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lunes, 20 de marzo de 2023

Bergoglio peronista y populista. Él lo niega, pero también se contradice



“A mí no me gusta dar entrevistas. Lo hago un poco contra el gusto”, dijo Jorge Mario Bergoglio a su amiga periodista Elisabetta Piqué del diario argentino “La Nación”, precisamente mientras lo entrevistaba por sus diez años como Papa.

Viva la sinceridad. Desde el 2013 hasta hoy, las entrevistas dadas por el papa Francisco llegan ahora a las doscientas, in crescendo al acercarse la década y con un pico de siete entrevistas en sólo cuatro días, entre el 10 y el 13 de marzo pasados.

También hay entrevistas kilométricas, como la de Jorge Fontevecchia (en la foto), fundador del grupo editorial argentino “Perfil”, en la que el papa Francisco se detiene insistentemente sobre un tema que le interesa especialmente desde hace tiempo.

Es la cuestión de su proximidad juvenil al peronismo, cuando no a Juan Domingo Perón.

En los primeros años de su pontificado esta proximidad era doctrina común en sus biografías, incluso en las que él autorizaba y controlaba. Hoy, sin embargo, no pierde ocasión de negarla.

En la entrevista con “Perfil”, volvió a contar que su abuelo materno era de otra pasta, era un “radical del 90”, un movimiento político que se estableció en Argentina con un levantamiento armado en 1890, y que luego se convirtió en partido con el nombre de Unión Cívica Radical. Su abuelo era carpintero, y Bergoglio recuerda que cuando era niño “un hombre de barba blanca” llamado Elpidio solía venir a venderle anilina y a charlar con él de política. “¿Sabes quién es Don Elpidio?”, le dijo un día la abuela. “Fue vicepresidente de la República”. Fue efectivamente así, entre 1922 y 1928. “La amistad de mi abuelo con los radicales era por Elpidio González, y nuestra familia heredó siempre ese ser radical. Cuando empezó el movimiento peronista, fueron antiperonistas tremendos”.

Pero también un poco socialistas. Recuerda que “papá salía a comprar La Vanguardia”, que era su diario, que se vendía puerta a puerta. E iba con toda la familia a la Plaza Francia a sus mítines. “Era como ir a la peregrinación a Luján, ir ahí era sagrado”.

En síntesis, “mi familia era ciertamente antiperonista”, insiste hoy Francisco. Ciertamente, “como obispo me tocó acompañar a una de las hermanas de Evita, la última que murió, que venía a confesarse conmigo, una mujer buena”. Y en este sentido “pude dialogar con gente peronista bien, gente sana, como había radicales sanos”. Pero la acusación de haber sido peronista no, el Papa no la acepta hoy, y menos aún la acusación de “haber formado parte de Guardia de Hierro” por haber dado a algunos de sus exponentes la dirección de la Universidad de El Salvador, cuando en cambio de eso “yo no tenía la menor idea”.

Ciertamente, también en la entrevista con “Perfil” Francisco reconoce grandes méritos al peronismo, en particular el de haber hecho suya la “doctrina social de la Iglesia” y el de haber sido “un movimiento popular que convocó a mucha gente con proyectos de justicia social”. Pero tiende a reiterar que nunca participó en él. Es más, que ni siquiera fue “simpatizante” del mismo, según dijo a sus biógrafos autorizados Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti en su último libro sobre él, “El Pastor”, publicado en Argentina a principios de marzo.

¿Pero es precisamente así? Si se recorren los nombres de los filósofos, de los teólogos, de los militantes con los que Bergoglio estuvo más estrechamente vinculado, desde Lucio Gera a Alberto Methol Ferré, desde Carlos Mugica a Jorge Vernazza, el peronismo los une a todos.

En cuanto a los peronistas de Guardia de Hierro que ahora dice que ni siquiera los conoció como tales, basta releer lo que él mismo, como Papa, contó a los periodistas Javier Cámara y Sebastián Pfaffen en el libro “Aquel Francisco”, de 2014: “A Alejandro Álvarez [uno de los fundadores de Guardia de Hierro - ndr] lo conocí cuando yo ero provincial de la Compañía de Jesús, porque se hacían reuniones de intelectuales en la Universidad del Salvador y yo participaba de esas reuniones porque estaba en el proceso de desligue de la Universidad para darla a los laicos. En una de esas reuniones estuvo Álvarez. Después lo vi otra vez en una conferencia con Alberto Methol Ferré. Después, gente de Guardia de Hierro conocí bastante, como conocí también gente de otras partes del peronismo, pero muchos en esas reuniones que se hacían en la Universidad del Salvador”. Y fue precisamente a ellos que Bergoglio les entregó la Universidad.

Sin mencionar lo que se puede leer en la que es quizás la biografía más documentada y autorizada de Bergoglio entre las publicadas hasta ahora, escrita por el inglés Austen Ivereigh, una firma muy querida del mismo Papa:

“Bergoglio no sólo era cercano a Guardia de Hierro, sino que en febrero y en marzo de 1974, a través del amigo Vicente Damasco, un coronel que fue un íntimo colaborador de Perón, él fue uno de los diez o doce expertos invitados a escribir sus pensamientos en el borrador del ‘Modelo Argentino para el proyecto nacional’, un testamento político que Perón consideró que era el instrumento para unir a los argentinos después de su muerte”.

Bergoglio nunca fue activista partidario, escribe también Ivereigh, pero “se identificaba con el peronismo, al que consideraba el vehículo de expresión de los valores populares, del ‘pueblo fiel’”.

Y precisamente su cercanía al “pueblo fiel” es materia de otra calificación que hoy Francisco insiste en rechazar, la de “populista”.

En la entrevista con “Perfil”, el Papa polemiza con un libro publicado en 2020 por Loris Zanatta, profesor de Historia de América Latina en la Universidad de Bolonia y columnista del diario argentino más popular, “La Nación”, con el elocuente título: “El Populismo Jesuita. Perón, Fidel, Chávez, Bergoglio”.

El Papa considera que la acusación de “populismo” es intolerable para él, por la deformación negativa que el término ha adquirido en Europa y que remite, en su opinión, al racismo hitleriano. Cuando en su lugar el calificativo correcto, del que se sentiría orgulloso, sería “popularismo”, que es “la cultura del pueblo con su riqueza”.

En su apoyo Francisco cita a Rodolfo Kusch, “un gran filósofo que tuvimos en la Argentina”, no muy conocido, pero que “entendió lo que es un pueblo”.

