Duración 2:46 minutos
Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
Páginas
- EL RINCÓN CATÓLICO (Aprendamos Latín)
- EL RINCÓN CATÓLICO 2 (Aprendamos Latín)
- APRENDE LATÍN ON-LINE
- Latín padre Francisco Torres
- Historia sacra en latín
- FIDUCIA SUPPLICANS
- CURSO BÍBLICO
- TOMÁS DE AQUINO
- SUMA DE TEOLOGÍA
- FILOSOFÍA Y LITERATURA
- HISTORIA
- CONSERVANDO LA FE
- LA VENDÉE
- P. ALFONSO GÁLVEZ
- P. JAVIER OLIVERA
- P. SANTIAGO MARTÍN
- AGENDA 2030
- EL TORO TV
- EL ROSARIO EN FERRAZ , por José Andrés Calderón
- TEOLOGÍA DEL CUERPO DEL PAPA JUAN PABLO II ... Y RELACIONADOS
BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS
lunes, 7 de noviembre de 2016
domingo, 6 de noviembre de 2016
¿Un terremoto puede ser un castigo divino? (Padre Elías)
Fuente: Como vara de almendro
El domingo pasado, el sacerdote Giovanni Cavalcoli, de la Orden de los Dominicos, hizo unas declaraciones en Radio María, diciendo: "Que los terremotos de estos días en Italia son un castigo divino, por las uniones civiles entre homosexuales".
Sus palabras generaron tanto escándalo y desconcierto que el Vaticano condenó sus palabras y emitió un comunicado de la Secretaría del Estado, que lo podemos ver aquí. La noticia está en italiano y aquí la transcribo: “Son afirmaciones ofensivas para los creyentes y escandalosas para el que no cree”. Son palabras de Monseñor Angelo Becciu. Este obispo ha explicado que se trata de “afirmaciones del período precristiano y no responden a la teología de la Iglesia, porque son contrarias a la visión de Dios, ofrecida por Cristo. Los que han padecido el terremoto nos perdonen. A ellos solidaridad de parte del Papa” Y continúa Monseñor Becciu: “Cristo nos ha revelado el Rostro de Dios Amor, no de un Dios caprichoso y vengativo. Esta es una visión pagana, no cristiana”.
Radio María Italia lo ha suspendido. Sin embargo, el padre Giovanni Cavalcoli en una entrevista a otro medio de comunicación, no ha pedido excusas, al contrario se ha reafirmado diciendo: “Confirmo todo, terremotos provocados por los pecados del hombre, como las uniones civiles. Y el Vaticano que repase el Catecismo”.
Una primera mirada a las declaraciones del sacerdote dominico, parece que le falta amor en el corazón y que el obispo que, en nombre del Vaticano, condena sus palabras y pide perdón a las víctimas de los terremotos, está de verdad hablando en nombre del Señor.
Esto merece una reflexión de parte nuestra. Estoy convencido que en las tragedias de la naturaleza como los terremotos, inundaciones, huracanes, hay cosas que se pueden explicar científicamente y que se puede salvar muchas vidas con prevención. Hay muchas muertes absurdas por errores humanos y por intereses personales, cuando por ejemplo se roban los dineros destinados a obras de construcción. La gente más pobre muchas veces construye sus casas en terrenos de alto riesgo y eso tendría una explicación. Hay también ciudades y pueblos en Europa que son muy antiguos y sus construcciones pueden fácilmente derrumbarse incluso ante temblores de magnitud moderada.
Personalmente y creo que todo buen cristiano siente cercanía hacia las personas que sufren y les ofrecemos todo nuestro afecto a los sobrevivientes y las familias que han perdido a sus seres queridos, pero otra cosa muy distinta es no saber discernir y condenar sin más a este sacerdote por sus palabras.
Es curioso que no se haya retractado y que tenga la osadía de decirle al Vaticano que estudie o repase el Catecismo. Veamos qué nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica, qué nos dicen los santos y sobre todo la Palabra de Dios.
Catecismo: “Es también el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo”. 2090. Ver aquí
Palabras de Benedicto XVI: “Si contemplamos la historia, nos vemos obligados a constatar a menudo la frialdad y la rebelión de cristianos incoherentes. Como consecuencia de esto, Dios, aun sin faltar jamás a su promesa de salvación, ha tenido que recurrir con frecuencia al CASTIGO”. Sus palabras se encuentran en esta homilia del 5 de octubre de 2008. Pues que alguno condene ahora al Papa por sus palabras. Y no estamos hablando del período precristiano.
San Juan Pablo II: “A lo largo de todo el cántico del capítulo 13 de Tobías se repite a menudo esta convicción: el Señor “castiga y tiene compasión… os ha castigado por vuestras injusticias, mas tiene compasión de todos vosotros… te castigó por las obras de tus hijos, pero volverá a apiadarse del pueblo justo” (vv. 2. 5. 10). Dios recurre al castigo como medio para llamar al recto camino a los pecadores sordos a otras llamadas. Sin embargo, la última palabra del Dios justo sigue siendo la del amor y el perdón; su deseo profundo es poder abrazar de nuevo a los hijos rebeldes que vuelven a él con corazón arrepentido”. Lean las palabras del Papa aquí
Y en la Sagrada Escritura que es Palabra de Dios, hay muchos textos y no solo en el Antiguo Testamento sino también en el Nuevo para que no nos digan que el lenguaje es precristiano. Entonces qué? Tiramos el Antiguo Testamento a la basura?
“E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna” (Mateo 25,46)
“Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual dará a cada cual según sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia: cólera e indignación” (Romanos 2,5-8).
“Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal” (2 Corintios 5,10). “Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza; yo daré lo merecido. Y también: El Señor juzgará a su pueblo” (Hebreos 10,30); “en medio de una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús” (2 Tesalonicenses 1,8)
“Sólo se oye hablar de inmoralidad entre vosotros, y una inmoralidad tal, que no se da ni entre los gentiles, hasta el punto de que uno de vosotros vive con la mujer de su padre…Pues bien, yo por mi parte corporalmente ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como si me hallara presente, al que así obró: que en nombre del Señor Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de Jesús Señor nuestro, sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor” (1 Corintios 5,2-5). Sabemos bien que luego el apóstol Pablo explica que el castigo buscaba su conversión.
En los Hechos de los Apóstoles son castigados Ananás y su mujer Safira por haber mentido al Espíritu Santo. (Hechos 5,1-10).
La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados (CEC 1031)
Y en el Antiguo Testamento ¿dónde dejamos los relatos del Diluvio, la destrucción de Sodoma y Gomorra, las Plagas de Egipto, la amenaza a la destrucción de Nínive, el castigo a David por el adulterio y asesinato de Urías?.
Bueno la lista es larga…
Creo que a este hermano sacerdote le faltó decir más motivos por los que el Señor nos puede castigar. No sólo por las uniones homosexuales, sino también por los abortos que son legales en muchos países de Europa y el mundo, por la incredulidad, por las injusticias, por el aburguesamiento del clero, por los sacrilegios cometidos contra la Eucaristía, por el ateísmo y la masonería de muchos eclesiásticos, por negociar la fe con los herejes, por arrodillarse ante Buda, ante los musulmanes, antes los judíos que aún no aceptan a Cristo, por el comunismo y marxismo que campea en las facultades de “teología” y en los seminarios. Por la homosexualidad en los conventos, por todo esto y mucho más…
Mueren muchos inocentes sí, pero también muchos culpables. No estamos apuntando el dedo contra nadie: que cada uno revise su corazón. Yo haré mi parte. ¡Le pido al Señor la gracia de mi conversión!
Viva el Sagrado Corazón Nuestro Rey y Viva el Corazón Inmaculado de María.
Maranatha, Ven Señor Jesús.
Radio María Italia lo ha suspendido. Sin embargo, el padre Giovanni Cavalcoli en una entrevista a otro medio de comunicación, no ha pedido excusas, al contrario se ha reafirmado diciendo: “Confirmo todo, terremotos provocados por los pecados del hombre, como las uniones civiles. Y el Vaticano que repase el Catecismo”.
Una primera mirada a las declaraciones del sacerdote dominico, parece que le falta amor en el corazón y que el obispo que, en nombre del Vaticano, condena sus palabras y pide perdón a las víctimas de los terremotos, está de verdad hablando en nombre del Señor.
Esto merece una reflexión de parte nuestra. Estoy convencido que en las tragedias de la naturaleza como los terremotos, inundaciones, huracanes, hay cosas que se pueden explicar científicamente y que se puede salvar muchas vidas con prevención. Hay muchas muertes absurdas por errores humanos y por intereses personales, cuando por ejemplo se roban los dineros destinados a obras de construcción. La gente más pobre muchas veces construye sus casas en terrenos de alto riesgo y eso tendría una explicación. Hay también ciudades y pueblos en Europa que son muy antiguos y sus construcciones pueden fácilmente derrumbarse incluso ante temblores de magnitud moderada.
Personalmente y creo que todo buen cristiano siente cercanía hacia las personas que sufren y les ofrecemos todo nuestro afecto a los sobrevivientes y las familias que han perdido a sus seres queridos, pero otra cosa muy distinta es no saber discernir y condenar sin más a este sacerdote por sus palabras.
Es curioso que no se haya retractado y que tenga la osadía de decirle al Vaticano que estudie o repase el Catecismo. Veamos qué nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica, qué nos dicen los santos y sobre todo la Palabra de Dios.
