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miércoles, 17 de agosto de 2022

El Papa Francisco define a Cuba como un símbolo. ¿Acerca de?



En un servicio de streaming de Televisa-Univision, las declaraciones del Papa no pueden dejar de haber despertado consternación en quienes sufren en esta isla-cárcel comunista.
"Quiero mucho al pueblo cubano", dijo Francesco. “También confieso que mantengo una relación humana con Raúl Castro”. Su referencia a Raúl Castro es como decir que, aunque ama a los presos de esta prisión, se lleva bien con el director responsable de su sufrimiento. Para aumentar la confusión, el Papa llamó a Cuba "un símbolo" y un país con "una gran historia".
Los comentarios se producen poco más de un año después de las protestas antigubernamentales más grandes que ha visto el país en décadas para exigir la liberación del comunismo. Las protestas habían sido tan intensas que muchos pensaron que el fin del régimen podría estar a la vista. Sin embargo, el régimen comunista reprimió brutalmente las manifestaciones pacíficas. Muchos manifestantes fueron objeto de detenciones arbitrarias, torturas y penas de prisión draconianas. El Vaticano y Occidente dejaron pasar ese aniversario sin comentarios.

Mientras tanto, la miseria continúa. Una reciente epidemia de dengue demuestra la gravedad de la situación y la indiferencia de Occidente ante el sufrimiento de Cuba.

La enfermedad del dengue es transmitida viralmente por mosquitos y causa fiebre, vómitos e incluso la muerte. La prevención y el tratamiento de la fiebre del dengue no son complicados en la mayoría de los países modernos. Los programas de fumigación y erradicación de mosquitos suelen prevenir una propagación significativa de la enfermedad. Aunque no existe un tratamiento específico para la fiebre del dengue, el diagnóstico temprano y el tratamiento hospitalario adecuado mitigan sus efectos y minimizan las muertes en la mayoría de los países normales.

Sin embargo, Cuba no es un país normal y todo parece conspirar contra un tratamiento médico adecuado.

Para empezar, la mayoría de las agencias gubernamentales tienen informes contradictorios sobre la extensión de la enfermedad. Nadie sabe cuántos están afectados, ya que el sistema de salud no tiene material de prueba. Las estadísticas gubernamentales son notoriamente poco confiables. Los videos compartidos en las redes sociales por los cubanos que sufren presentan una imagen más precisa de la devastación de la enfermedad y la presión sobre el sistema de salud pública. Escenas dramáticas en la sala de emergencias y en los hospitales muestran la impotencia de la mayoría de los pacientes, ya que los médicos no tienen nada que ofrecer.

Contribuir a la epidemia de dengue es la falta de disponibilidad de medicamentos y servicios simples. No hay redes protectoras en las ventanas para mantener alejados a los mosquitos. Las personas usan agua almacenada incorrectamente en sus hogares, ya que la mayoría tiene acceso limitado al agua corriente. Los repelentes y mosquiteros no están fácilmente al alcance de la población. También falta el larvicida y el diésel necesario para la fumigación.

Las cosas empeoran si la persona con dengue llega al hospital. Los pacientes deben traer su propia ropa de cama. Muchos hospitales carecen de agua corriente y suministros básicos como guantes, jeringas y otros materiales. Hay escasez de medicamentos que están fácilmente disponibles en las farmacias de otros lugares. La falta de gasolina afecta los servicios de ambulancias para transportar pacientes que necesitan atención urgente.

Peor aún son los cortes de luz que duran varias horas al día. Los funcionarios culpan a un "déficit de producción de energía", lo que significa que varias plantas de generación no funcionan porque, como la mayoría de las demás infraestructuras del país, carecen de mantenimiento o reparación. La escasez crónica de alimentos y los disturbios civiles también contribuyen al desastre.

Este es claramente un país que vive en un estado de emergencia y que necesita ayuda. Sin embargo, ha vivido en este estado durante décadas y sus funcionarios insisten en que no necesita ayuda. El pobre país comunista solo empeora a medida que se derrumba con su ideología fallida, que nunca puede producir prosperidad.
De hecho, aún peor es que los teólogos de la liberación y los izquierdistas occidentales señalan a Cuba como un modelo, o incluso un paraíso, para el mundo. Difunden el mito de que Cuba tiene uno de los mejores sistemas de salud del mundo. Mientras tanto, su gente está muriendo de escasez de salud.
Efectivamente, Cuba es un símbolo . Por un lado, simboliza la continuación de la tiranía, la miseria y la brutalidad comunistas. Para Occidente, Cuba es un doloroso símbolo de su propia indiferencia e hipocresía. Los que aún resisten en Cuba son símbolo de la valentía y la perseverancia cristianas que anticipan el día en que serán libres para escribir la "gran historia" que les espera.

John Horvat - Fuente