Bergoglio ya lo había citado con admiración en su libro-entrevista de 2017 con el sociólogo francés Dominique Wolton: “Kusch hizo comprender una cosa: que la palabra ‘pueblo’ no es una palabra lógica. Es una palabra mítica. No se puede hablar de pueblo de manera lógica, porque sería sólo una descripción. Para comprender a un pueblo, comprender cuáles son sus valores, es necesario entrar en el espíritu, el corazón, el trabajo, la historia y el mito de su tradición. Este punto está realmente en la base de la teología denominada ‘del pueblo’. Significa ir con el pueblo, ver cómo se expresa. Esta distinción es importante. El pueblo no es una categoría lógica, es una categoría mítica”.

Lo dijo también en su conferencia de prensa en el avión que lo llevaba de regreso a Italia desde México, el 17 de febrero de 2016: “la palabra ‘pueblo’ no es una categoría lógica, es una categoría mítica”.

Pero este es precisamente el mito populista con el que se identifica Francisco y que nada tiene que ver con el concepto europeo de “popularismo”, que se refiere a la campaña política y cultural de los grandes partidos populares cristianos de Italia, Alemania y otros países.

El mito populista es también el secreto del éxito mediático del papa Francisco, facilitado por ponerse siempre del lado del pueblo contra las instituciones y las jerarquías de todo tipo, incluidas las eclesiásticas.

Sandro Magister

domingo, 19 de marzo de 2023

La crisis de la virilidad. Sermón para el día de San José (Padre Javier Olivera Ravassi)



Duración 16:43 minutos


Durante mi adolescencia dejé la práctica religiosa por dos motivos: uno, por los pecados propios y, otro, por ver el “modelo” del joven varón que había en las parroquias: aburrido, afeminado, poco viril… Claro que seguramente, en algunos casos, exageraba para tener una excusa para no ir a Misa. Pero la exageración siempre parte de una base.

Sólo luego de algunos años entendí que no todos los varones en la Iglesia eran así y decidí, por gracia de Dios, volver.

La actual dialéctica marxista de oponer al varón contra la mujer ha hecho que, lamentablemente, la misma figura del hombre, de quien tiene cromosomas “xy” (vale aclararlo hoy en día) se haya desmoronado.

Basta para esto ir a las tiendas de ropa para darse cuenta: la ropa es casi completamente “unisex” y es difícil encontrar ropa de hombre más allá de la diferencia de talles.

Esto mismo, unido a la ideología de género imperante, ha hecho que se haya desatado una verdadera crisis de la masculinidad. Por el ataque permanente contra lo varonil.

La otra tarde, me contaba mi hermano, una joven venía con las dos manos llenas del supermercado y no “tenía manos” para abrir la puerta del edificio. Mi hermano (porque mi padre nos educó así), se adelantó para abrirle la puerta como un caballero.

La chica, en vez de agradecer, le dijo en tono despectivo:

– No soy discapacitada – a lo que mi hermano le respondió:

– ¿Estás segura?

Esta crisis actual, que va desde la ropa unisex a la prohibición del clásico “piropo” va haciendo mella en las generaciones al punto tal que, las mujeres dentro de unas décadas ya sí dirán con todo derecho que “no hay hombres”; no hay hombres porque no se le dejará ser tales.

Es decir: vivimos, en muchos ambientes, un mundo “afeminado”.

Esta es la razón por la cual, hoy, en la fiesta de San José, el varón que Dios quiso poner como padre putativo de Jesús, recordé un librito leído hace años titulado así: “Salvaje de corazón”.

El autor, John Eldredge, no es católico, es protestante y escribió esta obra hace más de veinte años anticipándose en el tiempo. A simple vista, parece un libro de auto-ayuda para varones cristianos en el cual, amén de las falencias propias de alguien que no posee la verdad completa, dice muchas verdades naturales a partir de la fenomenología y la principal es esta, si uno debiera resumirlo: y es que, el mundo moderno ha terminado por matar al hombre, ha matado su esencia, lo ha pulverizado detrás de una computadora mientras él, anhela por vivir salvajemente.

Pero… ¿Cómo pensó Dios al hombre?

Dios pensó al varón como a un ser aventurero, dominador “para que domine” dice el Génesis:

“Hagamos al hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza; que domine sobre los peces del mar y las aves del cielo, sobre las bestias domésticas, y sobre toda la tierra y todo reptil que se mueve sobre la tierra”.

El papel del varón entonces, no es estático, sino dinámico. Su vida, desde pequeño, como con los temperamentos, se muestra más “activa” que la de la mujer, naturalmente más contemplativa; es la educación la que hace que el hombre, poco a poco, deba ser formado en la contemplación.

El varón tiende, por naturaleza, a dominar las cosas, a encontrarle el sentido; a desarmarlas y a volverlas a armar.

Y esto se ve, más claramente, como en los temperamentos, cuando uno es niño, antes de la educación.

El varón, el niño, es ante todo ese loco aventurero que vuelve con la camiseta rota, el pantalón hecho pedazos pero con la cara contenta. Poco a poco, la educación (que debe existir, claro está, pues no somos rousseanianos), va haciendo que vayamos domesticando a esa bestia para enseñarle buenos modales.

Pero es en la selva, en lo salvaje, en lo agreste que el hombre encuentra su misión: como Moisés escapando del faraón, como San Juan Bautista en el desierto o como Cristo en la montaña.

Todo hombre, especialmente cuando es más pequeño, busca el desafío, busca la aventura, busca el riesgo; y sólo se detiene ante su gran enemigo: el miedo.

Porque el miedo es el único enemigo del varón.

Podríamos decir entonces, siguiente a Eldredge que, todo varón posee, por naturaleza, un anhelo desesperado por:

– Una batalla que pelear.

– Una aventura que vivir

– Una bella que rescatar.


1. Una batalla que pelear

Pero… ¿cuál es la razón, se preguntan las madres, por la que, los hijos cuando son chicos, a veces pelean a puños con otros? ¿Por qué a los hombres nos gustan naturalmente las películas de acción?¿por qué a veces, a un varón, en un semáforo, se le pone en la cabeza que debe ganarle con su vehículo al que está al lado?

Porque hay en el corazón del hombre un deseo natural por mostrar su dominio, por mostrar su valor, por ser el héroe que ganó en la batalla.