Catecismo: “Es también el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo”. 2090. Ver aquí
Palabras de Benedicto XVI: “Si contemplamos la historia, nos vemos obligados a constatar a menudo la frialdad y la rebelión de cristianos incoherentes. Como consecuencia de esto, Dios, aun sin faltar jamás a su promesa de salvación, ha tenido que recurrir con frecuencia al CASTIGO”. Sus palabras se encuentran en esta homilia del 5 de octubre de 2008. Pues que alguno condene ahora al Papa por sus palabras. Y no estamos hablando del período precristiano.
San Juan Pablo II: “A lo largo de todo el cántico del capítulo 13 de Tobías se repite a menudo esta convicción: el Señor “castiga y tiene compasión… os ha castigado por vuestras injusticias, mas tiene compasión de todos vosotros… te castigó por las obras de tus hijos, pero volverá a apiadarse del pueblo justo” (vv. 2. 5. 10). Dios recurre al castigo como medio para llamar al recto camino a los pecadores sordos a otras llamadas. Sin embargo, la última palabra del Dios justo sigue siendo la del amor y el perdón; su deseo profundo es poder abrazar de nuevo a los hijos rebeldes que vuelven a él con corazón arrepentido”. Lean las palabras del Papa aquí
Y en la Sagrada Escritura que es Palabra de Dios, hay muchos textos y no solo en el Antiguo Testamento sino también en el Nuevo para que no nos digan que el lenguaje es precristiano. Entonces qué? Tiramos el Antiguo Testamento a la basura?
“E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna” (Mateo 25,46)
“Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual dará a cada cual según sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia: cólera e indignación” (Romanos 2,5-8).
“Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal” (2 Corintios 5,10). “Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza; yo daré lo merecido. Y también: El Señor juzgará a su pueblo” (Hebreos 10,30); “en medio de una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús” (2 Tesalonicenses 1,8)
“Sólo se oye hablar de inmoralidad entre vosotros, y una inmoralidad tal, que no se da ni entre los gentiles, hasta el punto de que uno de vosotros vive con la mujer de su padre…Pues bien, yo por mi parte corporalmente ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como si me hallara presente, al que así obró: que en nombre del Señor Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de Jesús Señor nuestro, sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor” (1 Corintios 5,2-5). Sabemos bien que luego el apóstol Pablo explica que el castigo buscaba su conversión.
En los Hechos de los Apóstoles son castigados Ananás y su mujer Safira por haber mentido al Espíritu Santo. (Hechos 5,1-10).
La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados (CEC 1031)
Y en el Antiguo Testamento ¿dónde dejamos los relatos del Diluvio, la destrucción de Sodoma y Gomorra, las Plagas de Egipto, la amenaza a la destrucción de Nínive, el castigo a David por el adulterio y asesinato de Urías?.
Bueno la lista es larga…
Creo que a este hermano sacerdote le faltó decir más motivos por los que el Señor nos puede castigar. No sólo por las uniones homosexuales, sino también por los abortos que son legales en muchos países de Europa y el mundo, por la incredulidad, por las injusticias, por el aburguesamiento del clero, por los sacrilegios cometidos contra la Eucaristía, por el ateísmo y la masonería de muchos eclesiásticos, por negociar la fe con los herejes, por arrodillarse ante Buda, ante los musulmanes, antes los judíos que aún no aceptan a Cristo, por el comunismo y marxismo que campea en las facultades de “teología” y en los seminarios. Por la homosexualidad en los conventos, por todo esto y mucho más…
Mueren muchos inocentes sí, pero también muchos culpables. No estamos apuntando el dedo contra nadie: que cada uno revise su corazón. Yo haré mi parte. ¡Le pido al Señor la gracia de mi conversión!
Viva el Sagrado Corazón Nuestro Rey y Viva el Corazón Inmaculado de María.
Maranatha, Ven Señor Jesús.
Padre Elías
sábado, 5 de noviembre de 2016
A PROPÓSITO DE LUTERO (ALGUNOS LINKS)
Varios autores en este blog
Anotaciones de Javier Barraycoa
INFOCATÓLICA
Mentiras protestantes sobre la Cultura y Educación Medieval (Luis Fernando)
La conmemoración ¿católica? de la Reforma, fruto maduro del modernismo, -"conglomerado de todas las herejías" (Maria Virginia Olivera, de Infocatólica)
El Ecumenismo sigue sumando Confusión y Desconcierto (Mario Caponnetto)
«EL PROSELITISMO ES PECADO» (Alejandro Sosa Laprida)
LUTERO Y EL TERREMOTO (In Expectatione)
Académico: "Lutero destruye la verdad teológica y allana el camino para la secularización" (PewSitter)
Hacia la desacralización final de la eucaristía (Antonio José Sánchez Sáez, del blog "Como vara de almendro")
Hay también una colección de 16 videos cuyo titulo es "Lutero, el monje maldito" de unos 45 minutos de duración cada uno. Aunque he escuchado solo un poco me dan una impresión bastante acertada, a mi entender, acerca de la objetividad de lo que se escucha en ellos.
Jose Martí
NOTA: Tenemos aquí solo una muestra de la ingente cantidad de tinta que se ha vertido sobre este asunto de Lutero. Para documentarse bien, lo mejor que conozco es lo que escribió el padre Ricardo García-Villoslada sobre Martin Lutero, en dos tomos editados por la BAC: "El fraile hambriento de Dios" (Tomo I) y "En lucha contra Roma" (Tomo II)
viernes, 4 de noviembre de 2016
Obispo Schneider: “Ya hemos tenido una respuesta infalible a los errores de Martin Lutero”
FUENTE: HEMOS VISTO (Adelante la Fe)
Claire Chretien de LifeSiteNews ha publicado hoy un nuevo video de preguntas y respuestas con el obispo Athanasius Schneider en el Cosmos Club de Washington DC después de su conferencia del 20 de octubre de 2016.
En él se le preguntó sobre la declaración del Papa Francisco de que Martín Lutero “no se equivocó” sobre la justificación. Él respondió, en parte:
Ya hemos tenido una respuesta infalible a los errores de Martín Lutero: el Concilio de Trento. Las enseñanzas del Concilio de Trento sobre los errores de Lutero, repito, son infalibles, ex cathedra. Y los comentarios del Papa en el avión no son ex cathedra.
Esos comentarios particulares empiezan en el minuto 1:43 en el video, pero vale la pena ver las preguntas y respuestas completas. La duración del vídeo es 23:26 minutos.
El video, que está en inglés, se puede ver subtitulado en dicho idioma a medida que hablan.
500 años después, de rodillas ante Lutero (Roberto de Mattei)
FUENTE: ADELANTE LA FE
Lo decimos con profundo dolor. Se diría que es una nueva religión la que ha surgido el pasado 31 de octubre en Lund durante el encuentro ecuménico entre el papa Francisco y los representantes de la Federación Luterana Mundial. Una religión cuyos puntos de partida están claros pero su meta es oscura e inquietante.
La consigna que más ha resonado en la catedral de Lund es la necesidad de un «camino común» que lleve a católicos y luteranos a pasar «del conflicto a la comunión». Tanto el papa Francisco como el pastor Martin Junge, secretario de la Federación Luterana, aludieron en sus respectivos sermones a la parábola evangélica de la vid y los sarmientos. Los católicos y los luteranos serían ramas secas de un mismo tronco que no lleva fruto a causa de la separación de 1517. Pero nadie sabe cuáles serían esos «frutos». Lo que por el momento parecen tener en común católicos y protestantes no es sino una profunda crisis, si bien por causas diversas.
El luteranismo ha sido uno de los principales factores de secularización de la sociedad occidental, y hoy en día agoniza por la coherencia con que ha desarrollado los gérmenes de disolución que llevaba en sí desde su nacimiento. A la vanguardia de la secularización han estado los países escandinavos, a los que durante mucho tiempo se ha considerado un modelo para nuestro futuro. Pero Suecia, después de transformarse en la patria del multiculturalismo y de los derechos homosexuales, es actualmente un país en el que apenas el 2 % de los luteranos son practicantes, mientras que el 10% de la población sigue la religión islámica.
Por el contrario, la Iglesia Católica atraviesa una crisis de autodemolición por haber abandonado su Tradición para abrazar el proceso de secularización del mundo moderno, precisamente mientras éste se descomponía. Los luteranos buscan en el ecumenismo un soplo de vida, y la Iglesia Católica no advierte en dicho abrazo el hálito de la muerte.
En la ceremonia de Lund se ha afirmado también: «Lo que nos une es más de lo que nos divide». Pero ¿qué es lo que une a católicos y luteranos? Nada salvo el bautismo, que es el único de los siete sacramentos que reconocen los luteranos. En realidad, para los católicos el bautismo limpia el pecado original, mientras que para las luteranos no puede eliminarlo, porque para ellos la naturaleza humana es radicalmente corrupta y el pecado es invencible. La fórmula de Lutero «peca mucho pero cree mucho más» sintetiza su pensamiento. El hombre es incapaz de hacer el bien y no puede sino pecar y abandonarse ciegamente a la misericordia divina. De un modo arbitrario e inapelable, Dios decide quien se salva y quien se condena. No existe la libertad, sino tan sólo la rigurosa predestinación de los elegidos y los condenados.
