuflexiones como en la vuestra. Menos genuflexiones y más participación fraternal.
Como estaba delante el Padre Abad, no pude responderles como me hubiera pedido la naturaleza humana. Pero les hice una observación que les dejó perplejos: No os dais cuenta de que en esas misas de Francisco, hay muchas más genuflexiones que en las tridentinas. Y ya puestos, el Pontificado de Francisco está bien repleto de genuflexiones. Y si tal como va el abad, así va la comunidad… por extensión podemos decir que hay una actitud de genuflexión total en la mayor parte de la Jerarquía Episcopal, arrimada al ascua de su Pontífice. Bien sea por convicción, por peloteo o por trepismo. O por todo a la vez.
Es posible que la artrosis de Francisco le impida arrodillarse ante la Eucaristía. Lo puedo entender, pues yo mismo soy achacoso y antañón. Pero está constantemente genuflexo ante la opinión pública que le aclama, genuflexo ante el Sanedrín de rabinos judíos a los que ama, genuflexo ante el luteranismo protestante al que admira, ante el luteranismo de los obispos católicos alemanes a los que respeta y ni se atreve a levantarles la voz (teología de rodillas, dijo una vez), genuflexo ante los poderes públicos a los que critica con la boca pequeña, pero no se atreve a hacer referencias en modo singular, concretando e individualizando.
Está genuflexo ante el Islam, al que no se digna citar como responsable de matanzas indiscriminadas de cristianos (a los que no alude ni por equivocación): no estamos en guerra de religiones, claro. Genuflexo ante las ideologías imperantes LGTB a las que no menciona ni de pasada. Y mientras algunos de sus Obispos se enfrentan a leyes inicuas -como los de Alcalá, Getafe y otros que les han apoyado-, y son públicamente denunciados y atacados, él se genuflexa (como su pupilo Osoro) y pasa por alto una vez más las referencias personales: él, tan amigo de referencias personales cuando le interesa.
Genuflexo ante artistas y actores desvergonzados (y desvergonzadas) a los que recibe para que le den el chequecito (véase Di Caprio). Genuflexo ante adúlteros convencidos y recalcitrantes, ante transexuales y ante homosexuales acompañados de su parejita. Genuflexo ante las autoridades de China, con olvido total de una iglesia y unos cristianos que llevan muriendo por defender su catolicismo, con el apoyo de sus Obispos, mucho antes de que él llegara a ser auxiliar de Buenos Aires. Genuflexo en fin, para no denunciar las misas negras organizadas en Estados Unidos o los cultos a Satanás.
Ni puedo, ni tengo tiempo, ni quiero adjuntar las referencias correspondientes para que mis novicios las busquen en internet. Están a la vista de todos en cualquier discurso y en cualquier viaje y en cualquier acción o declaración. En todo momento. Mientras tanto, la cristiandad está desgarrada. La confirmación en la fe de los hermanos, tarea eminente de Pedro, está olvidada y pisoteada. La doctrina, despreciada.
Me ha castigado el Padre Abad sin recreo durante un mes. Dice que hablo mucho, y sin pensar. Si se entera de lo que me he dejado en el tintero … me cuelga de la cogulla en la espadaña del convento. Menos mal que por la noche ha sacado Fray Malaquías una copita de licor de reserva de 1950, que él llama Licor Humani Generis, que hemos saboreado en la celda (Dios nos perdone). Este no es un licor modernista y por eso vale su peso en oro. He quedado genuflexo ante el báquico manjar. Los vinos posteriores a 1965 me sientan mal. Mi artrosis no me permite arrodillarme ante ellos.
Ni puedo, ni tengo tiempo, ni quiero adjuntar las referencias correspondientes para que mis novicios las busquen en internet. Están a la vista de todos en cualquier discurso y en cualquier viaje y en cualquier acción o declaración. En todo momento. Mientras tanto, la cristiandad está desgarrada. La confirmación en la fe de los hermanos, tarea eminente de Pedro, está olvidada y pisoteada. La doctrina, despreciada.
Me ha castigado el Padre Abad sin recreo durante un mes. Dice que hablo mucho, y sin pensar. Si se entera de lo que me he dejado en el tintero … me cuelga de la cogulla en la espadaña del convento. Menos mal que por la noche ha sacado Fray Malaquías una copita de licor de reserva de 1950, que él llama Licor Humani Generis, que hemos saboreado en la celda (Dios nos perdone). Este no es un licor modernista y por eso vale su peso en oro. He quedado genuflexo ante el báquico manjar. Los vinos posteriores a 1965 me sientan mal. Mi artrosis no me permite arrodillarme ante ellos.