Y esta es la razón por la que lucha de pequeño, aún por pequeñeces.

Porque quieran o no; el varón se hace a los golpes.

Esta es la razón por la que, cuando hay una guerra -o al menos en el pasado en Argentina- tantos jóvenes de apenas 16 años pedían por favor alistarse para ir a pelear por unas islas, las Malvinas, que apenas conocían de nombre, aun sabiendo que no podrían volver.

Y todo hombre, es en esta lucha, jerárquico: pues apenas el varón sabe quién es el que manda, él se somete de modo natural.

Y es una batalla por pelear, aún consigo mismo, porque “el reino de los cielos es de los que se hacen violencia”, decía el Señor.

2. Una aventura que vivir

El juego es un modo excelente de ver lo que hay en el corazón de toda persona. Es allí cuando vemos qué tiene adentro.

Es claro que, el juego de niños y el juego de niñas, es distinto por naturaleza. Y no sólo como cuando, antes, cuando éramos chicos, se jugaba con lo que uno tenía a mano, sino también hoy, con los juegos electrónicos: no juega igual el varón que la mujer. Ni juega a lo mismo.

El varón busca, aún en la ficción, aún en la mediocridad de nuestros aparatos modernos, la aventura. De pequeños, nadie jugaba a ser oficinista, o a escribir en una computadora o a poner sellados en los papeles…

Todo hombre quiere desempeñar el papel de héroe. Y, si no es el héroe, es quien sigue al héroe, cuadrándose ante él, dando la vida por él. Aún en la aventura, que está escrita en su corazón.

La aventura de hacer una casa en un árbol; la aventura de cruzar un río que parece un mar; la aventura de entrar en una casa vacía de noche…

(Tengo muchas anécdotas de mi infancia pero hay una sola, una, que nunca se me pudo borrar de la memoria y fue cuando, teniendo yo 7 años, mi padre nos llevó a dormir a una sierra, en Córdoba, con mis hermanos: el más grande tenía 9, yo 7 y el otro 5. Fue sólo una noche, habremos subido apenas 300 metros, pero para nosotros fue algo único: nos pareció un mes, hicimos fuego en la montaña, creíamos que éramos Rambo…)

La aventura, la aventura…

Pone a prueba al hombre; y el varón quiere ser admirado, quiere que lo miren, especialmente, quiere que lo mire su padre:

– “¡Mira cómo lo hago!¡miráme!

Pero no…; con excesivo cuidado, a veces, sobre todo las mamás, que no entienden a ese salvaje de corazón que llevamos dentro (y no lo entienden no porque sean malas, sino porque no entienden nuestra simplicidad), quieren que sus hijos se críen para ser oficinistas:


– ¡Bájate del árbol!

– ¡No saltes desde ahí!

– No corras que te vas a resbalar…


Es que esto es lo que nos constituye y nos va formando como hombres.

Necesitamos de la aventura como la mujer necesita de la conversación. Y necesitamos de los golpes…

Necesitamos ponernos a prueba y mostrar que podemos; porque la naturaleza del varón está hecha para eso; está hecha para probarse y proteger.

3. Una belleza por rescatar

Un autor impío, Nietzsche, decía que “un verdadero hombre quiere siempre dos cosas: el peligro y el juego. Por eso ama a la mujer: el juego más peligroso”.

Es que, la mujer, es la ayuda adecuada: (“no es bueno que el hombre esté solo, dice Dios en el Edén: le haré una ayuda adecuada”.

La mujer está hecha para el varón y el varón está hecho para la mujer, digan lo que digan hoy. Y, de ello, se da cuenta el varón apenas comienza a tener uso de razón, aunque, en su primera infancia, más bien la desprecie por ese natural modo de ser de cada uno: “las niñas no juegan como los niños”, no tienen ese modo bruto que al varón le gusta. La mujer se relaciona con la palabra mientras que el varón se relaciona con el cuerpo.

Pero, todo varón, en su interior, anhela ser quien pelee una aventura para rescatar a una princesa; quiere ser quien venza al dragón, desea el peligro que implica jugarse por ella. Por eso, desde pequeño, el varón debe ser educado en ese sentido principesco de la vida, “principesco” no en el sentido de “delicado”, sino de “principios”. La mujer es “cosa sagrada” nos enseñaban cuando éramos chicos; y las cosas sagradas no se tocan, no se golpean, se protegen.

Y cuando ese deseo de proteger a la mujer, ese deseo de ser valorado por ella disminuye, el varón se atemoriza, se disminuye, se evapora, se afemina…; que es lo que está pasando hoy; y sólo surge de modo bestial en situaciones límites, porque sólo el límite hace salir de nosotros lo que llevamos dentro.

Conclusión

Hoy, en la fiesta de San José, ese varón destinado por el Señor para ser el esposo de la Santísima Virgen María y el educador de Nuestro Señor Jesucristo a lo largo de su infancia, pidámosle que, por su intercesión, Dios nos conceda santos varones, que den el buen combate de la Fe, en defensa de la mujer y de la Esposa de Cristo, que es la Santa Madre Iglesia.

P. Javier Olivera Ravasi, SE

19/3/2023

sábado, 18 de marzo de 2023

Julio Ariza: ”El PP tiene que decirnos qué quiere hacer, Rajoy ya nos engañó” (Julio Ariza)



Duración 4:37 minutos

Diez años del papa Francisco: luces, sombras y penumbras (Miguel Ángel Quintana Paz)



Dos divertidos gazapos en los medios españoles acompañaron este lunes el décimo aniversario de la elección de Jorge Mario Bergoglio como ducentésimo sexagésimo sexto obispo de Roma. El titular del portal InfoCatólica rezaba: «Se cumplen cien años de la elección de Francisco como Papa». En el canal de televisión La Sexta, su locutora proclamaba que «su llegada como primer papa negro al Vaticano revolucionó la opinión pública».

No hace falta ponerse freudiano para constatar lo mucho que ambos gazapos nos revelan de sus emisores. Se diría que a un medio conservador como InfoCatólica este pontificado se le está haciendo larguillo, y de ahí su vacilación entre si llevamos con él ya una década o acaso una centuria. Por su parte, para los progres de La Sexta Francisco encarna sin duda un loable símbolo identitario, wokista, como lo fue en su día Barack Obama; tal vez habría sido exagerado anunciarlo como el primer pontífice no binario o trans, así que dejarlo en primer papa de raza negra revela, a la postre, cierta moderación.

