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viernes, 18 de marzo de 2016

Anoche tuve un sueño (1)



Anoche tuve un sueño. Corría el año 2029. Yo me encontraba en una isla desconocida. Las únicas personas que conocía en ese lugar, además de mi esposa y de parte de mi familia, que también residían allí, eran unos viejos amigos, algunos de ellos sacerdotes.

La razón de nuestra estancia en esa isla incomunicada con el resto del mundo estaba relacionada con nuestras creencias religiosas. En el año 2024 se produjo una revolución "especial" a nivel planetario, organizada y dirigida desde las más altas instancias del Nuevo Orden Mundial, que acababa de establecerse como tal de manera oficial y cuya sede principal radicaba en Roma, en el Vaticano.


Me dejaba estupefacto el hecho de que la Jerarquía Católica, en cuanto tal, había desaparecido ... ¡en un intervalo de tiempo tan breve! Ya no existía la figura del Papa como tal desde que, merced a la influencia de Francisco, el último Papa, se había introducido la sinodalidad o colegialidad, primero, y la democracia, después, como la forma de Gobierno Eclesial más adecuada a los tiempos actuales, dando así al traste con la figura del Papado tal y como se había conocido desde hacía ya más de veinte siglos.


Pero lo que me dejaba más desconcertado aún era el hecho de que convivían (o mejor, coexistían) allí mismo en el Vaticano, en aparente "armonía", diferentes personajes representativos de las religiones más importantes, es decir, ortodoxos, judíos, musulmanes y budistas. Existía también, por supuesto, el grupo de los llamados cristianos, que eran mayoría, y que englobaba -en un todo- a los protestantes de las sectas más influyentes, a los anglicanos y a todos aquellos que, en su momento, se denominaban a sí mismos católicos, pero cuyo pensamiento se correspondía con el de las corrientes modernistas y con el progresismo imperante en el mundo. 


El Vaticano había sido ampliado para dar cabida a los diferentes grupos religiosos que, poco a poco, fueron introduciéndose allí. Cada uno de ellos rezaba a su "dios", pero todos estaban juntos, consecuencia lógica y práctica que se adivinaba ya, en cierto modo, al leer determinados documentos del Concilio Vaticano II, cuya apertura tuvo lugar el 11 de octubre de 1962, a iniciativa del papa Juan XXIII, siendo clausurado el 8 de diciembre de 1965, bajo el pontificado de Pablo VI. 

Este llamado "espíritu del Concilio" fue practicado por todos los Papas post-conciliares: Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y, arrolladoramente, por Francisco quien, haciendo uso de todas las tecnologías más avanzadas de aquella época, llevó a su zénit dicho "espíritu", pasando a la historia como "el Papa de los Gestos", fiel a la consigna de que "más vale una imagen que cien palabras" ... aunque a las imágenes unía también las palabras, reforzando así más lo que se denominó "efecto Francisco" que culminó en la situación lamentable actual

Todo ocurrió de modo vertiginoso. El 8 de Septiembre de 2017, por orden expresa de Francisco, comenzaron a entrar los protestantes en el Vaticano, ocupando cargos de alta responsabilidad, con una categoría equivalente a la de los cardenales. Una vez dado este paso, lo que vendría después era perfectamente predecible. En muy poco tiempo, el Vaticano fue ocupado también, progresivamente, por los ortodoxos, los anglicanos y los judíos. Justamente el día posterior a la entrada de los judíos, Francisco anunció su retirada como Pontífice, aduciendo problemas de salud. Era el 13 de marzo de 2018, el mismo día en que fue elegido Pontífice, hacía ya cinco años, ...; y pasó a la condición de papa emérito junto a Benedicto XVI, que todavía vivía.

Tras su renuncia se produjo una situación de gran inestabilidad en el seno de la Iglesia, quedando vacante la sede papal durante más de siete meses, pues eran muchos los que se disputaban el cargo sucesorio; no sólo los católicos, sino también el resto de religiones que ya estaban introducidas en el Vaticano. Se pensó, en buena lógica que, puesto que "todas las religiones eran iguales" y que "si tienes buena voluntad" te salvas igualmente, ¿por qué el sucesor de Francisco no podía ser de otra religión? Es más: si así ocurriera eso sería una demostración palpable y evidente para todo el mundo de que el proyecto ecuménico, tan deseado desde hacía más de sesenta años, se hacía realidad y no se quedaba sólo en palabras, lo que contribuiría, sin lugar a dudas, a que se instaurase la paz en el mundo.

Luego de muchas deliberaciones y tras un largo debate que mantuvo a la Iglesia sin Papa durante siete largos meses, fue elegido como sucesor de Francisco el patriarca ortodoxo ruso Alexis III. Era el 27 de octubre de 2018. Éstas fueron sus primeras palabras: "Ahora comienza una nueva etapa en la historia de la humanidad. La situación actual ha cambiado radicalmente respecto a épocas anteriores; de manera que, dadas las circunstancias, y a fuer de ser realistas, los sucesores de Francisco ya no pueden seguir llamándose Papas. No obstante, seguiremos manteniendo este nombre durante algún tiempo, mientras pensamos en el más adecuado a la nueva situación; y también para evitar escándalos entre la gente". Siguió hablando, pero sus palabras quedaron perdidas en mi memoria.

El patriarca Alexis III sólo desempeñó su cargo durante unos dieciséis meses, pues falleció el 11 de febrero de 2020. A lo largo de este periodo, como era de prever, se fueron incorporando al "Cardenalato" (que aún mantenía ese nombre) miembros de otras religiones: hindúes, budistas, etc ... Los últimos en hacerlo fueron los musulmanes. El nuevo "Papa" fue nombrado rápidamente, por unanimidad total de todos los altos miembros del Vaticano: el rabino Jeshuá I. Era el 23 de febrero de 2020. Lo recuerdo perfectamente porque era la fecha de mi cumpleaños.

