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jueves, 15 de abril de 2021

¡BRUTAL! ROCÍO MONASTERIO Y VOX CONTUNDENTES EN ANTENA 3: AYUSO, EL PP, "ECOTURISTAS"...

ROBERSR


Duración 10:17 minutos

LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA EN CHINA ... y otros

SPECOLA


En la audiencia virtual de ayer el Papa Francisco se hacía, nos hacía, estas preguntas: «¿Cómo rezo? ¿Como loros o rezo con el corazón? ¿Cómo rezo? ¿Estoy seguro de que estoy en la Iglesia y rezo con la Iglesia, o rezo según mis ideas y hago que mis ideas se conviertan en oración? Esta es una oración pagana, no cristiana»

- Así vamos llegando a lo que un artículo de hoy llama el «pensamiento Bergoglio» marcado por un populismo que recuerda a Perón vestido de teología del pueblo

- La lista de elementos ideológicos se alarga: 

la propiedad privada como «derecho natural secundario»; 
la feroz crítica del neoliberalismo, 
la del capitalismo, 
la defensa de la santa globalización y los nuevos órdenes, 
el migracionismo, 
los calentamientos, 
el «prejuicio» anti-occidental, 
el «mito del pueblo»… 

En palabras de Sandro Magister, un populismo indefinido que echó raíces en tierras sudamericanas en la época de los caudillos. 

El «Pensamiento Bergoglio» se presenta como una mezcla de cosas de tan complicado discernimiento e interpretación que puede que estemos buscando algo que no existe y por eso no lo encontramos.

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- En la China de los acuerdos secretos del Papa Francisco:
El régimen comunista ordena cerrar los orfanatos de religiosas y trasladar a los niños huérfanos y discapacitados a instituciones estatales
- Hace pocos días se difundió la noticia desde Shanghai: «debido a la pandemia del Covid-19, cualquier peregrinación a Sheshan estará prohibida». 

- Casos similares ocurren en iglesias y en escuelas de todos los niveles:

Se han cerrado muchas iglesias; 
los jóvenes menores de 18 años tienen prohibido participar en cualquier actividad,
se cerraron los seminarios menores; 
las publicaciones de la iglesia han sido suspendidas, 
todas las iglesias están obligadas a colgar carteles y banderas para promover las ideas del Partido Comunista. 

Estos son algunos de los frutos del acuerdo que contempla con gran optimismo nuestro Parolin.

Specola

’14 de Abril: nada que celebrar’ con Pío Moa

 EL TORO TV

Duración 16:14 minutos

https://eltorotv.com/programas/el-gato-al-agua/14-de-abril-nada-que-celebrar-20210414

Liberal: Jesuita quiere OBLIGAR a la gente a celebrar según el Novus Ordo

 ES NEWS


El prominente sacerdote pro-gay Thomas Reese - que se presenta a sí mismo como “liberal” - pide que se anule el Motu Proprio Summorum Pontificum que liberalizó la celebración del Rito Romano Original.

El jesuita escribió el 13 de abril en el sitio web religionnews.com que “se presumía” [por parte de algunos anticatólicos] que la Misa se desvanecería, y sería sustituida por la Eucaristía del Novus Ordo de Pablo VI, de 1969.

Recuerda que los obispos tenían autoridad para perseguir la Liturgia Romana en sus diócesis, pero Summorum Pontificum permite que cada sacerdote celebre la Misa, le guste o no al obispo local.

Sin embargo, Reese quiere restar poder a los sacerdotes y volver al antiguo régimen represivo: “Es hora de devolver a los obispos la autoridad sobre la liturgia tridentina en sus diócesis”.

Reese desea que desaparezca -lo que él llama- la “liturgia no reformada” y “permitirla” sólo por “amabilidad pastoral hacia las personas mayores que no entienden la necesidad del cambio”, aunque “las personas mayores que no entienden la necesidad del cambio” se encuentran en el grupo del Novus Ordo de Reese. El propio Reese tiene 75 años.

Él sugiere que “no se permita a los niños y a los jóvenes asistir a Misa”. Este método se utiliza actualmente en China. Evidentemente, Reese no confía en la liturgia del Novus Ordo, ya que cree que hay que obligar a la gente a participar en ella.

miércoles, 14 de abril de 2021

Sorpresa: las 15 monjas del Rito Antiguo se han ido

 ES NEWS


Las 15 Hermanas Carmelitas del Rito Antiguo que llegaron en 2017 desde Valparaíso (Nebraska), a Filadelfia con el fin de hacerse cargo del Carmelo local sobrepasado han abandonado abruptamente el monasterio y han regresado a Valparaíso.

Según publica el 12 de abril el sitio web nonvenipacem.com, las monjas partieron el 9 de abril por razones desconocidas. Desde que se hicieron cargo, todas las monjas originales del Novus Ordo de Filadelfia, excepto una, han muerto. La hermana sobreviviente se quedó atrás. El Carmelo de Filadelfia se fundó en 1902.

Las monjas de Valparaíso fueron invitadas por el anterior arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, porque el Carmelo de Filadelfia se enfrentaba a una dramática escasez de hermanas. Chaput fue sustituido en febrero de 2020 por el obispo seguidor de Francisco Nelson Pérez.

El sacerdote y autor jesuita estadounidense Thomas Reese ha pedido en un artículo publicado en Religion News que se prohíba a niños y jóvenes, al menos, la asistencia a Misas según la llamada ‘forma extraordinaria’. (Carlos Esteban)



Reese, autor y comentarista entusiasta de la ‘renovación’ e influyente en la opinión católica de Estados Unidos, no quiere más Misas tridentinas. En su opinión, solo se toleraron en el entendimiento de que irían desapareciendo poco a poco, a medida que los ancianos nostálgicos del viejo rito fuera muriendo o ‘entrando en razón’.

Escribe Reese: “Tras las reformas paulinas de la liturgia, se suponía que la Misa “Tridentina”, en latín, iría desapareciendo. Se dio a los obispos la facultad de suprimirlas en sus diócesis, pero algunas personas se aferraron a la vieja liturgia hasta el extremo del cismas”.

“Benedicto retiró a los obispos su autoridad y ordenó que cualquier sacerdote pudiera celebrar Misa tridentina cada vez que le diese la gana”.

“Es hora de devolver a los obispos la autoridad sobre la liturgia tridentina en sus diócesis. La Iglesia tiene que dejar claro que quiere que la liturgia previa a la reforma desaparezca y que solo la tolerará por amabilidad pastoral hacia los mayores que no comprendan la necesidad de cambiar. No se debería permitir a niños y jóvenes asistir a tales Misas”.

Reese suele identificarse como un teólogo “liberal”, lo que se advierte en su predisposición a prohibir. El teólogo, por lo demás, tiene 75 años, es decir, podría estar en ese grupo de nostálgicos de los que habla. Y realmente se podría sospechar que actúa por nostalgia, nostalgia de ese ‘espíritu del concilio’ durante el cual se daba por descontado que cada párroco podría ‘experimentar’ con la liturgia, usando su templo como laboratorio de la propia ‘creatividad’ y a sus feligreses como conejillos de Indias.