Fray Gerundio
miércoles, 17 de agosto de 2016
EL cardenal Müller y la FSSPX (2 de 2) (José Martí)
Yo opino de modo análogo a Chris Jackson; pero me gustaría añadir algo.
Guido Pozzo habla de la posibilidad de que la FSSPX entrara a formar parte de la Iglesia, en forma de una Prelatura personal, como la del Opus Dei; sin embargo, Müller dice exactamente todo lo contrario (¡El video no está disponible!)
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- Esto es evidente y de sentido común. Si algo es blanco no puede ser, al mismo tiempo, negro ... a menos que se caiga en el relativismo, que supone la aniquilación del ser ... y se diga: Bueno, eso es blanco para tí pero es negro para mí ... ¡En esas estamos!
De ahí que, a fuer de ser sinceros, es necesario estar con la mosca en la oreja, pues es muy fácil deslizarse por la vía del engaño.
Decía Chris Jackson más arriba que "una vez que la FSSPX sea regularizada y tenga estructura canónica bajo Roma (...) ¿no podrían Francisco, Müller o el mismo Pozzo, exigirle que acepte, bajo obediencia, el ecumenismo y la libertad religiosa?
Y, en realidad, ¿no es eso, acaso, lo que está ocurriendo con la Prelatura del Opus Dei? Como sabemos, Monseñor Mariano Fazio (argentino de 56 años) muy amigo del papa Francisco, es el nuevo Vicario General del Opus Dei, en vez de serlo Javier Echevarría, como cabía esperar: Todo ello por una sencilla razón: ... ¡el Papa es quien elige al Prelado!
- En mi opinión, no sería bueno que la FSSPX aceptase esa "burocracia" de entrar en la Iglesia Católica ... de esta manera. Pienso que gracias a ellos -y a otros como ellos- aún se sigue manteniendo el sentido fundamental de la Tradición en la Iglesia Católica ... un sentido que, desgraciadamente, ha ido desapareciendo a raíz del Concilio Vaticano II ... y que fue, precisamente, la causa de que Monseñor Lefebre fuese excomulgado (junto a los cuatro obispos que ordenó) el 2 de julio de 1988 por el papa Juan Pablo II en su carta apostólica Ecclesia Dei nº 3.
[Marcel Lefebvre falleció el 25 de marzo de 1991, durante la Semana Santa. Sus restos se hallan inhumados en el Seminario de Écône, bajo la leyenda que él mismo deseaba fuese escrita sobre su tumba: Tradidi quod et accepi ("he transmitido lo que recibí")].
La posición de la Fraternidad San Pío X ha sido siempre de obediencia y sujeción al Romano Pontífice en todo lo que es magisterio infalible, aunque resisten las orientaciones pastorales que se han realizado después del Concilio Vaticano II, cosa que por sí misma no constituye negación de ningún dogma de fe. El problema entre la Santa Sede y la Fraternidad San Pío X es, por tanto, de materia disciplinar, no dogmática. Con todo, las excomuniones a los cuatro obispos ordenados por Lefebvre sigueron en pie hasta el 24 de enero de 2009, cuando el papa Benedicto XVI les levantó la excomunión (aquí y aquí)
El 21 de noviembre de 1974, publicó un manifiesto que definió su posición:
Nos adherimos de todo corazón, con toda nuestra alma, a la Roma católica guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias al mantenimiento de esa fe, a la Roma eterna, maestra de sabiduría y de verdad.
Por el contrario, nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de éste salieron. […]
Ninguna autoridad, ni siquiera la más elevada en la Jerarquía, puede constreñirnos a abandonar o a disminuir nuestra fe católica claramente expresada y profesada por el magisterio de la Iglesia desde hace diecinueve siglos. “Si llegara a suceder - dice san Pablo- que nosotros mismos o un ángel venido del cielo os enseñara otra cosa distinta de lo que yo os he enseñado, que sea anatema” (Gál. 1, 8).
¿No es esto acaso lo que nos repite el Santo Padre hoy? Y si una cierta contradicción se manifestara en sus palabras y en sus actos así como en los actos de los dicasterios, entonces elegimos lo que siempre ha sido enseñado y hacemos oídos sordos a las novedades destructoras de la Iglesia. […]
Habiendo esta Reforma nacida del liberalismo, del modernismo, está totalmente envenenada; sale de la herejía y desemboca en la herejía, incluso si todos sus actos no son formalmente heréticos. Es pues imposible a todo católico consciente y fiel adoptar esta Reforma y someterse a ella de cualquier manera que sea.
La única actitud de fidelidad a la Iglesia y a la doctrina católica, para nuestra salvación, es el rechazo categórico a aceptar la Reforma. Es por ello que sin ninguna rebelión, ninguna amargura, ningún resentimiento, proseguimos nuestra obra de formación sacerdotal bajo la estrella del magisterio de siempre, persuadidos de que no podemos prestar un servicio más grande a la Santa Iglesia Católica, al Soberano Pontífice y a las generaciones futuras.