De lo que ocurrió en los siguientes cuatro años sólo recuerdo "persecuciones" contra los católicos tradicionalistas, entre los que yo me contaba. Sí sé, a ciencia cierta, que hubo todo un proceso de cambio sustancial en el Vaticano que se transformó en la organización más poderosa del mundo. Formaban parte importante del Comité (que así pasó a llamarse el Cardenalato) los presidentes de Rusia y Estados Unidos. Y tuvieron también cabida los representantes de los mayores "lobby" de poder, es decir, masones y homosexuales.

En el año 2024 tuvo lugar la culminación de este proceso, que marcó un punto de inflexión en la historia de la humanidad. El Vaticano se había convertido en el máximo centro de Poder. En él se había instaurado, por fin, el tan anhelado Nuevo Orden Mundial (en adelante NOM) en el que tantas esperanzas habían puesto inmensidad de personas (hábilmente engañadas por los medios de comunicación); y cuya consecución parecía imposible. 

Ahora, desde el 31 de Octubre de 2024, bajo el "Pontificado" de Jeshuá I, el NOM pasó a destruir, con sus normas "humanísticas", todo lo que la Iglesia católica había ido construyendo a lo largo de dos mil años de Historia. La Iglesia -al menos, en apariencia- había sido devastada. Éste fue el gran logro perseguido desde la época de la Ilustración por todos los amigos del Príncipe de este mundo. Lo que estaba sucediendo me recordaba aquello que se dice en el Apocalipsis: "Se le concedió [a la Bestia, que representa al Diablo] hacer la guerra contra los santos y vencerlos" (Ap 13, 7). El hombre había destronado a Dios y se había colocado en su lugar, teniendo, además, como sede, la antigua sede Papal, el Vaticano.

Hablar de sincretismo religioso o hablar de ateísmo es, en el fondo, lo mismo; puesto que si cada uno tiene "su dios", es que, en realidad, no hay tal Dios. Dios no existe. Las riendas del Poder las tiene ahora el hombre. En aquel momento concreto de la historia el Presidente rabino Jeshuá I (que así pasó a llamarse la figura papal) tenía el supremo Poder del NOM.

El NOM se regía por unas reglas que eran bastante parecidas a las de la antigua ONU, que tampoco existía ya en aquel entonces, por haberse quedado obsoleta. El cargo de Presidente no era de por vida, sino que se renovaba cada cuatro años, no pudiendo estar con dicha titularidad más de ocho años, en que pasaba a ser Presidente emérito. Y así, el 23 de febrero de 2028, Jeshuá I cesaba en su mandato, dando paso a su sustituto, que era también judío, Su mandato concluiría -en principio- el 23 de febrero de 2036. Pero recordemos que la época en la que se situaba mi sueño era el año 2029. En aquel momento ocupaba la Presidencia del NOM el gran Rabino Jeshuá II.


(Continuará)

jueves, 17 de marzo de 2016

La última novedad de Francisco: Confesión sin confesión (Christopher A. Ferrara)

Este artículo de Christopher A. Ferrara se refiere al mismo tema que yo abordé en este blog hace dos días, pero con mucha más documentación. Curiosamente, ambos títulos coinciden. Transcribo aquí su contenido. El original inglés puede leerse aquí



Si sólo fuera posible evitar lo que se ha convertido en un continuo comentar los dichos y hechos del papa Francisco. Pero uno no ignora las declaraciones públicas de un Papa, especialmente desde la perspectiva de Fátima. Y en el punto actual del pontificado Bergogliano, el panorama de la Iglesia está cubierto de cráteres por las bombas que Francisco ha estado tirando casi semanalmente en las homilías, meditaciones, conferencias de prensa y otros escenarios, improvisadas por fuera de las cuatro esquinas de una encíclica u otro pronunciamiento papal formal. 

Aquí hay una bomba de febrero, del Miércoles de Ceniza. Fue arrojada en un sermón dado a los “Misioneros de la Misericordia” [puede leerse aquí el comentario de Fray Gerundio] durante la misa en la que recibieron su “mandato”, el que incluye “facultades para absolver ciertos pecados reservados a la Santa Sede” (de los cuales todos pueden ser absueltos por cualquier sacerdote parroquial). Les dijo a los Misioneros — increíblemente, aunque a esta altura no sorprende — que deben ofrecer la absolución incluso a los penitentes que están demasiado avergonzados como para hablar y no han expresado ningún propósito firme de enmienda porque pretenden volver a pecar:

“Si alguien viene a confesarse es porque siente que hay algo que debería quitarse, pero que tal vez no logra decirlo, pero tú comprendes … y está bien, lo dice así, con el gesto de venir. Primera condición. Segunda, estar arrepentido. Si alguien viene a tí es porque querría no caer en estas situaciones, pero no se atreve a decirlo, tiene miedo de decirlo y después no puedo hacerlo. Pero si no puede hacerlo, ad impossibilia nemo tenetur [a nadie se le pide lo imposible]. Y el Señor entiende estas cosas, el lenguaje de los gestos. Los brazos abiertos, para entender lo que está en el corazón que no puede ser dicho o dicho así … un poco es la vergüenza … me entendéis. Vosotros recibís a todos con el lenguaje con el que pueden hablar.”

Sin dejar lugar a dudas sobre sus intenciones al respecto, Francisco dijo lo mismo el día anterior (9 de febrero) a un grupo de Capuchinos sugiriendo, por lo tanto, que desea que cada sacerdote de la Iglesia otorgue la absolución a los penitentes mudos:

“Hay muchos lenguajes en la vida, el lenguaje de la palabra, pero también el lenguaje de los gestos. Si una persona se acerca al confesionario es porque siente algo que le pesa, que quiere quitarse. Quizás no sabe cómo decirlo, pero el gesto es éste. Si esta persona se acerca es porque quiere cambiar, y lo dice con el gesto de acercarse. No es necesario hacer preguntas: ¿tú?, ¿tú? …?”

