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martes, 4 de mayo de 2021

Segunda entrevista de Radio Spada a monseñor Viganò

 ADELANTE LA FE


Excelencia, nos disponemos a concluir la entrevista que iniciamos a primeros de marzo con motivo de la presentación del libro Galleria neovaticana, prologado por V.E. (el libro ya está disponible en inglés con el título de Neovatican Gallery, y dentro de muy poco tiempo verá la luz en español). Señalemos para empezar que aquella conversación ha tenido resonancia mundial; en apenas unas semanas, se ha traducido a numerosos idiomas y ha provocado un extenso debate. Destaca ampliamente el interés y la atención suscitados, y alguna crítica minoritaria por aquí y por allá –sobre todo en lo referente a Benedicto XVI– aunque no muy consistente en el aspecto teológico; la polémica tenía que ver sobre todo con lo que dijo V.E. con relación a cierta influencia hegeliana en el pensamiento de Ratzinger. ¿Tenía V.E. noticia de ello? Si le parece, podría ofrecer una respuesta; de lo contrario, procederemos con el resto de las preguntas.

Vamos a dividir la conversación de hoy en varias partes que señalaremos previamente para beneficio de los lectores a fin de que resulte más provechosa: 

una sobre el papel que desempeña actualmente el mundo anglosajón en la defensa de la Tradición
otra sobre la cuestión mariana
otra sobre la liturgia 
y por último otra sobre el ecumenismo

Empecemos por los países de habla inglesa, a los que va dirigida la nueva edición de la obra de Marco Tosatti. Aunque desde un punto de vista histórico se podría decir que la oposición a la ideología conciliar hablaba mucho en francés (también por el camino que trazó monseñor Marcel Lefebvre en ese sentido), en la actualidad se observa una ampliación significativa de dicho frente en el mundo anglosajón, en particular en los EE.UU. No olvidemos tampoco, dentro de los evidentes límites que tuvo, el célebre indulto de Agatha Christie, señal para nada indiferente para su época (comienzos de los setenta). Por su trayectoria diplomática, V.E. conoce desde hace décadas la realidad de los países de habla inglesa, sobre todo por haberse desempeñado como nuncio en Washington. ¿Qué piensa de esta evolución? ¿Cuál sería su causa? ¿Qué puede prever de cara al futuro?

Supongo que si en un principio la oposición a la ideología conciliar se expresaba en francés como usted afirma, ello se debió a que en aquellos años Francia gozaba de un nivel intelectual de bastante espesor tanto entre los laicos como en el clero, por lo que les era manifiesto el vínculo entre lo que pasaba en la sociedad y lo que pasaba en la Iglesia. No olvidemos que Francia se las tuvo que ver con los duros conflictos sociales del 68 y con una forma de progresía radical tal vez menos difundida en Italia, sobre todo fuera de las grandes ciudades. En Francia pudieron darse más clara cuenta de la revolución que se estaba desarrollando en un país de tradición católica que ya había conocido las persecuciones y las consecuencias de los gobiernos anticlericales. En Inglaterra, donde el catolicismo minoritario siempre se las tuvo que ver con el anglicanismo, la evidente aproximación de la Iglesia conciliar a las posturas litúrgicas y doctrinales del protestantismo dio lugar a una respuesta firme y coral por parte de los fieles y de muchos no católicos que encontraban incomprensible que la Santa Sede contemporizara con la mentalidad secularizada de la sociedad moderna. El conocido como Indulto de Agatha Christie manifestó la decepción de numerosos intelectuales por la decisión de eliminar la liturgia tradicional, que constituía un elemento diferenciador ante los anglicanos, pareciendo con ello que se renegara de siglos de resistencia heroica a la persecución por parte de los católicos. El sano ecumenismo preconciliar, que siempre había generado un constante movimiento de regreso de los anglicanos al seno de la Iglesia Católica hasta los mismos años setenta, sobre todo a raíz de la reforma litúrgica, sufrió un parón y las conversiones se orientaron a partir de entonces a las iglesias orientales. Según las tesis heterodoxas conciliares, se pensaba que había que abandonar en el cisma y la herejía a los que deseaban reintegrarse al único Redil del único Pastor.

Italia, sede del Papado y gobernada por la Democracia Cristiana, respondió mínimamente a la revolución conciliar, quizás precisamente porque el catolicismo no parecía estar en riesgo de extinción.

El despertar de los Estados Unidos es más reciente, y es fruto del retraso con el que los católicos de ese país han visto en peligro la fe y la liturgia en la vida diaria. En los años cincuenta la Iglesia estadounidense estaba en plena expansión gracias a la clarividencia de Pío XII y al apostolado de muchos prelados excelentes, entre los que no podemos dejar de evocar al arzobispo Fulton Sheen. Aquel entusiasmo propio de una nación relativamente joven, aquellas innumerables conversiones y la juventud del catolicismo estadounidense retrasaron probablemente la manifestación externa de la crisis, que ya estaba en curso en las universidades jesuitas y en las camarillas progresistas de los que salieron Biden, Kerry, Pelosi y otros políticos supuestamente católicos (véase aquí).

En temas relacionados con la moral pública como por ejemplo el respeto a la vida coincidían incluso presidentes que no eran católicos, con el aplauso del episcopado y de los fieles. Hasta hace muy poco la separación entre la base y el vértice en la sociedad y en la Iglesia no se ha hecho visible; por un lado, con presidentes declaradamente partidarios del aborto, empezando por Bill Clinton, y por otro con obispos mucho más allegados al progresismo europeo, que no sólo se ha extendido por Francia y el Reino Unido, sino también por Italia y países de arraigada tradición católica como España, Portugal e Irlanda. Esta división ha puesto asimismo en evidencia el distanciamiento entre el pueblo y los políticos y entre los fieles y los obispos. Es normal –y yo añadiría que hasta loable y providencial– que en vista de la traición operada por el estamento político y la Jerarquía se hayan despertado las conciencias y hayan visto en el presidente Trump un defensor de los valores tradicionales del pueblo de su país en el que también podían cifrar su confianza los católicos. El fraude electoral del pasado 3 de noviembre consolidó por el contrario el pactum sceleris, la inicua alianza, entre el Estado profundo y la Iglesia profunda para instalar en la Casa Blanca a un presidente que se dice católico pero está entregado en cuerpo y alma a la ideología globalista y a los planes del Nuevo Orden Mundial, con el apoyo determinante de los obispos, los intelectuales y la prensa católica progre. La gestión de la pseudopandemia en Estados Unidos ha desenmascarado a la iglesia profunda y abierto los ojos a muchos fieles para que se den cuenta de la complicidad entre los partidarios del Gran Reinicio. Cuando salga realmente a la luz el verdadero resultado de las elecciones presidenciales y se pueda proceder a unas nuevas elecciones no viciadas de intromisiones y manipulaciones, Biden se llevará consigo a la iglesia profunda de EE.UU., dando así un nuevo impulso al compromiso social de los católicos, sobre todo a los que no están dispuestos a aceptar adulteraciones de la Fe, la moral y la liturgia de la Iglesia.

Nunca como últimamente se ha hablado tanto de la devoción a María. El debate por así llamarlo sobre los títulos de la Virgen se desató cuando Bergoglio volvió a restar importancia una vez más a la Corredención. Para defender las prerrogativas de María publicamos hace poco el Libro de oro de María Santísima. No creemos que pueda existir catolicismo sin María. Creemos también que es imposible disociar el Concilio y los gestores del postconcilio del origen del ataque antimariano que estamos presenciando. Por una parte, la socavación directa o indirecta mediante discursos públicos y documentos, y por otro dejando aflorar un sentimentalismo neoaparicionista que parece la negación del verdadero culto mariano. No olvidemos que con Juan Pablo II en el solio de San Pedro y Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe se llevaron a cabo –en nombre del ecumenismo y con las características típicas de la dinámica revolucionaria1 operaciones inaceptables en ese sentido. Un par de pequeños ejemplos: 1) En 1996, durante el XII Congreso Mariológico Internacional celebrado en Częstochowa, un grupo de teólogos entre los que figuraban tres ortodoxos, un anglicano y un luterano publicaron una declaración contra la proclamación del dogma de la Corredención. En perfecto estilo dialogante-indiferentista –he ahí el quid de la cuestión–, se calificaron de ambiguos los títulos de Corredentora, Mediadora y Abogada. El texto se publicó más tarde en el diario de la Santa Sede (2). 2) Dejando provisionalmente en un segundo plano las desastrosas consecuencias de la Reforma sobre el culto mariano y como si se pudiera amar a María separándola del Cuerpo Místico de Cristo, opacando su función de Triunfadora sobre todas las herejías, Juan Pablo II afirmó en la audiencia general del 12 de noviembre de 1997: «Los escritos de Lutero manifiestan amor y veneración por María, exaltada como modelo de todas las virtudes: sostiene la santidad excelsa de la Madre de Dios y afirma a veces el privilegio de la Inmaculada Concepción, compartiendo con otros reformadores la fe en la virginidad perpetua de María».(3) ¿Cómo ha experimentado personalmente V.E. la decadencia conciliar del culto mariano? ¿Qué nos puede decir, como prelado, de lo que ha visto en relación con este tema en sus largos años de actividad en Italia y el extranjero? ¿Ha tenido María Santísima algo que ver con la toma de conciencia de V.E. en lo que se refiere a la crisis de la Iglesia?