Carlos Esteban

Aniversario. En recuerdo a Antonio Livi, verdadero defensor fidei, a un año de su muerte



Aniversario / En recuerdo a Antonio Livi, verdadero defensor fidei, a un año de su muerte. Un artículo del blog de Aldo María Valli

En homenaje a Livi y a su temple de defensor fidei vuelvo a compartir con vosotros amplios extractos de la entrevista que concedió en 2018.


Duración 10:31 minutos

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Traducido por Miguel Toledano para Marchando Religión


La pastoral del Papa Francisco, ya aplicada durante décadas al norte de los Alpes, conduce a una Iglesia moribunda. ¿Cómo no se da cuenta el papa Francisco?

Porque a él lo eligieron precisamente para eso. Él mismo lo dijo: «mis hermanos cardenales me han elegido para que me ocupe de los pobres y para que lleve adelante la reforma». En realidad, se trató del grupo de teólogos de Sankt Gallen, en Suiza, Godfried Danneels, Walter Kasper y otros, que ya con ocasión de la elección de Benedicto XVI tenían la idea de que el papa que podía avanzar la reforma en la Iglesia, en el sentido luterano del término, podía ser él, Bergoglio.

Una reforma en sentido luterano; porque la pastoral o política de entendimiento interreligioso con los luteranos y también con todos los demás trata de lograr que los luteranos sean apreciados y aprobados, de forma que el catolicismo sea cada vez más redimensionado en el sentido de arrepentirse de todos sus pecados.

Oficialmente, el teólogo del papa Francisco, el más cercano a él, Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, publica artículos de uno de sus hermanos jesuitas, Giancarlo Pani, el cual sigue diciendo lo siguiente: la Iglesia del siglo XVI se equivocaba, pecó en su relación con Lutero. Lutero tenía razón y actualmente es necesario rehabilitarlo y hacer lo que él quería. Una Iglesia sin sacerdocio, una Iglesia sin magisterio, una Iglesia sin dogmas, una Iglesia sin interpretación oficial de la Sagrada Escritura, puesta a cargo de personas que la interpreten a través de su libre examen según el supuesto espíritu que aquélla les sugiera. Una Iglesia sinodal, en la que los sacerdotes, obispos y papa ya no sean expresión de lo sagrado, sino de la política, de la comunidad, que elige y nombra.

El mismo Papa se expresa así: «Hay que lograr la Iglesia del pueblo». Pero el pueblo es una imagen puramente retórica. Ya no se saber ni lo que quiere decir pueblo, que es una multitud de personas distintas. Incluso en política, la expresión «pueblo» es puramente retórica, cuánto más en teología. Por ejemplo: decir que el pueblo quería cambiar la Misa es una tontería, esto nunca fue ni posible ni acreditado. Al pueblo pertenecen los que, como el Padre Pío en su momento, estaban llenos de fe, y también quienes no tienen fe alguna. Al igual que los que querían reformar cosas porque la Misa en latín no les gustaba y la querían en italiano, aunque no entendieran las palabras de la Misa ni en latín ni en italiano. La Iglesia jamás ha llevado a cabo acciones de forma «democrática», como cuando se eligen representantes procedentes de una base de representados: nunca trató lo que debe enseñar en función de lo que piensa la gente. La Iglesia debe enseñar lo que dijo Jesús: ¡la cuestión es bastante simple!

¿Seguro que la elección del Papa Francisco fue orquestada?

Sí, estoy absolutamente seguro de ello. Entre otras cosas, lo sé por numerosos testimonios. Es una certeza histórica. Las certezas históricas se basan siempre en testimonios. Los testimonios son falibles, pero en mi opinión es muy probable que las cosas fueran así. Nadie ha sugerido ninguna otra tesis. No obstante, a veces se dice una cosa absurda: vamos, que el Papa Francisco fue elegido porque lo quiso el Espíritu Santo. Menuda tontería. El Espíritu Santo inspira a todos los hombres para que hagan el bien, pero no todos los hombres hacen lo que el Espíritu Santo inspira: algunos hacen cosas buenas y otros hacen cosas malas.

Si pienso en el cardenal Kasper, que ya antes era herético y quería destruir la santa Misa, el matrimonio, la Comunión y el derecho canónico, y que ahora dice el Papa que es su teólogo por excelencia y le pide que organice el Sínodo de la familia, me digo a mí mismo: esto está totalmente orquestado. Y todo esto repercute sobre todo: reconocimiento de Lutero, preparación de una Misa en la que la Consagración ya no sea la Consagración, en la que el término «sacrificio» quede eliminado, para que guste a los luteranos.

Estamos ante lo mismo que pasó con Pablo VI, quien, en la Comisión del Concilio Vaticano II presidida por Annibale Bugnini, encargada de preparar el Novus Ordo Missae, dio entrada a luteranos para que dijeran lo que les gustaba y lo que no de la Misa católica. ¡Qué absurdo! Ahora sabemos que se trata de un plan muy bien orquestado, que no data de ahora, sino de comienzos de los años sesenta.

Durante más de cincuenta años, los teólogos heréticos, malvados, han tratado de conquistar el poder y ahora lo han conseguido. Por eso hablo de herejía en el poder. Herejes no son los papas; nunca he dicho esto de ningún Papa. Los papas han sufrido dicha influencia sin oponerse a ella. Han seguido esa idea loca de Juan XXIII, que decía lo siguiente: afirmemos la doctrina de siempre, pero sin condenar a nadie. Esto es imposible; la condena forma parte de la explicitación del dogma, es la otra cara de la moneda. Si se quiere aplicar el dogma en los tiempos actuales, en los que existen herejías, hace falta necesariamente condenarlas. No condenar nada significa aprobar todo; y aprobar todo significa que la fe católica deja de existir.

Ud. habla de herejía en el poder. ¿Qué quiere decir?

No quiero decir personas que profesen formalmente una herejía, porque si fuesen autoridades eclesiásticas resultarían excomulgadas sin poder seguir ejerciendo su función, sino herejías profesadas formal e insistentemente por teólogos que tuvieron mucho poder al comienzo del Concilio Vaticano II, gracias o a causa de Juan XXIII, y también en el postconcilio, porque todos los papas han continuado tratando con respeto a estos teólogos heréticos. Algunos, como Benedicto XVI, tanto como prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe como ya Papa, han mantenido una posición ortodoxa y piadosa por lo que se refiere a la adoración de Dios y al respeto de la sacralidad de la Encarnación, pero en definitiva también estaban unidos de hecho a estos teólogos heréticos. Cuando Benedicto XVI, en calidad de Papa, habla de Karl Rahner, dice claramente que ambos estaban de acuerdo en apoyar a los obispos para orientar el Concilio en una cierta dirección, dirección horrible, y que sólo después se separaron por ciertas desavenencias.