“Y si una persona viene [a confesarse] es porque en su alma quisiera no hacerlo más. Pero muchas veces no pueden, porque están condicionados por su psicología, por su vida y su situación … Ad impossibilia nemo tenetur.” 
[a nadie se le pide lo imposible]

En primer lugar, este consejo totalmente erróneo equivale a destruir el sacramento porque elimina la confesión de la Confesión, eliminando la misma esencia del sacramento y dejando solamente la forma. No es necesario citar las enseñanzas de la Iglesia sobre un punto tan obvio, pero uno podría citar simplemente el nuevo Catecismo (§ 1456) que, inequívocamente, afirma:

"La confesión de los pecados hecha al sacerdote constituye una parte esencial del sacramento de la Penitencia: "En la confesión, los penitentes deben enumerar todos los pecados mortales de que tienen conciencia tras haberse examinado seriamente, incluso si estos pecados son muy secretos …""

(NOTA: no hablamos aquí de una emergencia en la que no hay tiempo para una confesión normal, como por ejemplo cuando un avión está a punto de estrellarse o una persona que está a punto de morir no puede hablar pero puede dar una clara señal de contrición, en cuyo caso la absolución sin la enumeración los pecados sería permisible. Cf. Canon 961.)

En segundo lugar, en cuanto a la noción de que la “vergüenza” excusa del deber de contar los pecados mortales en confesión, tal vergüenza nace del orgullo: el penitente no desea ser humillado por revelar al sacerdote sus pecados graves. Es increíblemente sorprendente que un Romano Pontífice — incluso éste — pueda declarar que un pecador afligido por el orgullo, que no puede ni siquiera hablar de sus pecados al propio confesor, puede recibir la absolución mientras evita orgullosamente ser humillado.

Finalmente, igualmente destructor del sacramento, e igualmente sorprendente, es la idea de Francisco de que pedirle a un pecador que exprese un firme propósito de enmienda, cuando duda de poder enmendar su vida, es pedirle lo imposible, porque “su psicología … su vida … su situación” le hacen imposible el dejar de pecar. ¿Quién no estaría cubierto con esta excusa para pecar y qué pasa con el requisito del firme propósito de enmienda sin el cual la absolución es inválida? Da la impresión de que Francisco piensa que puede eximirse al pecador de esa obligación, cuando ni él ni ningún otro confesor tienen poder para hacer tal cosa.

Como enseña San Alfonso, Doctor de la Iglesia, un firme propósito de enmienda “es compañero inseparable de la verdadera contrición” y “condición necesaria para el perdón del pecado… Es imposible para Dios perdonar al pecador que mantiene la voluntad de ofenderlo... ¿Quién puede dudar que la confesión de este hombre es una burla a la penitencia? ¿Quién puede creer que esta absolución ha tenido algún valor?

Quizás estoy siendo desconfiado por demás, pero me parece que este increíble llamado a otorgar la absolución a pecadores mudos que no están dispuestos, o no pueden comprometerse, a enmendar su vida, es otro paso hacia el objetivo final de admitir adúlteros públicos en segundas o terceras “nupcias” a la Sagrada Comunión. Las personas viviendo en adulterio sólo necesitan insistir al confesor que siga los consejos de Francisco y que no les hagan ninguna pregunta sobre sus pecados porque están “muy avergonzados” para hablar de ellos y encuentran “imposible” dejar de cometerlos por “su psicología… su vida… su situación.” Muchos sacerdotes harán simplemente eso — y muchos han hecho eso durante décadas, pero sin el beneficio del guiño y el asentimiento papal. La burla del Sacramento de la Confesión resultante conducirá a quién sabe cuántas absoluciones inválidas. [Añadiendo, además, un nuevo pecado: el sacrilegio]

La mente católica está más que abrumada por la continua debacle de este pontificado. Ciertamente indica que la dramática resolución de nuestra situación está próxima. ¡Que Nuestra Señora de Fátima nos proteja de las tormentas que se avecinan!

Christopher A. Ferrara

miércoles, 16 de marzo de 2016

Afirmaciones increíbles del cardenal Kasper

A pocos días de que se comunique públicamente la Exhortación Apostólica sobre la Familia que, presumiblemente, será el 19 de marzo, las palabras del cardenal Kasper revisten una especial gravedad, altamente preocupante en lo que concierne a la Doctrina de la Iglesia, como puede verse y escucharse en este vídeo de Gloria.TV

Duración 1:07 minutos

Parece ser que el anterior Papa, Benedicto XVI, cuando era sólo -igual que lo es ahora- el Cardenal Ratzinger, impartía otra doctrina diferente, ésta sí en conformidad con la fe de la Iglesia:



Y lo mismo podemos decir de Juan Pablo II:


Porque, efectivamente, la Doctrina de la Iglesia sobre la Infalibilidad del matrimonio, así como el resto de Dogmas de la fe católica, no cambian con el tiempo. Son verdades de fe que deben de ser creídas por todos los católicos. No son opinables. La encuesta universal que se hizo (pinchar aquí y aquí), con relación al primer Sínodo de octubre de 2014, es un ataque a la autoridad del Papado y un intento de democratizar la Iglesia; y esto no puede ocurrir de ninguna de las maneras (pinchar aquí y aquí).

José Martí

La madre Teresa de Calcuta, completamente pobre por amor a Jesucristo (Padre Santiago Martín)

El mundo suele ver en la madre Teresa de Calcuta una mujer excepcional que dedicó toda su vida a los pobres ... Y así fue. Pero como ella misma dijo: Esto no lo haría ni por todo el oro del mundo. Si lo hago es por Jesucristo, a quien amo y porque en estos pobres le veo a Él. 

Duración 7:10 minutos

martes, 15 de marzo de 2016

Confesión sin "confesión"

Coloco aquí un vídeo de gloria.tv de 44 segundos de duración


Según Francisco para confesarse sólo hay que entrar al confesionario. "Él habló con el gesto al entrar en el confesionario" -fueron sus palabras. O sea, no importa si el penitente se queda callado, pues lo que cuenta es el gesto: Esta afirmación de Francisco tiene el "pequeño" inconveniente de que es falsa: ¡eso no es lo que enseña la Iglesia! 

Para que un sacramento sea tal sacramento se requiere de materia y forma. Si falta uno de estos dos ingredientes, deja de haber sacramento. En el caso de la confesión, la materia se refiere a los pecados dichos al confesor y la forma a la absolución de esos pecados por parte del sacerdote, quien actúa "in Persona Christi", de modo que es a Cristo a quien, en verdad, se dirige el penitente al confesar sus pecados; y de ahí la importancia del secreto de confesión: un sacerdote que viole el secreto de confesión queda automáticamente excomulgado.