Algo que tienen en común los herejes de todos los tiempos es la intolerancia hacia el culto reservado a la Santísima Virgen y a la doctrina mariana que éste supone y de la cual es expresión litúrgica. Y no tiene nada de sorprendente: Satanás ve en la Madre de Dios a Aquella que con su Hijo aplastó la cabeza de la Serpiente antigua y a lo largo de la historia ha desbaratado los ataques del Infierno contra la Iglesia, la que al final de los tiempos obtendrá la victoria final sobre el Anticristo y sobre Satanás.

La Santísima Trinidad se complace en participar en la obra de la Redención con Nuestra Señora, a la cual ha concedido privilegios que ninguna otra criatura ha podido imaginar jamás: en primer lugar, preservarla del pecado original y mantener intacta la virginidad antes, durante y después del nacimiento del Salvador. En María, la nueva Eva, Satanás ve a la criatura que triunfa sobre él y repara la tentación y la caída de Eva; por eso es Corredentora junto a Cristo, nuevo Adán.

La devoción filial a la Virgen es dificilísima de erradicar del pueblo cristiano. Incluso después de la pseudorreforma protestante el culto a la Virgen sobrevivió hasta el punto de que se necesitaron grandes esfuerzos para extirparlo; no es fácil arrancar del corazón de los sencillos el amor a la Madre Celestial siendo éste tan espontáneo, natural y consolador. Pienso en los herejes que han regresado al seno de la Iglesia por la devoción a María Santísima gracias a un simple avemaría que su madre les había enseñado a rezar de pequeños. Esta devoción es sencilla, humilde, dulce, confiada y purísima; no se menoscaba en quien desconoce lo más excelso de la doctrina, porque nos ve como hijos y a Ella como Madre, por encima de todo lo demás, y reconoce en Ella a la salvadora, la misericordiosa, la Abogada a la que en todo momento se puede recurrir por graves que sean nuestras culpas, aun cuando se tiene miedo de alzar la mirada a su Divino Hijo al que hemos ofendido. «He ahí a tu Madre» (Jn. 19,26-27).

Por eso Satanás odia a «a Señora», como la llama en los exorcismos. Sabe de sobra que el poder de Jesucristo no queda opacado en modo alguno por la Madre, sino que la exalta, porque mientras a él el orgullo lo arrojó al Infierno, la humildad de Ella fue ensalzada sobre todas las criaturas concediéndole que llevara en su seno al Hijo de Dios, que Lucifer no toleraba que pudiese encarnarse asumiendo un cuerpo humano.

La decadencia del culto mariano después del Concilio es la última expresión, y yo añadiría que la más aberrante y escandalosa, de la aversión de Satanás a la Reina del Cielo. Ésa es una indicación de que aquella asamblea no provenía de Dios, como tampoco provienen de Él quienes también osan poner en tela de juicio los títulos y méritos de la Virgen Santísima. Por otra parte, ¿qué hijo se atrevería a rebajar a su propia madre para agradar a los enemigos de su padre? Esta complicidad descarada con herejes y paganos resulta mucho más grave cuando pone en duda el honor de la que es Madre de Dios y Madre nuestra, la Predilecta de la Trinidad a la que Dios Padre ha elegido por Hija, Dios Hijo por Madre y el Espíritu Santo por Esposa?

Creo que el don de mi conversión, de mi toma de conciencia en lo que respecta al engaño conciliar y a la apostasía actual, ha sido posible gracias a mi devoción constante a la Virgen, que nunca me ha faltado. Guardo el recuerdo vivísimo del rezo del Santo Rosario desde niño, cuando bajo los bombardeos aliados en abril de 1944 mi madre nos llevaba al refugio antiaéreo bajo nuestra casa de Varese y me estrechaba contra ella invocando la protección de la Virgen, cuya imagen iluminaba con una lamparita. El Rosario bendito siempre ha sido el alma de mi vida de oración.

Será la Santa Virgen la que aplaste bajo sus pies los ídolos infernales que infestan y profanan la Iglesia de su Hijo. Será Ella quien restituya la corona real al Hijo, al que sus propios ministros han desterrado. Será Ella quien sostenga y proteja a los buenos en esta hora de las tinieblas. Y será Ella quien implore gracias de conversión y arrepentimiento en los pecadores.

El tema de la liturgia también es importante. Parece que una de las batallas más arduas hoy en día es la de explicar a los fieles la gran diferencia entre la Misa de siempre y la que es fruto de la revolución conciliar neomodernista. No sólo por la teología subyacente, sino por la historia de la propia Misa de Pablo VI. Son pocos los católicos que saben que esa reforma se llevó a cabo con la ayuda de una comisión en la que intervinieron destacados protestantes, con los frutos ahora evidentes; o sea, un rito ecuménico. Hoy en día reina desgraciadamente un clima de indiferentismo sustancial en materia litúrgica, resultante de los contradictorios contenidos del motu proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI, como ya dijimos en la conversación anterior (4). Hablando también de la Misa, en una intervención de V.E. en el blog de nuestra amiga la Dra. M. Guarini el 9 de junio del año pasado, V.E. afirmó: «A lo largo de la historia, cuando se han propagado herejías, la Iglesia siempre se ha apresurado a condenarlas, como hizo cuando el conciliábulo de Pistoia en 1786, que en cierta forma fue precursor del Concilio Vaticano II». ¿Le importaría ampliar esta reflexión? ¿Qué elementos se pueden destacar de la bula Auctorem Fidei con relación a la autoridad? ¿Qué se debe hacer para hacer ver a la mayor cantidad posible de personas lo que da a entender este párrafo?

Estoy de acuerdo con usted en que desde luego es difícil sostener que el Cuerpo Místico pueda elevar a su Jefe la oración litúrgica –que es un acto oficial, solemne y público– con una voz dúplice. Esa duplicidad puede significar hipocresía, que repugna a la sencillez y coherencia de la Verdad católica, como también repugna a Dios, cuya Palabra es eterna y es la segunda Persona de la Santísima Trinidad. Cristo no puede dirigirse al Padre con una voz perfecta, que los novadores llaman forma extraordinaria, y al mismo hacerlo también con una voz imperfecta que hace un guiño a los enemigos de Dios, la forma ordinaria.

Por otro lado, la propia e infelicísima expresión forma ordinaria delata que se es consciente de que hay cierta ordinariez, que en el lenguaje de cada día indica algo que no tiene nada que lo distinga, común, de poco valor o escaso nivel. No es ningún elogio decir que alguien es un ordinario. Por eso, creo que esta situación hay que aceptarla y soportarla como una fase transitoria en la que desde luego la liturgia tradicional tiene oportunidad de volver a difundirse haciendo mucho bien a las almas en vista de la necesidad de volver al único rito católico y a la indispensable abolición de su versión conciliar. Recordemos que en la liturgia la Iglesia se dirige a la majestad de Dios, no a los hombres; los bautizados, miembros vivos de la Iglesia, se unen a la oración litúrgica a través de los ministros sagrados que hacen de pontífices o de puente entre ellos y la Santísima Trinidad. Nada hay más ajeno al espíritu católico que convertir la liturgia en una especie de acto antropocéntrico.

He mencionado el concilio de Pistoya por la considerable cantidad de errores propuestos que ya habían sido condenados en la bula Auctorem Fidei y más todavía por el magisterio postconciliar. Y digo considerable porque, así como la Verdad es coesencial a Dios, también la mentira es el sello distintivo de Satanás, que reitera su grito de rebelión a través de los siglos atacando siempre la Verdad que odia con odio inextinguible. Desde Ario a Loisy y de Lutero al P. Martin SJ LGTBQ, todo está inspirado por el mismo. Por eso la Iglesia ha condenado SIEMPRE el error y afirma SIEMPRE la misma Verdad, y por eso los herejes vuelven a plantear los mismos errores. No se diferencia en nada de la infidelidad del pueblo de Israel al adorar el becerro de oro ni de las abominaciones de Asís, la Pachamama o Astaná.

A punto ya de concluir, no podemos dejar de tocar más concretamente el tema del ecumenismo que, como se puede observar en los que hemos tratado hasta ahora, está estrechamente ligado a todos los aspectos de la crisis que estamos viviendo. Se confirma también al menos en los encuentros Pablo VI y Atenágoras, el beso al pie del ortodoxo Melitón, y así hasta triunfar en los encuentros de Asís de 1986 (Juan Pablo II) y 2011 (Benedicto XVI) y llegar al documento de Abu Dabi y la imagen pagana que se llevó a San Pedro durante el Sínodo para la Amazonía. Ese indiferentismo está condenado sin tapujos tanto en la teoría como en la práctica en innumerables documentos pontificios (por ejemplo Mortalium animos de Pío XI, Pascendi de San Pío X y el Syllabus de Pío IX. No sólo repugna a la luz sobrenatural de la Fe, sino ante todo a la luz natural de la razón por ilógico, falso y perverso, y ha podido prosperar gracias a la complicidad de los progresistas y, por desgracia, de no pocos conservadores. Por la experiencia de V.E., y en particular por las diversas misiones que ha desempeñado en varios continentes, ¿ha observado –al menos en la vida privada– alguna toma de conciencia por parte del episcopado en ese sentido? Es decir: dejando aparte la prudencia pública, ¿hay entre el clero alguien que, al menos apartado de los micrófonos, reconozca la gravedad de esta apostasía? En caso afirmativo, ¿le parece que la complicidad ha aumentado a lo largo de los años a medida que se encarecía la gravedad de los actos cometidos?