Benedicto XVI, como Papa, también ha dicho que Hans Küng le pidió cambiar el dogma de la infalibilidad y que él le respondió: «Sí, lo pensaremos». Quiero decir que ninguno de los papas ha tenido una actitud firme de condena de los teólogos neo-modernistas, sino que por el contrario han tenido una actitud comprensiva con ellos. En mis libros nunca condené personas, sino teorías, cuando éstas eran objetivamente incompatibles con el dogma católico. Las intenciones y relaciones con personalidades no me interesan. Soy experto en lógica y únicamente puedo examinar una proposición, un método, y en este sentido realizo afirmaciones que sean absolutamente ciertas e incontestables. Cuando critico la tendencia a la herejía en Benedicto XVI no ignoro que es santo y que ha hecho muchas cosas buenas en la pastoral de la Iglesia, así como que siempre ha tenido recta intención. Pero esto no quita nada al hecho de que siempre ha manifestado simpatía por el neo-modernismo, que consiste sustancialmente en dos cosas: ignorar la metafísica y querer explicar el dogma con criterios de hermenéutica basados en el existencialismo y la fenomenología; o sea, ignorar – cosa terrible y muy tonta – las premisas racionales de la fe, que santo Tomás denomina praeambula fidei.

Juan XXIII dijo que la Iglesia no condena a nadie, pero en la actualidad la herejía que ocupa el poder condena a quienes defienden la doctrina católica. ¿Qué ha sucedido?

Desde Juan XXIII se tiene la idea de que la pastoral de la Iglesia consiste en traducir el dogma en un lenguaje comprensible, aceptable para el hombre moderno – cosa que es un mito, una fantasía – y en encontrar el bien incluso en las posiciones teóricas más contrarias al dogma. Yo sostengo que se trata de una pastoral que, en cuanto tal, es errónea y nociva para la Iglesia, y en cuanto teoría se trata de una acción, una praxis errónea que doctrinalmente no tiene apoyo alguno de infalibilidad. La praxis puede ser errónea por ser acto derivado de un juicio prudencial que puede juzgarse erróneo por quien expresa otros juicios prudenciales, como los míos, que son juicios no apoyados en la infalibilidad. Así, cuando yo critico esta pastoral, que me parece desastrosa, utilizo juicios, adjetivos y adverbios que dejan claro que se trata de mi opinión. Dios juzgará, pero no hay nada dogmático en el hecho de juzgar la conveniencia de una línea pastoral. Los que hacen daño a la Iglesia consideran dogmáticamente la pastoral del Concilio y de los papas siguientes al mismo como la única necesaria y hablan de «nuevo Pentecostés de la Iglesia» y de «intervención del Espíritu Santo», como si tales juicios prudenciales, que yo considero erróneos, fuesen por el contrario dogmáticamente infalibles e incluso santos y constituyesen lo único que la Iglesia puede hacer.

Por eso hay también opresión por lo que se refiere a aquéllos a quienes critican. Critican una opinión legítima en nombre de una opinión ilegítima, que es pensar que la Iglesia debería necesariamente aplicar este tipo de pastoral fundada en cosas absurdas, como por ejemplo la noción del «hombre moderno», que no existe. En Europa hay una gran diversidad de hombres modernos. La cultura de Polonia, Hungría, Eslovenia o París son completamente diferentes. Piensan que el hombre moderno sería el de París o Francfort, pero ignoran completamente África, América latina, una gran parte de Asia, ignoran que en la conciencia de todos los hombres hay mucho más de lo que leen en los periódicos, revistas, publicaciones académicas. Por ejemplo: me parece falso pensar que el hombre moderno es ateo. Todo hombre tiene la certeza de que Dios existe, basada en el sentido común. Los pastores de almas que confiesan a moribundos lo saben muy bien. Incluso Voltaire, en el último momento, pidió un sacerdote para que le diese la absolución. Sabía muy bien que Dios existe y que Jesucristo es Dios.

¿Piensa que la teología de Joseph Ratzinger podría ser la salida a la crisis de la Iglesia?

Absolutamente no. Por lo que ya he dicho. Ya en su «Introducción al Cristianismo» demostraba una cultura católica influenciada por la cultura protestante, y en teología se comportaba a partir de un combate voluntario contra el neotomismo y la neoescolástica, con sus preambula fidei y su teología natural. Para él, se pasa directamente del ateísmo a la fe, cosa que la Iglesia rechaza dogmáticamente, como afirma el Concilio Vaticano I; la encíclica Fides et ratio dice lo contrario. No se pasa del ateísmo a la fe, se pasa del conocimiento natural de Dios a la fe únicamente a través de los preambula fidei, si se busca la salvación y se tiene la posibilidad de comprender la veracidad del mensaje de Cristo.

En todo caso, me parece que el pensamiento de Ratzinger puede ser criticado como teólogo; otra cosa es su acción pastoral como prefecto de la Congregación para la fe y luego como Papa. Como Papa hizo muy poca pastoral dogmática, hizo pastoral que yo llamo «literaria». Produjo documentos que se derivan más de la teología que del magisterio. Si se hace teología y se pone el trabajo propio al mismo nivel que el de los teólogos, ya no se está haciendo magisterio, que consiste en volver a proponer el dogma para explicarlo. Sus encíclicas son al noventa por ciento pura teología y empleó una gran parte de su pontificado escribiendo los tres volúmenes de su Jesús de Nazaret.

El año pasado Ud. denunció la persecución contra su persona y contra quienes no se alinean con la dictadura el relativismo. ¿Se mantiene aún dicha persecución?

Va de mal en peor, y dicha persecución se justifica con ciertas afirmaciones imprudentes por parte del Papa actual. Todos los fieles a la doctrina, al derecho canónico, los que quieren que no se excluyan las certezas de la fe, son abiertamente acusados de herejía. Herejía pelagiana y gnóstica. En realidad, el Papa mira a aquéllos animados de buenas intenciones que firmaron primero las Dubia y luego la Correctio filialis y les responde: «Sois fanáticos». El Papa y todos los demás ignoran que hay dos niveles en la fe de la Iglesia: el nivel del dogma, las certezas absolutas, que son poco numerosas; y el nivel de las explicaciones y aplicaciones del dogma, que llegan hasta la pastoral; estas últimas son numerosas, pero se refieren únicamente a lo accidental. Sobre lo sustancial, por el contrario, no caben escuelas de pensamiento. La fe de la Iglesia es siempre la misma y quienes se adhieren a ella no pueden ser reprendidos, no deben ser perseguidos: se les debe ayudar a cumplir con su deber y es necesario darles la razón. Llegará el día en que el Papa lo haga; cuando Dios quiera.

¿Qué les pasa a los que no se doblegan? ¿En qué consiste la persecución?

Todo el mundo puede verlo. Pienso lo que les ha sucedido a los Franciscanos de la Inmaculada y a cuantos escriben libros y hacen una pastoral de clarificación y de superación de la desorientación pastoral, cuyos libros y conferencias en muchas diócesis son prohibidas

Yo, por ejemplo, dirijo una serie de publicaciones que, con el título de Divinitas Verbi, ha producido ya seis números. Pues bien, han sido rechazados en librerías católicas, sin que figuren tampoco en sus escaparates. Tampoco los cita Civiltà Cattolica entre sus recensiones. Esto llama la atención. Avvenire los combate abiertamente. En Italia, toda la prensa católica oficial (Civiltà Cattolica, Avvenire, Famiglia Cristiana, Ediciones Paulinas), practica un ostracismo frente a esta buena doctrina o si acaso la cita en términos despectivos, como si fuese obra de un lunático. El diario de la Conferencia Episcopal Italiana, que acoge los peores tratados de fe y los exalta como si ejemplos que permiten el progreso de la reforma dentro de la Iglesia, cuando yo me dirigí al mismo diciendo que no me parecía bien que Avvenire publicase una catequesis de Enzo Bianchi – que practica un ateísmo disfrazado de «buenismo» y que dice abiertamente que Jesús es una criatura y que Dios se hizo hombre y, por consiguiente, dejó de ser Dios para ser sólo hombre – me atacó duramente. En la sección de cartas al director, que todo el mundo lee, afirmó que soy un lunático, mentiroso, incompetente… yo, que escribí en dicho periódico durante más de treinta años, antes de la «transformación».