Es por ello que nos atenemos firmemente a todo lo que ha sido creído y practicado respecto a la fe, las costumbres, el culto, la enseñanza del catecismo, la formación del sacerdote, la institución de la Iglesia, por la Iglesia de siempre y codificado en los libros aparecidos antes de la influencia modernista del Concilio, esperando que la verdadera luz de la Tradición disipe las tinieblas que oscurecen el cielo de la Roma eterna. […]
Marcel Lefebvre (21 de noviembre de 1974)
(Para una mayor información pinchar aquí)
- Entre otras cosas decía Benedicto XVI en el 2009 en su carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la remisión de la excomunión de los cuatro obispos consagrados por el arzobispo Lefebre:
¿Puede dejarnos totalmente indiferentes una comunidad en la cual hay 491 sacerdotes, 215 seminaristas, 6 seminarios, 88 escuelas, 2 institutos universitarios, 117 hermanos, 164 hermanas y millares de fieles? ¿Debemos realmente dejarlos tranquilamente ir a la deriva lejos de la Iglesia? Pienso por ejemplo en los 491 sacerdotes. No podemos conocer la trama de sus motivaciones. Sin embargo, creo que no se hubieran decidido por el sacerdocio si, junto a varios elementos distorsionados y enfermos, no existiera el amor por Cristo y la voluntad de anunciarlo y, con Él, al Dios vivo. ¿Podemos simplemente excluirlos, como representantes de un grupo marginal radical, de la búsqueda de la reconciliación y de la unidad? ¿Qué será de ellos luego?
- En un comunicado del 29 de junio de 2016 del Superior General de la Fraternidad de San Pío X (Monseñor Fellay) que puede leerse pinchando aquí, se observa el gran amor a la Iglesia que poseen. Al fin y al cabo, según afirmó el cardenal Darío Castrillón Hoyos:
No se puede decir en términos correctos, exactos y precisos, que existe un cisma. Hay una actitud cismática en el hecho de consagrar obispos sin mandato pontificio. Ellos están dentro de la Iglesia. Existe únicamente el hecho de que una total, más perfecta comunión está faltando —como quedó afirmado durante la reunión con el Obispo Fellay— una comunión más plena, porque la comunión existe.
No justifico que Monseñor Lefebre hubiera dado lugar a ser excomulgado. Pero no soy quién para juzgarlo, pues "sólo Dios penetra los corazones" (Rom 8, 27). Por otra parte, lo que estaba en tela de juicio no eran verdades dogmáticas, sino algunas afirmaciones discutibles y ambiguas de algunos de los documentos del Concilio Vaticano II; en particular las relativas a la libertad religiosa, la colegialidad, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, básicamente ... asuntos, por cierto, que siguen sin estar claros.
Ahí tenemos, por ejemplo, el libro de Brunero Gherardini: "Vaticano II, una explicación pendiente" (aquí y aquí), quien decía, entre otras cosas, en su súplica al Santo Padre Benedicto XVI, incluída en el epílogo del libro:
"Parece no ya difícil sino imposible incoar la deseada hermenéutica de la continuidad si antes no se ha procedido a un atento y científico análisis de cada uno de los documentos, de su conjunto y de todos sus argumentos, de sus fuentes inmediatas y remotas, al tiempo que se sigue hablando del Concilio repitiendo su contenido o presentándolo como una novedad absoluta" (...)
"Basta una palabra suya, Beatísimo Padre, para que, siendo ella misma la Palabra, todo vuelva al cauce de la pacífica, luminosa y gozosa profesión de la única Fe en la única Iglesia" (...)
"De ese modo se podrá saber si el Vaticano II y, sobre todo, el post-Concilio (o en qué sentido y hasta qué punto) pueden interpretarse en la línea de una indiscutible continuidad, aun evolutiva, o si, por el contrario Concilio y post-Concilio resultan ajenos o incluso obstaculizan esa continuidad"
- En fin, si algo debe de quedar claro es el hecho indiscutible de que la papolatría es un grave pecado: el Papa no es Dios ... de modo que todas sus palabras no pueden ni deben de ser interpretadas como infalibles. Esta infalibilidad se da sólo cuando el Papa habla "ex cathedra" porque entonces no es su palabra sino el Espíritu Santo quien habla a través de él.
Y no digamos si, en lugar de ser Francisco quien habla, es Müller o Schönborn ... que, por cierto, parece ser que en Septiembre, Müller dejará de ser el Prefecto para la Congregación de la Fe y este cargo pasará a ocuparlo Schönborn (ver aquí y aquí): ¡Que Dios nos pille confesados!