Los obispos y sacerdotes que aman a Nuestro Señor saben muy bien que hay una incongruencia insalvable entre la Fe revelada y la doctrina conciliar. Lo saben también de sobra los mercenarios, mitrados o no, que propagan los errores y promueven la revolución. Ahora bien, mientras los mercenarios se proponen realmente transformar la Iglesia en una especie de ONG imbuida de principios masónicos, los buenos pastores no se resignan a creer que muchas concesiones no son la necesaria consecuencia de errores bien concretos insinuados por el Concilio, sino una especie de incidencia por el camino que tarde o temprano se corregirá. Ese error, filosófico y psicológico más que teológico, los induce a asociar la causa de la crisis actual y la fidelidad al Magisterio inmutable de la Iglesia, en una labor titánica destinada al fracaso precisamente por ser vana y antinatural.

Permítame una comparación. Si un médico observa los síntomas de una enfermedad determinada, la identifica en su diagnóstico y elige una terapia encaminada a eliminar la causa de los síntomas, que no se limite a eliminarlos. No podrá curar los síntomas si no los asocia a la dolencia, porque en ese caso el paciente se aliviaría momentáneamente para morir más tarde. En política es igual: si un gobernante observa un aumento de la criminalidad a causa de la inmigración descontrolada, no conseguirá nada si no pone coto a la inmigración clandestina. Pues bien: si esto es evidente en cosas de la vida diaria, ¿cómo no va a ser igual en cuestiones que revisten mucha mayor gravedad como las relativas al culto debido a la majestad de Dios, la honra de la Iglesia y la salvación de las almas?

Creo que mis hermanos en el episcopado deberían tener la humildad para reconocer el engaño en que han caído; para identificar las causas doctrinales, morales y litúrgicas de la crisis; para desandar el cómodo camino que erróneamente emprendieron y retomar la senda estrecha y ardua que abandonaron y que a lo largo de los siglos ha demostrado ser el único camino que se puede recorrer: la vía de la Cruz, del sacrificio de sí mismo y de dar testimonio heroico de la Verdad, o sea de Jesucristo. Cuando lo hagan se multiplicarán los ataques del Demonio y sus secuaces contra la Iglesia, como siempre ha sucedido: «Si me persiguieron a Mí, también os perseguirán a vosotros» (Jn. 15,18-27), pero se ganarán el Cielo y la palma de la victoria. Y por el contrario, si creen que pueden entenderse con el mundo y su príncipe, tendrán que dar cuenta a Dios de las almas que les ha confiado. Y también de la propia.

Esta claudicación con la mentalidad mundana trasluce tal vez una falta de valor y pusilanimidad, todo lo contrario de las virtudes que deben distinguir al católico, y más todavía si es un ministro de Dios: «El Reino de los Cielos padece fuerza1, y los que usan la fuerza se apoderan de él» (Mt.11,12).

Gracias por la entrevista, monseñor.

1 No tiene nada de sorprendente que, siguiendo el guión revolucionario, en este periodo de tiempo haya habido declaraciones favorables al culto mariano, obviamente alternadas con prácticas contrarias e insertas en un contexto general neomodernista que ha producido los frutos hoy evidentes.

2 L’Osservatore Romano, 4 de junio de 1997.

3 Audiencia general del 12 de noviembre de 1997,


4 Obsérvese en particular en el pasaje: «Art. 1.- El Misal Romano promulgado por Pablo VI es la expresión ordinaria de la “Lex orandi” (“Ley de la oración”), de la Iglesia católica de rito latino. No obstante, el Misal Romano promulgado por san Pío V, y nuevamente por el beato Juan XXIII, debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma “Lex orandi” y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo. Estas dos expresiones de la “Lex orandi” de la Iglesia en modo alguno inducen a una división de la “Lex credendi” (“Ley de la fe”) de la Iglesia; en efecto, son dos usos del único rito romano.».

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

Obispo Schneider intenta enseñar la religión católica de Francisco

 ES NEWS


En la oración de Francisco a Abraham, pronunciada en su visita a Irak en marzo, hay “mucha confusión”, dijo el obispo Athanasius Schneider a la Cofradía de Nuestra Señora de Fátima el 16 de abril (vídeo a continuación):

“Cristianos, judíos y musulmanes no son los mismos hijos de Abraham”, subraya. Según Schneider, los judíos son “descendientes biológicos” de Abraham, y también algunos árabes, “pero los cristianos, la Iglesia, son los verdaderos hijos de Abraham por la fe”.

Schneider repite la obviedad de que, según el Evangelio, sólo son verdaderos hijos de Abraham los que creen en Cristo.

Es por ello que califica de “traición al Evangelio” decir que los judíos y musulmanes modernos tienen la misma fe que los cristianos y tienen en Abraham al mismo padre: “No podemos cambiar el Evangelio para ser políticamente correctos”.

Schneider trata de hacer entender a Francisco que Cristo exige a toda la humanidad que crea que él es el Hijo de Dios, porque “quien se niegue a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”. (Jn 3, 36).

lunes, 3 de mayo de 2021

Vaticano: ¿Reforma democrática? No; autocrática (Cardenal Viganò)

 ADELANTE LA FE

De conformidad con la enésima disposición promulgada por aquel que colegial y sinodalmente gobierna de modo despótico a golpe de motu proprios, los cardenales de la Santa Iglesia romana podrán ser sometidos a proceso y juzgados por laicos. Es imposible encontrar explicaciones razonables a las extemporáneas decisiones de Bergoglio, que ya ha infiltrado a no pocos laicos en los dicasterios romanos y en el sínodo de los obispos, o en todo caso a religiosos no ordenados, en nombre de la sinodalidad, la democratización y la paridad de género. Como tampoco sirve de nada invocar el Código de Derecho Canónico, que el Romano Pontífice puede derogar a su antojo. De nada sirve deplorar la subversión jerárquica que permite que un miembro de la Iglesia discente juzgue a un miembro de la Iglesia docente. 

Quien crea que las normas y reformas bergoglianas son motivadas por rectos propósitos y tienen por objeto el bien del cuerpo eclesial está en la luna. Si se tiene la honradez intelectual para reconocer que la finalidad de estas innovaciones es la demolición de la Iglesia Católica y la concentración tiránica del poder, se entenderá su plena coherencia y eficacia. 

Someter a los prelados a un tribunal compuesto de laicos nombrados por el principal inquilino de Santa Marta significa sustraer jurisdicción a los pastores para concentrarla en un individuo bajo la apariencia de democracia, colegialidad y participación de los laicos en el gobierno de la Iglesia. Aquí tenemos una astuta paradoja: Bergoglio impone reformas aparentemente democráticas contrarias a la constitución monárquica de la Iglesia de Cristo con el solo fin de dividir y de arrogarse todo el poder que él mismo afirma querer combatir. Mediante esta jugada, acapara poder para castigar o absolver a quien le dé la gana, garantizándose así la sujeción de los cortesanos y promoviendo una curia de aduladores y corruptos sobornables.

Omne regnum divisum contra se desolabitur: et omnis civitas vel domus divisa contra se, non stabit (Mt. 12, 25).

+ Carlo Maria Viganò

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

Misericordia 2.0: Francisco amenaza a sus cardenales con tribunales seculares

 ES NEWS



Por un lado, Francisco se hace el “humilde” y el “obispo de Roma”, pero por otro lado se está convirtiendo en un gran dictador que trata al resto de los obispos como si fueran sus monaguillos.

El golpe más reciente de Francisco es un Motu Proprio del 30 de abril que permite que los obispos y cardenales sean juzgados ante el tribunal civil y laico del Vaticano.

Hasta ahora, la Signatura Apostólica, compuesta por prelados, podía juzgar estos casos. El nuevo motu proprio llega a raíz de los escándalos financieros del Vaticano, de los que el propio Francisco es responsable por haber saboteado la reforma financiera del Vaticano.

El arzobispo Carlo Maria Viganò señala en un comentario del 1 de mayo que las nuevas normas promueven una “centralización tiránica del poder”, mientras que Francisco da la impresión de “democracia”, “colegialidad” y “participación de los laicos”.

Al someter a los prelados a un tribunal laico nombrado por Francisco y dependiente de él, quita competencias a otros obispos y las concentra en su propia mano, analiza Viganò.

Esta medida le permitirá castigar o absolver “a quien quiera a su antojo, asegurando el servilismo de los cortesanos y promoviendo una curia de aduladores”.

domingo, 2 de mayo de 2021

La acción del Espíritu Santo en la vida del discípulo.

 ALFONSO GÁLVEZ

Duración 43:11 minutos

https://www.alfonsogalvez.com/podcast/episode/efd71194/iv-domingo-de-pascua

Homilía predicada el 2 de mayo de 2010. Texto evangélico: Jn. 16: 5-14.

viernes, 30 de abril de 2021

¡AYUSO PIDE LA ABSTENCIÓN DEL PSOE PARA NO PACTAR CON VOX EN MADRID! || VOTAR AYUSO ES VOTAR CASADO

 ROBERSR






DURACIÓN 15:18 minutos

https://youtu.be/jLXN0kS_D-E

Isabel Díaz Ayuso ha abierto la posibilidad de una abstención del PSOE para no pactar con VOX un gobierno en la Comunidad de Madrid tras las elecciones del martes 4 de mayo. Una Ayuso, que ha dejado claro que votarla a ella es como votar a Casado y que su proyecto es el mismo que el proyecto del PP a nivel nacional. 

Es decir, un acercamiento al PSOE mientras va diciendo que VOX es muy malo y Abascal mancha la sangre de las víctimas de ETA. Esto es el PP. Y para evitar que se apliquen las políticas progres en la Comunidad de Madrid, votar masivamente a VOX es esencial. 