Esta «conjura del silencio» por lo que se refiere a los hombres como yo produce un efecto limitativo con ese ostracismo, que perjudica gravemente el trabajo académico y editorial, puesto que si los libros no son aceptados en las librerías ni se venden, resulta inútil escribirlos. Sea como sea, lo importante es reconocer la herejía y la pastoral que la favorece. Es lo que se escribe en la Correctio filialis titulada De hæresibus propagatis, a saber, corregimos al Papa no por ser herético – jamás diría yo eso – sino porque su pastoral favorece la propagación de la herejía. Por lo demás, ha puesto al frente de la Iglesia a los peores herejes, a los que ordena escribir sus encíclicas.

Francisco dijo a Eugenio Scalfari que el Infierno no existe. ¿Le convierte eso en hereje?

No. El Papa sería herético sólo si afirmase estas cosas formalmente. Él deja que se digan. Como lo hace, por ejemplo, dejando decir al General de los jesuitas que no se sabe cuál es la doctrina histórica de Jesús porque en aquella época nadie tenía una grabadora para registrar sus palabras o que el demonio es un símbolo del mal. Éstas no son, por tanto, doctrinas expresadas por él, que, por el contrario, en Gaudete et exultate afirma que el demonio es una persona viva y verdadera. Pide que sean otros los que las digan en el marco de la praxis. Una praxis funcional que crea confusión y un contexto favorable a las reformas que él quiere llevar a cabo, y frente a las que cualquiera que se oponga es acusado de ser jansenista y gnóstico.

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A finales de 2018 el inolvidable monseñor Antonio Livi escribió el prólogo al libro de Aldo Maria Valli y Aurelio Porfiri Desarraigados. Diálogos acerca de una Iglesia líquida (editorial Chorabooks). 

En dicho texto se podía leer, entre otras cosas, la siguiente: “Conozco a Aurelio Porfiri y a Aldo Maria Valli desde hace muchos años, y ello por diversas razones. Me cabe poder expresar algunas ideas sobre este texto, Desarraigados, en el cual los dos autores tratan de plantar cara a algunos problemas de plena actualidad en la Iglesia, una Iglesia en gran crisis, casi líquida, como dice el subtítulo del libro.

Los autores Aurelio Porfiri y Aldo Maria Valli hablan como católicos, sincera y profundamente creyentes, y no temen que cuanto escriben pueda atraerles enemigos: la verdad tiene derechos que son superiores al interés personal. Como dice el Evangelio, la verdad os hará libres, no las conveniencias dictadas por exigencias de carrera… 

Querría decir lo siguiente a estos dos amigos míos: no os dejéis silenciar o atemorizar por cuantos os perjudiquen pública u ocultamente. Al revés, sabiendo con certeza que defendéis la verdad del Evangelio frente a la herejía o a la instrumentalización política, ¡alegraos y regocijaos ante la persecución! Sufrir por la verdad de Cristo en esta tierra es título cierto de mérito para gozar de la paz y alegría del paraíso cuando nos diga nuestro Señor Jesús: adelante, siervo bueno y fiel: ¡has sido fiel en las cosas pequeñas y ahora te concedo un gran premio!”.

“Futuro brillante”: Arzobispo escribe tratado sobre el Rito Antiguo

ES NEWS


Fue el “gran consuelo” que experimenta al celebrar el Rito Romano original en su capilla de retiro de Sioux Falls lo que lo inspiró a predecir la restauración inminente de esta liturgia, escribe el 13 de abril el arzobispo Thomas Gullickson escribe en el sitio web utadmereamur.blogspot.com.

Gullickson expresa optimismo “en nuestro brillante futuro”, porque mucha gente buena está abandonando la “corriente principal del Novus Ordo” - que odia el Rito Antiguo tanto como Hans Küng - en dirección al Rito Romano.

También hay más sacerdotes de mediana edad que aún no han sido conquistados personalmente por el Vetus Ordo, pero lo celebran para los fieles.

Gullickson anima a los obispos a seguir el ejemplo de los jóvenes, a celebrar el Rito Antiguo y a empezar a utilizar el Breviario antiguo.

Él planea escribir un tratado sobre su optimismo en un futuro brillante del Rito Romano.

Para los oligarcas, el Covid es peligroso sólo durante la Misa: - 10.000 ciclistas los IGNORAN



Diez mil ciclistas acudieron el 11 de abril en masa al monasterio de Jasna Gora en Częstochowa (Polonia), para una peregrinación al aire libre. La prensa mentirosa de los oligarcas no estaba contenta con esto, pero despotricó sobre una “violación de las normas del coronavirus”.

Sin embargo, el padre Michal Legan explicó que los peregrinos llevaban mascarillas y respetaban las distancias sanitarias. Uno de los peregrinos dijo que el Covid puede ser peligroso, “pero la tradición y la fe hacen maravillas”.

El padre Waldemar Cisło observó en su homilía que “volvemos a ser testigos de la situación en la que personas poderosas quieren convencernos de que si sacamos a Dios del corazón del hombre, de nuestras escuelas, de nuestras familias, de los lugares de trabajo o de estudio podríamos lograr la felicidad deseada”.

Él notó que el coronavirus “se volvió contagioso solo en los lugares de culto, y no en el metro o en los centros comerciales”.

martes, 13 de abril de 2021

Algunas aclaraciones y una reflexión



El cardenal Newman tuvo que escribir un libro —la Apologia pro vita sua— para exponer cuáles habían sido y cuáles eran sus opiniones religiosas a fin de defenderse de los que con buena o mala intención tergiversaban sus escritos. Yo estoy muy lejos de ser Newman y no voy a escribir un libro, pero me parece necesario exponer algunas aclaraciones y una reflexión frente a muchos lectores del blog que interpretan caprichosa o maliciosamente lo que digo.

1. Considero que es falta de realismo afirmar que la pandemia es un armado de las fuerzas sinárquicas. No sé cómo ni de dónde salió el virus; tampoco le hago mucho caso a las estadísticas de la OMS, organismo en el que creo poco y nada, y presto escépticos oídos a lo que narran los médicos, sean “por la verdad” o sean “por la mentira”. Me refiero a mi experiencia, que es la base primera y firme de cualquier pensamiento realista. En mis más de cincuenta años nunca conocí a una sola persona que haya muerto de gripe. En los últimos meses, han muerto varios conocidos de esta nueva “gripe”, otros estuvieron a punto de morir y algunos están en eso ahora mismo. Y conozco a otros que superaron la “gripecita” sin demasiadas complicaciones, pero que al tiempo le han aparecido secuelas graves. Mi experiencia me dice, entonces, que estamos frente a una nueva enfermedad, que es grave y que, aunque no tenga índices de mortalidad muy elevados, son lo suficientemente altos como para afectar a una parte importante de la población y complicar la atención de la salud del resto.