José Martí
De ahí que, a fuer de ser sinceros, es necesario estar con la mosca en la oreja, pues es muy fácil deslizarse por la vía del engaño.
Decía Chris Jackson más arriba que "una vez que la FSSPX sea regularizada y tenga estructura canónica bajo Roma (...) ¿no podrían Francisco, Müller o el mismo Pozzo, exigirle que acepte, bajo obediencia, el ecumenismo y la libertad religiosa?
Y, en realidad, ¿no es eso, acaso, lo que está ocurriendo con la Prelatura del Opus Dei? Como sabemos, Monseñor Mariano Fazio (argentino de 56 años) muy amigo del papa Francisco, es el nuevo Vicario General del Opus Dei, en vez de serlo Javier Echevarría, como cabía esperar: Todo ello por una sencilla razón: ... ¡el Papa es quien elige al Prelado!
- En mi opinión, no sería bueno que la FSSPX aceptase esa "burocracia" de entrar en la Iglesia Católica ... de esta manera. Pienso que gracias a ellos -y a otros como ellos- aún se sigue manteniendo el sentido fundamental de la Tradición en la Iglesia Católica ... un sentido que, desgraciadamente, ha ido desapareciendo a raíz del Concilio Vaticano II ... y que fue, precisamente, la causa de que Monseñor Lefebre fuese excomulgado (junto a los cuatro obispos que ordenó) el 2 de julio de 1988 por el papa Juan Pablo II en su carta apostólica Ecclesia Dei nº 3.
La posición de la Fraternidad San Pío X ha sido siempre de obediencia y sujeción al Romano Pontífice en todo lo que es magisterio infalible, aunque resisten las orientaciones pastorales que se han realizado después del Concilio Vaticano II, cosa que por sí misma no constituye negación de ningún dogma de fe. El problema entre la Santa Sede y la Fraternidad San Pío X es, por tanto, de materia disciplinar, no dogmática. Con todo, las excomuniones a los cuatro obispos ordenados por Lefebvre sigueron en pie hasta el 24 de enero de 2009, cuando el papa Benedicto XVI les levantó la excomunión (aquí y aquí)
El 21 de noviembre de 1974, publicó un manifiesto que definió su posición:
Nos adherimos de todo corazón, con toda nuestra alma, a la Roma católica guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias al mantenimiento de esa fe, a la Roma eterna, maestra de sabiduría y de verdad.
Por el contrario, nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de éste salieron. […]
Ninguna autoridad, ni siquiera la más elevada en la Jerarquía, puede constreñirnos a abandonar o a disminuir nuestra fe católica claramente expresada y profesada por el magisterio de la Iglesia desde hace diecinueve siglos. “Si llegara a suceder - dice san Pablo- que nosotros mismos o un ángel venido del cielo os enseñara otra cosa distinta de lo que yo os he enseñado, que sea anatema” (Gál. 1, 8).
¿No es esto acaso lo que nos repite el Santo Padre hoy? Y si una cierta contradicción se manifestara en sus palabras y en sus actos así como en los actos de los dicasterios, entonces elegimos lo que siempre ha sido enseñado y hacemos oídos sordos a las novedades destructoras de la Iglesia. […]
Habiendo esta Reforma nacida del liberalismo, del modernismo, está totalmente envenenada; sale de la herejía y desemboca en la herejía, incluso si todos sus actos no son formalmente heréticos. Es pues imposible a todo católico consciente y fiel adoptar esta Reforma y someterse a ella de cualquier manera que sea.
La única actitud de fidelidad a la Iglesia y a la doctrina católica, para nuestra salvación, es el rechazo categórico a aceptar la Reforma. Es por ello que sin ninguna rebelión, ninguna amargura, ningún resentimiento, proseguimos nuestra obra de formación sacerdotal bajo la estrella del magisterio de siempre, persuadidos de que no podemos prestar un servicio más grande a la Santa Iglesia Católica, al Soberano Pontífice y a las generaciones futuras.