La Sola Fe va acompañada de la Sola Escritura. Para el católico, son dos las fuentes de la Revelación: las Sagradas Escrituras y la Tradición. Los luteranos eliminan la Tradición afirmando que el hombre debe tener una relación directa con Dios, prescindiendo de intermediarios. Es el principio del libre examen de las Escrituras, del que proceden el individualismo y el relativismo contemporáneo. Dicho principio supone la negación del papel de la Iglesia y del Papa, al que Lutero define como «apóstol de Satanás» y «anticristo».
Lutero odiaba sobre todo al Papa y la Misa católica, a la que quiso reducir a mera conmemoración, negando su carácter de sacrificio y la transustanciación, que convierte el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Jesucristo. En cambio, para los católicos la renovación incruenta del sacrificio de Cristo que tiene lugar en la Misa es la única fuente de gracia divina. ¿Se trata de simples incomprensiones y malentendidos?
El papa Bergoglio ha declarado en Lund: «También nosotros debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón». Y añadió: «Se tiene que reconocer con la misma honestidad que nuestra división se alejaba de la intuición originaria del pueblo de Dios, que anhela naturalmente estar unido, y ha sido perpetuada históricamente por hombres de poder de este mundo más que por la voluntad del pueblo fiel.»
El papa Bergoglio ha declarado en Lund: «También nosotros debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón». Y añadió: «Se tiene que reconocer con la misma honestidad que nuestra división se alejaba de la intuición originaria del pueblo de Dios, que anhela naturalmente estar unido, y ha sido perpetuada históricamente por hombres de poder de este mundo más que por la voluntad del pueblo fiel.»
¿Quiénes son esos «hombres de poder»? ¿Los papas y santos que desde el principio han combatido el luteranismo? ¿La Iglesia que lo condena desde hace cinco siglos?
El Concilio de Trento tuvo la última palabra sobre sobre la incompatibilidad entre la fe católica y la protestante. No podemos seguir al papa Francisco por un camino diferente.
Roberto de Mattei
NOTA: Puede leerse también el artículo de Sandro Magister titulado Feliz cumpleaños para Lutero. Pero en tono menor
DERECHO A LA INMORALIDAD Y DERECHO A LA IMBECILIDAD (Eulogio López)
DURACIÓN 1:39 MINUTOS
COMENTARIO
Efectivamente, ¡no existe el derecho al error! ¿Derecho a mentir? ¿Derecho a violar? ¿Derecho a la homosexualidad? ¿Derecho al adulterio? ¿Derecho a robar? ¿Derecho a matar? ¿Derecho al aborto? ¿Derecho a insultar? ¿Derecho a fornicar? ¿Derecho a decidir el propio sexo?
En definitiva: no existe el derecho a saltarse a la torera la Ley de Dios. Quien así procede, comete una grave injusticia, no sólo contra Dios sino también contra los demás.
Una humanidad que se ha vuelto loca al rechazar a Dios amenaza con su autodestrucción
José Martí
El Video del Papa 11 – Países acogiendo a refugiados – Noviembre 2016
DURACIÓN 1:08 MINUTOS
Con este vídeo se acaban todos los correspondientes al "año de la misericordia" que finaliza el 20 de Noviembre, festividad de Cristo Rey
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Una Gestora para Francisco (Fray Gerundio)
Es sabido que el Partido Socialista tuvo que redireccionarse hace un mes. La explicación iba de la mano de la locura en que había caído el Secretario General (Pedro Sánchez), cuando comenzó a conversar-dialogar-chalanear-planear con los izquierdistas más chuscos, chabacanos y de totalitarismo de baja estofa. Se le había subido tanto el cargo a la cabeza, se le había aumentado tanto la ambición, que estaba dispuesto a destrozar el partido con tal de llegar al poder. Encabritó, incluso a los que lo habían colocado en el puesto. La respuesta no se dejó esperar. Se formó lo que ellos llaman una “Gestora” que en un plis plas lo descabalgó de la Secretaría, nombró a un señor no-ambicioso para poner orden y concierto, y destrozó de golpe y porrazo lo que hubiera sido un descalabro para todo el Partido y -por supuesto-, para España.
No digo esto para poner como ejemplo a los socialistas, que tanto daño han hecho aquí y allá. Tampoco lo digo para poner en la picota a los actores de tamaña resolución. Es que se me ha ocurrido esto durante el rezo de Nona (con perdón), al repensar y recalcular los males que este llamado Papa está causando en la Iglesia. Los actos del pasado lunes en Lund (Suecia) están dividiendo a la Catolicidad, como otrora dividieron a la Cristiandad los de su amiguete Lutero. Ha sido de escándalo su afirmación de lo mucho que debemos a la Reforma y al Reformador. Basta ver lo que las páginas más cuidadosas con su persona y más delicadas a la hora de expresarse, están poniendo estos días. Se puede ver por aquí, o por aquí. Pero es que todas ellas tiene razón: este hombre está para que le coja por banda una Gestora de Urgencias y lo ponga de patitas en la calle.
La capacidad de enredo de este señor es impresionante. Incluso está dividiendo también a los mismos protestantes. Es increíble -y he de reconocer que muy divertido y jocoso-, ver el comunicado que hoy ha hecho la página protestante digital, poniendo en solfa el luteranismo de los suecos y suecas, enredados en lesbianismos y en una difícilmente aceptable fidelidad a Lutero (sic). Total que Francisco, cuando tiende puentes y abre espacios de diálogo superiores al tiempo, irrita incluso a los propios protestantes. No se conforma con amostazar a los católicos que todavía piensan, sino que además cabrea a los protestantes que todavía quieren que la Iglesia Católica abandone más su catolicidad. Ahora va a resultar que los pepinillos en vinagre que critican el viaje del Papa a Suecia están en comunión con los de protestante digital. Algo va mal. En Roma deberían analizar este tema, si el Jefe les deja.
Resultado: un fiasco, un lío y un fracaso. Todo, para seguir destruyendo el Catolicismo y la Tradición de la Iglesia que ya dejó claro en Trento por dónde iban los tiros.
Yo creo que haría falta una Gestora de Cardenales, como se habría hecho en otro tiempo, que le diga BASTA YA y que lo mande a beber mate en un sanatorio con buenos aires y con la puerta de salida cerrada.
Lamentablemente, los Cardenales que deberían actuar no lo hacen. No sé si por miedo, por complacencia, por acongojo o por imposibilidad. Lástima que ahora resulte que los socialistas son más valientes para sus cosas que los cardenales para las suyas. Tal como dijo el Señor: Los hijos de las tinieblas, son más sagaces que los hijos de la luz.
Esperaremos en el monasterio alguna declaración del pronto-flamante cardenal Osoro. O de alguno de los cardenales de Papúa, Mauricio, Chichihuahua o lo que sea. Porque ahora los cardenales ya se sabe que no son de Toledo, o de cualquier diócesis de tradición secular. Quizá por eso la Corte Pontificia está ahora tan dispersa.
Si no se formara la Gestora, al menos podría formarse un buen lío si alguno o algunos, se levantaran ya de una vez en contra de este Totalitarismo Personal. Como le dijo Dios a Abraham: –Si hubiera diez justos, no destruiría Sodoma.
Pues eso. A ver si conseguimos una Gestora con diez representantes.
"La doctrina religiosa de Lutero" (Por el padre Alfredo Saenz)
Un estudio muy completo, riguroso y objetivo del luteranismo; de la doctrina de Lutero, en definitiva, tomando como base de reflexión los estudios del padre García-Villoslada, un experto conocedor de Lutero y de la Historia de la Iglesia. Altamente aconsejable.
Duración: 1 hora16 minutos
martes, 1 de noviembre de 2016
ORACIÓN ECUMÉNICA CONJUNTA EN LA CATEDRAL LUTERANA DE LUND (Papa Francisco en Lund, Suecia) [Comentada por José Martí]
FUENTE: VATICANO
(31 DE OCTUBRE - 1 DE NOVIEMBRE 2016)
Lund
Lunes 31 de octubre de 2016
«Permaneced en mí, y yo en vosotros» (Jn 15,4). Estas palabras, pronunciadas por Jesús en el contexto de la Última Cena, nos permiten asomarnos al corazón de Cristo poco antes de su entrega definitiva en la cruz. Podemos sentir sus latidos de amor por nosotros y su deseo de unidad para todos los que creen en él. Nos dice que él es la vid verdadera y nosotros los sarmientos; y que, como él está unido al Padre, así nosotros debemos estar unidos a él, si queremos dar fruto.
En este encuentro de oración, aquí en Lund, queremos manifestar nuestro deseo común de permanecer unidos a él para tener vida. Le pedimos: «Señor, ayúdanos con tu gracia a estar más unidos a tí para dar juntos un testimonio más eficaz de fe, esperanza y caridad». Es también un momento para dar gracias a Dios por el esfuerzo de tantos hermanos nuestros, de diferentes comunidades eclesiales, que no se resignaron a la división, sino que mantuvieron viva la esperanza de la reconciliación entre todos los que creen en el único Señor.
Católicos y luteranos hemos empezado a caminar juntos por el camino de la reconciliación
[¿A costa de qué? ¿Es que existe un proselitismo inverso? Nosotros, los católicos, no podemos intentar convencer a nadie de que su postura es errónea ... pero debemos reconocer nuestros errores y dejarnos convencer por aquellos que abandonaron la fe y se separaron de la Iglesia, siendo excomulgados: ¡Aquí falla algo! ¡No veo la lógica por ninguna parte!]