Más allá de los traspiés de unos u otros, sí que es cierto que evaluar un pontificado como el actual entraña no escasas dificultades. La primera que me gustaría destacar es que son muchos (tanto dentro como fuera de la Iglesia) que malinterpretan lo que significa ser papa. Y las culpas son sobre todo del siglo XIX y del XX.

En el siglo XIX, con la emergencia y expansión de las ideologías políticas, muchos empezaron a considerar el catolicismo como otra más. Y si el catolicismo es una ideología, la Iglesia es entonces un partido político y, su papa, el líder máximo. Nadie se hace bolchevique en 1917 si no es para honrar a Lenin; nadie se afilia conservador británico en 1875 si no es porque le complace Disraeli. La consecuencia de esta errónea visión de lo católico es lamentable: así como en un partido político está mal vista la crítica al líder supremo (¡entorpece tanto su meta, el acceso al poder!), quienes vean el catolicismo bajo la perspectiva de una ideología aborrecerán también cualquier critiquita a su dirigente máximo, el sumo pontífice.

Hay que decir que uno de los aspectos loables de Francisco es que varias veces ha combatido este error. «Se puede criticar al papa, no es pecado», ha repetido. Junto con una advertencia: «Tengo alergia a los chupamedias» (que es como llaman en Argentina a los aduladores).

«No siempre Francisco se ha mostrado tan abierto a la crítica como proclama»

Bien es verdad, con todo, que obras son amores y no buenas razones. Y, por tanto, tras citar esa luz del pontífice, no solo nos tranquilizamos porque criticarle como ahora vamos a criticarle no es pecaminoso, sino que resulta inevitable mencionar su sombra: no siempre Francisco se ha mostrado tan abierto a la crítica como proclama. Bástenos recordar el caso de Bruno Forte, uno de los principales teólogos de los últimos lustros, arzobispo italiano, colaborador cercano del papa… hasta que en 2016 tuvo la ocurrencia de hacer una broma sobre sus métodos jesuíticos. Fue, ipso facto, apartado de todo encargo, toda confianza, todo ascenso. Bromear no siempre divierte a todos. Ser criticado, tampoco.

Otra muestra de alergia papal a la crítica es el dineral que se gastó la Santa Sede en el segundo bufete de abogados más prestigioso del mundo, Baker & McKenzie. ¿Era para denunciar alguno de los miles de ataques contra templos católicos que se producen en el mundo? ¿Era para hacer frente a alguna de las calumnias que sobre la Iglesia se vierten día tras día? No, era solo para arrebatar a uno de los principales portales de información religiosa españoles, InfoVaticana, el derecho a usar tal nombre. Un poco como si el alcalde madrileño quisiese prohibirme llamar a un local de copas en Vitigudino «Bar Madrid». Aquellos fondos fueron a saco roto: Baker & McKenzie, junto con la Santa Sede, fracasaron en su empeño (que, es curioso, no tuvo correlato en denuncias similares a otros medios que usan el adjetivo «vaticano», como el portal Vatican Insider). Y a todos nos quedó la convicción de que la saña contra ese medio español se fundaba solo en su falta de complejos al criticar al sumo pontífice, más que en la obsesión con acaparar el adjetivo «vaticano» solo para sí.

Procede aquí recordar el segundo escollo que hoy dificulta comprender lo que es un papa. Se trata en este caso, como decíamos, de un obstáculo heredado del siglo XX. Antes de la invención de la radio, de los televisores, de internet o de los aviones, el obispo de Roma era para la inmensa masa de los católicos una figura lejana, por la cual rezar y poco más. De vez en cuando llegaba alguna bula, alguna encíclica, que nos recordaba su existencia; pero era ridículo pretender que te tuviera que «gustar» el papa, del cual apenas sabrías reconocer su cara por la calle; también era absurdo aspirar a comentar cada homilía que pudiera dar. Se podía ser un católico modélico en la Edad Media o Moderna sin tener opinión alguna del sumo pontífice; por no mencionar que, en lo que concernía a su gobierno mundano, podías incluso combatir contra sus tropas, como bien sabía el emperador Carlos V y sus lansquenetes en 1527.

Todo ese mundo se ha puesto cabeza abajo hoy día. La mayoría de católicos conoce mejor al papa que a su párroco. Y, como vivimos en democracia, se nos induce una y otra vez a pronunciarnos sobre todo: junto con nuestras opinioncitas sobre el conflicto arabo-israelí, la capa de ozono y las últimas elecciones brasileñas, también se nos insta a valorar al sumo pontífice. Es más: si es posible, sobre cada uno de sus actos y dichos de ayer. Parménides y Platón estarían horrorizados ante esta pasión que tenemos hoy día por la mera doxa; Harry Frankfurt nos ha advertido que de ahí mana tanta charlatanería como nos circunda.

«A quienes nos importa la verdad estar opinando sobre cada cosita del Papa se nos antoja inane en comparación al catolicismo»

Ante esta nueva situación en que todos somos doxóforos, o portadores de opiniones, mucha gente piadosita cree que lo católico es que esas ideítas sean siempre favorables al papa; otros, que si desprestigian al papa, entonces también estarán desacreditando a la Iglesia. Ambos grupos se equivocan. El catolicismo, si es algo serio, es verdad. Y las verdades están por encima del papa, de Agamenón o de su porquero. Durante casi dos milenios se ha pensado, se ha escrito, se han elaborado todo tipo de reflexiones y argumentos sobre la verdad católica. Si mañana se descubriera que Jorge Mario Bergoglio es padre de cuatro hijos (el ejemplo no es descabellado, pontífices así ha habido), ello no restaría una coma a la verdad católica (aunque sí a la moral de Bergoglio). Si mañana el papa se liara a tortas con su asistente porque este se ha metido con su madre (algo que ya anunció en 2015 que sería capaz de hacer), ello no refutaría ninguna verdad de la Biblia, de San Justino Mártir o de San Buenaventura. En suma, a quienes nos importa la verdad, por mucho que le pese al siglo XX, estar atentos y opinando sobre cada cosita del papa se nos antoja inane en comparación al catolicismo. Y así debe ser.