Es ridículo quedarse en una discusión semántica sobre si es pandemia o epidemia. Poco importa. Llámenla “peste”, un nombre más añejo si quieren, pero no puede negarse lo que la evidencia y la experiencia demuestran. Hacerlo implica privilegiar las propias ideas por sobre la realidad, y a eso se llama ideología, y a esa ideología algunos la llaman conspiranoia.

2. Acudiendo nuevamente al realismo, el dato histórico nos indica que cuando aparecían las pestes u otras desgracias que asolaban países o regiones, surgían paralelamente teorías conspirativas con respecto a su origen. Cuando los miembros de una mayoría experimentan un shock, suelen echar la culpa a un objetivo específico para así dotar de sentido a un suceso dramático y aumentar su sensación de poder. El incendio de Roma fue adjudicado a los cristianos; la Peste Negra del siglo XIV a los judíos que envenenaban las fuentes; la peste de Milán del siglo XVII a los untadores enviados por ciudades rivales, y el Covid del siglo XXI a Bill Gates y toda su camarilla de personajes siniestros.

Las conspiraciones ciertamente existieron y existirán, y no tengo elementos ciertos para afirmar o negar que Gates y Soros estén detrás de la peste actual con el fin de dominar a la humanidad. Y nadie tiene esas evidencias. Estimo que si tal conspiración existiera, sus autores serían lo suficientemente sagaces como borrar sus huellas. En todo caso y con mucha suerte, sabremos si hubo conspiración dentro de algunas décadas.

En conclusión, cualquiera es libre para creer en una conspiración mundialistas detrás del Covid, pero que tenga claro que “cree” en ella, es decir, que se trata de un acto de voluntad y no de una aceptación de la evidencia por parte de la inteligencia.

3. Al leer muchos de los comentarios al último post, pareciera que sus autores consideran que yo soy poco menos que un agente de Pfizer y que trato de convencer a lectores a que corran a vacunarse. Lo que yo señalé fueron los cuestionamientos éticos que muchos aducen para cuestionar las vacunas, y lo hice con las preguntas que les hace a ellos mismo el Prof. Roberto de Mattei, y que se mantienen en el plano estrictamente lógico. Yo no entro en cuestiones científicas porque no soy competente para hacerlo, y estimo que la mayoría si no todos los lectores, tampoco lo son.

En cuanto a la seguridad o peligrosidad de las nuevas vacunas, no conozco más que lo que conoce cualquiera que lee un medio de prensa. Por eso mismo, creo que la decisión de aplicarse la vacuna contra el covid es una cuestión prudencial, es decir, cada uno lo verá de acuerdo a sus circunstancias. En mi caso particular, me vacunaré cuando llegue el momento, y espero poder hacerlo con la vacuna de Sinopharm que utiliza virus inactivados, una tecnología ya probada durante décadas (por las dudas aclaro que no estoy pagado por el gobierno de Pekín, que no hago propaganda de ese vacuna y, menos aún, que incito a recibirla).

Y una reflexión final: Como bien dijo un comentarista, la reacción de muchos de los lectores del blog en la última semana ha terminado siendo un interesante experimento para conocer la mentalidad de ciertos católicos. Estoy seguro que si hubiese escrito un post cuestionando algunos aspectos del dogma de la Santísima Trinidad no hubiese tenido 170 comentarios, más otros tantos que eliminé. Algunos de ellos decían que los artículos eran una prueba más de la estrategia de Bill Gates y compañía que atenazaba al resto fiel por izquierda y por derecha. Y otros expresaron la misma idea en las redes sociales: Infovaticana, la Cigüeña de la Torre, de Mattei y yo mismo estábamos comprados por los gerentes del NOM. Otro me decía lo siguiente: “Pero vos wanderer , con el post del otro día , sos cómplice de genocidio. Cuando ande por cerca tuyo , pasaré a decírtelo en la cara. Miserable”.

Se trata de gente para quienes la “falsemia” es parte de la fe, y quienes consideramos que se trata de una real epidemia, somos herejes que debemos ser combatidos. Para ellos, se debe comprar el combo completo: los dogmas definidos, los que aún no están definidos, la liturgia tradicional, el nacionalismo, las Malvinas, los Chalchaleros, la boina vasca y ahora, la “falsemia” y el antivacunismo. Como en McDonald’s, hay que comprar el combo completo; o todo, o nada. Un buen católico debe tener todas esas notas, y algunas más que no he detallado, y si no las tiene, es un miserable y un hereje que merece ser combatido.

Eso no es ser católico tradi. Eso es ser fundamentalista.

The Wanderer

EL VIDEO MAGISTRAL SOBRE LA VACUNA COVID. Lo que no nos cuentan (el mejor video que he visto).

 UN ABOGADO CONTRA LA DEMAGOGIA

Duración 58:02 minutos

https://uacd.tv/el-video-magistral-sobre-la-vacuna-covid-lo-que-no-nos-cuentan-el-mejor-video-que-he-visto/

domingo, 11 de abril de 2021

Declaración sobre la recepción de la Comunión por aquellos que persisten en grave pecado Público (Cardenal Raymond Leo Burke)

 SECRETUM MEUM MIHI


La declaración fue publicada en el sitio oficial de internet del cardenal Raymond Leo Burke y tiene como fecha Abr-07-2021. Esta es una tradución de Centro Cultural Cruzada (con algunas adaptaciones).

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Muchos católicos y también no católicos que, aunque no abrazan la fe católica, respetan a la Iglesia Católica por su enseñanza sobre la fe y la moral, me han preguntado cómo es posible que haya católicos que reciban la Sagrada Comunión, mientras al mismo tiempo promueven pública y obstinadamente programas, políticas y legislaciones en directa violación de la ley moral. En particular, preguntan cómo es posible que políticos católicos y funcionarios civiles que defienden y promueven pública y obstinadamente la práctica del aborto procurado se acerquen a recibir la Sagrada Comunión. Su pregunta claramente también se aplica a aquellos católicos que promueven públicamente políticas y leyes que violan la dignidad de la vida humana de quienes padecen enfermedades graves, necesidades especiales o edad avanzada, y en violación de la integridad de la sexualidad humana, del matrimonio y de la familia, y en violación de la libre práctica de la religión.

La pregunta amerita una respuesta, especialmente porque toca los fundamentos mismos de la enseñanza de la Iglesia con respecto a la fe y la moral. Sobre todo, toca la Sagrada Eucaristía, “[El] Sacramento de la caridad , ... , el don que Jesucristo hace de sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios por cada hombre ... en el Sacramento eucarístico Jesús sigue amándonos «hasta el extremo», hasta el don de su cuerpo y de su sangre”. [1]

Es mi esperanza de que los siguientes puntos de la enseñanza de la Iglesia serán de ayuda para aquellos que están con razón confundidos y, de hecho, frecuentemente escandalizados por la demasiado frecuente pública traición de las enseñanzas de la Iglesia sobre la fe y la moral por parte de aquellos que profesan ser católicos. Me ocuparé más adelante de la cuestión específica del aborto procurado, pero los mismos puntos se aplican a otras violaciones de la ley moral.