Ahora, en el contexto de la conmemoración común de la Reforma de 1517, tenemos una nueva oportunidad [¿?] para acoger un camino común [¿?], que ha ido conformándose durante los últimos 50 años en el diálogo ecuménico [¿estaban equivocados todos los papas anteriores al Concilio Vaticano II?] entre la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica. No podemos resignarnos [¿Ellos o nosotros?] a la división y al distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros. Tenemos la oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos [Yo pienso que no ha habido ningún malentendido, puesto que Lutero se definió claramente en contra de la Iglesia y de los Papas y en términos, a veces, que dan miedo] que a menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros [no puede haber comprensión cuando no hay voluntad de cambiar y salir del error. Fueron los protestantes quienes se salieron de la Iglesia y cayeron en herejía formal. Por eso Lutero fue excomulgado]
Jesús nos dice que el Padre es el dueño de la vid (cf. v. 1), que la cuida y la poda para que dé más fruto (cf. v. 2). El Padre se preocupa constantemente de nuestra relación con Jesús, para ver si estamos verdaderamente unidos a él (cf. v. 4). Nos mira, y su mirada de amor nos anima a purificar nuestro pasado y a trabajar en el presente para hacer realidad ese futuro de unidad que tanto anhela.
También nosotros [¿hablamos de los protestantes o de los católicos?] debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón ...
Jesús nos dice que el Padre es el dueño de la vid (cf. v. 1), que la cuida y la poda para que dé más fruto (cf. v. 2). El Padre se preocupa constantemente de nuestra relación con Jesús, para ver si estamos verdaderamente unidos a él (cf. v. 4). Nos mira, y su mirada de amor nos anima a purificar nuestro pasado y a trabajar en el presente para hacer realidad ese futuro de unidad que tanto anhela.
También nosotros [¿hablamos de los protestantes o de los católicos?] debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón ...
[Por supuesto, pero sólo por la corrupción existente entonces ... que, todo hay que decirlo, hoy la hay mayor que en aquellos tiempos; pero lo que no se puede hacer es ceder en la Doctrina. Hay puntos que son irreconciliables entre católicos y luteranos. La única posibilidad de unión real y no ficticia es que, arrepentidos de sus errores por haberse separado de la verdadera y única Iglesia, que es la Iglesia católica, estos "hermanos separados" vuelvan al redil y así se cumpla la voluntad de Jesucristo de ser un sólo rebaño y un sólo Pastor. El buen Pastor es Jesucristo. Y luego, como Vicarios y representantes suyos en la tierra, deberían de serlo todos los sucesores de Pedro en el Papado. Hasta el momento presente, durante casi dos mil años, pese a los errores cometidos por la parte humana de la Iglesia, nunca jamás se había puesto en discusión la Doctrina. A las cosas se les llamaba por su nombre. Lo malo estaba mal. Y lo bueno estaba bien. Y esto seguirá siendo así, pues no se puede ir en contra de la naturaleza de las cosas. El "diálogo" no consiste en ceder en puntos que son esenciales y que constituyen la esencia de la Iglesia, como es la Presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, entre otros, sino en ayudar a quienes se han separado a reconocer sus errores para que vuelvan así al único camino que conduce a la Vida y que va unido necesariamente a la pertenencia a la Iglesia católica, fuera de la cual no hay salvación. Esto es de fe]
Solamente Dios es el juez.
[Cierto, pero Jesús dijo: "Tú eres Pedro. Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" Te daré las llaves del Reino de los cielos, y cuanto ates en la tierra será atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 18-19). Y ni Jesús ni la Iglesia pueden contradecirse, so pena de destruirse. Y así, las verdades de fe definidas como tales a lo largo de la Historia de la Iglesia no pueden cambiarse. Es un atar y desatar que va unido al cumplimiento de la voluntad de Dios, manifestada en Jesucristo, junto a la Tradición de la Iglesia y a su Magisterio. El papa no es el dueño de la Palabra divina ni puede contradecir, sin grave daño, el Magisterio anterior de la Iglesia, pues éste, entonces, desaparecería y con él la Iglesia]
Se tiene que reconocer con la misma honestidad y amor que nuestra división se alejaba de la intuición originaria del pueblo de Dios, que anhela naturalmente estar unido, y ha sido perpetuada históricamente por hombres de poder de este mundo más que por la voluntad del pueblo fiel, que siempre y en todo lugar necesita estar guiado con seguridad y ternura por su Buen Pastor. Sin embargo, había una voluntad sincera por ambas partes de profesar y defender la verdadera fe [Bueno, los hechos demuestran lo contrario; y los hechos son los que cuentan acerca de esa buena voluntad], pero también somos conscientes [¿quiénes, los católicos o los protestantes?] que nos hemos encerrado en nosotros mismos
[¿Qué significa esto de encerrarse en nosotros mismos? Desde luego si se trata de mantener la integridad del Mensaje recibido, entonces bendito encerramiento; pues el católico, por esencia, no se cierra a sí mismo, pues le urge la caridad de Cristo y quiere proclamar su mensaje por todo el mundo, apelando siempre, por supuesto, y respetando, la libertad de las personas]
por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente.
[Pero, ¿qué temor o qué prejuicios puede haber? El que ama la verdad viene a la Luz. Esta Luz es Cristo. Y Cristo manifestado no en la sola Escritura, que cada cual interpreta a su manera, sino Cristo que es el Camino, la Verdad y la Vida ... Y que para que su Mensaje no cayera en el vacío o en interpretaciones contradictorias fundó su Iglesia. La Tradición y el Magisterio de la Iglesia son esenciales para comprender bien el Mensaje de Jesucristo de una manera tal que no dé lugar a confusiones. Y esto sólo es posible en el seno de la Iglesia Católica, pese a que muchos de sus miembros, incluidos los de la Jerarquía eclesiástica, hayan perdido la fe y defiendan lo que es indefendible para un católico ... ¡y todo ello sin que se les llame la atención por parte de las más altas esferas: al contrario, son promocionados a rangos de mayor categoría! No estamos precisamente en condiciones de juzgar un pasado que, en lo esencial fue fiel, lo que ahora no está ocurriendo]
El Papa Juan Pablo II decía: «No podemos dejarnos guiar por el deseo de erigirnos en jueces de la historia, sino únicamente por el de comprender mejor los acontecimientos y llegar a ser portadores de la verdad» (Mensaje al cardenal Johannes Willebrands, Presidente del Secretariado para la Unidad de los cristianos, 31 octubre 1983). Dios es el dueño de la viña, que con amor inmenso la cuida y protege; dejémonos conmover por la mirada de Dios; lo único que desea es que permanezcamos como sarmientos vivos unidos a su Hijo Jesús. Con esta nueva mirada al pasado no pretendemos realizar una inviable corrección de lo que pasó, sino «contar esa historia de manera diferente» (Comisión Luterano-Católico Romana sobre la Unidad, Del conflicto a la comunión, 17 junio 2013, 16).
[Es difícil de entender que se pueda contar la historia de manera diferente. Lo que pasó, pasó. Y en ese sentido, no ha habido ningún movimiento por parte de los luteranos en acercarse a la Iglesia Católica, la cual les abriría sus puertas con sumo gozo, si admitiesen sus herejías y arrepintiéndose de ellas, adquiriesen un correcto conocimiento de la Iglesia, dado que en ello les va su propia salvación. Y, al hablar así, no considero estar siendo un hipócrita. Sé que soy un gran pecador. Pero no ceso de dar gracias a Dios por haber colocado en mi camino a sacerdotes fieles que me han enseñado la importancia fundamental que tiene el permanecer unidos a la única Iglesia verdadera, fundada por Jesucristo, sobre la roca de Pedro. Y ésta no es otra que la Iglesia católica. Y quiero poder decir con san Pablo: "Sé muy bien de quién me he fiado" (2 Tim 1, 12]
[Es difícil de entender que se pueda contar la historia de manera diferente. Lo que pasó, pasó. Y en ese sentido, no ha habido ningún movimiento por parte de los luteranos en acercarse a la Iglesia Católica, la cual les abriría sus puertas con sumo gozo, si admitiesen sus herejías y arrepintiéndose de ellas, adquiriesen un correcto conocimiento de la Iglesia, dado que en ello les va su propia salvación. Y, al hablar así, no considero estar siendo un hipócrita. Sé que soy un gran pecador. Pero no ceso de dar gracias a Dios por haber colocado en mi camino a sacerdotes fieles que me han enseñado la importancia fundamental que tiene el permanecer unidos a la única Iglesia verdadera, fundada por Jesucristo, sobre la roca de Pedro. Y ésta no es otra que la Iglesia católica. Y quiero poder decir con san Pablo: "Sé muy bien de quién me he fiado" (2 Tim 1, 12]
Jesús nos recuerda: «Sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). Él es quien nos sostiene y nos anima a buscar los modos para que la unidad sea una realidad cada vez más evidente.
[Eso es verdad. Pero no puede haber unidad si no es en la Verdad, no "mi verdad", sino "la Verdad" que nos ha sido revelada por Jesucristo y que sólo puede encontrarse a través de la Iglesia que Él fundó. Cualquier otro tipo de unidad no sería sino una farsa y una pantomima; una pérdida de tiempo, en definitiva. Y todo ello es porque estamos necesitados de una mayor fe, además de que se da el hecho de que son millones los católicos que no conocen su fe, desde hace ya más de 50 años, porque no se les ha enseñado o se les ha enseñado mal, haciendo hincapié en cosas banales, en lugar de predicar a Jesucristo y a éste crucificado. Ése ha sido el gran error]
Sin duda la separación ha sido una fuente inmensa de sufrimientos e incomprensiones; pero también nos ha llevado a caer sinceramente en la cuenta de que sin él no podemos hacer nada, dándonos la posibilidad de entender mejor algunos aspectos de nuestra fe. [¿Por ejemplo?]