El más largo de Europa: Irlanda detiene un misterioso ritual de confinamiento

 ES NEWS


Irlanda suavizará sus medidas Covid-19 a partir del 10 de mayo, según decidió el gobierno el 28 de abril. Esto beneficiará a las peluquerías, los viajes y las Misas.

No se permitirán las cenas en interiores antes de julio. La asistencia a Misa se limitará a 50 fieles, independientemente del tamaño de la iglesia, lo que demuestra una vez más que las medidas Covid son irracionales. Es un misterio que Irlanda haya tenido el confinamiento más largo de Europa.

Un artículo revisado en enero en el European Journal of Clinical Investigation no encontró “ningún efecto beneficioso significativo claro” de los confinamientos por Covid en Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Irán, Italia y Países Bajos, frente a las medidas voluntarias (= sin confinamientos) en Corea del Sur y Suecia.

El documento fue elaborado por Eran Bendavid, Christopher Oh, Jay Bhattacharya y el famoso John Ioannidis, todos ellos investigadores de Stanford.

The Big Reset Movie

MROY

 

Duración 18:02 minutos

THE BIG RESET



Amparado bajo el pretexto de una pandemia a nivel global, estamos asistiendo al mayor atentado perpetrado en la historia contra nuestros derechos y libertades fundamentales.

Mediante el MIEDO, en apenas un año se han llevado a cabo políticas que en condiciones normales nos parecerían impensables. Confinamiento de toda la gente en sus casas, represión policial, estados de alarma, control absoluto de los grandes medios de comunicación, implantación de censura informativa a nivel planetario, silenciamiento de cualquier voz disidente con campañas de descalificación, ausencia de debate, campañas de desinformación, utilización de fondos del Estado sin ningún control, así como el intento de una vacunación obligatoria a nivel mundial.

El poder siempre ha utilizado las crisis para instaurar un control totalitario sobre la población. Es lo que se llama la doctrina del shock, descrito por Naomi Klein,
en la que, a través de impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias y aprovechando la confusión y conmoción generales se puedan llevar a cabo reformas impopulares.

LA FALSA PANDEMIA: Asumida como real por todo el mundo, ha sido posible merced a una sociedad no acostumbrada a pensar por sí misma sino a asumir “verdades oficiales”. Orquestada mediante una estrategia basada en inexactitudes,
manipulaciones, bulos y mentiras de los actuales responsables de la Organización Mundial de la Salud, con la complicidad de grandes grupos de poder, la utilización descarada de grandes medios de comunicación y con el silencio cómplice de muchos científicos, médicos, investigadores, académicos, políticos, fiscales, jueces y magistrados y, en definitiva, a una sociedad acostumbrada a asumir las verdades impuestas desde los medios que nos desinforman.

El documental «The Big Reset» será enemigo de la censura, e intentará hacer llegar al mayor número de gente posible las opiniones de personas muy preparadas que están siendo sistemáticamente silenciadas por no comulgar con el pensamiento único y obligatorio que nos están intentando imponer. El documental tratará de generar debate, así como de resolver muchas de las preguntas que tenemos derecho a saber sus respuestas.

Una de las preguntas clave es porqué en los medios de comunicación apenas se habla de El Gran Reinicio, o El Gran Reseteo. El Gran Reinicio es una propuesta del Foro Económico Mundial (FEM) para reconstruir la economía de manera sostenible tras la pandemia de COVID-19. Enmarcado en el plan de los globalistas y su Agenda 2030, la actual pandemia se presenta como un “agente acelerador” de todas las políticas totalitarias que se están llevando a cabo a nivel planetario.

Esta idea lleva décadas gestándose. Para alcanzar el estado omnipotente, y llevar a cabo una transformación radical de la sociedad, es necesario un mayor intervencionismo y control de los gobiernos a través de organizaciones culturales y científicas. Con el pronunciamiento de una supuesta pandemia a nivel global, la libertad se enfrenta a un nuevo enemigo. La tiranía se disfraza de gobierno experto y dictadura benevolente. Los nuevos gobernantes no justifican su derecho al dominio debido a la providencia divina, si no que ahora reclaman el derecho a gobernar al pueblo en nombre de la salud y la seguridad universales, basándose en presuntas pruebas científicas.

Sería imposible orquestar un golpe de estado desde arriba, como están intentando llevar a cabo estos grupos de poder, sin contar con la ayuda de los grandes medios de comunicación. Hace tiempo que estos medios de comunicación no son independientes, si no que están controlados por grandes grupos alineados con las consignas globalistas. Su mecanismo de ingeniería social, hace que las empresas mediáticas sean instrumentos a las órdenes del poder. En ellos está la clave de la manipulación, la cual estamos viendo crudamente en esta pandemia.

Afortunadamente cada vez hay más profesionales del ámbito de la medicina,
la salud y el periodismo, así como de otras disciplinas que ponen en tela de juicio estas “verdades oficiales”. Desde la declaración de Great Barrington, firmada por más de 6.000 especialistas de todo el mundo y 50.000 personas, en la que se cuestiona con dureza las medidas de los gobiernos para hacer frente a la pandemia, pidiendo la reanudación de todas las actividades laborales, hasta el Mensaje de alerta internacional de profesionales de la salud a los gobiernos del mundo, firmado ya por un millar de profesionales, mayoritariamente médicos, pertenecientes al colectivo United Health Professionals, en la que denuncian que la COVID-19, es “la mayor estafa sanitaria del siglo XXI”.

Si nunca has oído hablar de todo esto que aparece aquí, es normal. Hay un intento deliberado desde los medios de comunicación de masas de esconder este tipo de información. Llevan un año apabullándonos con cifras y datos manipulados con la intención de confundirnos y hacernos perder el sentido de la realidad, mientras poco a poco van socavando nuestras libertades.

Sin embargo, existen personas valientes y muy preparadas en las disciplinas que les competen; desde epidemiólogos, genetistas, biólogos moleculares, bioquímicos, abogados, periodistas de prestigio y hasta Premios Nobel, que llevan denunciando desde hace tiempo la situación en la que nos encontramos. Estas son las personas a las que daremos voz en este documental, para hacer llegar al mayor número de gente posible un mensaje de verdad.

En este mundo que nos quieren pintar, la tendencia dominante es plegarse a la llamada “Nueva Normalidad”, que no es más que un estado anormal y antidemocrático de libertad controlada, bajo el pretexto de una supuesta enfermedad pandémica que asola al planeta, por ello han decidido que la presión no cambiará hasta que aceptemos sus condiciones. Y en este acto de soberbia, han corrompido los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero esta vez han ignorado un detalle, inexistente en los conflictos anteriores, y es que ahora la masa, tiene voz.

Como dijo Abraham Lincoln, “Puedes engañar a todo el mundo durante un tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

NOTICIAS 29 de abril de 2021

 



ADELANTE LA FE

Cinco años después, las críticas a Amoris laetitia siguen sin respuesta (De Mattei)

MARCHANDO RELIGIÓN

Sobre la política desde una perspectiva del tradicionalismo

Selección por José Martí

Declaración de las verdades relacionadas con algunos de los errores más comunes en la vida de la Iglesia de nuestro tiempo

 ADELANTE LA FE


«La Iglesia del Dios vivo, columna y cimiento de la verdad» (1Tim 3,15)


Fundamentos de la Fe

1. El sentido correcto de las expresiones tradición viva, Magisterio vivo, hermenéutica de la continuidad y desarrollo de la doctrina incluye la verdad que cada vez que se profundice en el entendimiento del Depósito de la Fe, sin embargo esta profundización no puede ser contraria al sentido que ha expuesto siempre la Iglesia en el mismo dogma, el mismo sentido y el mismo entendimiento (cf. Concilio Vaticano I, Dei Filius, sess. 3, c. 4: «in eodem dogmate, eodem sensu, eademque sententia»).

2. «El significado mismo de las fórmulas dogmáticas es siempre verdadero y coherente consigo mismo dentro de la Iglesia, aunque pueda ser aclarado más y mejor comprendido. Es necesario, por tanto, que los fieles rehúyan la opinión según la cual en principio las fórmulas dogmáticas (o algún tipo de ellas) no pueden manifestar la verdad de modo concreto, sino solamente aproximaciones mudables que la deforman o alteran de algún modo; y que las mismas fórmulas, además, manifiestan solamente de manera indefinida la verdad, la cual debe ser continuamente buscada a través de aquellas aproximaciones.» Así pues, «los que piensan así no escapan al relativismo teológico y falsean el concepto de infalibilidad de la Iglesia que se refiere a la verdad que hay que enseñar y mantener explícitamente» (Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración sobre la doctrina católica acerca de la Iglesia para defenderla de algunos errores actuales, 5).