Es un acto de humildad confesar los pecados y un acto de orgullo el retenerlos. Ya conocemos el dicho de que "el demonio produce vergüenza para confesar los pecados y la quita para cometerlos".  ¿Cómo puede un confesor absolver a un penitente que no ha dicho nada?. No tiene potestad para ello, en virtud del propio sacramento.

¡Qué mal se entiende la misericordia! El santo Padre, en concreto, dijo -en otro momento-que "la confesión no es un juicio sino un encuentro con un Dios que perdona y olvida cada pecado". ¡Claro que perdona, pero a aquel que se arrepiente de los pecados que ha cometido ... y para que el sacerdote conozca esos pecados y pueda perdonarlos, es necesario que el sujeto que se confiesa hable y no permanezca en silencio, sin decir palabra: ¡el simple gesto de estar ahí, en el confesionario,  no es suficiente para que sus pecados queden perdonados! 

Tal afirmación del papa Francisco contradice la enseñanza de la Iglesia Católica en materia de confesión. Además, en contra de lo que dice Francisco, la confesión sí es un juicio: "Si alguno dijere que la confesión de todos los pecados no es un acto judicial ... sea anatema". (Concilio de Trento). Y Santo Tomás de Aquino habló de tres características, con relación a los pecados cometidos: dolor al considerarlos, humildad al confesarlos e intransigencia al satisfacer por ellos:de esta manera se expía la pena eterna. La confesión, instituida por Jesucristo, es así uno de los instrumentos, el más importante, tal vez, de los que Dios se sirve para ejercer su misericordia con nosotros ... ¡si hacemos uso de ellos! 

Dice Fray Gerundio en uno de sus artículos que si, para enaltecer la misericordia de Dios y su capacidad de perdón, se dice que no hay que decir los pecados y solamente arrepentirse, se está bombardeando directamente la doctrina de la integridad de la confesión. Se ve que cuando el niño Bergoglio ayudaba a Misa, aburrido, tampoco se aprendió bien el Catecismo de entonces, que ponía como condición de una confesión bien hecha el decir los pecados al confesor. Seguro que este niño poco piadoso ya pensaba entonces: Si alguna vez soy Papa, quitaré estas tonterías.

José Martí

Sobre el libro "Querido papa Francisco" dirigido a los niños

Introduzco primero un vídeo de 1:04 minutos de duración en el que aparece el papa Francisco contestando algunas preguntas que le hacen niños de diferentes países.


A continuación un comentario de Fray Gerundio con relación a dicho libro:


Estos días sale a la luz el ya famoso libro de las respuestas del Papa, ante las preguntas escogidas de muchos niños de todo el mundo. Me río yo de los peces de colores. Esas preguntas de niños han sido elaboradas por sus mayores, han sido escogidas por los pelotilleros curiales y han sido respondidas, mucho antes de conocer las preguntas. Dicen que soy muy mal pensado, pero no me resisto a creer que muchas de las cuestiones han sido aprovechadas para meter de matute unas respuestas previamente pensadas. Primero contesto, después pregunto.


Me imagino a los arquitectos del libro conversando: ¿Aprovechamos para meter alguna cosita sobre la Misa Tradicional? ¿Cómo lo hacemos? -Ya está: un niño le pregunta al Papa si él era monaguillo y Francisco -que para esto no necesita asesores- contesta pegando un garrotazo vil de desprecio por esta Misa.

Y es así como en un libro de preguntas insulsas, con contestaciones geniales, aparece de repente, por arte de birlibirloque, un gesto más del Sumo Pontífice que, en ese momento, entra en proceso psicoanalítico y rememora su infancia, haciendo ver que el pobre niño Bergoglio lo pasaba fatal en esa misa, porque hay que tener en cuenta que: era muy aburrida, no entendían nada, el cura estaba de espaldas, el libro pesaba mucho y había que cambiarlo de sitio.

Estimado Alessio: Sí, yo era monaguillo. ¿Y tú? ¿Qué puesto ocupas entre los monaguillos del altar? Es más fácil ahora, ya sabes. Es posible que sepas que, cuando yo era un niño, se celebraba la Misa de forma diferente. En aquel entonces el cura miraba hacia el altar, que estaba junto a la pared, y no miraba hacia las personas. El libro con el que decía la Misa, el misal, se colocaba en el lado derecho del altar pero, antes de la lectura del Evangelio, se lo tenía que trasladar hacia el lado izquierdo. Ése era mi trabajo: llevarlo de derecha a izquierda. ¡Era agotador! ¡El libro era pesado! Lo tomaba con toda mi energía, pero yo no era tan fuerte. Una vez lo tomé y se cayó al suelo, por lo que el sacerdote tuvo que ayudarme. ¡Vaya trabajo que hice! La Misa tampoco era en italiano. El cura hablaba pero yo no entendía nada y tampoco lo entendían mis amigos. Así que, para divertirnos, nos gustaba hacer imitaciones del cura, alterando un poco las palabras para componer extraños dichos en español. Nos divertíamos y realmente disfrutábamos de servir en las Misas.

Parece que el niño Bergoglio era muy poco piadoso porque yo he conocido en mi infancia a muchos niños que estaban deseando ayudar a Misa. Y que comprendían el encanto de la Misa: habían sido educados en la belleza de la Misa y se sentían orgullosos de ser monaguillos. No se dedicaban a divertirse ni a imitar al cura. Al niño argentino le encantaba bailar, pero se aburría en Misa. Qué bien.

Fray Gerundio

El Arzobispo Lefebvre nunca fue Sedevacantista (John Salza y Robert Siscoe)


Me interesa resaltar aquí la figura de Monseñor Lefebvre,  que nació el 19 de noviembre de 1905 y murió el 25 de marzo de 1991, a los 85 años de edad. El 25 de marzo de este año se cumplirán 25 años desde su fallecimiento. Sus restos se hallan inhumados en el Seminario de Écône, bajo la leyenda que él mismo deseaba que fuese escrita sobre su tumba: Tradidi quod et accepi ("He transmitido lo que recibí").