Con gratitud reconocemos que la Reforma ha contribuido a dar mayor centralidad a la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. A través de la escucha común de la Palabra de Dios en las Escrituras, el diálogo entre la Iglesia Católica y la Federación Luterana Mundial, del que celebramos el 50 aniversario, ha dado pasos importantes. Pidamos al Señor que su Palabra nos mantenga unidos, porque ella es fuente de alimento y vida; sin su inspiración no podemos hacer nada.
[Esta idea acerca de la Reforma, que -según Francisco- "ha contribuido a dar mayor centralidad a la Sagrada Escritura", es falsa. En un excelente artículo de Bruno, de Infocatólica, titulado "La Reforma hizo un gran daño a la comprensión de la Escritura" se puede leer:
Comprendo perfectamente que el Papa desee llevarse bien con los protestantes, pero de nada sirven esos deseos si intentamos cumplirlos a costa de la verdad. Y la verdad es que el día que Lutero (supuestamente) clavó sus tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg fue un día funesto para la comprensión de la Escritura. Aunque fuera inconscientemente, pocas personas en la historia habrán dañado más que Lutero la verdadera comprensión cristiana de la enseñanza de la Biblia.No caigamos en el mismo gravísimo error sólo por intentar llevarnos bien con todo el mundo.Recordémoslo una vez más: la verdadera caridad siempre está basada en la verdad.]
La experiencia espiritual de Martín Lutero nos interpela y nos recuerda que no podemos hacer nada sin Dios. «¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?». Esta es la pregunta que perseguía constantemente a Lutero.
En efecto, la cuestión de la justa relación con Dios es la cuestión decisiva de la vida. Como se sabe, Lutero encontró a ese Dios misericordioso en la Buena Nueva de Jesucristo encarnado, muerto y resucitado. Con el concepto de «sólo por la gracia divina», se nos recuerda que Dios tiene siempre la iniciativa y que precede cualquier respuesta humana, al mismo tiempo que busca suscitar esa respuesta. La doctrina de la justificación, por tanto, expresa la esencia de la existencia humana delante de Dios.
[Pero entendamos bien la idea de la justificación, pues el lema de Lutero era: "Peca fuertemente, pero cree aún más fuertemente". Según él la naturaleza humana está corrompida por el pecado. El hombre no puede sino pecar. Y ese pecado no es eliminado ni siquiera por Dios. Él dice: Jesús me salvará porque yo creo en Él. Y punto. A partir de ahí, puede ser fornicario, ladrón, avaricioso, criminal, etc... Eso es lo de menos. Está "condenado" a actuar así. Ésa es su naturaleza. Pero Dios lo salvará porque Dios es bueno; y Dios entiende que él no puede hacer otra cosa que no sea pecar. Eso sí: debe de creer. Esta teoría de la justificación no se parece en nada a la justificación católica, según la cual, aun cuando es verdad que sólo Dios salva, sin embargo, ha querido contar con nosotros y con nuestra cooperación en esa tarea de nuestra salvación. Él quiere salvarnos y sólo Él nos salvará (con nuestras solas fuerzas no podríamos. Si así lo creyéramos caeríamos en el pecado de Pelagio), pero no salvará a todos, sino sólo a aquellos que pongan de su parte, a aquellos que hayan creído en el amor que Él les tiene y que intentan, todos los días, y a cada momento de cada día, corresponder a ese amor con un amor semejante.
Él quiere ver nuestra buena voluntad, quiere ver en nosotros, en cada uno, que Él es lo más importante en nuestra vida. Cuenta con nuestra debilidad y con nuestros pecados y traiciones, pero eso lo permite para que aumente nuestra humildad y para hacernos ver y entender hasta qué extremo nos ha querido y nos quiere ... pues incluso cuando pecamos, si nos arrepentimos de corazón y con propósito de enmienda, acudiendo al sacramento de la Confesión, nuestros pecados quedan completamente borrados, como si nunca hubiesen sido cometidos. Por eso se habla en la Biblia del hombre nuevo y de la nueva criatura, refiriéndose a aquellos que se han dejado conducir plenamente y en totalidad, por Jesucristo, Señor Nuestro.
Es más: aunque por nosotros mismos no merecemos nada, la participación en el Cuerpo Místico de Cristo nos da la posibilidad, real, de que nuestros méritos son realmente nuestros, pues así lo ha querido hacer Él por nosotros, porque nos quiere. La naturaleza humana está herida por el pecado, pero no está corrompida. El pecado desaparece realmente mediante la Confesión sincera del mismo ante un sacerdote que actúa "in persona Christi". Según Lutero Dios mira para otra parte y nos salva. Pero nuestro pecado permanece y no es eliminado. DE MANERA QUE SON DOS MANERAS COMPLETAMENTE DISTINTAS DE ENTENDER LA JUSTIFICACIÓN. ¿Dónde está el aporte de Lutero?]
Jesús intercede por nosotros como mediador ante el Padre, y le pide por la unidad de sus discípulos «para que el mundo crea» (Jn17,21).
[En efecto, así es. Pero se está refiriendo a sus discípulos, es decir, a los que son católicos y le siguen, en plena fidelidad a la Iglesia instituida por Él. Sin embargo no es el caso de los luteranos, que se han desgajado de la Iglesia. Si nosotros, los que decimos llamarnos católicos, fuésemos uno, como Jesús y el Padre son uno, entonces "el mundo creería en Jesucristo como enviado por el Padre para nuestra salvación" (cfr Jn 17, 21)]
Esto es lo que nos conforta, y nos mueve a unirnos a Jesús para pedirlo con insistencia: «Danos el don de la unidad para que el mundo crea en el poder de tu misericordia».
Este es el testimonio que el mundo está esperando de nosotros. Los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una experiencia cotidiana entre nosotros. Juntos podemos anunciar y manifestar de manera concreta y con alegría la misericordia de Dios, defendiendo y sirviendo la dignidad de cada persona.
[Yo añadiría que esta dignidad de la persona humana nos viene de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios. Es verdad que tenemos que amar al prójimo como a nosotros mismos. Pero éste es el segundo mandamiento. No hay que olvidarlo. El primero es amar a Dios sobre todas las cosas. Y es el primer mandamiento el que da sentido al segundo. De lo contrario, la caridad queda reducida a pura solidaridad humana, sin referencias a Dios. Es importante tener esto "in mente" a la hora de actuar, si queremos hacerlo como católicos].
Sin este servicio al mundo y en el mundo, la fe cristiana es incompleta [con la salvedad que acabo de hacer: amamos al mundo porque lo amamos a Él]
Luteranos y católicos rezamos juntos en esta Catedral y somos conscientes de que sin Dios no podemos hacer nada; pedimos su auxilio para que seamos miembros vivos unidos a Él [Para ser miembros vivos del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia, es necesario formar parte de la Iglesia. Éste es un "detalle" importante] siempre necesitados de su gracia para poder llevar juntos su Palabra al mundo, que está necesitado de su ternura y su misericordia.
Francisco
[Esta idea acerca de la Reforma, que -según Francisco- "ha contribuido a dar mayor centralidad a la Sagrada Escritura", es falsa. En un excelente artículo de Bruno, de Infocatólica, titulado "La Reforma hizo un gran daño a la comprensión de la Escritura" se puede leer:
Comprendo perfectamente que el Papa desee llevarse bien con los protestantes, pero de nada sirven esos deseos si intentamos cumplirlos a costa de la verdad. Y la verdad es que el día que Lutero (supuestamente) clavó sus tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg fue un día funesto para la comprensión de la Escritura. Aunque fuera inconscientemente, pocas personas en la historia habrán dañado más que Lutero la verdadera comprensión cristiana de la enseñanza de la Biblia.No caigamos en el mismo gravísimo error sólo por intentar llevarnos bien con todo el mundo.Recordémoslo una vez más: la verdadera caridad siempre está basada en la verdad.]
La experiencia espiritual de Martín Lutero nos interpela y nos recuerda que no podemos hacer nada sin Dios. «¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?». Esta es la pregunta que perseguía constantemente a Lutero.
En efecto, la cuestión de la justa relación con Dios es la cuestión decisiva de la vida. Como se sabe, Lutero encontró a ese Dios misericordioso en la Buena Nueva de Jesucristo encarnado, muerto y resucitado. Con el concepto de «sólo por la gracia divina», se nos recuerda que Dios tiene siempre la iniciativa y que precede cualquier respuesta humana, al mismo tiempo que busca suscitar esa respuesta. La doctrina de la justificación, por tanto, expresa la esencia de la existencia humana delante de Dios.