1. Respecto a la Sagrada Eucaristía, la Iglesia siempre ha creído y enseñado que la Sagrada Hostia es el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo, Dios Hijo Encarnado. La fe de la Iglesia se ha expresado así en el Concilio de Trento: “Mas por cuanto dijo Jesucristo nuestro Redentor, que era verdaderamente su cuerpo lo que ofrecía bajo la especie de pan [cf. Mt 26, 26-29; Mc 14, 22-25; Lc 22, 19s; 1 Co 11, 24-26], ha creído por lo mismo perpetuamente la Iglesia de Dios, y lo mismo declara ahora de nuevo este mismo santo Concilio, que por la consagración del pan y del vino, se convierte toda la substancia del pan en la substancia del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, y toda la substancia del vino en la substancia de su sangre” (Sesión 13, Capítulo 4).[2] Entonces, como claramente enseña San Pablo en su Primera Carta a los Corintios: "Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor”. (1 Cor. 11, 27).

2. La recepción de la Sagrada Comunión por aquellos que violan pública y obstinadamente la ley moral en sus preceptos más fundamentales es una forma de sacrilegio particularmente grave. En las palabras del Catecismo de la Iglesia Católica: “El sacrilegio es un pecado grave, sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía, pues en este sacramento el Cuerpo de Cristo se nos hace presente substancialmente” (n. 2120). No solo amerita un castigo eterno para aquel que lo recibe indignamente sino que constituye un escándalo muy grave para otros, es decir, los lleva a la falsa creencia de que se puede violar pública y obstinadamente la ley moral en una materia grave y todavía recibir a Nuestro Señor en la Sagrada Comunión. Una persona reflexiva, ante tal situación, debe concluir que o la Sagrada Hostia no es el Cuerpo de Cristo o que la promoción del aborto procurado, por ejemplo, no es un pecado grave.

3. El Canón 915 del Código de Derecho Canónico, que repite la perenne e inmutable enseñanza de la Iglesia, dispone: “ No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave” [3]. La negación de la Sagrada Comunión no es una pena eclesiástica, sino el reconocimiento del estado objetivamente indigno de una persona para acercarse a recibir la Sagrada Comunión. La disciplina contenida en el can. 915 salvaguarda la santidad de la más sagrada realidad en la Iglesia, la Sagrada Eucaristía, y previene que la persona que obstinadamente persevere en pecado grave cometa un pecado adicional más grave aún de sacrilegio al profanar el Cuerpo de Cristo, y previene el inevitable escándalo que resulta de la indigna recepción de la Sagrada Comunión.

4. Es deber de los sacerdotes y Obispos instruir y amonestar a los fieles que se encuentren en la condición descrita por el can. 915, no sea que se acerquen a recibir la Sagrada Comunión y cometan así un más grave sacrilegio, redundando en su propio eterno daño y, asimismo, induciendo a otros a error e incluso a pecar en tan grave materia. Si una persona ha sido amonestada y todavía persevera en un pecado público grave, no puede ser admitido a recibir la Sagrada Comunión.

5. Claramente, ningún sacerdote u Obispo puede otorgar permiso para recibir la Sagrada Comunión a una persona que está en público y obstinado pecado grave. Ni tampoco se trata de una cuestión de discusión entre el sacerdote u Obispo y aquél que está cometiendo el pecado, sino una cuestión de amonestación referente a las verdades de fe y la moral, por parte del sacerdote u Obispo, y una cuestión de reforma de una conciencia errónea, por parte del pecador.

6. El Papa Juan Pablo II presentó la constante enseñanza de la Iglesia sobre el aborto procurado en su Carta Encíclica Evangelium Vitae. Refiriéndose a la consulta de los Obispos de la Iglesia universal sobre la materia en su carta de Pentecostés de 1991, declaró: “Por tanto, con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los Obispos —que en varias ocasiones han condenado el aborto y que en la consulta citada anteriormente, aunque dispersos por el mundo, han concordado unánimemente sobre esta doctrina—, declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente”[4]. Aclaró también que su enseñanza “se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal”[5].

7. A veces se arguye que un político católico puede creer personalmente en la inmoralidad del aborto, mientras favorece una política pública que provee el llamado aborto “legalizado”. Tal fue el caso, por ejemplo, en los Estados Unidos de América en una cumbre de ciertos teólogos morales católicos que expusieron la errónea teoría moral del proporcionalismo o el consecuencialismo, y políticos católicos, celebrada en el complejo de la Familia Kennedy en Hyannisport, Massachusetts, en el verano de 1964 [6]. El Papa Juan Pablo II responde claramente a este pensamiento moral erróneo en Evangelium Vitae: “Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, por ser contrario a la Ley de Dios, escrita en el corazón de cada hombre, reconocible por la misma razón, y proclamada por la Iglesia” [7]. En su Carta Encíclica Veritatis Splendor, el Papa San Juan Pablo II corrige el error fundamental del proporcionalismo y consecuencialismo. [8]

8. Se dice a veces que negar la Sagrada Comunión a los políticos que perseveran obstinadamente en pecado grave constituye un uso de la Sagrada Comunión por la Iglesia con fines políticos. Al contrario, es la solemne responsabilidad de la Iglesia el salvaguardar la santidad de la Sagrada Eucaristía, evitando que los fieles cometan sacrilegios, y evitar el escándalo entre los fieles y otras personas de buena voluntad.

9. Es más bien el político católico, que pública y obstinadamente promueve lo que es contrario a la ley moral y sin embargo osa recibir sacrílegamente la Sagrada Comunión, quien usa la Sagrada Eucaristía con fines políticos. En otras palabras, el político se presenta a sí mismo como un católico devoto, mientras que la verdad es completamente lo contrario.

10. Aparte de la negación de la Sagrada Comunión a personas que violan pública y obstinadamente la ley moral, está también la cuestión de la imposición o declaración de una pena justa eclesiástica con el ánimo de llamar a la persona a la conversión y reparar el escándalo que sus acciones causan.

11. Aquellos que violan pública y obstinadamente la ley moral se encuentran, por lo menos, en un estado de apostasía; es decir, han abandonado efectivamente la fe por la obstinada negación, en la práctica, a vivir de acuerdo con las verdades fundamentales de la fe y la moral (cf. can. 751). Un apóstata de la fe incurre automáticamente en la pena de excomunión (cf. can. 1364). El Obispo de tal persona debe verificar las condiciones para la declaración de la pena de excomunión, en la cual automáticamente ha incurrido.

12. También pueden estar en herejía, si niegan obstinadamente o dudan de la verdad sobre el mal intrínseco del aborto ya que es “una verdad que ha de creerse con fe divina y católica” (can. 751)[9]. La herejía, como la apostasía, incurre automáticamente en la pena de excomunión (cf. can. 1364). También, en el caso de herejía, el Obispo debe verificar las condiciones para la declaración de la pena de excomunión, la cual se ha incurrido automáticamente.