Es por ello que nos atenemos firmemente a todo lo que ha sido creído y practicado respecto a la fe, las costumbres, el culto, la enseñanza del catecismo, la formación del sacerdote, la institución de la Iglesia, por la Iglesia de siempre y codificado en los libros aparecidos antes de la influencia modernista del Concilio, esperando que la verdadera luz de la Tradición disipe las tinieblas que oscurecen el cielo de la Roma eterna. […]
Marcel Lefebvre (21 de noviembre de 1974)
(Para una mayor información pinchar aquí)
- Entre otras cosas decía Benedicto XVI en el 2009 en su carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la remisión de la excomunión de los cuatro obispos consagrados por el arzobispo Lefebre:
¿Puede dejarnos totalmente indiferentes una comunidad en la cual hay 491 sacerdotes, 215 seminaristas, 6 seminarios, 88 escuelas, 2 institutos universitarios, 117 hermanos, 164 hermanas y millares de fieles? ¿Debemos realmente dejarlos tranquilamente ir a la deriva lejos de la Iglesia? Pienso por ejemplo en los 491 sacerdotes. No podemos conocer la trama de sus motivaciones. Sin embargo, creo que no se hubieran decidido por el sacerdocio si, junto a varios elementos distorsionados y enfermos, no existiera el amor por Cristo y la voluntad de anunciarlo y, con Él, al Dios vivo. ¿Podemos simplemente excluirlos, como representantes de un grupo marginal radical, de la búsqueda de la reconciliación y de la unidad? ¿Qué será de ellos luego?
- En un comunicado del 29 de junio de 2016 del Superior General de la Fraternidad de San Pío X (Monseñor Fellay) que puede leerse pinchando aquí, se observa el gran amor a la Iglesia que poseen. Al fin y al cabo, según afirmó el cardenal Darío Castrillón Hoyos:
No se puede decir en términos correctos, exactos y precisos, que existe un cisma. Hay una actitud cismática en el hecho de consagrar obispos sin mandato pontificio. Ellos están dentro de la Iglesia. Existe únicamente el hecho de que una total, más perfecta comunión está faltando —como quedó afirmado durante la reunión con el Obispo Fellay— una comunión más plena, porque la comunión existe.
Si somos sinceros no podemos menos que acudir a los hechos que estamos presenciando hoy en día ... y que parece que le dan toda la razón a Monseñor Lefebre: un hombre que se expuso a ser excomulgado, como así fue ... y así murió. Todo ello sería causa de profundo sufrimiento, pero todo cuanto hizo fue guiado por el amor a Jesucristo, según puedo leer (yo no soy lefebriano, pero hago uso de la razón). Pienso que la historia (que es guiada por Dios) se encargará de poner las cosas en su sitio.
Y es que la voluntad de un Papa, por muy Papa que sea, no siempre coincide con la voluntad de Dios, aunque bien es verdad que Dios se sirve de él y permite el mal [lo permite, en razón de nuestra libertad; lógicamente no lo quiere, ni puede quererlo]. Lo cierto es que "sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios" (Rom 8, 28). Monseñor Lefebre amaba a Dios hasta el punto de jugarse su vida antes que admitir algo que sabía que podía conducir a la Iglesia a su destrucción.
Y es que la voluntad de un Papa, por muy Papa que sea, no siempre coincide con la voluntad de Dios, aunque bien es verdad que Dios se sirve de él y permite el mal [lo permite, en razón de nuestra libertad; lógicamente no lo quiere, ni puede quererlo]. Lo cierto es que "sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios" (Rom 8, 28). Monseñor Lefebre amaba a Dios hasta el punto de jugarse su vida antes que admitir algo que sabía que podía conducir a la Iglesia a su destrucción.
No justifico que Monseñor Lefebre hubiera dado lugar a ser excomulgado. Pero no soy quién para juzgarlo, pues "sólo Dios penetra los corazones" (Rom 8, 27). Por otra parte, lo que estaba en tela de juicio no eran verdades dogmáticas, sino algunas afirmaciones discutibles y ambiguas de algunos de los documentos del Concilio Vaticano II; en particular las relativas a la libertad religiosa, la colegialidad, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, básicamente ... asuntos, por cierto, que siguen sin estar claros.
Ahí tenemos, por ejemplo, el libro de Brunero Gherardini: "Vaticano II, una explicación pendiente" (aquí y aquí), quien decía, entre otras cosas, en su súplica al Santo Padre Benedicto XVI, incluída en el epílogo del libro:
"Parece no ya difícil sino imposible incoar la deseada hermenéutica de la continuidad si antes no se ha procedido a un atento y científico análisis de cada uno de los documentos, de su conjunto y de todos sus argumentos, de sus fuentes inmediatas y remotas, al tiempo que se sigue hablando del Concilio repitiendo su contenido o presentándolo como una novedad absoluta" (...)
"Basta una palabra suya, Beatísimo Padre, para que, siendo ella misma la Palabra, todo vuelva al cauce de la pacífica, luminosa y gozosa profesión de la única Fe en la única Iglesia" (...)