Fue fundador de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, en Friburgo (Suiza) en el año 1971. Lo que me ha motivado a escribir esta entrada, en particular, es señalar y remachar que Monseñor Lefebvre nunca fue Sedevacantista. Él hablaba de que la Iglesia se había desviado del camino de la doctrina verdadera con algunas cuestiones del Vaticano II y luego con la praxis tolerada y permitida por Roma. Pero nunca dijo que los Papas Conciliares o posteriores al Concilio Vaticano II fueran ilegítimos (ni siquiera Pablo VI ni Juan Pablo II).


Lo que aparece escrito en esta entrada forma parte de un artículo de John Salza y Robert Siscoe, autores de un libro de 700 páginas, titulado ¿Verdadero o falso Papa? publicado en diciembre de 2015, que habla sobre la crisis post-conciliar en la Iglesia. En particular, refutan a los llamados Sedevacantistas. Monseñor Lefebvre nunca lo fue.


Es importante explicar los pasos lógicos necesarios para convertirse en Sedevacantista. Hay cinco estadios claros que uno atraviesa, siendo el último no sólo el rechazo del Papa, sino también el rechazo de la entera Iglesia visible sobre la cual él gobierna. Al explicar estos estadios, demostraremos que el Arzobispo Lefebvre nunca fue más allá del primer estadio, el inicial, en el que simplemente se cuestiona si es posible que los Papas conciliares sean Papas ilegítimos. Este primer paso es uno que muchos católicos tradicionalistas han tomado, pero la mayoría nunca avanza hasta el segundo estadio. Éstos son los cinco estadios desde católico a sedevacantista.

Estadio 1 – Fase de cuestionamiento: como hemos indicado, la primera fase es una en la que muchos católicos tradicionalistas 
han estado alguna vez. Ciertamente, escandalizados por las palabras y acciones de los Papas recientes y la situación desesperante de la Iglesia, se preguntan si quizás la respuesta es que estos hombres no han sido Papas verdaderos (algunos quizás lo pregunten en público, pero sin llegar a formar un juicio definitivo al respecto). Ambos autores enfrentamos esta fase, al menos preguntándonos en privado entre nosotros mismos, lo que nos llevó a investigar la posición Sedevacantista. Luego de la renuncia del papa Benedicto XVI y la elección del papa Francisco, quien ha hecho mucho daño a la Iglesia en un período corto de tiempo, incluso muchos católicos conservadores (no tradicionalistas) ahora también se encuentran en esta fase de cuestionamiento. A la luz de los continuos escándalos papales del Vaticano, el paso por esta fase es inteligible y no hay nada malo ni pecaminoso en ello. Además, casi todos los católicos que entran en este estadio nunca van más allá.

Estadio 2 – Opinión Privada: La siguiente fase ocurre cuando uno concluye personalmente (el intelecto llega al juicio y lo sostiene) que el Papa no es el Papa verdadero. Algunos sacerdotes que alcanzan este estadio se niegan a incluir el nombre del Papa en el canon de la misa. Esta persona es un Sedevacantista privado.

Estadio 3 – Opinión Pública: Esta fase ocurre cuando la persona profesa públicamente su opinión que el Papa no es el Papa verdadero; e incluso puede intentar persuadir a otros para que tomen esa posición. Mientras que esta persona es un Sedevacantista público, también está en condiciones de aceptar que su opinión podría estar teóricamente equivocada.

Estadio 4 – Hecho público/Sedevacantismo: Esta fase ocurre cuando la persona presenta su opinión de que el Papa no es el verdadero Papa como un hecho, sin ninguna posibilidad de error. Y, consecuentemente, esta persona sostiene que los demás deben 
también aceptar su opinión como un hecho o dejarían de ser católicos, al menos en el orden objetivo. Tales personas son conocidas como Sedevacantistas “dogmáticos”.

Estadio 5 – Hecho público/Ecclesiavacantismo: Fase final conclusión lógica de la anterior. En esta fase la persona perdió la fe en la entera Iglesia visible. Cuando la persona llega a este estado, considera que la Iglesia es una Iglesia completamente falsa; y ataca viciosamente a la Iglesia con el objeto de desacreditarla. En esta fase, que usualmente va de la mano de la fase anterior, los errores del clero no se exponen con el objetivo de defender la fe, sino para burlarse y desacreditar a la misma Iglesia. Aquellos que se encuentran en esta fase declaran que uno no puede tener nada que ver con la Iglesia visible, pues creen que es una Iglesia falsa.

El Arzobispo Lefebvre nunca fue más allá del cuestionamiento del Primer Estadio.

En palabras del propio Arzobispo:

"Un Papa, ¿puede ser liberal y permanecer Papa? La Iglesia siempre ha amonestado severamente a los católicos liberales. No los ha excomulgado a todos. También aquí debemos permanecer dentro del espíritu de la Iglesia. Debemos rechazar el liberalismo, venga de donde venga, porque la Iglesia siempre lo ha condenado con severidad, por ser contrario al Reinado de Nuestro Señor y, en particular, al Reinado Social".

"El alejamiento de los cardenales de más de 80 años y los conciliábulos que prepararon los dos últimos Cónclaves no tornan inválida la elección de esos Papas: inválida es mucho afirmar, pero sí eventualmente dudosa. Mas la aceptación unánime del hecho, posterior a la elección por parte de los cardenales y del clero romano, basta para convalidar la elección. Esta es la opinión de los teólogos".

"La cuestión de la visibilidad de la Iglesia es demasiado importante para su existencia, como para que Dios pueda omitirla durante décadas. El argumento de los que afirman la inexistencia del Papa pone a la Iglesia en situación confusa. ¿Quién nos dirá dónde está el futuro Papa? ¿Cómo podría ser designado un Papa donde no hubiera más cardenales? Este espíritu es un espíritu cismático, al menos para la mayoría de los fieles, que se afiliarán a sectas verdaderamente cismáticas, como la del Palmar de Troya, la de la Iglesia Latina de Toulouse y otras. Nuestra Fraternidad rechaza absolutamente compartir estos razonamientos. Queremos permanecer adheridos a Roma, al sucesor de Pedro, pero rechazamos su liberalismo, por fidelidad a sus Antecesores. No tenemos miedo de decirlo, respetuosa pero firmemente, como San Pablo frente a San Pedro".