Credo

3. «El reino de Dios, que ha tenido en la Iglesia de Cristo sus comienzos aquí en la tierra, no es de este mundo (cf. Jn 18,36), cuya figura pasa (cf. 1Cor 7,31), y también que sus crecimientos propios no pueden juzgarse idénticos al progreso de la cultura de la humanidad o de las ciencias o de las artes técnicas, sino que consiste en que se conozcan cada vez más profundamente las riquezas insondables de Cristo, en que se ponga cada vez con mayor constancia la esperanza en los bienes eternos, en que cada vez más ardientemente se responda al amor de Dios; finalmente, en que la gracia y la santidad se difundan cada vez más abundantemente entre los hombres. Pero con el mismo amor es impulsada la Iglesia para interesarse continuamente también por el verdadero bien temporal de los hombres. Porque, mientras no cesa de amonestar a todos sus hijos que no tienen aquí en la tierra ciudad permanente (cf. Heb 13,14), los estimula también, a cada uno según su condición de vida y sus recursos, a que fomenten el desarrollo de la propia ciudad humana, promuevan la justicia, la paz y la concordia fraterna entre los hombres y presten ayuda a sus hermanos, sobre todo a los más pobres y a los más infelices. Por lo cual, la gran solicitud con que la Iglesia, Esposa de Cristo, sigue de cerca las necesidades de los hombres, es decir, sus alegrías y esperanzas, dolores y trabajos, no es otra cosa sino el deseo que la impele vehementemente a estar presente a ellos, ciertamente con la voluntad de iluminar a los hombres con la luz de Cristo, y de congregar y unir a todos en Aquel que es su único Salvador. Pero jamás debe interpretarse esta solicitud como si la Iglesia se acomodase a las cosas de este mundo o se resfriase el ardor con que ella espera a su Señor y el reino eterno.» (Pablo VI, Constitución apostólica Solemni hac liturgia, “Credo del pueblo de Dios”, 27). Es, por tanto, erróneo afirmar que lo que más glorifica a Dios es el progreso de las condiciones terrenas y temporales de la especie humana.

4. Después de la institución de la Nueva y Eterna Alianza en Cristo Jesús, nadie puede salvarse obedeciendo solamente la ley de Moisés, sin fe en Cristo como Dios verdadero y único Salvador de la humanidad (cf. Rm 3,28; Gal 2,16).

5. Ni los musulmanes ni otros que no tengan fe en Jesucristo, Dios y hombre, aunque sean monoteístas, pueden rendir a Dios el mismo culto de adoración que los cristianos; es decir, adoración sobrenatural en Espíritu y en Verdad (cf. Jn 4,24; Ef 2,8) por parte de quienes han recibido Espíritu de filiación (cf. Rm 8,15).

6. Las religiones y formas de espiritualidad que promueven alguna forma de idolatría o panteísmo no pueden considerarse semillas ni frutos del Verbo puesto que son imposturas que impiden la evangelización y la eterna salvación de sus seguidores, como enseñan las Sagradas Escrituras: «El dios de este siglo ha cegado los entendimientos a fin de que no resplandezca para ellos la luz del Evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios» (2Cor 4,4).

7. El verdadero ecumenismo tiene por objetivo que los no católicos se integren a la unidad que la Iglesia Católica posee de modo inquebrantable en virtud de la oración de Cristo, siempre escuchada por el Padre: «para que sean uno» (Jn 17,11), la unidad, la cual profesa la Iglesia en el Símbolo de la Fe: «Creo en la Iglesia una». Por consiguiente, el ecumenismo no puede tener como finalidad legítima la fundación de una Iglesia que aún no existe.

8. El Infierno existe, y quienes están condenados a él a causa de algún pecado mortal del que no se arrepintieron son castigados allí por la justicia divina (cf. Mt 25,46). Conforme a la enseñanza de la Sagrada Escritura, no sólo se condenan por la eternidad los ángeles caídos sino también las almas humanas (cf. 2Tes 1,9; 2Pe 3,7). Es más, los humanos condenados por la eternidad no serán exterminados, porque según la enseñanza infalible de la Iglesia sus almas son inmortales (cf. V Concilio de Letrán, sesión 8.)

9. La religión nacida de la fe en Jesucristo, Hijo encarnado de Dios y único Salvador de la humanidad, es la única religión positivamente querida por Dios. Por tanto, es errónea la opinión según la cual del mismo modo que Dios ha querido que haya diversidad de sexos y de naciones, quiere también que haya diversidad de religiones.

10. «Nuestra religión [la cristiana] instaura efectivamente una relación auténtica y viviente con Dios, cosa que las otras religiones no lograron establecer, por más que tienen, por decirlo así, extendidos sus brazos hacia el cielo» (Pablo VI, exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, 53).

11. El don del libre albedrío con que Dios Creador dotó a la persona humana, concede al hombre el derecho natural de elegir únicamente el bien y lo verdadero. Ningún ser humano tiene, por tanto, el derecho natural a ofender a Dios escogiendo el mal moral del pecado o el error religioso de la idolatría, de la blasfemia o una falsa religión.

La Ley de Dios

12. Mediante la gracia de Dios, la persona justificada posee la fortaleza necesaria para cumplir las exigencias objetivas de la ley divina, dado que para los justificados es posible cumplir todos los mandamientos de Dios. Cuando la gracia de Dios justifica al pecador, por su propia naturaleza da lugar a la conversión de todo pecado grave (cf. Concilio de Trento, sesión 6, Decreto sobre la justificación, cap. 11 y 13).

13. «Los fieles están obligados a reconocer y respetar los preceptos morales específicos, declarados y enseñados por la Iglesia en el nombre de Dios, Creador y Señor. El amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables de la observancia de los mandamientos de la Alianza, renovada en la sangre de Jesucristo y en el don del Espíritu Santo» (Juan Pablo II, encíclica Vertitatis splendor, 76). De acuerdo con la enseñanza de la misma encíclica, es errónea la opinión de quienes «creen poder justificar, como moralmente buenas, elecciones deliberadas de comportamientos contrarios a los mandamientos de la ley divina y natural». Por ello, «estas teorías no pueden apelar a la tradición moral católica» (íbid.).

14. Todos los mandamientos de la Ley de Dios son igualmente justos y misericordiosos. Es, por tanto, errónea la opinión de que obedeciendo un mandamiento divino – como, por ejemplo, el sexto mandamiento que prohibe cometer adulterio – una persona puede, en razón de esa misma obediencia, pecar contra Dios, perjudicarse a sí misma moralmente o pecar contra otros.

15. “Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, por ser contrario a la Ley de Dios, escrita en el corazón de cada hombre, reconocible por la misma razón, y proclamada por la Iglesia” (Juan Pablo II, encíclica Evangelium vitae, 62). La divina revelación y la ley natural contienen principios morales que incluyen prohibiciones negativas que vedan terminantemente ciertas acciones, por cuanto dichas acciones son siempre gravemente ilegítimas por razón de su objeto. De ahí que sea errónea la opinión de que una buena intención o una buena consecuencia, pueden ser suficientes para justificar la comisión de tales acciones (cf. Concilio de Trento, sesión 6, de iustificatione, c. 15; Juan Pablo II, Exhortación Apostólica, Reconciliatio et Paenitentia, 17; Encíclica Veritatis splendor, 80).

16. La ley natural y la Ley Divina prohíben a la mujer que ha concebido a un niño matar la vida que porta en su seno, ya sea que lo haga ella misma o con ayuda de otros, directa o indirectamente (cf. Juan Pablo II, encíclica Evangelium vitae, 62).

17. Las técnicas de reproducción «son moralmente inaceptables desde el momento en que separan la procreación del contexto integralmente humano del acto conyugal» (Juan Pablo II, Evangelium vitae, 14).

18. Ningún ser humano puede estar jamás moralmente justificado, ni se le puede permitir desde el punto de vista moral, de quitarse la vida o hacérsela quitar por otros con el fin de escapar el sufrimiento. «La eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal» (Juan Pablo II, Evangelium vitae, 65).

19. Por mandato divino y por la ley natural, el matrimonio es la unión indisoluble de un hombre y una mujer, ordenada por su propia naturaleza a la procreación y educación de la prole y al amor mutuo (cf. Gn 2,24; Mc 10,7-9; Ef 5,31-32). “Por su índole natural, la institución del matrimonio y el amor conyugal están ordenados por sí mismos a la procreación y a la educación de la prole, con las que se ciñen como con su corona propia” (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 48)

20. Según el derecho natural y el divino, todo ser humano que hace uso voluntario de sus facultades sexuales fuera del matrimonio legítimo peca. Por tanto, es contrario a las Sagradas Escrituras y a la Tradición afirmar que la conciencia es capaz de determinar legítimamente y con acierto que los actos sexuales entre personas que han contraído matrimonio civil pueden en algunos casos considerarse moralmente correctos o hasta ser pedidos e incluso ordenados por Dios, aunque una de ellas o las dos estén casadas sacramentalmente con otra persona (cf. 1Cor 7, 11; Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris consortio, 84).

21. La ley natural y Divina prohibe “toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación.” (Pablo VI, encíclica Humanae vitae, 14).

22. Todo marido o esposa que se haya divorciado del cónyuge con quien estaba válidamente casado y contraiga después matrimonio civil con otra persona mientras aún vive su cónyuge legítimo, conviviendo maritalmente con su pareja civil, y que opte por vivir en ese estado con pleno conocimiento de la naturaleza de este acto y pleno consentimiento de la voluntad a este acto, está en pecado mortal y no puede por tanto recibir la gracia santificante ni crecer en la caridad. Por consiguiente, a no ser que tales cristianos convivan como hermano y hermana, no pueden recibir la Sagrada Comunión (cf. Juan Pablo II, exhortación apostólica Familiaris consortio, 84).

23. Dos personas del mismo sexo pecan gravemente cuando se procuran placer venéreo mutuo (cf. Lev 18,22; 20,13; Rm 1,24-28; 1Cor 6,9-10; 1Tim 1,10; Jds 7). Los actos homosexuales “no pueden recibir aprobación en ningún caso” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2357). Así pues, es contraria a la ley natural y a la Divina Revelación la opinión que sostiene que del mismo modo que Dios el Creador ha dado a algunos seres humanos la inclinación natural a sentir deseo sexual hacia las personas del otro sexo, así también el Creador ha dado a otros la inclinación a desear sexualmente a personas del mismo sexo, y que es la voluntad del Criador que en determinadas circunstancias esa tendencia se lleve a efecto.