[Pero entendamos bien la idea de la justificación, pues el lema de Lutero era: "Peca fuertemente, pero cree aún más fuertemente". Según él la naturaleza humana está corrompida por el pecado. El hombre no puede sino pecar. Y ese pecado no es eliminado ni siquiera por Dios. Él dice: Jesús me salvará porque yo creo en Él. Y punto. A partir de ahí, puede ser fornicario, ladrón, avaricioso, criminal, etc... Eso es lo de menos. Está "condenado" a actuar así. Ésa es su naturaleza. Pero Dios lo salvará porque Dios es bueno; y Dios entiende que él no puede hacer otra cosa que no sea pecar. Eso sí: debe de creer. Esta teoría de la justificación no se parece en nada a la justificación católica, según la cual, aun cuando es verdad que sólo Dios salva, sin embargo, ha querido contar con nosotros y con nuestra cooperación en esa tarea de nuestra salvación. Él quiere salvarnos y sólo Él nos salvará (con nuestras solas fuerzas no podríamos. Si así lo creyéramos caeríamos en el pecado de Pelagio), pero no salvará a todos, sino sólo a aquellos que pongan de su parte, a aquellos que hayan creído en el amor que Él les tiene y que intentan, todos los días, y a cada momento de cada día, corresponder a ese amor con un amor semejante.
Él quiere ver nuestra buena voluntad, quiere ver en nosotros, en cada uno, que Él es lo más importante en nuestra vida. Cuenta con nuestra debilidad y con nuestros pecados y traiciones, pero eso lo permite para que aumente nuestra humildad y para hacernos ver y entender hasta qué extremo nos ha querido y nos quiere ... pues incluso cuando pecamos, si nos arrepentimos de corazón y con propósito de enmienda, acudiendo al sacramento de la Confesión, nuestros pecados quedan completamente borrados, como si nunca hubiesen sido cometidos. Por eso se habla en la Biblia del hombre nuevo y de la nueva criatura, refiriéndose a aquellos que se han dejado conducir plenamente y en totalidad, por Jesucristo, Señor Nuestro.
Es más: aunque por nosotros mismos no merecemos nada, la participación en el Cuerpo Místico de Cristo nos da la posibilidad, real, de que nuestros méritos son realmente nuestros, pues así lo ha querido hacer Él por nosotros, porque nos quiere. La naturaleza humana está herida por el pecado, pero no está corrompida. El pecado desaparece realmente mediante la Confesión sincera del mismo ante un sacerdote que actúa "in persona Christi". Según Lutero Dios mira para otra parte y nos salva. Pero nuestro pecado permanece y no es eliminado. DE MANERA QUE SON DOS MANERAS COMPLETAMENTE DISTINTAS DE ENTENDER LA JUSTIFICACIÓN. ¿Dónde está el aporte de Lutero?]
Jesús intercede por nosotros como mediador ante el Padre, y le pide por la unidad de sus discípulos «para que el mundo crea» (Jn17,21).
[En efecto, así es. Pero se está refiriendo a sus discípulos, es decir, a los que son católicos y le siguen, en plena fidelidad a la Iglesia instituida por Él. Sin embargo no es el caso de los luteranos, que se han desgajado de la Iglesia. Si nosotros, los que decimos llamarnos católicos, fuésemos uno, como Jesús y el Padre son uno, entonces "el mundo creería en Jesucristo como enviado por el Padre para nuestra salvación" (cfr Jn 17, 21)]
Esto es lo que nos conforta, y nos mueve a unirnos a Jesús para pedirlo con insistencia: «Danos el don de la unidad para que el mundo crea en el poder de tu misericordia».
Este es el testimonio que el mundo está esperando de nosotros. Los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una experiencia cotidiana entre nosotros. Juntos podemos anunciar y manifestar de manera concreta y con alegría la misericordia de Dios, defendiendo y sirviendo la dignidad de cada persona.
[Yo añadiría que esta dignidad de la persona humana nos viene de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios. Es verdad que tenemos que amar al prójimo como a nosotros mismos. Pero éste es el segundo mandamiento. No hay que olvidarlo. El primero es amar a Dios sobre todas las cosas. Y es el primer mandamiento el que da sentido al segundo. De lo contrario, la caridad queda reducida a pura solidaridad humana, sin referencias a Dios. Es importante tener esto "in mente" a la hora de actuar, si queremos hacerlo como católicos].
Sin este servicio al mundo y en el mundo, la fe cristiana es incompleta [con la salvedad que acabo de hacer: amamos al mundo porque lo amamos a Él]
Luteranos y católicos rezamos juntos en esta Catedral y somos conscientes de que sin Dios no podemos hacer nada; pedimos su auxilio para que seamos miembros vivos unidos a Él [Para ser miembros vivos del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia, es necesario formar parte de la Iglesia. Éste es un "detalle" importante] siempre necesitados de su gracia para poder llevar juntos su Palabra al mundo, que está necesitado de su ternura y su misericordia.
Francisco
lunes, 31 de octubre de 2016
Obispo Schneider: En tiempos de crisis, Dios hace uso de los pequeños
FUENTE: ADELANTE LA FE (HEMOS VISTO)
El 20 de octubre, Su Excelencia el Obispo Athanasius Schneider bendijo una vez más con su visita a los Canónigos Regulares de la Nueva Jerusalén y su Priorato de la Anunciación de la Santísima Virgen María en Charles Town, West Virginia. Celebró una misa acompañada por bellísimos cánticos cantados por un coro. Además, había familias grandes presentes y el Obispo Schneider dio también la primera comunión a un pequeño. Luego de la santa misa, Su Excelencia dio una presentación oral espontánea sin manuscrito preparado.
Esta pequeña presentación fue íntima y bien recibida por los fieles, algunos de los cuales tenían muchas preguntas apremiantes que luego el obispo respondió en conversaciones personales fuera del templo. Es siempre muy conmovedor ver la humildad e inmensa amabilidad del Obispo Schneider – especialmente hacia los pequeños – su profunda fe y amor hacia el pecador. Su confianza en la ayuda de la Madre de Dios está siempre presente, y también insiste en la manera caritativa y respetuosa de hablar con quienes están en desacuerdo dentro de la Iglesia Católica.
Además, luego de su santa misa, en una conversación personal conmigo y mi marido, el Obispo Schneider también alentó a los católicos a firmar la recientemente publicada Declaración de Fidelidad a la Enseñanza Inmutable de la Iglesia sobre el Matrimonio y su Ininterrumpida Disciplina. Por esta razón, ofrecemos aquí un vínculo a dicha solicitud que no sólo ha sido firmada por el mismo obispo Schneider, sino también por el cardenal Carlo Caffarra y el cardenal Raymond Burke, entre otros seis mil firmantes. Desde la publicación de esta declaración – la cual rechaza cualquier cambio en la enseñanza moral tradicional de la Iglesia Católica sobre el matrimonio y la familia, como el presentado en la exhortación post-sinodal Amoris Laetitia – la han firmado muchos sacerdotes y teólogos. Se espera que esta declaración se convierta – como lo fue la Súplica Filial anterior, que fue firmada por más de un millón de católicos – en un signo sincero y perseverante de la fidelidad de muchos católicos en todo el mundo.
Además de este documento, el obispo Schneider ofreció también otras recomendaciones para nosotros los fieles que enfrentamos la crisis y confusión actuales dentro de la Iglesia Católica. En su pequeña charla, después de la misa del 20 de octubre, recomendó que mantengamos nuestra fe y confianza sabiendo que la Iglesia se encuentra en manos de Dios y que Él es más fuerte que cualquier Papa u Obispo. Por tanto, según Schneider, Nuestro Señor hace uso una vez más de los pequeños de la Iglesia como canal de gracia y de renovación. Este prelado magnánimo y caritativo nos recuerda que debemos mantener la caridad hacia nuestros oponentes y el sentido de comunión entre los miembros del cuerpo místico de Cristo en el que, algunas veces, un miembro puede ayudar especialmente al miembro más débil.
Por favor, lean el siguiente texto de su charla tal como fue grabada y luego transcrita por mí, con la aprobación de Su Excelencia el Obispo Athanasius Schneider para que haga uso público de ella. He realizado mi mejor esfuerzo por permanecer fiel a sus palabras grabadas ex corde pleno, pero lamentablemente algunas palabras me resultaron inaudibles.
Maike Hickson
-------
Obispo Athanasius Schneider
Charles Town, West Virginia, 20 de octubre 2016Mis queridos hermanos y hermanas,
Me alegra mucho que aquí también haya niños presentes, gente joven, familias, y esto es ciertamente un signo de una verdadera renovación de la Iglesia. Esto nos puede dar realmente confianza y esperanza en medio de tanta confusión que presenciamos fuera y dentro de la Iglesia. Y por lo tanto mantenemos la fe y la confianza, la fe sobrenatural, que la Iglesia está en manos de Dios. La Iglesia no está en nuestras manos. La Iglesia no está en las manos del Papa o de los obispos. La Iglesia está en manos de Dios. Él es el Maestro. Él es la cabeza de la Iglesia. Renovemos esta fe porque la Iglesia es esencialmente una realidad sobrenatural, si bien la Iglesia también es humana y visible.
Quizás en este tiempo de crisis estamos demasiado concentrados en la parte humana de la Iglesia, donde observamos la debilidad, la traición; pero la parte invisible, mística, la realidad sobrenatural de la Iglesia es más grande, más fuerte. Y ninguna fragilidad humana o traición puede destruir la Iglesia, ni siquiera la de los miembros más altos de la jerarquía. Y así lo ha sido siempre en los 2000 años de Iglesia. Entonces, cuando solemos rezar “creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica”, debemos renovar nuestra fe en eso, que la Iglesia es una obra de Dios. Y por supuesto, en tiempos de prueba y de crisis, el Espíritu Santo usualmente hace uso de los pequeños de la Iglesia, los que no ostentan el poder – me refiero al poder administrativo. Y así lo fue siempre. Dios siempre elige a los pequeños, los de Nuestra Señora, los siervos de Dios, los pequeños.