"Por eso, lejos de rechazar las oraciones por el Papa, aumentamos nuestros rezos y suplicamos para que el Espíritu Santo lo ilumine y lo fortalezca en el sostén y defensa de la fe".

“Y por eso jamás he rechazado ir a Roma a su llamado o al llamado de sus representantes. La Verdad debe afianzarse en Roma más que en cualquier otro lugar. Pertenece a Dios, quien la hará triunfar".

“En consecuencia, no se puede tolerar en los miembros, sacerdotes, hermanos, hermanas, oblatas de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X que rehúsen rezar por el Papa y que afirmen que todas las Misas del Novus Ordo Missae son inválidas. Ciertamente sufrimos por esta incoherencia continua, que consiste en elogiar todas las orientaciones liberales del Vaticano II y al mismo tiempo tratar de atenuar sus efectos … Esto nos debe incitar a rogar y a mantener firmemente la Tradición, pero no por eso afirmar que el Papa no es Papa.”

Aquí tenemos el verdadero pensamiento del Arzobispo Lefebre en cuanto al Sedevacantismo y la propia Iglesia visible. Él rechazó el “espíritu cismático” del Sedevacantismo y se “negó” a “tolerar” a aquellos que abrazaran dicha posición. En otras palabras, el Arzobispo Lefebvre rechazó el Sedevacantismo, tanto en la teoría como en la práctica.

John Salza y Robert Siscoe

sábado, 12 de marzo de 2016

Pendientes de la Exhortación apostólica de Marzo sobre el Sínodo de la Familia



Durante dos años hemos asistido a un intento, poco advertido -por cierto- de cambiar la doctrina milenaria de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio. Esto es algo que jamás se había producido anteriormente desde que la Santa Iglesia Católica fue fundada por Jesucristo hace ya dos mil años.

Señalo aquí una serie de entradas personales de este Blog, ordenadas por fecha y relacionadas, directa o indirectamente, con el tema del Sínodo de la Familia. En aquéllas que he tomado prestadas de otros autores (aun cuando yo haga también algún comentario, a veces) indico expresamente el nombre del autor correspondiente. Son éstas:

Encuesta universal (1 de 4) (2 de 4) (3 de 4) (4 de 4) 
(11, 12, 13 y 14 de noviembre de 2013)

La Iglesia no es una democracia ... ¡ni puede serlo! (1 de 2) (2 de 2) 
(1 y 2 de diciembre de 2013)

Discurso de apertura del Concilio Vaticano II y comentarios (1 de 3) (2 de 3) (3 de 3) 
(31 de diciembre de 2013)

Lo que Dios ha unido. La revolución cultural del cardenal Kasper (1 de 2) (2 de 2) 
(15 de marzo de 2014) (Roberto de Mattei)

Sobre la infalibilidad de los papas y los concilios 
(25 de abril de 2014)

El misterio del matrimonio indisoluble 
(2 de noviembre de 2014)

Los más profundos, aunque desapercibidos, problemas del Sínodo  (13 de octubre de 2015). El padre Juan Andrés de Jorge hace referencia a dos charlas del padre Alfonso Gálvez 

No sólo el matrimonio. Aquí acaban la Iglesia, la unidad y la doctrina. (21 de octubre de 2015) (Roberto de Mattei)

Un sínodo fracasado: todos han quedado derrotados, empezando por la moral católica 
(27 de octubre de 2015) (Roberto de Mattei) 

No puedo dejar de colocar aquí el vídeo explosivo de Michael Matt (editor de The Remnant) acerca del Sínodo, publicado el 28 de octubre de 2015:


Duración 13: 25 minutos


(29 de octubre de 2015)  (Michael Lofton)

(1 de noviembre de 2015). Contiene un vídeo del padre Alfonso Gálvez 

(2 de noviembre de 2015)

Análisis crítico sobre el discurso de clausura del Sínodo, en 13 entradas. Para la primera entrada (9 noviembre de 2015) hacer clic aquí. El resto se escribieron los días 12, 14, 16, 18, 19 y 20 de noviembre; y los días 1, 2, 14, 16, 24 y 29 de diciembre. 

El Denzinger-Bergoglio ha publicado diez artículos sobre la familia. Es de particular interés el que tiene por título: ¿Existe ruptura del vínculo matrimonial? ¿El matrimonio ya no es indisoluble? Imprescindible complemento

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Por cierto, el informe final del Sínodo puede leerse pinchando aquí. Como se sabe, consta de 94 puntos, los cuales fueron votados, uno por uno, por los 265 padres sinodales, siendo necesario, al menos 177 votos (dos tercios del total) a favor de cada punto para que éste fuese aprobado. Los parágrafos 84-86 (sobre los divorciados vueltos a casar) consiguieron 187, 178 y 190 votos “sí” y 72, 80 y 64 “no”, respectivamente. El número 85 se ha colado por un solo voto. Dice lo siguiente:

85.- San Juan Pablo II ha ofrecido un criterio integral que permanece como la base para la valoración de estas situaciones: “Los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones. En efecto, hay diferencia entre los que sinceramente se han esforzado por salvar el primer matrimonio y han sido abandonados del todo injustamente, y los que por culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido. Finalmente están los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido” (Familiaris Consortio, 84). Es entonces tarea de los presbíteros acompañar a las personas interesadas en el camino del discernimiento según la enseñanza de la Iglesia y las orientaciones del Obispo. En este proceso será útil hacer un examen de conciencia, a través de momentos de reflexión y arrepentimiento.

Los divorciados vueltos a casar deberían preguntarse cómo se han comportado con sus hijos cuando la unión conyugal entró en crisis, si hubo intentos de reconciliación, cómo está la situación del compañero abandonado, qué consecuencia tiene la nueva relación sobre el resto de la familia y la comunidad de fieles, qué ejemplo ofrece a los jóvenes que se deben preparar para el matrimonio. Una sincera reflexión puede reforzar la confianza en la misericordia de Dios que no se le niega a ninguno.