24. Ni las leyes de los hombres ni ninguna autoridad humana pueden otorgar a dos personas del mismo sexo el derecho a casarse, ni declararlas casadas, ya que ello es contrario al derecho natural y a la ley de Dios. “En el designio del Creador complementariedad de los sexos y fecundidad pertenecen, por lo tanto, a la naturaleza misma de la institución del matrimonio” (Congregación para la doctrina de la fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuals, 3 de junio de 2003, 3).

25. Aquellas uniones que reciben el nombre de matrimonio sin corresponder a la realidad del mismo, no pueden obtener la bendición de la Iglesia, por ser contrarias al derecho natural y divino.

26. Las autoridades civiles no pueden reconocer uniones civiles o legales entre dos personas del mismo sexo que claramente imitan la unión matrimonial, aunque dichas uniones no reciban el nombre de matrimonio, porque fomentarían pecados graves entre sus integrantes y serían motivo de grave escándalo (cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, 3 de junio de 2003).

27. Los sexos masculino y femenino, hombre y mujer, son realidades biológicas, creadas por la sabia voluntad de Dios (cf. Gn 1, 27; Catecismo de la Iglesia Católica, 369). Es, por tanto, una rebelión contra la ley natural y Divina y un pecado grave que un hombre intente convertirse en mujer mutilándose, o que simplemente se declare mujer, o que del mismo modo una mujer trate de convertirse en hombre, o bien afirmar que las autoridades civiles tengan el deber o el derecho de proceder como si tales cosas fuesen o pudieran ser posibles y legítimas (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2297).

28. De conformidad con las Sagradas Escrituras y con la constante Tradición del Magisterio ordinario y universal, la Iglesia no erró al enseñar que las autoridades civiles pueden aplicar legítimamente la pena capital a los malhechores cuando sea verdaderamente necesario para preservar la existencia o mantener el orden justo en la sociedad (cf. Gn 9,6; Jn 19,11; Rm 13,1-7; Inocencio III, Professio fidei Waldensibus praescripta; Catecismo Romano del Concilio de Trento, p. III, 5, n. 4; Pio XII, Discurso a los juristas Católicos, 5 de diciembre de 1954).

29.Toda autoridad en la Tierra y en el Cielo pertenece a Jesucristo; de ahí que las sociedades civiles y cualquier otra asociación de hombres esté sujeta a su realeza, por lo que «el deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2105; cf. Pio XI, Encíclica Quas primas, 18-19; 32).

Los sacramentos

30. En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía tiene lugar una maravillosa transformación de toda la sustancia del pan en el Cuerpo de Cristo y de toda la sustancia del vino en su Sangre, transformación que la Iglesia Católica llama muy apropiadamente transubstanciación (cf. IV Concilio de Letrán, cap.1; Concilio de Trento, sesión 13, c.4). «Cualquier interpretación de teólogos que busca alguna inteligencia de este misterio, para que concuerde con la fe católica, debe poner a salvo que, en la misma naturaleza de las cosas, independientemente de nuestro espíritu, el pan y el vino, realizada la consagración, han dejado de existir, de modo que, el adorable cuerpo y sangre de Cristo, después de ella, están verdaderamente presentes delante de nosotros bajo las especies sacramentales del pan y del vino» (Pablo VI, carta apostólica Solemni hac liturgia, “Credo del pueblo de Dios”, 25).

31. Las palabras con las que expresó el Concilio de Trento la fe de la Iglesia en la Sagrada Eucaristía son idóneas para los hombres de todo tiempo y lugar, ya que son «doctrina siempre válida» de la Iglesia (Juan Pablo II, encíclica Ecclesia de Eucharistia, 15).

32. En la Santa Misa se ofrece a la Santísima Trinidad un sacrificio verdadero y propio, y este sacrificio tiene un valor propiciatorio tanto para los hombres que viven en la tierra como para las almas del purgatorio. Es, por lo tanto, errónea la opinión según la cual el Sacrificio de la Misa consistiría simplemente en el hecho de que el pueblo ofrezca un sacrificio espiritual de oración y alabanza, así como la opinión de que la Misa puede o debe definirse solamente como la entrega que hace Cristo de Sí mismo a los fieles como alimento espiritual para ellos (cf. Concilio de Trento, sesión 22, c. 2).

33. «La misa que es celebrada por el sacerdote representando la persona de Cristo, en virtud de la potestad recibida por el sacramento del orden, y que es ofrecida por él en nombre de Cristo y de los miembros de su Cuerpo místico, es realmente el sacrificio del Calvario, que se hace sacramentalmente presente en nuestros altares. Nosotros creemos que, como el pan y el vino consagrados por el Señor en la última Cena se convirtieron en su cuerpo y su sangre, que en seguida iban a ser ofrecidos por nosotros en la cruz, así también el pan y el vino consagrados por el sacerdote se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, sentado gloriosamente en los cielos; y creemos que la presencia misteriosa del Señor bajo la apariencia de aquellas cosas, que continúan apareciendo a nuestros sentidos de la misma manera que antes, es verdadera, real y sustancial» (Pablo VI, Solemni hac liturgia, “Credo del pueblo de Dios”, 24).

34. «Aquella inmolación incruenta con la cual, por medio de las palabras de la consagración, el mismo Cristo se hace presente en estado de víctima sobre el altar, la realiza sólo el sacerdote, en cuanto representa la persona de Cristo, no en cuanto tiene la representación de todos los fieles. (…) Que los fieles ofrezcan el sacrificio por manos del sacerdote es cosa manifiesta, porque el ministro del altar representa la persona de Cristo, como Cabeza que ofrece en nombre de todos los miembros. Pero no se dice que el pueblo ofrezca juntamente con el sacerdote porque los miembros de la Iglesia realicen el rito litúrgico visible de la misma manera que el sacerdote, lo cual es propio exclusivamente del ministro destinado a ello por Dios, sino porque une sus votos de alabanza, de impetración, de expiación y de acción de gracias a los votos o intención del sacerdote, más aún, del mismo Sumo Sacerdote, para que sean ofrecidos a Dios Padre en la misma oblación de la víctima, incluso con el mismo rito externo del sacerdote”. (Pío XII, encíclica Mediator Dei, 112).

35. El sacramento de la Penitencia es el único medio ordinario por el que se pueden absolver los pecados graves cometidos después del Bautismo. Según el derecho divino todos esos pecados deben confesarse según su especie y su número (cf. Concilio de Trento, sesión 14, canon 7).

36. El derecho divino prohíbe al confesor violar el sigilo del sacramento de la penitencia fuere por el motivo que fuere. Ninguna autoridad eclesiástica tiene potestad para dispensarlo del secreto del sacramento, y tampoco las autoridades civiles están facultadas para obligarlo a ello (cf. CIC 1983, can. 1388 § 1; Catecismo de la Iglesia Católica 1467).

37.Por la voluntad de Cristo y por la inmutable tradición de la Iglesia, no se puede administrar el sacramento de la Sagrada Eucaristía a quienes estén objetivamente en estado de grave pecado público, y tampoco se debe dar la absolución sacramental a quienes manifiesten no estar dispuestos a ajustarse a la Ley de Dios, aunque esa falta de disposición corresponda a una sola materia grave (cf. Concilio de Trento, sess. 14, c. 4; Juan Pablo II, Mensaje al Cardinal William W. Baum, 22 de marzo de 1996).

38. Conforme a la constante tradición de la Iglesia, no se puede administrar el sacramento de la Sagrada Eucaristía a quienes nieguen alguna verdad de la fe católica profesando formalmente adhesión a una comunidad cristiana herética o oficialmente cismática (cf. Código del Derecho Canónico 1983, can. 915; 1364).

39. La ley que obliga a los sacerdotes a observar la perfecta continencia mediante el celibato tiene su origen en el ejemplo de Jesucristo y pertenece a una tradición inmemorial y apostólica, según el testimonio constante de los Padres de la Iglesia y de los Romanos Pontífices. Por esta razón, no se debe abolir esta ley en la Iglesia Romana por medio de la innovación de un supuesto celibato opcional de los sacerdotes, ya sea a nivel regional o universal. El testimonio válido y perenne de la Iglesia afirma que la ley de la continencia sacerdotal «no impone ningún precepto nuevo. Dichos preceptos deben observarse, porque algunos los han descuidado por ignorancia y pereza. Con todo, los mencionados preceptos se remontan a los apóstoles y fueron establecidos por los Padres, como está escrito: “Así pues, hermanos, estad firmes y guardad las enseñanzas que habéis recibido, ya de palabra, ya por carta nuestra” (2Tes 2,15). Lo cierto es que muchos, desconociendo los estatutos de nuestros predecesores, han violado con su presunción la castidad de la Iglesia y se han guiado por la voluntad del pueblo, sin temor a los castigos divinos» (Papa Siricio, decretal Cum in unum del año 386).

40. Por voluntad de Cristo y por la divina constitución de la Iglesia, sólo los varones bautizados pueden recibir el sacramento del Orden, ya sea para el episcopado, el sacerdocio o el diaconado (cf. la carta apostólica de Juan Pablo II Ordinatio sacerdotalis, 4). Es más, la afirmación de que sólo un concilio ecuménico puede dirimir esta cuestión es errónea, dado que la autoridad de un concilio ecuménico no es mayor que la del Romano Pontífice (cf. V Concilio de Letrán, sesión 11; Concilio Vaticano I, sesión 4, c.3).