Una vez descritas esas dos dificultades (una, heredada del siglo XIX, otra del XX) para hacer balance del actual papado, es ya hora de recordar las otras dos, más evidentes: la primera, que se trata de un papado muy controvertido, con fans y haters de lo más empeñados. La segunda, que ser papa significa ocupar un puesto insólito en el mundo, con tantas facetas que resulta inabordable ser lo bastante solvente como para evaluarlas todas: líder espiritual, dirigente eclesial, jefe de un Estado y su diplomacia, intérprete de la tradición y las Escrituras, predicador sobre moral y costumbres, redactor de textos doctrinales y pastorales, juez último en conflictos internos, mediador de conflictos externos…

En lo que resta de este artículo nos limitaremos, pues, al campo en que un servidor es menos ignorante: el filosófico. No quisiera con ello dar la sensación de que esquivo un juicio global de estos diez años de Francisco. Voy a ello: ni mucho menos me parece el mejor papa de la historia, ni tampoco me parece el peor. Ni siquiera creo que esté entre los veinte mejores; tampoco que esté entre los veinte peores. De hecho, creo que esta es una de las dificultades para entenderlo: dada la exagerada importancia que damos a nuestro presente, hay una tendencia a magnificar sus virtudes y defectos solo porque son los que tenemos más cercanos. Un poco como la mancha en nuestras gafas nos parece más grande que la lejana torre que divisamos a través de ellas. Nos cuesta conformarnos con tener un papa del montón. Pero lo más seguro (y lo estadísticamente más probable) es que sea así.

No, no creo que Francisco haya traído una «primavera a la Iglesia», como proclaman los más lisonjeros de sus partidarios (¿dónde está esa primavera, en un Occidente en que sigue abandonando la fe, una Hispanoamérica donde continúan quitándole fieles a la Iglesia los grupos evangélicos, y la fe crece en África o Asia sobre todo por mera demografía). Pero tampoco creo que sea un agente comunista, un antipapa o un enviado del Anticristo, como berrean los más histéricos de sus detractores.

«No creo que Francisco sea un pensador de altura, pero tampoco un tipo ignorante»

No creo que Francisco sea un pensador de altura (sus textos habrían pasado sin pena ni gloria de no haber sido designado papa; de hecho, no conozco a ningún estudioso que exaltase sus obras hasta hace diez años). Pero tampoco creo que sea un tipo ignorante (si sus obras son mediocres, lo son solo en la medida en que se integran en las mismas bibliotecas en que hay gigantes de la talla de un Escoto Eriúgena, un Santo Tomás de Aquino o, por citar también a pontífices, un Juan Pablo II o un Benedicto XVI).

No creo que Francisco haya traído cambios significativos a la Iglesia (más allá de la reforma de la Curia, que sí es un loable mérito suyo). Si tras su pontificado llegase un papa de carácter muy distinto, no quedará mucho de su legado que pueda pervivir. No ha hecho desarrollos doctrinales que hayan implicado giros de especial enjundia (escribir sobre ecología o criticar el capitalismo ya se había hecho con papas anteriores; decir que nadie sino Dios debe juzgar a gais o lesbianas es la misma idea que expresó Jesucristo cuando advirtió contra quien se dedica a condenar a los demás). Tampoco, por tanto, creo que haya alterado en nada terrible el legado de la fe.

Los sínodos (y no digamos ya ese trabalenguas llamado «sínodo de la sinodalidad») me parecen un entretenimiento curioso para parroquianos y gente con tiempo para ocuparse en las cosas eclesiales. Pero basta leer los documentos de ellos emanados para comprobar que no suponen un gran hito histórico de la Iglesia (y cuando intentan suponerlo, como en el caso de la Vía Sinodal alemana, chocarán con la autoridad papal).

Llegados a este punto, quizá el lector esté sopesando que, más que el propio papa Francisco, quien juega aquí a ser un tanto templado es el autor de estas líneas. Quizá le desmientan los últimos párrafos que ahora vienen, y que son, cumpliendo lo prometido, lo más relacionado con la filosofía de este artículo. Pues sí hay un asunto, que a algunos les parecerá solo gremial, en el que mi crítica al papa Francisco es neta. Un asunto filosófico. Un asunto en que Francisco fracasa de lleno al ejercer de contrapunto al mundo actual.

Estoy pensando en la posverdad. Empecemos por aclarar el significado de esta palabra, que muchos malinterpretan. «Posverdad» no constituye un nombrecito nuevo para las mentiras de toda la vida; no representa tampoco un término para aludir a la proliferación de falsedades y engaños por doquier. «Posverdad» alude más bien a algo que, por desgracia, nos es cada vez más familiar: esta época en que a casi nadie le importa qué es verdad o mentira, porque la diferencia entre una y otra nos ha dejado de interesar. En vez de lo verdadero, queremos saber qué es lo que defienden «los de mi tribu» o «el líder de mi grupo»: nuestras epistemologías, como detectó David Roberts, se han vuelto tribales. Nos parece hasta «pretencioso» aspirar a conocer la verdad sin más.

Un mundo de posverdad es un mundo donde un político (pongamos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez) nos puede decir hoy algo y mañana lo opuesto. O peor aún: tanto cuando diga lo primero como cuando diga lo (contradictorio) segundo, cosechará el aplauso de los mismos fieles. Porque son eso, fieles al líder, no a la diferencia entre mentira y verdad.

«Un mundo de posverdad es un mundo poscristiano»

Un mundo de posverdad es un lugar donde se habla mucho, la charlatanería abunda: si no me importa la diferencia entre verdadero y falso, ¡es tan sencillo perorar! Ya hemos mencionado lo horrorizado que está Harry Frankfurt con todo eso, y cómo lo asocia a la manía democrática de opinar de todo y en todo lugar.

Un mundo de posverdad es un mundo poscristiano: si ya no hay verdad ni mentira, tampoco importa ya la diferencia entre un hombre, Jesús, que dijo que era la Verdad misma, y cualquier otra cosa: pongámonos a hacer reiki, viajes astrales o adoremos a la Pachamama, que todo da igual.

Y bien, ¿es Francisco un eficaz adalid contra este tiempo de posverdades? Como filósofo me temo que no puedo ver en él (¡y bien que me gustaría sumar aliados!) un compañero en tal batalla.

Ya no es solo que Francisco hable mucho, muchísimo, más que cualquiera de sus predecesores, y sobre cualquier asunto (suegras, virus, madres que paren como «conejas», economía…). Habla tanto que, hasta cierto punto, es comprensible esta costumbre, por él inaugurada, de escribir encíclicas… en que se cita sobre todo a él. Ahora bien, dice el refrán que quien tiene boca, se equivoca. Y quien tiene mucha boca, pues se equivoca mucho más. Esa locuacidad extrema de Francisco ya debería ponernos sobre aviso de un posible menosprecio al rigor de la verdad sola; y, por desgracia, tal aviso se constata a poco que nos fijemos más.