Además, no se pueden negar que en algunas circunstancias “la imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas” (CCC, 1735) a causa de diversos condicionamientos. Como consecuencia, el juicio sobre una situación objetiva no debe llevar a un juicio sobre la “imputabilidad subjetiva” (Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Declaración del 24 de junio de 2000, 2a).

En determinadas circunstancias las personas encuentran grandes dificultades para actuar de modo distinto. Por ello, mientras se sostiene una norma general, es necesario reconocer que la responsabilidad respecto a determinadas acciones o decisiones no es la misma en todos los casos. El discernimiento pastoral, teniendo en cuenta la conciencia rectamente formada por las personas, debe hacerse cargo de estas situaciones. También las consecuencias de los actos realizados no son necesariamente las mismas en todos los casos.
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Aconsejo, especialmente, la re-lectura de mis posts del 19 y 20 de noviembre. En el del día 19 se habla de la importancia esencial de la cruz en un cristiano y de la fuerza que Dios da para superar todo tipo de dificultades en la vida cristiana y en el matrimonio, en particular. La lectura del post del día 20 puede servir para aclarar algunas ideas erróneas que se tienen normalmente sobre aquello de que la Iglesia debe de ser una Iglesia de "puertas abiertas" y "llena de misericordia". Hay que tener mucho cuidado con los sofismas.

Desconozco si mañana, día 13 de marzo de 2016, día en que se cumplen tres años de pontificado de Francisco, saldrá a la luz dicha exhortación. Lo más probable, pienso, es que sea el 19 de marzo, festividad de san José, patrono de la Iglesia Católica y el mejor padre de familia que jamás haya existido ni existirá. 

Sea el día que fuere, lo cierto es que, visto lo visto, mi opinión es que no se van a producir grandes cambios en la doctrina, la cual teóricamente seguirá siendo la misma, es decir: el matrimonio es indisoluble. Decir otra cosa provocaría un cisma. Pero, a renglón seguido  -insisto en que esto es sólo mi opinión de lo que pienso que va a ocurrir- se dirá que hay que estudiar caso por caso. Y que habrá casos en los que el verdadero matrimonio sería el segundo, dando el primero por anulado. Y la decisión será tomada prácticamente mediante un "diálogo" previo de los afectados con su confesor. Se dirá que estamos en otros tiempos y que la Iglesia tiene que amoldarse a ellos y no quedarse fija en el pasado y un largo etcétera que, en la praxis, dará lugar a la ruptura del vínculo "en algunos casos". Se dirá que es un problema de pastoral ... pero la pastoral no puede separarse de la doctrina.

Una vez abierta la puerta, so capa de misericordia, el desastre está servido; y lo que pasará después sólo Dios lo sabe ... Desde luego, no será bueno ni para los divorciados vueltos a casar, a quienes se les estará engañando, para tranquilizar su conciencia ni, por supuesto, para la Iglesia, que -por desgracia- se está convirtiendo, cada día más, en una organización meramente humana, en una religión sin Dios, donde lo que cuenta es el consenso, la sinodalidad, el vive y deja vivir, el ecumenismo sincrético (que no es nada) y el diálogo interreligioso (que es absurdo) ... En definitiva: una "religión" inventada por el hombre, que no tiene nada que ver con la Religión Católica de dos mil años de historia, cuyo fundador fue Jesucristo. Una "nueva Iglesia", en definitiva (se diga lo que se diga) ... con lo que eso supone con respecto a la Iglesia "antigua", porque no debemos olvidar que "de Dios nadie se ríe" (Gal 6, 7). 

Será cuestión de poco tiempo, pero lo que se avecina no es bueno; y todo por el complejo eclesial frente al mundo, a fin de que todos oigan lo que quieren oír: "Vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán lo doctrina sana sino que, dejándose llevar de sus caprichos, reunirán en torno a sí maestros que halaguen sus oídos; y se apartarán de la verdad, volviéndose a las fábulas" (2 Tim 4, 3-4). Y aquí sólo cabe añadir estas palabras de nuestro Señor:  "Quien tenga oídos para oír, que oiga" (Mc 4, 23)

Se pretende justificar lo injustificable, relativizándolo todo, a fin de que todos vivan con la conciencia tranquila: "Los que son cristianos, con la Biblia, y los que son musulmanes con el Corán, con la fe que recibieron de sus padres. Dios es un solo: el mismo". Pues bien, aunque Francisco diga otra cosa, lo cierto es que la verdad es perenne y no depende de las culturas.  Hay verdades absolutas, por más que esto se niegue en el mundo en el que vivimos que, para desgracia suya, ha optado por la mentira. Esa Verdad es el propio Cristo "en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia" (Col 2, 3). 

Y esta Palabra de Dios, que es Jesucristo, "es viva y eficaz, y más cortante que una espada de doble filo; entra hasta la división del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y descubre los sentimientos y pensamientos del corazón. No hay ante ella criatura invisible, sino que todo está desnudo y patente a los ojos de Aquél a quien hemos de rendir cuenta" (Heb 4, 12-13) 

El cuidado amoroso de los pastores por sus ovejas pasa por decirles siempre la verdad: Y la verdad es que no se pueden considerar excepciones en el precepto dado por Jesucristo acerca de la indisolubilidad del matrimonio. Fue Jesucristo quien dio ese precepto, Jesucristo, que es "rico en misericordia" y que "es el mismo ayer y hoy y por los siglos" (Heb 13, 8); el que dijo: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mc 13, 31), unas palabras que son "Espíritu y Vida" (Jn 6, 63) y que son, por lo tanto, de perenne actualidad, válidas para los hombres de todos los tiempos y lugares ... también para nuestro tiempo: ¡también!