31 de mayo de 2019

Cardenal Raymond Leo Burke, Patrono de la Soberana y Militar Orden de Malta

Cardinal Janis Pujats, Arzobispo emérito de Riga

Tomash Peta, Arzobispo de la arquidiócesis de María Santísima en Astana

Jan Pawel Lenga, Arzobispo-Obispo emérito de Karaganda

Athanasius Schneider, Obispo Auxiliar de la arquidiócesis de María Santísima en Astana

Cardenal George Pell: “Cristianismo liberalizado” es aburrido



La situación de la Iglesia en Alemania parece “ominosa”, con un porcentaje que va decididamente en la dirección equivocada, dijo el 27 de abril el cardenal George Pell, de 79 años, en el sitio web EWTN.com.

Para Pell está claro que -lo que él llama- un “cristianismo liberalizado”, ya sea catolicismo o protestantismo, “en una generación más o menos se fusiona con el agnosticismo”.

“Si adoptas las políticas del mundo y te limitas a seguir la corriente para que te aprueben, a nadie le va a interesar”, afirmó Pell, lo que implica que el “cristianismo liberalizado” es aburrido.

Él recuerda a los obispos alemanes su deber de mantener las enseñanzas de la Iglesia: “No tienen poder para cambiarlas, ninguno de nosotros lo tiene”.

Trombocitopenia trombótica inducida por la Vacuna Covid (Doctora Natalia Prego)

 MÉDICOS POR LA VERDAD

DURACIÓN 15:04 MINUTOS

https://medicosporlaverdad.net/trombocitopenia-trombotica-inducida-por-la-vacuna-covid

La Dra Prego nos explica las coagulopatia graves que han provocado las vacunas Covid-19 durante este 2021 y que muchas de ellas han llevado a la muerte de los pacientes. El estudio de las mismas se ha iniciado identificando una nueva entidad clínica, en este nuevo contexto médico. Esta nueva patología se denomina TROBOCITOPENIA TROMBÓTICA INMUNE INDUCIDA POR LA VACUNA COVID. Esa una entidad clínica ente muy parecía a la trombocitiponeia auto inmune inducida por heparina.

Para más información:

jueves, 29 de abril de 2021

¿Excomunión al que no paga? ... Blog de Tosatti sobre los primeros cristianos



Vamos terminando abril con lluvias mil en la ciudad eterna, los calores van llegando y esperamos gozar de un esplendoroso y tranquilo mayo, el segundo de la peste. Mientras Francisco vuelve a otro de sus mantras: ‘Las misas no se pagan’. La Instrucción de Congregación para el clero pretende rediseñar las parroquias a la luz de necesidades «misioneras» y una mayor atención a los pobres. La Misa y los sacramentos no pueden implicar “un precio a pagar «,» un impuesto que se cobrará «, no se puede» dar la impresión de que la celebración de los sacramentos, especialmente la Eucaristía y otras acciones ministeriales pueden ser sujeto a tarifa «. La escasez de sacerdotes la resolveremos con más protagonismo para los laicos, incluso no bautizados, que también podrán celebrar bautismos y funerales de forma excepcional y matrimonios, pero que no podrán asumir bajo ningún concepto el papel de los párrocos.

Son muchos los sacerdotes que viven de las donaciones de los fieles con motivo de sacramentos y sacramentales, sobre todo en los países más pobres, y no se les puede demonizar de esta manera. En Alemania no necesitan cobrar por las misas porque imponen a los fieles un impuesto con pena de excomunión, de esto no se dice nada. El Vaticano, el amigo Edgar, sigue repartiendo, misas al doble del precio normal, para redondear sueldos superiores a los de cualquier sacerdote, de los chicos de Secretaría de Estado y esto se mantiene sin problemas. Sabemos que los fieles nunca dejaran pasar hambre a sus sacerdotes, pero convendría que el Papa Francisco levante la excomuniòn a los que no pagan en Alemania y verá cómo se disuelve el cisma.

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El Blog de Tosatti nos recoge un testimonio lleno de esperanza en este tiempo de confusión y sufrimiento, por el «Reset» de los valores morales y de la doctrina recordando cómo pensaron y actuaron los primeros cristianos para defender y difundir la Fe. Según los comentarios al Evangelio de San Mateo de San Juan Crisóstomo: «Los primeros cristianos no prestaron atención a los peligros de la muerte. No les preocupaba que fueran pocos, ni que sus adversarios fueran muchos. No les importaba el poder, la fuerza y ​​la habilidad de sus enemigos. Solo contaban con una fuerza superior a todo esto: el poder de Aquel que había muerto en la Cruz y luego resucitado. No buscaban la gloria personal, sobre todo no buscaban el aplauso ni el consentimiento del pueblo. Actuaron solo con la intención correcta, con la mirada puesta en el Señor, el propósito y el motivo de sus acciones. No buscaban la aprobación de los demás, no les importaba lo que dirían, cómo los considerarían. No tenían miedo del medio ambiente para realizar su labor apostólica y evangelizar el mundo. Sabían que si se adaptaban para ajustarse al entorno comenzarían a ser inconsistentes con los principios y podrían caer en la tentación de comportarse y decir lo que los haría obtener aprobación en lugar de persecución».

«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré».

Buena lectura.

Specola

miércoles, 28 de abril de 2021

El culto al Covid: cómo escapar del totalitarismo patologizado global


LA LECTURA DE ESTE ARTÍCULO ES IMPORTANTÍSIMA PARA "ENTENDER" LO QUE ESTÁ OCURRIENDO ACTUALMENTE EN EL MUNDO.


Una de las señas de identidad del totalitarismo es la conformación de las masas a una narrativa psicopática oficial: no al menos una narrativa coherente, como la de la "Guerra Fría" o la "Guerra contra el Terrorismo", sino una ideología delirante que tiene poca o sin conexión con la realidad y que se contradice con los hechos.

El nazismo y el estalinismo son ejemplos clásicos, pero el fenómeno también es observable en sectas y otros grupos sociales (cada uno con su propia narrativa psicótica) como la familia Manson , el Templo del Pueblo de Jim Jones y la Cienciología . La naturaleza delirante de estas narrativas es obvia para la mayoría de los individuos racionales. Lo que muchos no comprenden, sin embargo, es que para aquellos que caen presa de ellos (ya sean miembros individuales de una secta o sociedades totalitarias enteras) tales narrativas no se perciben como una locura. Todo en su "realidad" reafirma la narrativa, y lo que la contradice se percibe como una amenaza.

Estas narrativas suelen ser paranoicas: presentan al culto amenazado o perseguido por enemigos o entidades malignas de las que solo puede salvarse con perfecta adhesión a su ideología. No importa si el antagonista es la cultura dominante, los contrarrevolucionarios, los judíos o un virus. El punto no es la identidad del enemigo, sino la sensación de paranoia e histeria que la narrativa oficial es capaz de despertar y que mantiene a raya a los miembros de una secta (o de toda una sociedad).

Además de ser paranoicos, tales narrativas son a menudo inconsistentes e ilógicas, si no simplemente ridículas. Sin embargo, esto no los debilita, por el contrario aumenta su poder, ya que obliga a los seguidores a reconciliar su inconsistencia e irracionalidad con su concepción del mundo, con el fin de respetar el culto. Tal conciliación es obviamente imposible y hace que las mentes de los miembros de la secta se acorten y pierdan cualquier apariencia de pensamiento crítico, exactamente lo que el líder de la secta está buscando.

Los gerentes de las sectas a menudo cambian radicalmente la narrativa sin razón aparente, lo que obliga a los seguidores a renunciar en el acto (y a menudo incluso a denunciar como "herejía") las creencias que previamente se vieron obligados a profesar y a comportarse como si nunca las hubieran creído. Fenómeno que provoca un nuevo cortocircuito en sus mentes, hasta que finalmente terminan repitiendo cualquier tontería con la que el líder del culto les llena la cabeza.

Además, las narrativas sin sentido del líder de la secta no son tan insignificantes como podrían parecer. El líder de la secta no está tratando de "comunicar" nada, sino sólo de desorientar al adepto y controlar su mente, con una corriente de asociaciones sin sentido, como la descrita por el psiquiatra Robert J. Lifton en un estudio sobre " lavado de cerebro " en China en 1961:
“El lenguaje del entorno totalitario se caracteriza por los clichés que anulan el pensamiento. Los problemas humanos más complejos y de mayor alcance se comprimen en frases breves, altamente selectivas, que suenan definitivas, que se memorizan y expresan con facilidad. Se convierten en el principio y el final de cualquier análisis ideológico ”.
Las mismas técnicas que utilizan las sectas para controlar las mentes han sido utilizadas por sistemas totalitarios para controlar sociedades enteras. Puede sucederle a prácticamente cualquier sociedad, al igual que cualquier persona, en determinadas circunstancias, puede ser víctima de una secta.

De hecho, le está sucediendo a la mayoría de nuestras sociedades en este momento. Se está desarrollando una narrativa oficial totalitaria, totalmente psicótica, no menos delirante que la de los nazis, o la familia Manson, o cualquier otro culto.

La mayoría de las personas no comprenden lo que está sucediendo, precisamente porque les está sucediendo a ellos: literalmente son incapaces de verlo. La mente humana es extremadamente resistente cuando se la empuja más allá de sus límites. Pregúntele a cualquier persona que haya sufrido psicosis o haya tomado demasiado LSD. No sabemos cuando nos estamos volviendo locos. Si nuestra percepción de la realidad se desmorona por completo, la mente crea una narrativa delirante, que parece tan "real" como nuestra realidad normal, porque incluso una ilusión es mejor que el terror y el caos.