En efecto, Francisco ha difundido afirmaciones pasmosas tanto en términos teológicos como políticos o humanos.

En términos teológicos: que la Virgen no había nacido santa, que la multiplicación por Jesús de los panes y los peces no había sido un milagro, que no hay que hacer proselitismo, que la mayoría de matrimonios son nulos, que ser santo es vivir tu fe «sea la que sea, con coherencia» (conozco muchas fes que es mejor que la gente no viva con coherencia, la verdad)…

En términos políticos: expresarse primero contra la venta de armas a Ucrania, luego a favor,sin reconocer ese cambio de idea o contradicción; deshacerse en palabras biensonantes hacia dirigentes de países opresivos (como Cuba), pero ser mucho más duro con los de países democráticos (como EEUU)…

En términos humanos: decir que hablar mal de otros es «terrorismo» (convendría no banalizar un término tan serio); llamar «vieja» a Santa Teresa (sí, es un apelativo que no suena igual en argentino que en España, pero aun así quizá es excesivo el coloquialismo ahí); burlarse del cardenal Burke porque, tras no querer ponerse la vacuna de la covid-19, se contagió…

«Entre los miles de charlas papales muchos detectamos una y otra vez cosas asombrosas»

Todas estas afirmaciones controvertidas de Francisco han dado pie, por cierto, a la emergencia de un tipo bien curioso, incluso cómico, de católico: el abogado lingüístico-hermenéutico papal. En efecto, dado que entre los miles de charlas papales muchos detectamos una y otra vez cosas asombrosas, siempre surge en redes sociales o en el cara a cara el abogado lingüístico-hermenéutico. El que viene a aclararnos que en realidad no hemos entendido nada (él sí). El que nos reprocha que estamos malinterpretando al papa (él siempre lo interpreta bien). El que arguye que el papa tiene razón en todo todito lo que dice (nosotros, sin embargo, cuando detectamos esas cosas raras, o somos demasiado tontos o demasiado malotes, pero nunca tenemos razón).

Con todo, me temo que ni el más hábil de esos abogados lingüístico-hermenéuticos será capaz de salvar algunas de las contradicciones más pasmosas del papa. Tomemos la más reciente, por ejemplo: el pasado 8 de marzo aprovechó para unirse a la marea feminista del día y declaró que había que «ofrecer la igualdad de oportunidades a hombres y mujeres en todos los contextos».

Es imposible que al pronunciar esas palabras, el papa no recordara que hay un contexto, ¡bien cercano a él!, el del clero católico, donde los varones tienen ocasión de acceder y las mujeres no. No le importó. Cualquier hablante riguroso con la verdad habría hecho una aclaración al respecto (explicar esa excepción) o incluso algo más sencillo: evitar pudoroso el sintagma «en todos los contextos», que el papa sin embargo añade (¿por descuido?, ¿para quedar bien en ese 8-M?, ¿una mezcla de motivos?). Ese añadido vuelve, sin embargo, la contradicción más patente entre lo que el papa de veras defiende y lo que el papa afirma ahí. En tiempos de posverdad, algunos buscamos rigor y honrar a la verdad, toda la verdad, y solo la verdad, cuando se habla. Huir de las contradicciones. El papa, en cambio, prefiere unirse ahí a la deriva contemporánea de laxitud.

No es nada demasiado grave: desde que surgió el marxismo hasta que se denunció su carácter anticristiano también pasó cierto tiempo; desde que surge cualquier herejía hasta que se acota, también suelen pasar años o decenios. Quizá el problema esté en lo impacientes que somos algunos, que no soportamos más este clima en que nada es ya verdad ni mentira, y todo depende de cuán poderoso sea el que habla para que las cosas se acepten o no.

Pero, ya sea con este papa o con otro futuro, una cosa es segura: la posverdad es un problema de nuestro tiempo que urge atajar. Y estos últimos diez años no nos han ayudado a los que creemos que tal batalla se debe luchar.

Miguel Ángel Quintana Paz

El PP de Extremadura hace suyas las propuestas de la izquierda: el aborto como un derecho y políticas de fronteras abiertas



El jueves por la noche tuvo lugar en el programa 24 Horas que dirige Xavier Fortes una entrevista a la presidenta del Partido Popular en Extremadura y candidata a la Junta, María Guardiola, en la que la política cacereña intentó dar a conocer cuáles serían sus líneas de actuación si los extremeños le brindan su confianza el próximo 28 de mayo en las urnas.

Tras desgranar algunas de sus propuestas para una de las regiones más pobres de España, la líder popular fue preguntada acerca de la posibilidad de pactos con VOX para configurar un hipotético gobierno tras las próximas elecciones regionales. Ante esa pregunta, Guardiola dejó claro que su principal intención era pactar con el PSOE de Fernández Vara y recordó con orgullo que ya le había ofrecido hasta en tres ocasiones diferentes pactos desde que alcanzó la presidencia de los populares extremeños.
Al ser preguntada directamente por un posible pacto con VOX, apeló a que el partido carece en estos momentos de representación en la Asamblea de Extremadura y a que si el 28 de mayo los electores extremeños decidiesen darles escaños en la región serían «bienvenidos» al igual que Podemos a sumarse a los pactos con el PSOE.
Posteriormente, se lanzó al ataque contra la formación de Santiago Abascal en Extremadura al poner en duda que obtengan representación en las próximas elecciones autonómicas, dado que, según Guardiola, «en el mejor momento de este partido, aquí -Extremadura- no ha entrado en la asamblea». Esta afirmación no concuerda ni con las encuestas publicadas hasta el momento, en la que la entrada de VOX es segura, y tampoco con la realidad, dado que el mejor resultado hasta la fecha de la formación verde en la región fueron las elecciones generales de 2019, no las autonómicas y municipales de ese mismo año.
El plato fuerte de la noche llegó cuando la política cacereña defendió todas y cada una de las políticas que la izquierda lleva aplicando desde hace muchos años tanto a nivel nacional como a nivel autonómico. En lo relativo a la ideología de género la candidata fue clara al afirmar que «existe la violencia machista», aceptando de este modo la criminalización de la mitad de la población por ser simplemente hecho de ser hombres.
Al respecto de las personas LGTBI dijo: «Mi gobierno, el gobierno que yo quiero presidir va a ser muy respetuoso y no va a cuestionas a quién se ama y cómo se ama». No es la primera vez que un dirigente del PP acepta el argumentario de la izquierda y deja entrever que VOX no sería respetuoso con las personas LGTBI, algo completamente falso debido a que en muchas ocasiones el partido ha defendido más que ningún otro el artículo constitucional referente a la no discriminación por sexo, raza u orientación sexual.