"De ese modo se podrá saber si el Vaticano II y, sobre todo, el post-Concilio (o en qué sentido y hasta qué punto) pueden interpretarse en la línea de una indiscutible continuidad, aun evolutiva, o si, por el contrario Concilio y post-Concilio resultan ajenos o incluso obstaculizan esa continuidad"
- En fin, si algo debe de quedar claro es el hecho indiscutible de que la papolatría es un grave pecado: el Papa no es Dios ... de modo que todas sus palabras no pueden ni deben de ser interpretadas como infalibles. Esta infalibilidad se da sólo cuando el Papa habla "ex cathedra" porque entonces no es su palabra sino el Espíritu Santo quien habla a través de él.
Y no digamos si, en lugar de ser Francisco quien habla, es Müller o Schönborn ... que, por cierto, parece ser que en Septiembre, Müller dejará de ser el Prefecto para la Congregación de la Fe y este cargo pasará a ocuparlo Schönborn (ver aquí y aquí): ¡Que Dios nos pille confesados!
José Martí
EL cardenal Müller y la FSSPX (1 de 2) (José Martí)
- Este artículo lo voy a dedicar a hacer algunas consideraciones con respecto al publicado en este mismo blog el pasado día 13 de agosto, cuyo título era: La FSSPX podría reconciliarse con Roma sin aceptar todo el Vaticano II
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Cardenal Müller, Prefecto para la Doctrina de la Fe |
El martes 24 de mayo, Edward Pentin declaró en el National Catholic Register lo siguiente:
El cardenal Gerhard Müller dijo que espera que la FSSPX, que se opuso siempre a las declaraciones del concilio Vaticano II sobre libertad religiosa y ecumenismo, “reconozca 'sin reservas' la libertad de religión como derecho humano, y una obligación para el ecumenismo.” Podemos verlo en este video:
En una entrevista de la edición de junio de la publicación alemana Herder Korrespondenz, el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe dijo que si uno “quiere ser plenamente católico, debe reconocer al Papa y al Concilio Vaticano II.”
Según la entrevista, publicada el 24 de mayo en la página web católica de Austria, Kathpress, el cardenal Müller dijo que espera que se reconozcan todas las declaraciones del Concilio que tratan esos temas. (...)
Duración: 42 segundos
Según la entrevista, publicada el 24 de mayo en la página web católica de Austria, Kathpress, el cardenal Müller dijo que espera que se reconozcan todas las declaraciones del Concilio que tratan esos temas. (...)
El cardenal Müller, cuya insistencia a la FSSPX para que acate la enseñanza del concilio es claramente más pronunciada que la del Santo Padre, dijo a Herder Korrespondenz que uno no puede rebajar el Concilio a una “sencilla cháchara pastoral” sólo porque adoptó dogmas no vinculantes.
[En otras palabras, lo que pretende el cardenal Müller es una adhesión dogmática a un Concilio meramente pastoral, como es el Concilio Vaticano II, que así fue declarado expresamente por el papa Juan XXIII, quien fue su iniciador]
El prefecto de la CDF dijo que ningún Papa ha proclamado la Resurrección de Cristo como dogma [infalible] ex cátedra, y que sin embargo “se encuentra en el centro del credo, es su fundamento.”
[En otras palabras, lo que pretende el cardenal Müller es una adhesión dogmática a un Concilio meramente pastoral, como es el Concilio Vaticano II, que así fue declarado expresamente por el papa Juan XXIII, quien fue su iniciador]
El prefecto de la CDF dijo que ningún Papa ha proclamado la Resurrección de Cristo como dogma [infalible] ex cátedra, y que sin embargo “se encuentra en el centro del credo, es su fundamento.”
¡El cardenal Müller coloca las afirmaciones pastorales ambiguas, contradictorias y no infalibles del Vaticano II a la altura de la Resurrección de Cristo! La verdadera ironía es que no hay certeza aquí de que el cardenal Müller crea realmente en la Resurrección. Así, en su Katholische Dogmatik del 2010, dice Müller hablando sobre la Resurrección de Nuestro Señor:
“No debe decidirse aquí si la visita de las mujeres a la tumba durante la mañana de Pascua y el descubrimiento de que el cuerpo de Jesús no estaba allí fue un acontecimiento histórico tal como fue retratado. Es posible que esta [narración] refleje la veneración de la tumba por la comunidad de Jerusalén.” [¿Cogemos la onda?]
(...) ¿Cómo puede uno ser “católico” y no estar (...) en “plena comunión” con la Iglesia católica? Este pensamiento confuso ejemplifica el estado de la mente cuando comienza a aceptar las contradicciones del Concilio. Dado que, según el concilio Vaticano II, uno puede “subsistir” en la “Iglesia de Cristo” sin pertenecer a la Iglesia católica [Lumen Gentium, cap I, nº 8, párrafo 2º]. De esta forma, supongo que uno puede pensar que el obispo Fellay subsiste de alguna manera en la Iglesia católica pero que no posee aún “plena comunión” con ella. (...)