Los rituales de iniciación reales (a diferencia de los rituales puramente simbólicos) comienzan minando la mente del sujeto con terror, dolor, agotamiento físico, drogas psicodélicas o algún otro medio de borrar la percepción de la realidad del sujeto. Una vez logrado esto, la mente del sujeto intentará desesperadamente construir una nueva narrativa para dar sentido al caos cognitivo y al trauma psicológico que está experimentando: en ese punto será relativamente fácil "guiar" el proceso y hacerle creer cualquier narrativa.

Y es por eso que tantas personas - personas que son capaces de reconocer fácilmente el totalitarismo en sectas u otros países - no perciben el totalitarismo que está tomando forma ahora, justo frente a sus ojos (o, más bien, justo dentro de sus propias cabezas). Tampoco pueden percibir la naturaleza delirante de la narrativa oficial del COVID-19, al igual que aquellos en la Alemania nazi no pudieron percibir cuán completamente delirante era su narrativa oficial de "raza superior". Estas personas no son ignorantes ni estúpidas. Han sido captadas con éxito en una secta.

Su iniciación en el culto covid comenzó en enero, cuando las autoridades sanitarias y los medios de comunicación despertaron el miedo al anunciar cientos de millones de muertes y distribuir fotos de chinos cayendo muertos en la calle. El condicionamiento psicológico continuó durante meses. Las masas han sido sometidas a una corriente constante de propaganda, histeria artificial, especulación salvaje, directivas contrapuestas, exageraciones, mentiras y efectos teatrales chillones. Además de encierros , hospitales de campaña y morgues de emergencia, enfermeras que bailan y camiones de la muerte, UCI colapsadas, bebés muertos, estadísticas manipuladas, monatti, máscaras y todo lo demás.

Después de un año y más, aquí estamos. El director del programa de emergencias sanitarias de la OMS básicamente confirmó una tasa de letalidad del 0,14%, aproximadamente lo mismo que la gripe estacional. Y aquí están las últimas estimaciones de la tasa de supervivencia del Centro para el Control de Enfermedades :

0-19 años: 99,997%
20-49 años: 99,98%
50-69 años: 99,5%
70+ años: 94,6%

Los argumentos "científicos" son cero. Un número creciente de médicos y expertos están saliendo de las filas que denuncian que la histeria masiva actual sobre "casos" (que ahora incluye a personas perfectamente sanas) es esencialmente propaganda sin sentido. Y luego está la presencia de Suecia y otros países que no están jugando el juego de la narrativa oficial, burlándose de la histeria colectiva.

No es necesario desacreditar nada: todos los hechos están disponibles, no en los sitios de conspiración, sino en los portales de los medios de comunicación y las autoridades sanitarias. Lo cual no importa, no para los miembros del culto al  covid. Los hechos no les importan a los miembros de la secta. Lo que importa es la lealtad al culto o al partido.

Lamentablemente, esto significa que nos enfrentamos a un problema grave, aquellos de nosotros para quienes los hechos aún importan y que hemos tratado de utilizarlos para convencer a los cultistas de que están equivocados sobre el virus. Si bien es vital seguir informando los hechos y compartirlos con la mayor cantidad de personas posible, es importante aceptar lo que estamos tratando. Es decir, un movimiento ideológico fanático, un sistema totalitario global, el primero de su tipo en la historia de la humanidad.

No es un totalitarismo limitado a una nación, porque vivimos en un imperio capitalista global, que no está gobernado por estados-nación, sino por entidades supranacionales y el propio sistema capitalista global. Y así, el paradigma culto / cultura se ha invertido: en lugar de un culto que existe dentro de la cultura dominante, aquí es el culto la cultura dominante. Y aquellos de nosotros que no nos hemos unido a él, ahora representamos los focos de resistencia dentro de él.

Para comprender cómo llegamos a este punto, es necesario comprender cómo las sectas controlan las mentes de sus seguidores, porque los movimientos ideológicos totalitarios operan de la misma manera, solo que en una escala social mucho mayor. Existe una gran cantidad de investigaciones y conocimientos sobre este tema (ya he mencionado a Robert J. Lifton), pero en resumen, utilizaré como guía las Seis condiciones para el control del pensamiento de Margaret Singer de su libro de 1995, Los siete entre nosotros .

1. Mantener al sujeto en la oscuridad sobre lo que está sucediendo y cómo su personalidad está siendo manipulada paso a paso. 

Los nuevos miembros son guiados a través de un programa de acondicionamiento conductual sin ser plenamente conscientes de las metas del grupo. Es fácil ver cómo la gente ha sido condicionada a aceptar la "nueva normalidad": ha sido bombardeada con espantosa propaganda, encerrada, privada de sus derechos civiles, obligada a llevar máscaras al aire libre, a realizar absurdos rituales de "remoción social", someterse a continuas "pruebas" y todo lo demás. Cualquiera que no se adhiera a este programa de condicionamiento es demonizado como un teórico de la conspiración, negacionista. Es, en esencia, un enemigo del culto.

2. Verificar el entorno social y / o físico del individuo, así como también cómo emplea su tiempo.

Desde hace más de un año, las autoridades vigilan el medio ambiente y la forma en que las personas pasan su tiempo, con encierros , rituales de distanciamiento social, cierre de actividades "no esenciales", propaganda omnipresente, aislamiento de los ancianos, prohibición de viajar, máscaras obligatorias y ahora incluso la segregación de los "no vacunados". Básicamente, la sociedad se ha convertido en una sala de enfermedades infecciosas o en un enorme hospital del que no hay escapatoria. Una patologización de la sociedad y la vida cotidiana, la manifestación física (social) de una obsesión mórbida por la enfermedad y la muerte.

3. Generar sistemáticamente una sensación de impotencia en la persona.

¿Qué tipo de persona podría sentirse más indefensa que un covidiot obediente, siguiendo obsesivamente el recuento de muertes, compartiendo fotos en una máscara o parche post-vacuna en las redes sociales, mientras espera el permiso de las autoridades para salir al aire libre, visitar a su familia, besar a alguien? o darle la mano a un colega? El hecho de que en el Culto Covidiano el líder carismático tradicional ha sido reemplazado por un puñado de expertos médicos y funcionarios del gobierno no cambia la total dependencia y total desamparo de sus miembros, que han quedado prácticamente reducidos a niños. Esta abyecta impotencia no se experimenta como negativa; al contrario, se celebra con orgullo.

4. Establecer un sistema de recompensas y castigos que inhiba una actitud que recuerde la identidad social previa del sujeto.

El punto aquí es la transformación de una persona racional en un individuo completamente diferente, convertido al culto. El punto se aplica principalmente a los cultos sectarios, no a los movimientos totalitarios a gran escala. Para nuestros propósitos, podemos agruparlo en la condición número 5.

5. Establecer un sistema de recompensas y castigos para promover el aprendizaje de la ideología o el sistema de creencias del grupo y los comportamientos grupales aprobados. 

Se premia la aceptación de las creencias del grupo y su cumplimiento, mientras que las dudas o críticas generan desaprobación. Cualquiera que exprese dudas está en condiciones de sentirse incómodo por haber cuestionado la creencia.

Así es como funciona en sectas y sociedades totalitarias más amplias. Por lo general, la Gestapo no viene a buscarte, sino amigos o colegas. Este tipo de condicionamiento ideológico se da en todas partes, todos los días, en el trabajo, entre amigos, incluso en la familia. La presión para obedecer es intensa, porque nada es más amenazante para los cultistas devotos, o miembros de movimientos ideológicos totalitarios, que aquellos que desafían sus creencias fundamentales, las confrontan con hechos o demuestran que su "realidad" no es la verdad en absoluto sino más bien una ficción delirante y paranoica.

La diferencia clave entre la forma en que funciona en las sectas y los movimientos ideológicos totalitarios es que, por lo general, una secta es un grupo subcultural y, por lo tanto, los no seguidores pueden valerse de la ideología de la sociedad dominante. En nuestro caso, sin embargo, este equilibrio de poder se invierte. Los movimientos ideológicos totalitarios tienen de su lado el poder de los gobiernos, los medios de comunicación, las fuerzas del orden, la industria cultural, la academia y las masas complacientes. Y así no necesitan persuadir a nadie. Tienen el poder de dictar la "realidad". Solo las sectas que operan en total aislamiento, como el Templo del Pueblo de Jim Jones en Guyana, pueden aprovechar este nivel de control sobre sus miembros.

Debemos resistir la presión para conformarnos y el condicionamiento ideológico, independientemente de las consecuencias, tanto en público como en privado; de lo contrario la "Nueva Normalidad" seguramente se convertirá en nuestra "realidad". Aunque los "negadores" actualmente somos superados en número por los covidiots, debemos comportarnos como si no lo fuéramos, y ceñirnos a la realidad, los hechos y la ciencia y tratar a los seguidores del culto por lo que son: un nuevo movimiento totalitario.

6. Imponer un sistema cerrado y una estructura autoritaria y piramidal que no permita ningún enfrentamiento con el mundo exterior.

Totalitarismo patologizado global. Sectarios que tratan desesperadamente de  amoldarnos a sus creencias paranoicas, presionando, intimidando, amenazando.

No dejes que te obliguen a aceptar sus premisas, de lo contrario te absorberán en su narrativa. Ponlos en su lugar, defiéndelos. Probablemente no cambien de opinión, pero el ejemplo podría ayudar a los escépticos a reconocer que les han lavado el cerebro y abandonar el culto.

Fuente: CJ Hopkins, The Covidian Cult (Part I & Part II), Consent Factory , 21 de abril de 2021) por aquí