Y esto es lo que dijo Jesucristo, con relación al matrimonio, cuando los fariseos, para tentarle, le preguntaron si le es lícito al marido repudiar a su mujer. A la pregunta que Jesús les hace sobre lo que Moisés les mandó, le responden que "Moisés permitió darle escrito el libelo de repudio y despedirla. Jesús les dijo: 'Por la dureza de vuestro corazón os escribió ese precepto. Pero en el principio de la creación los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre'. Una vez en la casa, sus discípulos volvieron a preguntarle sobre esto. Y les dijo: "Cualquiera que repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio" (Mc 10, 4-12).

Y san Pablo escribe a los corintios: "No os engañéis: ni los fornicamos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los injuriosos, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios" (1 Cor 6, 9-10). Como vemos san Pablo no se anda con palabras de doble sentido.

En cuanto a Jesús no puede ser más claro ni sus palabras más actuales. ¿Nos quedamos con lo que nos diga cualquiera, por muy alto que se encuentre en la Jerarquía eclesiástica, o nos quedamos con lo que Jesús nos enseñó?  De todos modos, esperemos a ver qué es lo que nos dice el santo Padre en su exhortación apostólica sobre la familia: ¡Ojalá que me equivoque en mis apreciaciones!

José Martí

viernes, 11 de marzo de 2016

Video del Papa -3 (Marzo 2016) Por los niños y las familias en dificultad

Aunque con retraso hoy, día 11 de marzo, ha salido el tercer vídeo del papa Francisco, cuyas intenciones de oración para este mes ya conocíamos

Duración 1:26 minutos

¡Se podrían decir tantas cosas sobre la familia! Yo no voy a comentar este vídeo, puesto que el propio Francisco lo ha hecho ya, en cierto modo, cuando declaró en su viaje a Brasil aquello en lo que, al parecer, consiste ese "ambiente sano y sereno" al que hace referencia en el vídeo: se trata, básicamente, de asegurar comida y educación a los niños. Éstas fueron sus palabras: “Si la educación se la dan los católicos, los protestantes, los ortodoxos o los judíos, a mí no me interesa; me interesa que lo eduquen y le quiten el hambre”

Podemos escucharlo en este otro vídeo de tan solo veintitrés segundos:


Es evidente que las necesidades materiales deben de ser enfrentadas; y darles una solución satisfactoria. Sin embargo, no puedo dejar de echar de menos, en este vídeo, una referencia explícita a lo que es esencial y propio de las familias cristianas; y es que los padres eduquen a sus hijos en el conocimiento y en el amor a Jesucristo, así como en la fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia y al cumplimiento de los Mandamientos de la Ley de Dios. Pues, en definitiva, y esto son palabras de Jesús, "no sólo de pan vive el hombre" (Mt 4, 4). ¡Qué pena que no salga nada de esto a relucir en este vídeo papal!
José Martí

martes, 8 de marzo de 2016

8 de marzo: Día del aquelarre feminista (Eulogio López)




La ONU asegura que el día 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Yo diría que es el día del aquelarre feminista mundial. Y de las mentiras, oiga que, dichas todas ellas en el lapso de 24 horas, pues así como que dan para mucho.

Mentiras varias: las mujeres cobran un 40% menos de pensión que los hombres en la Unión Europea. Natural. Se han incorporado más tarde al puesto de trabajo, y además afrontaron la mayor, y única, discriminación laboral respeto al varón: la maternidad. Por tanto, cotizaban menos, por tanto cobran menos pensión pública.

Más mentiras: las mujeres cobran el 19% (o el 20, o el 25, o el 30 si colara) menos que los hombres por un mismo trabajo. Mentira. Por un mismo trabajo no, o de otra forma que se vayan a los tribunales. Otra cosa es que las empresas prefieran hombres a mujeres porque los hombres nunca se quedarán embarazados. Otra vez la maternidad como discriminación (natural, no obra del machismo) de la mujer.

Ahora bien, la maternidad discrimina laboralmente a la mujer que ha decidido no trabajar en una empresa y quedarse en casa a cuidar y educar a sus hijos. Y ojo, que a veces se ve obligada a trabajar porque la familia necesita dos salarios, cuestión esta, la de los bajos salarios, contra la que nunca protestan las feministas. Ellas están a otra casa.

Lógico, lo único que preocupa a las feministas, lo que realmente odian, es la maternidad. El resto es engaño y estafa. Por tanto, la clave no es perseguir al varón para que haga más en casa -nunca les parecerá suficiente- o dar la murga en la tele para recordar lo marginadísimas que están las señoras. La solución es el salario maternal, verdadera cuarta pata de la sociedad del bienestar (junto a pensiones, sanidad y educación). Porque es de justicia: la mujer está tan en forma o más que el hombre y, sin embargo, si quiere tener hijos (otra cosa es que no quiera tenerlos), o si quiere criar a sus hijos en casa, es acreedora a una compensación pública por su desventaja ante el varón.

Salario maternal y no discriminación laboral para la mujer que decida trabajar y, sobre todo, discriminación por edad, que es mucho más grave. Si no existiera esa discriminación la mujer podría criar a sus hijos y cuando éstos fueran mayores, regresar a la vida activa. Aunque lo cierto es que si una mujer decide no tener hijos el aparato productivo no le pondrá pega alguna por el hecho de ser mujer.

Por lo demás, este aquelarre global del 8 de marzo incide en aquello que pierde a las mujeres: convertirse en el centro de atención de todo lo que le rodea. En este caso, mayormente, quejarse.

Por el contrario, la mujer discreta se convierte en el eje de las sociedades. La virtud de la mujer no es ser más lista que el hombre, que en algunos aspectos lo es y en otros no (suponiendo que sepamos qué es la inteligencia, yo tengo dudas). La virtud de la mujer es su capacidad de entrega, muy superior a la del varón. Recordemos la ‘demoniaca’ pero certera y brillante, distinción de Lewis: “Una mujer entiende por interés tomarse molestias por los demás; un hombre entiende por interés no molestar a los demás”.

Y no olvidemos lo que subyace al fondo: el feminismo odia la maternidad, porque la maternidad es servicio … que no sumisión.

Por supuesto, no existe el Día Internacional de la Mujer Madre. Eso no interesa al Nuevo Orden Mundial (NOM).

Eulogio López
eulogio@hispanidad.com