En conclusión, la disciplina de la Iglesia, comenzando con el Apóstol Pablo, ha enseñado constantemente  la disposición de conciencia necesaria para recibir la Sagrada Comunión. La falla en seguir la disciplina resulta en la profanación de la realidad más sagrada de la Iglesia —el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo—, constituye el gravísimo pecado de sacrilegio, y causa el más serio escándalo al fallar testimoniar la verdad de la Sagrada Comunión y la verdad moral, por ejemplo, sobre la inviolable dignidad de la vida humana, la integridad del matrimonio y de la familia, y la libertad de adorar a Dios “en espíritu y en verdad”[10].

La respuesta a la cuestión que se me plantea tan frecuentemente es clara: un católico que pública y obstinadamente se opone a la verdad sobre la fe y la moral no puede presentarse para recibir la Sagrada Comunión y tampoco el ministro de la Sagrada Comunión puede darle el Sacramento.

Cardenal Raymond Leo Burke
Roma, 7 de Abril de 2021

[1] “[s]acramentum caritatis, ... donum est Iesu Christi se ipsum tradentis, qui Dei infinitum nobis patefacit in singulos homines amorem... Eodem quidem modo in eucharistico Sacramento Iesus «in finem», usque scilicet ad corpus sanguinemque tradendum, diligere nos pergit.” Benedictus PP. XVI, Adhortatio Apostolica Postsynodalis Sacramentum caritatis, De Eucharistia vitae missionisque Ecclesiae fonte et culmine, 22 Februarii 2007, Acta Apostoliae Sedis 99 (2007) 105, n. 1. Traducción en español: http://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/apost_exhortations/documents/hf_ben-xvi_exh_20070222_sacramentum-caritatis.html

[2] “Quoniam autem Christus redemptor noster corpus suum id, quod sub specie panis offerebat [cf. Mt 26, 26-29; Mc 14, 22-25; Lc 22, 19s; 1 Cor 11, 24-26], vere esse dixit, ideo persuasum semper in Ecclesia Dei fuit, idque nunc denuo sancta haec Synodus declarat: per consecrationem panis et vini conversionem fieri totius substantiae panis in substantiam corporis Christi Domini nostri, et totius substantiae vini in substantiam sanguinis eius.” Heinrich Denzinger, Compendium of Creeds, Definitions, and Declarations on Matters of Faith and Morals, ed. Peter Hünermann, tr. Robert Fastiggi and Anne Englund Nash, 43rd ed. (San Francisco: Ignatius Press, 2012), p. 394, no. 1642. Traducción en español: http://www.intratext.com/IXT/ESL0057/__PL.HTM

[3] “Can. 915 Ad sacram communionem ne admittantur excommunicati et interdicti post irrogationem vel declarationem poenae aliique in manifesto gravi peccato obstinate perseverantes.” Code of Canon Law: Latin-English Edition, tr. Canon Law Society of America (Washington, DC: Canon Law Society of America, 1998), p. 298. Traducción en español: https://www.vatican.va/archive/ESL0020/__P37.HTM

[4] “Auctoritate proinde utentes Nos a Christo Beato Petro eiusque Successoribus collata, consentientes cum Episcopis qui abortum crebrius respuerunt quique in superius memorata interrogatione licet per orbem disseminati una mente tamen de hac ipsa concinuerunt doctrina declaramus abortum recta via procuratum, sive uti finem intentum seu ut instrumentum, semper gravem prae se ferre ordinis moralis turbationem, quippe qui deliberata exsistat innocentis hominis occisio.” Ioannes Paulus PP. II, Litterae Encyclicae Evangelium vitae, “De vitae humanae inviolabili bono,” 25 Martii 1995, Acta Apostolicae Sedis 87 (1995) 472, n. 62. Traducción en español: http://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae.html

[5] “... naturali innititur lege Deique scripto Verbo, transmittitur Ecclesiae Traditione atque ab ordinario et universali Magisterio exponitur.” Evangelium vitae, 472, n. 62.

[6] Cf. Albert R. Jonsen, The Birth of Bioethics (New York: Oxford University Press, 1998), pp. 290-291.

[7] “Nequit exinde ulla condicio, ulla finis, ulla lex in terris umquam licitum reddere actum suapte natura illicitum, cum Dei Legi adversetur in cuiusque hominis insculptae animo, ab Eccesia praedicatae, quae potest etiam ratione agnosci.” Evangelium vitae, 472, n. 62. En español:

[8] Cf. Ioannes Paulus PP. II, Litterae Encyclicae Veritatis splendor, De quibusdam quaestionibus fundamentalibus doctrinae moralis Ecclesiae, 6 Augusti 1993, Acta Apostolicae Sedis 85 (1993) 1192-1197, nn. 74-78. Traducción en español: http://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_06081993_veritatis-splendor.html

[9] “Can 751 ... fide divina et catholica credendae.” Traducción en español: http://www.vatican.va/archive/ESL0020/_P2F.HTM

[10] Jn 4, 23-24.

miércoles, 7 de abril de 2021

LA ESCORIA en España tiene NOMBRES Y APELLIDOS propios

 EL TEATRO DE WILL

Duración 11:08 minutos







La alegre canción de la mañana

Amado Nervo



Llegó la luz serena,

y a levantarme voy.

La noche se aleja como una gran pena;

¡qué alegre que estoy!


Los pájaros en coro

cantan sus alegrías;

las jaulas vibran como arpas de oro.

Hermanos pájaros, ¡muy buenos días!


Las gotas de rocío

comienzan a temblar

cual si tuviesen frío;

las rosas más hermosas del jardincito mío

con esos mil diamantes van a hacerse un collar.


El hilo del agua, la trémula brisa

sus más alegres cosas empiezan a decir.

El cielo resplandece como una gran sonrisa.

¡Qué bello es vivir! 

Amado Nervo

lunes, 5 de abril de 2021

¡VOX Y PP CRECEN EN MADRID MIENTRAS IGLESIAS SE HUNDE Y CIUDADANOS DESAPARECE! || ¿GOBIERNO PP-VOX?

 ROBERSR


Duración 11:37 minutos

Biden: El Papa tiene razón, vacunarse es una obligación moral



El ‘devoto católico’ Joe Biden lanzó un mensaje de felicitación de la Pascua en vídeo en el que logró no mencionar una sola vez a Cristo o Su Resurrección y que giró, sobre todo, sobre la ‘obligación moral’ de vacunarse.

Si un absoluto ignorante de la historia de la Salvación escuchara el mensaje en vídeo que el matrimonio Biden, ese ‘católico devoto’, como les gusta repetir a los medios del sistema, no tendría manera de saber qué se celebra. No se menciona una sola vez ni a Cristo ni a Su Resurrección, y sí, varias, al covid y a las vacunas.

De hecho, eso es lo que parecía celebrar el presidente norteamericano, que está, al menos, en ‘comunión con el Papa’ en ese aspecto, si no en el que se refiere a la vida, la familia y el ‘género’. “Compartimos los sentimientos del Papa Francisco, que dijo que vacunarse es una obligación moral, que puede salvarte la vida y salvar las vidas de otros”, dijo. “Al vacunarnos y animar a nuestras congregaciones y comunidades a vacunarse, no solo podemos vencer al virus, sino también acelerar el día en que podamos celebrar juntos las festividades”.