Finalmente, Pentin afirma el siguiente error:
El año pasado, el Papa hizo su primera propuesta a la Fraternidad, anunciando que las confesiones de la FSSPX serían válidas y lícitas durante y después del Año Jubilar de la Misericordia. Hasta entonces, Roma las consideraba canónicamente inválidas porque no tenían la jurisdicción necesaria.
Esto es muy interesante. Me gustaría pedirle al Sr. Pentin que cite el capítulo y el verso en el que Roma afirmó pública y oficialmente que las confesiones de la FSSPX eran “canónicamente inválidas”. Roma jamás lo hizo.
[Esto responde ya, de alguna manera, a la pregunta que yo me hice, en el post anterior, cuando afirmaba que las confesiones de los sacerdotes de la FSSPX son válidas: Nunca han sido invalidadas oficialmente por Roma. De modo que no tiene mucho sentido decir, por parte del papa Francisco, que dichas confesiones sí serían válidas durante el año jubilar de la misericordia ... de momento, puesto que ya lo eran antes de que él lo dijera]
[Esto responde ya, de alguna manera, a la pregunta que yo me hice, en el post anterior, cuando afirmaba que las confesiones de los sacerdotes de la FSSPX son válidas: Nunca han sido invalidadas oficialmente por Roma. De modo que no tiene mucho sentido decir, por parte del papa Francisco, que dichas confesiones sí serían válidas durante el año jubilar de la misericordia ... de momento, puesto que ya lo eran antes de que él lo dijera]
En cuanto a un acuerdo potencial entre la Fraternidad y Roma, finalizaré trayendo a colación la reciente y brutal opresión de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada bajo el papado de Francisco, y las implicaciones que esto puede tener sobre una Fraternidad regularizada.
Presentaré las mismas reservas sobre la estructura canónica que el obispo Fellay dio al cardenal Castrillón Hoyos en el año 2001. Como recuerda el obispo Fellay:
Entonces dije estas cosas al Cardenal y luego él dijo, “Así que, esto es lo que Roma le propone: queremos una solución en la que podamos resolver el problema de los obispos, obispos que serían ordinarios, es decir, obispos verdaderos, quizás incluso con diócesis, sacerdotes y fieles.” Luego habló sobre un arreglo como el del Opus Dei, es decir una Prelatura personal. Él anticipó nuestra dificultad con que sea el Papa quien elija el obispo que encabezará esta prelatura personal, dado que este es el procedimiento habitual. Él dijo que los sacerdotes de la Fraternidad o los obispos de la Fraternidad debieran proponer tres nombres al Papa cada vez que necesiten otro obispo para la Tradición … Uno de mis argumentos fue: “No confiamos en ustedes. Usted es muy amable en lo que dice, pero no confiamos en ustedes.
La pregunta es: una vez que la FSSPX sea regularizada y tenga estructura canónica bajo Roma, ¿Qué posición podrá tener para oponerse a una autoridad romana que insiste en que acepte las controvertidas novedades del Concilio? A esa altura, ¿no podrían Francisco, Pozzo, o Müller, exigir a la FSSPX que acepte, bajo obediencia, el ecumenismo y la libertad religiosa?
Chris Jackson
martes, 16 de agosto de 2016
Cifuentes pervierte a la infancia en medio de un estruendoso silencio (Eulogio López)
Si no fuera por miedo, Cristinita Cifuentes (en la imagen), la estrella emergente del PP de Rajoy, sería la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro.
En Hispanidad ya hemos contado el alcance perverso de la nueva ley autonómica, gobierno del Partido Popular, que condena a los menores al adoctrinamiento homosexual en las escuelas, tanto públicas como privadas.
Todo esto me asombra pero no me sorprende. Sé lo que puedo esperar de esa derecha pagana que lidera Mariano Rajoy. Y tampoco me extraña la dictadura mordaza que quiere imponer ellobby gay. Todo aquel que se atreva a criticar la homosexualidad será condenado al silencio o a pena de cárcel, con ese maravilloso invento conocido como delitos de odio.
Y lo que me asombra es abandonar el campo de batalla antes de que la batalla comience.
Para entendernos, la ley de la choni del PP supone que los colegios, ojo, tanto públicos como privados, tendrán que dar clases de adoctrinamiento homosexual que naturalmente llevará a cabo el LGBT (al tiempo), o sea, los especialistas en la materia.
¿Y el ideario del centro? A freír espárragos.
¿Y la libertad de cátedra? Idem.
¿Y la libertad de los padres para que sus hijos reciban el tipo de formación que consideren más conveniente. De eso nada: los niños para el Estado, los forja el Estado, como hacían lossoviéticos, como quiso hacer Hitler, sólo que no le dio tiempo. Esto no es sólo de Podemos, ahora es también de la Choni Cifuentes, es decir, del PP.