Guardiola también afirmó de manera categórica que el aborto era un derecho conseguido por las mujeres y que, bajo su gobierno, no se iba a retorcer ni un milímetro en esos supuestos derechos.
No es la primera vez que un dirigente del PP extremeño se muestra abiertamente a favor del aborto, ya lo hizo el expresidente Monago hace más de una década al defender abiertamente la Ley del Aborto de Zapatero, que Rajoy prometió derogar, pero que finalmente no tocó.
Por último, Guardiola defendió las políticas migratorias de puertas abiertas que actualmente rigen en España al explicar las supuestas bondades que la inmigración tiene para España y Extremadura. Cabe recordar que Extremadura tiene la tercera mayor tasa de paro del país con un 17,6%, sólo superada por Andalucía, Melilla y Ceuta, lo que supone que el paro en la región se encuentra más de cuatro puntos por encima de la media nacional.

Alemania, el Papa está solo | Actualidad Comentada | 18-03-2023 | P. Santiago Martín FM



Duración 9:28 minutos

NOTICIAS de la Gaceta de la Iberosfera 18 de marzo de 2023




Tamames intervendrá desde el escaño de Abascal en el debate de la moción de censura


Tamames destaca lo que le une a VOX y a una mayoría de españoles e insiste en la necesidad de elecciones inmediatas

Desgranamos las claves del discurso de Tamames en 3 minutos


El discurso de Tamames en la moción de censura ha sido filtrado. Resumimos la exposición del profesor en 10 puntos en los que se muestra muy crítico con el Gobierno.


Duración 3:32 minutos

NOTICIAS 17 de marzo de 2023



LA GACETA DE LA IBEROSFERA






RELIGIÓN EN LIBERTAD


ADELANTE LA FE


Selección por José Martí

viernes, 17 de marzo de 2023

El fin del sacerdocio



Una de las obsesiones más recurrentes, e insistentes, del camino sinodal alemán es el celibato sacerdotal para los nuevos y para los ya ordenados que quisieran casarse sin tener que renunciar al ejercicio del ministerio. El tema fue aprobado con una abrumadora mayoría, cerca del 95% de los votos en favor. Cuando un sacerdote elige el sacerdocio, debe actuar por vocación, sabiendo que no desempeñará un trabajo como cualquier otro: el celibato, como ha sostenido siempre Benedicto XVI, no debe entenderse como una renuncia, sino como un don, a saber, el de servir sólo al Señor y al rebaño que le ha sido confiado. El sacerdote ya tiene una familia y es la comunidad de los fieles a la que está llamado a servir en el nombre del Señor: “el celibato es posible porque Cristo da la gracia para vivirlo. El sacrificio es el instrumento para poder corresponder a esta gracia».

Desde el Vaticano II hemos vivido, el tema no es nuevo, una lucha sin cuartel contra el celibato que hace sospechar que estamos ante un ataque contra el sacerdocio mismo. Permitir que los sacerdotes se casen no favorecería un aumento de vocaciones, el mismo Papa Francisco está finalmente convencido de ello. Es falso argumentar que, al ofrecer a los sacerdotes el derecho a casarse, también se colocaría una barrera contra los casos de pederastia: una hipótesis que no se sostiene, dado que la gran mayoría de los sacerdotes pederastas tienen tendencias homosexuales, por lo tanto, difícilmente “tratable” con un matrimonio.

El PP se une a la izquierda contra una moción de Vox para suprimir el Ministerio de Igualdad



Este jueves 16 de marzo, el pleno del Congreso de los Diputados votó una moción presentada por Vox relativa al Ministerio de Igualdad.



Una moción de Vox que pedía suprimir el Ministerio de Igualdad

La moción de Vox estaba formada por cuatro punto, el cuarto de los cuales estaba, a su vez, dividido en cuatro apartados. Podéis ver aquí el dosier parlamentario de esta moción. Lamentablemente, el dossier no incluye enlace alguno al texto de la moción presentado por Vox, algo que resulta sorprendente y que saca a la luz, una vez más, las deficiencias de información de la web del Congreso.

El grupo parlamentario de Vox en el Congreso ha publicado hoy una de las páginas de esa moción, en la que se refleja una de las peticiones: la supresión del Ministerio de Igualdad, y su sustitución por un Ministerio de Familia. Esa petición figuraba en el punto 4.a de la moción presentada por ese partido.

Hace un año el PP pidió varias veces eliminar ese ministerio

Recordemos que en febrero de 2022, el PP mostró su apoyo a la supresión de ese ministerio. No fue una posición puntual. El 22 de marzo, la secretaria general del PP Cuca Gamarra defendió eliminar ese ministerio, afirmando que "cuesta mucho dinero a los españoles" y que "no tiene ningún contenido". Gamarra matizó la posición de su partido señalando que "pedir que desaparezca el Ministerio de Igualdad no significa pedir que desaparezca las políticas de igualdad". El PP reiteró esa posición el 13 de diciembre, de cara a la votación, dos días después, de una proposición no de ley de Vox (ver dosier parlamentario) en cuyo punto tercero se incluía la petición de suprimir ese ministerio.

En diciembre el PP se unió a la izquierda contra la eliminación de ese ministerio

Curiosamente, y en contra de lo que había declarado en los meses anteriores y hasta sólo dos días antes, el 15 de diciembre, cuando llegó la hora de votar esa proposición de Vox, el PP acabó rechazando su punto 3º, que pedía la supresión de ese ministerio (se puede ver aquí la página de votación de ese punto). Sólo dos diputados del PP, Jaime de Olano y Ana Pastor, votaron a favor de esa petición de Vox. Todos los demás votaron en contra y unieron sus votos a la izquierda.