Ese lejano día, que se nos ha ido anunciando a la vuelta de la esquina desde hace un año, ya ha llegado a lugares como Texas o Florida, cuyos gobernadores han levantado todas las restricciones de lucha contra la pandemia sin que se haya producido un aumento perceptible en la mortalidad.
Por otra parte, los propios fabricantes de las vacunas advierten que los supuestamente inmunizados pueden aún contagiar y contagiarse, y que sus efectos duran solo algunos meses, algo que ha llevado a las autoridades a negar una ‘vida normal’ siquiera a los ya vacunados.
Cristo ha resucitado, y con Su Resurrección ha vencido a la muerte. Instrumentalizar un mensaje tan universal y transcendente, que cambia absolutamente el panorama eterno del ser humano, para referirse a algo tan relativamente pequeño, bajo y coyuntural como las vacunas da una idea de la ‘profunda fe’ del presidente norteamericano.

From our family to yours, we wish you health, hope, joy, and peace. Happy Easter, everyone! pic.twitter.com/3NHPrbFCVt

— President Biden (@POTUS) April 4, 2021

Carlos Esteban

domingo, 4 de abril de 2021

Cardenal Walter Brandmüller: «Quieren el sacerdocio femenino, el cisma en Alemania ya ha comenzado»

 SECRETUM MEUM MIHI


Aparece hoy una entrevista en Il Messaggero con el presidente emérito del Comité Pontificio de Ciencias Históricas, el cardenal Walter Brandmüller. Esta es una traducción, con algunas adaptaciones, de Secretum Meum Mihi.

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«¿El cisma en Alemania? De hecho ya ha iniciado. Técnicamente podemos hablar del cisma cuando hay en acto un proceso que lleva a desprenderse de la comunión jerárquica, del Papa». El cardenal Walter Brandmüller, presidente emérito del Pontificio comité de Ciencias históricas, gran conocedor de las dinámicas de la Iglesia, tiene pocas dudas de lo que está ocurriendo. «El cisma, en pobres palabras, es la negación de la comunión jerárquica al obispo o al Papa, cosa que está sucediendo ante nuestros ojos, basta con mirar las declaraciones o posiciones tomadas por muchos obispos alemanes».

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Desde hace tiempo se solicitan reformas sustanciales, por ejemplo en el frente del celibato sacerdotal, de la ordenación femenina y también, últimamente, la bendición de las parejas homosexuales...

«La demanda más urgente de estas reformas nace sobre todo de los funcionarios del catolicismo organizado, de los movimientos, del Comité Central de católicos alemanes que entonces son para la abrumadora mayoría dependientes de las estructuras eclesiásticas porque, no olvidemos, que la Iglesia católica es el segundo mayor empleador después del Estado en Alemania. Para volver a lo del cisma hay que tener cuidado de no confundir dos aspectos, el cisma y el disenso a nivel doctrinal respecto a la doctrina, porque en este caso se trata de herejía. En el caso alemán tenemos ambos aspectos».

Tal vez sea solo una fase de crisis pasajera...

«En mi opinión, la situación en Alemania está comprometida porque no solo existe la negación de la comunión jerárquica, sino también el disenso en el plano magisterial. A veces puede haber disensos que no implican necesariamente un cisma. Este caso, en cambio, es todo nuevo y en mi opinión preocupante».

¿Podría amplificarse aún más la distancia con Roma?

«Como le decía: en este caso también tenemos disensión dogmática sobre las verdades de la fe. Lo que implica el delito de herejía. Lo que ocurre en Alemania es cisma y herejía desde un punto de vista dogmático».

¿Por han llegado a tanto, según Usted?

«Hace tiempo que piden el sacerdocio femenino, la comunión para los divorciados vueltos a casar, la aceptación de la homosexualidad, la bendición de las parejas homosexuales. Es un deslizamiento sobre las posiciones protestantes, tal vez quieran una Iglesia unida con los protestantes».

¿Y la cuestión sobre el celibato sacerdotal?

«Aunque no se trata de una cuestión doctrinal, se trata siempre de una tradición apostólica. Inaceptable».

¿Quién, según Usted, se unirá a este cisma?

«No sabría con precisión. Pero puedo decir con certeza que la mayoría de los católicos alemanes son indiferentes a todo esto. Tenemos una sociedad altamente secularizada, la participación en la misa dominical se refiere como máximo al 10 por ciento de la gente. Los que se adhieren a las tesis progresistas son personas vinculadas al Comité Central católico pero la mayoría de los fieles son indiferentes, créame. El secularismo galopa rápido y la distancia de los fieles a la Iglesia se ha incrementado».

Técnicamente, ¿cuándo comienza un cisma?

«Es un proceso. No hay un solo acto. Los cismas históricos se han materializado a lo largo del tiempo a partir de que ya no se reconocía la autoridad del Papa y de la jerarquía. El comienzo de un acto cismático es éste, luego las formas se realizan de otra manera. Por ejemplo, el gran cisma de occidente de 1054 no fue el resultado de un único momento. No se cristalizó en una fecha determinada, sino que fue un proceso formalizado a finales del siglo XII».

Y luego también estaba Lutero...

«Esa era una herejía, más que un cisma. Lutero negaba los dogmas fundamentales, rechazaba los sacramentos excepto el bautismo y la Eucaristía. En cualquier caso, es difícil contar los cismas de la historia. En la Iglesia antigua, por ejemplo, fueron muchos y luego a lo largo de los siglos han ido disminuyendo».

¿Y el cisma de Lefebvre?

«Los lefebvrianos son muy fieles pero no reconocen los desarrollos del Vaticano II que, en mi opinión, se ha malinterpretado en el sentido de que no distinguen entre el valor dogmático y vinculante de las cuatro constituciones dogmáticas y de esos textos de contenidos disciplinarios prácticos que son de carácter pastoral jurídico y que, por tanto, están sujetos al cambio de la historia».

Pero, ¿no cree Usted que es correcto asignar a la mujer en la Iglesia un peso mayor del que siempre ha tenido hasta ahora, es decir, casi cero?

«En el futuro, las mujeres pueden jugar un papel de gran importancia. Pueden ser responsables de las finanzas de la Iglesia, por ejemplo. Pueden dirigir el IOR pero no pueden ocupar el cargo de secretario de Estado o prefecto de congregación porque la ordenación sacerdotal es indispensable. Pueden ocupar roles de vértice en todos los roles donde se trate de una consecuencia del orden sagrado».

¿Seguirá siempre la Iglesia siendo tan machista?

«La Iglesia tiene dos niveles, el dogma de los sacramentos y su posición en la sociedad actual. La mujer podrá tener posiciones de vértice en el segundo campo, sin ningún problema. Pero nunca podrá ser sacerdote, obispo...»

¿Ni tampoco cardenalesa?

«Hay un debate. Pero la elección del Papa en el cónclave es un acto del más alto ministerio pastoral vinculado al sacramento del orden».

Pobres mujeres, siempre al márgen...

«Los hombres somos mucho más pobres, piense que nunca podremos parir...»

Franca Giansoldati