Y ante todo este tornado, el silencio cobarde de los afectados. A saber:
¿Qué hacen los jesuitas, dueños de colegios de renombre?
¿Qué hace el Opus Dei, que lidera tantos centros de enseñanza?
¿Qué hacen los salesianos? ¿Y la Compañía de María? ¿Y los maristas? ¿Y los pilaristas?
Con su silencio cobardón todos ellos demuestran más amor por el dinero del concierto que por la formación de sus alumnos.
¿Qué hace la Concapa, que se dice Confederación Católica de Padres de Alumnos? Un comunicadito tenue, no se vayan a enfadar nuestros hermanos mayores del puñetero PP.
¿Y qué hacen los propios cristianos del PP que cobran de su cargo público? ¿Presidir las ceremonias religiosas el día de la fiesta del santo patrón?
Ni uno solo ha criticado la barbaridad de Cristinita. Y la hija del general ya se atreve a darlecciones a los obispos sobre lo que es católico y lo que no lo es.
Y lo más grave de todo: ¿qué hacen los padres de los niños condenados al lavado de cerebro en el cole?
¿Votarán al PP de Cristina Cifuentes las próximas elecciones?
Y los dos obispos (Getafe y Alcalá) que se han atrevido a llamar a las cosas por su nombre, con exquisito respeto y amplia caridad, se enfrentan a una demanda por odio (tiene bemoles, la copla) por parte del lobby gay. Y Cristinita sonríe. Una sonrisa un poco boba porque ningún miembro del lobby gay va a votar al PP. Pero la choni del PP piensa en el uso interno que puede darle al asunto.
Católico: a ver si es que te están dando lo que te mereces.
Eulogio López
lunes, 15 de agosto de 2016
Los fieles piden al Papa claridad contra los ataques del mal (Roberto de Mattei)
No ha sido la sala de prensa vaticana la que ha comunicado la noticia, sino el imán de Perugia, Abdel Qader Moh’d, en una entrevista de TV 2000. El papa Bergoglio se reunirá en Georgia y Azerbaiyán del 30 de septiembre al 2 de octubre, con ortodoxos y musulmanes, y estará en Lund (Suecia) el 31 de octubre para conmemorar el quinto centenario de la reforma protestante. Las iniciativas ecuménicas constituyen la brújula de su pontificado, que al parecer se ha propuesto construir una plataforma común entre las religiones, corriendo el riesgo, señalado por muchos, de vaciar el catolicismo y favorecer la creación de una superreligión sincretista.
El almuerzo del pasado 11 de agosto con 21 refugiados sirios, todos ellos musulmanes, llegados a Italia tras el viaje pontificio a la isla de Lesbos, se ajusta a esta actitud de opción preferencial por los no católicos. Semejante estrategia exige la negación de la existencia de guerras de religión.
Y esto pese a que la Iglesia sufre persecución en todo el mundo. Monseñor Dominique Lebrun, arzobispo de Ruán, ha manifiestado su intención de incoar un proceso de beatificación que lleve al reconocimiento del martirio del padre Jacques Hamel, asesinado por odio a la fe como tantos cristianos de nuestro tiempo.
¿Llegará de Roma una palabra de aprobación? ¿Habrá un gesto de apoyo a los tres prelados españoles enjuiciados por haber criticado la ley recién aprobada en Madrid, que promueve la transexualidad? El Observatorio español contra la LGBTfobia ha denunciado al obispo de Getafe, monseñor Joaquín María López de Andújar, a su auxiliar José Rico Pavés y al titular de la diócesis de Alcalá, monseñor Juan Antonio Reig Pla, por «incitación al odio y a la discriminación contra la comunidad homosexual».
Pero vamos de mal en peor. Un grupo satanista estadounidense ha organizado para el 15 de agosto la celebración pública de una misa negra con el beneplácito de las autoridades locales ante el Ayuntamiento de Oklahoma City. El arzobispo de la ciudad, monseñor Paul Coakley, ha exhortado a los fieles a implorar la intercesión de San Miguel Arcángel, de la Virgen y de todos los ángeles y santos para que el Señor proteja su ciudad del mal y de sus muchas manifestaciones destructivas y violentas.
Pero no es sólo una diócesis de EE.UU. la que es objeto de ataque por parte del mal, sino toda la Iglesia. Desorientados, los fieles se dirigen al Vicario de Cristo para solicitarle que no sólo manifieste su paternidad para con los lejanos, sino también con los más cercanos, que están más necesitados que nunca de claridad y aliento en esta tempestuosa e histórica crisis.
Roberto de Mattei
Fuente: Adelante la Fe
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