El PP vuelve a votar junto a la izquierda en contra de suprimir ese ministerio

Este jueves se volvió a repetir esa situación, pero con la diferencia de que ayer los 87 diputados del PP que participaron en la votación se unieron a la izquierda contra la petición de Vox de suprimir ese ministerio (se puede ver aquí la página de votaciones del citado punto 4.a de la petición de Vox). La diputada del PP Margarita Prohens no tomó parte en esta votación. Los 52 diputados de Vox sólo tuvieron el apoyo del diputado no adscrito Pablo Cambronero Piqueras, exmiembro del grupo parlamentario de Ciudadanos.

Silencio en los medios afines al PP

Como cabía esperar, ninguno de los medios afines al PP han dado noticia de la posición de ese partido en esa votación. El Partido Popular tampoco ha dado ninguna explicación sobre su alineamiento de ayer con la izquierda y con el favor parlamentario que le ha hecho a Irene Montero al rechazar la petición de Vox de suprimir ese ministerio, una posición difícilmente explicable en plenos escándalos por las rebajas de penas a violadores y por la ley trans, dos iniciativas surgidas del departamento que dirige esa ministra de Podemos.

Elentir

Homilía de Hoy │Viernes, III Semana de Cuaresma│17-03-2023 │P. Santiago Martín, FM



Duración 8:10 minutos

jueves, 16 de marzo de 2023

Noticias 16 de marzo de 2023



LA GACETA DE LA IBEROSFERA

La moción de censura contra Sánchez, encabezada por Tamames, se debatirá el 21 de marzo

Tamames, un candidato idóneo para el PP al que los de Feijoo no apoyarán contra Sánchez

Tamames intervendrá desde el escaño de Abascal en el debate de la moción de censura

Tamames destaca lo que le une a VOX y a una mayoría de españoles e insiste en la necesidad de elecciones inmediatas

INFOVATICANA

El vicepresidente del episcopado alemán desafía a Roma y anima a parejas gays que acudan a las iglesias para ser bendecidas


EL ESPAÑOL DIGITAL


La última ‘genialidad’ de Religión Digital es… ¡Seminarios mixtos!


SECRETUM MEUM MIHI


Viena en alerta por posible ataque islamista contr...


SPECOLA

El tribunal único del Vaticano crecido, la Secretaría estafada, menos seminaristas, Ortega desatado con «Pancho Lucifer»o «Paco Pistolas», «caput mundi», la obediencia en la iglesia.


(Un fragmento del artículo de Specola)

Peter Kwasniewski presenta «Obediencia verdadera en la Iglesia». «Obediencia es ahora una palabra obsoleta, lo que hace que la mayoría de la gente se burle. Ya nadie quiere obedecer porque está convencido de que atenta contra la libertad individual, fetiche sagrado de la actualidad. También está convencida de que tiene que ver con la opresión y el abuso de poder. Esto, lamentablemente, sucedió y aún sucede». «Santo Tomás enseña que la verdad y la caridad existen antes que la obediencia. Llego a conocer la verdad, la amo porque es buena. En consecuencia, mi voluntad responde con un acto de obediencia». “Y aquí llegamos al meollo del asunto. El poder de una autoridad para hacer cumplir moralmente lo que manda reside en el bien común, de modo que si la autoridad usa su oficio de una manera abiertamente contraria al bien común, entonces tal mandato carece intrínsecamente de carácter moralmente vinculante». «La autoridad es constituida por Dios para el bien común que es, para la Iglesia, la salus animarum. Esta es la razón de toda ley de la Iglesia, la sal de la misión que Cristo mismo le ha encomendado, como se encuentra claramente escrito en el Código de Derecho Canónico».

«El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».

ACIPRENSA

Papa Francisco a budistas: La cultura del encuentro derriba los muros que nos dividen

Selección por José Martí

Santiago Abascal responde a Pedro Sánchez en el Congreso

VOX ESPAÑA


17:27 MINUTOS


ESTE DISCURSO ES DEL 24 DE ENERO DE 2023, PERO COMPLETAMENTE ACTUAL

Noticias del 13 al 15 de marzo de 2023


LA GACETA DE LA IBEROSFERA

La moción de censura contra Sánchez será el próximo martes, 21 de marzo

La moción de censura contra Sánchez, encabezada por Tamames, se debatirá el 21 de marzo

El eje izquierda-derecha: la ficción que no ayuda a entender el mundo de hoy

Zapatero, la semilla que explica la España de hoy: fin de la reconciliación, Frente Popular y adoctrinamiento ideológico

La tasa de fertilidad de España no remonta: es el segundo país con menos hijos por mujer de la UE

Trump afirma que es el único candidato a las presidenciales capaz de «prevenir la tercera guerra mundial»

RELIGIÓN EN LIBERTAD

El Papa da dos entrevistas a medios argentinos: ideología de género, tradicionalistas y su renuncia

SPECOLA

Diez años después del Papa Francisco: muchos errores y poco que festejar, Soros y Ucrania, Ortega y señora, católicos en Alemania.

Luces, sombras y penumbras del Papa Francisco, los poderosos y sus guerras, los números del Vaticano, inmigración y jubileo, el microchip.

ADELANTE LA FE

Viganò desenmascara el plan del Vaticano para expulsar a unas monjas tradicionalistas (1ª parte)  (2ª parte)

Selección por José Martí

domingo, 12 de marzo de 2023

Noticias del 12 de marzo de 2023


LA GACETA DE LA IBEROSFERA

Multitudinaria marcha en Madrid en defensa de la vida: «Alcemos la voz por los que no la tienen»

VOX acude a la Marcha por la Vida y denuncia las «leyes de la muerte» del Gobierno

El 11 de marzo o la apoteosis de la traición

Colapso en algunos registros civiles por la avalancha
de peticiones de cambio de sexo de hombres

La indolencia de Marruecos provoca la llegada de más de 2.000 ilegales a Canarias en lo que va de año

INFOCATÓLICA

¿Existe el derecho a la objeción de conciencia ante el aborto?

El Papa Francisco llama a la ideología de género «una de las colonizaciones ideológicas más peligrosas» de la actualidad

La ONU hostiga a católicos provida

INFOVATICANA

El obispo Munilla alza la voz contra el cisma alemán y pide rezar por el Papa

El obispo de Córdoba pide vocaciones sacerdotales: «Está en juego el presente y el futuro de la Iglesia diocesana»

SPECOLA

El humo del infierno en la Iglesia y la victoria final (Padre Alfonso Gálvez)

ADELANTE LA FE


Homilía del 11 de marzo de 2012

Duración 53:46 minutos