Nuestro Señor se hizo pequeño de niño; Nuestro Señor eligió como simples apóstoles a los pescadores; y entonces Nuestro Señor dice, alaba al Padre por haber elegido revelar los misterios del Reino a los pequeños. Y esta es una verdad de la realidad sobrenatural de la Iglesia porque somos el cuerpo místico de Cristo. Mantengámoslo fuerte – el cuerpo místico de Cristo. Donde todos estamos conectados el uno al otro, de manera viva, de manera sobrenatural, pero verdadera. En esta conexión, un miembro de la Iglesia ayuda al otro. Realmente estamos como en un cuerpo vivo, conectados, y también en la Iglesia; por lo tanto cuando algunas veces una parte del cuerpo de Cristo es débil, (quizás en este tiempo lo sean aquellos en el poder, aquellos de la jerarquía) entonces el Espíritu Santo utiliza a los pequeños de Su cuerpo para fortalecer a los que tienen el poder visible.
Por tanto, creo que el Espíritu Santo está haciendo lo mismo en nuestro tiempo. Entonces ustedes, mis hermanos y hermanas, los pequeños, los más inocentes pequeños con sus oraciones, sus sacrificios, renuevan la Iglesia. Estas gracias, cuando se celebra la Santa Misa reverentemente, con fe, con dignidad, con reverencia en estos lugares en los que Nuestro Señor es adorado verdaderamente como Dios durante la sagrada comunión – interna y también externamente – en estos lugares está ocurriendo una verdadera renovación de la Iglesia. Y éste es el poder del Espíritu Santo. Y ni siquiera aquellos con autoridad dentro de la Iglesia pueden detener esto. Ni el Papa puede detenerlo, porque ésta es la obra del Espíritu Santo. Y el Papa es más débil que el Espíritu Santo, es tan sólo el débil ministro de Cristo.
Por lo tanto, renovemos verdaderamente nuestra profunda fe sobrenatural, y oremos y hagamos sacrificios por el Papa y los obispos para que reciban nueva fuerza, nuevos dones del Espíritu Santo, especialmente el don del coraje, fortaleza, para ser testigos de nuestra fe, para defender la fe y conducir sus vidas para Cristo. Por favor, oren por ellos, y que Dios envíe más y más santos pastores a la Iglesia en todo nivel, que lo sean de verdad y que tengan el coraje de los apóstoles y den sus vidas por la verdad y por las almas.
Entonces, mis queridos hermanos y hermanas, recordemos en este tiempo, y en todo tiempo de crisis y prueba, que es un tiempo especial de gracias. Y pidan a Nuestro Señor que fortalezca su fe, la fe sobrenatural, y siéntanse orgullosos de la fe católica.
Ustedes conocen su fe. Ustedes tienen el catecismo. Ustedes tienen el catecismo de Baltimore, el catecismo tradicional, ustedes saben que ésa es la fe, y tienen a Nuestro Señor aquí en la santa misa y la sagrada comunión; tienen a los santos, la esperanza. Por lo tanto, den gracias a Dios y siéntanse orgullosos de la fe católica.
Y no permitan ser confundidos por nadie. Digan siempre: “Yo sé en Quien creo.” Tal como dijo San Pablo: “Yo sé.” Y por ésta, mi fe católica, estoy listo para sufrir cuando no es tan [palabras inaudible]… y esta es nuestra riqueza, queridos hermanos y hermanas.
Por lo tanto, renovemos verdaderamente nuestra profunda fe sobrenatural, y oremos y hagamos sacrificios por el Papa y los obispos para que reciban nueva fuerza, nuevos dones del Espíritu Santo, especialmente el don del coraje, fortaleza, para ser testigos de nuestra fe, para defender la fe y conducir sus vidas para Cristo. Por favor, oren por ellos, y que Dios envíe más y más santos pastores a la Iglesia en todo nivel, que lo sean de verdad y que tengan el coraje de los apóstoles y den sus vidas por la verdad y por las almas.
Entonces, mis queridos hermanos y hermanas, recordemos en este tiempo, y en todo tiempo de crisis y prueba, que es un tiempo especial de gracias. Y pidan a Nuestro Señor que fortalezca su fe, la fe sobrenatural, y siéntanse orgullosos de la fe católica.
Ustedes conocen su fe. Ustedes tienen el catecismo. Ustedes tienen el catecismo de Baltimore, el catecismo tradicional, ustedes saben que ésa es la fe, y tienen a Nuestro Señor aquí en la santa misa y la sagrada comunión; tienen a los santos, la esperanza. Por lo tanto, den gracias a Dios y siéntanse orgullosos de la fe católica.
Y no permitan ser confundidos por nadie. Digan siempre: “Yo sé en Quien creo.” Tal como dijo San Pablo: “Yo sé.” Y por ésta, mi fe católica, estoy listo para sufrir cuando no es tan [palabras inaudible]… y esta es nuestra riqueza, queridos hermanos y hermanas.
La fe católica, Nuestro Señor en la eucaristía, y cuando tenemos a Nuestro Señor en la Eucaristía, tenemos luego todas las cosas y éste es el misterio para nosotros, y somos las personas más ricas del mundo.
Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo ahora y para siempre, Amén
Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo ahora y para siempre, Amén
Monseñor Atanasio Schneider
Colegio Juan Pablo II. Cristina Cifuentes se convierte en la heroína de los comunistas madrileños (Eulogio López)
FUENTE: HISPANIDAD
Repasemos los hechos. Dos normas de la presidenta de la Comunidad de Madridsobre identidad de género al imponer el homosexualismo en las escuelas. Para respetar al homosexual es imprescindible que les eduquen en la libre opción sexual como haría, por ejemplo, el lobby gay. Normas lanzadas por la insigne pepera Cristina Cifuentes (en la imagen).
Entonces va el colegio Juan Pablo II, de la localidad madrileña de Alcorcón y dice que no. Carlos Martínez, su director, sigue el ideario católico que les han prometido a los padres de sus alumnos y asegura que no hay que cumplir la ley inicua. Sobre todo, cuando dos de los tres obispos de Madrid firman una carta de gran altura intelectual donde dejan claro que las leyes de la obispa Cifuentes atentan contra la libertad religiosa, contra la libertad de enseñanza y contra la libertad de cátedra. Y las leyes inicuas no deben ser obedecidas.
¿Podía permitirse? Cristina Cifuentes, sin que el Gobierno Rajoy mueva un dedo, sin que el PP le llame a capítulo ni Rajoy la detenga, hace dos cosas: abrir un expediente al colegio para quitarle el concierto y hundirlo económicamente (como si el dinero fuera suyo) y, no contenta con ello, traslada al fiscal la carta de Carlos Martínez, un valiente, por si fuera objeto de delito de homofobia. Le pueden caer (artículo 510 del Código Penal) entre tres y cuatro años de cárcelsimplemente por comportarse como un cristiano.
Pero lo más triste de todo es cuando el secretario general de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, sacerdote del Opus Dei, recomendó a Carlos Martínez que tuviera cuidado con las expresiones. Vamos, que fuera más políticamente correcto.
Y este es el final, por ahora, de esta edificante historia: los colegios religiosos no se han solidarizado con el Juan Pablo II, nadie ha hecho frente a Cifuentes, las órdenes religiosas tampoco pero, lo más triste es que la jerarquía, con la excepción de dos obispos, no haya hecho frente a la presidenta de la Comunidad de Madrid, mientras Carlos puede acabar en prisión.
Así que no es de extrañar que Izquierda Unida y los comunistas se hayan entusiasmado con la pepera Cristinita.
Y que Soraya Sáenz de Santamaría asegure que no quiere juzgar las normas inicuas de su compañera de partido porque no tiene competencia sobre Madrid. Un gran partido el PP.
Eulogio López
En la fiesta del gran hereje (por Javier Navascués)
FUENTE: ADELANTE LA FE
España llevó la fe a América, los ingleses la herejía. Para contrarrestar la funesta figura de Lutero emergió en la Iglesia la ciclópea figura de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, milicia en defensa de la sana doctrina, siempre militante contra la herejía.
Lástima que no cupiese en tan apretada agenda papal el V Centenario de Santa Teresa de Jesús, maestra de oración, modelo de obediencia y de amor a la Iglesia, ni para la visita a España, el país que evangelizó el nuevo continente, incluida Argentina. Mientras, la estatua de Lutero, con el color rojo demoníaco, preside tan campante el aula Pablo VI del Vaticano. Todo ello fue analizado espléndidamente en esta página: http://adelantelafe.com/francisco-san-martin-lutero-perfectamente-juntos/
Conviene repasar las palabras exactas con las que se refiere el Catecismo de San Pío X al Protestantismo, herejía fundada por Martín Lutero y dividida en innumerables sectas.
Lástima que no cupiese en tan apretada agenda papal el V Centenario de Santa Teresa de Jesús, maestra de oración, modelo de obediencia y de amor a la Iglesia, ni para la visita a España, el país que evangelizó el nuevo continente, incluida Argentina. Mientras, la estatua de Lutero, con el color rojo demoníaco, preside tan campante el aula Pablo VI del Vaticano. Todo ello fue analizado espléndidamente en esta página: http://adelantelafe.com/francisco-san-martin-lutero-perfectamente-juntos/
Conviene repasar las palabras exactas con las que se refiere el Catecismo de San Pío X al Protestantismo, herejía fundada por Martín Lutero y dividida en innumerables sectas.
- 129. El Protestantismo o religión reformada, como orgullosamente la llaman sus fundadores, es el compendio de todas las herejías que hubo antes de él, que ha habido después y que pueden aún nacer para ruina de las almas.
- 130. Con una lucha que dura sin tregua hace veinte siglos, no ha cesado la Iglesia católica de defender el depósito sagrado de la verdad que Dios le ha encomendado y de amparar a los fieles contra la ponzoña de las heréticas doctrinas.
- 131. A imitación de los Apóstoles, siempre que lo ha exigido la pública necesidad, la Iglesia ha definido con toda claridad la verdad católica, la ha propuesto como dogma de fe a sus hijos y ha arrojado de su seno a los herejes, lanzando contra ellos la excomunión y condenando sus errores.
- 132. El Concilio que condenó el protestantismo fue el Sacrosanto Concilio de Trento, denominado así por la ciudad donde se celebró.
- 133. Herido con esta condenación, el protestantismo vio desenvolverse los gérmenes de disolución que llevaba en su viciado organismo: las discusiones lo desgarraron, multiplicáronse las sectas que, dividiéndose y subdividiéndose, lo redujeron a menudos fragmentos. Al presente, el nombre de protestantismo no significa ya una creencia uniforme y extendida, sino que encierra un amontonamiento, el más monstruoso, de errores privados e individuales, recoge todas las herejías y representa todas las formas de rebelión contra la santa Iglesia católica.
- Declaró que las fuentes de la revelación son las Escrituras y la Tradición de la Iglesia. De esta manera la Iglesia contestaba la doctrina de Lutero que todo lo cifraba en la sola Escritura.
- Fijó los libros de la Biblia o canon: son 73 libros; 46 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. Los protestantes aceptan 39 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento; en total, 66 libros; siete menos que los católicos. Los protestantes no aceptan Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiastés, Baruc, 1 y 2 de Macabeos.
- Explicó la doctrina del pecado original, la gracia y los sacramentos que, en pocas palabras, se resume así: El hombre nace herido con el pecado original, pero no corrompido. Dicho pecado se borra totalmente con el bautismo, aunque queda la concupiscencia o la tendencia o inclinación al pecado. El bautismo nos santifica y el hombre con la gracia del bautismo y de los sacramentos puede hacer obras buenas y meritorias a los ojos de Dios. Así daba contestación al protestantismo que decía que el hombre estaba totalmente corrompido y era incapaz de hacer el bien, aunque haya recibido el bautismo.
- Reafirmó la existencia de los siete sacramentos.
- Afirmó que la fe en Jesucristo salva, pero que las obras buenas son necesarias. Los protestantes afirman que sólo la fe salva, pues todas las obras hechas por el hombre son obras empecatadas y no agradables a Dios.
- Volvió a enseñar, conforme a la tradición, el valor de las indulgencias, el culto a los santos, el celibato, la vida religiosa, la existencia del purgatorio. Para ganar las indulgencias se necesita, además de la obra de caridad a la que está ligada, tener un corazón contrito, que rechaza el pecado. Ese espíritu penitencial se debe manifestar confesándose, recibiendo la comunión y rezando por las intenciones del Papa.
- Publicó el catecismo romano, destinado a los párrocos, para ayudarles en su labor y en la enseñanza del catecismo a los niños.
Por último quiero compartir con ustedes un texto de Don Plinio Corrêa de Oliveira, pensador católico tradicional, donde profundiza magistralmente en la nefasta figura de Lutero. Es un documento sumamente interesante para desenmascarar hasta el tuétano el pensamiento de la siniestra figura de Lutero y la intrínseca malignidad de su perversa doctrina.
Es un análisis muy lúcido, clarividente y actual. ¿Tiene algo que ver con Cristo este gran impío? ¿Puede haber un acercamiento con los protestantes, si no renuncian totalmente a las herejías y aberraciones de su fundador? Les dejo con el texto de Don Plinio, escrito en la “Folha de S. Paulo”, 10 de enero de 1984.
-------
No comprendo cómo ciertos eclesiásticos contemporáneos, incluso de los más cultos, doctos e ilustres, pueden hacer de Lutero, el heresiarca, una figura mítica, con el empeño de favorecer una aproximación ecuménica. Esta aproximación sería en primer término con el protestantismo e indirectamente con todas las religiones, escuelas filosóficas, etc. ¿Discernirán estos hombres el peligro que a todos nos acecha al final de ese camino? Me refiero a la formación a escala mundial de un siniestro supermercado de religiones, filosofías y sistemas de todo tipo, en el que la verdad y el error se presentarán fraccionados, mezclados y puestos en bullicio. Sólo quedaría ausente del mundo —si es que se pudiera llegar hasta allá— la verdad total; o sea, la fe católica, apostólica, romana, pura y sin mancha.
A propósito de Lutero —a quien le correspondería bajo cierto aspecto el papel de punto de partida en esta marcha hacia el desorden total— publico hoy algunos tópicos más que muestran bien el olor que su figura rebelde exhalaría en ese supermercado o, mejor, en esa necrópolis de religiones, de filosofías y del mismo pensamiento humano.
La doctrina de la justificación independiente de las obras es un elemento característico de la enseñanza de Lutero. En términos llanos quiere decir que los méritos superabundantes de Nuestro Señor Jesucristo aseguran al hombre por sí solos la salvación eterna. De manera que se puede llevar en esta tierra una vida de pecado sin remordimiento de conciencia ni temor de la justicia de Dios.
¡Para él la conciencia no era la voz de la gracia, sino la del demonio! Por eso le escribió a un amigo que el hombre vejado por el demonio de cuando en cuando “debe beber con más abundancia, jugar, divertirse y aun cometer algún pecado por odio y para molestar al demonio, para no darle pie a que perturbe la conciencia con niñerías. (…) Todo el decálogo (de la ley de Dios) se debe borrar de nuestros ojos y nuestra alma, de nosotros, tan perseguidos y molestados por el diablo”
En este sentido también escribió Lutero: “Dios sólo te obliga a creer y a confesar. En todas las otras cosas te deja libre y dueño de hacer lo que quieres, sin peligro alguno de conciencia; más bien es cierto que a Él no le importa incluso que dejes a tu mujer, huyas de tu señor y no seas fiel a ningún vínculo. ¿Y qué más le da (a Dios) que hagas o dejes de hacer semejantes cosas?”
Tal vez más tajante es esta incitación al pecado en carta a Melanchton del 1 de agosto de 1521: “Sé pecador y peca de veras (“esto peccátor et peca fórtier”), pero con aún mayor firmeza cree y alégrate en Cristo, vencedor del pecado, de la muerte y del mundo. Durante la vida presente debemos pecar. Basta que por la misericordia de Dios conozcamos al Cordero que quita los pecados del mundo. De él no nos ha de separar el pecado aunque cometamos mil homicidios y mil adulterios por día”
Esta doctrina es tan descabellada que el propio Lutero a duras penas conseguía creer en ella: “No hay ninguna religión en toda la tierra que enseñe esta doctrina de la justificación; yo mismo, aunque la enseñe públicamente, creo en ella con gran dificultad”
Pero el mismo Lutero reconocía los efectos de su predicación confesadamente insincera: “El Evangelio encuentra hoy en día adherentes que se persuaden de que ésta no es sino una doctrina que sirve para llenar el vientre y dar rienda suelta a todos los caprichos".
Y acerca de sus secuaces evangélicos Lutero agregaba que “son siete veces peores que antes. Después de la predicación de nuestra doctrina los hombres se entregaron al robo, a la mentira, a la impostura, a la crápula, a la embriaguez y a toda especie de vicios. Expulsamos un demonio (el Papado) y vinieron siete peores”
“Después que comprendimos que las buenas obras no son necesarias para la justificación, quedamos mucho más remisos y fríos en la práctica del bien. (…) Y si hoy se pudiese volver a la antigua situación, si de nuevo reviviese la doctrina que afirma la necesidad del recto proceder para ser santo, otro sería nuestro entusiasmo y disposición en el ejercicio del bien”
Todos esos desvaríos explican que Lutero haya llegado al frenesí del orgullo satánico, diciendo de sí mismo: “¿No os parece este Lutero un hombre extravagante? Para mí lo tengo como Dios. Si no, cómo podrían tener sus escritos y su nombre la potencia de transformar mendigos en señores, asnos en doctores, falsificadores en santos, lodo en perlas?”
Otras veces la opinión que Lutero tenía de sí mismo era mucho más objetiva: “Soy un hombre expuesto y comprometido en la sociedad, en la crápula, en los impulsos carnales, en la negligencia y otras molestias, a las que se vienen a juntar las de mi propio oficio"
Excomulgado en Worms en 1521, Lutero se entregó al ocio y a la indolencia. Y el 13 de julio escribió a Melanchton, otro prócer protestante: “Yo aquí me hallo, insensato y endurecido, establecido en el ocio; ¡oh, dolor!, rezando poco y dejando de gemir por la Iglesia de Dios, porque mi carne indómita arde en grandes llamas. En suma, yo, que debo tener fervor de espíritu, tengo el fervor de la carne, de la lascivia, de la pereza, del ocio y de la somnolencia”
Javier Navascués
Suscribirse a:
Entradas (Atom)