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viernes, 18 de noviembre de 2022

“La misa tradicional: un tesoro redescubierto” por Aldo Maria Valli



El siguiente discurso fue pronunciado en la conferencia Pax Liturgica el viernes 28 de octubre de 2022, al comienzo de la peregrinación Populus Summorum Pontificum. El Sr. Valli tuvo la amabilidad de enviarme el texto para su traducción y publicación en Rorate Caeli. – Peter Kwasniewski

“La misa tradicional: el tesoro redescubierto”

Quisiera hablarles de la misa antigua –aunque tal vez sería mejor llamarla la Misa de Siempre–, como un tesoro redescubierto. Una perla preciosa, un tesoro invaluable escondido durante mucho tiempo de generaciones de católicos, incluido yo mismo, pero finalmente redescubierto, por la gracia divina y el compromiso de muchos valientes creyentes.

Creíamos, porque así nos lo dijeron, que la misa «nueva» era sólo una traducción de la «antigua», para hacerla comprensible. Descubrimos que la misa de san Pío V, la misa de todos los papas hasta Pablo VI, no necesitaba traducción alguna, porque con sus gestos, sus signos, sus textos sublimes, sus silencios, iba directo al corazón. No había necesidad de explicarla. Como la zarza ardiente, como las lenguas de fuego sobre los apóstoles en Pentecostés, es un signo claro del Misterio que nos habla. Misterio de luz y redención.

También descubrimos que la misa «nueva», la misa de Pablo VI, tiene poco que decir, aunque lo diga en lengua vernácula. Porque no es una cuestión de palabras, sino de Fe. Para muchos de nosotros fue un descubrimiento doloroso y nos preguntamos por qué nadie nunca, y durante tanto tiempo, nos habló de este tesoro escondido.

La misa Vetus Ordo fue llamada «forma extraordinaria» con la intención de resaltar su marginalidad. Sin embargo, la fórmula, paradójicamente, es adecuada, porque esta misa es realmente extraordinaria no solo en la forma, sino también en el fondo. En su fidelidad a la doctrina y a la liturgia, es extraordinariamente bella, rica en significado, incluso conmovedora. Mientras que la otra es tan «ordinaria» como puede ser algo de uso común, a lo que no le damos demasiada importancia, ni le atribuimos gran valor.

Este tesoro escondido, oculto a la mayoría, lo encontramos hoy confinado en iglesias casi desconocidas y a veces guardado en secreto, como si asistir a tal rito fuese peligroso, como si casi nos debiera dar vergüenza. Sin embargo, a pesar del estigma religioso y social que pesa sobre la misa de nuestros padres, de nuestros ancestros, desde hace cincuenta años, cada vez son más las personas que se acercan a ella y dicen que, una vez redescubierta, es un tesoro que no quieren dejar nunca más. Lo dicen con el asombro incrédulo de los pequeños, no con la prosopopeya de los «expertos». Y sacan de ella serenidad, alegría, un sentido de plenitud, un auténtico crecimiento de la fe: todo lo contrario –lo digo con mucho pesar– de la misa «nueva», de la que a menudo se sale triste y azorado, conturbado.

En la misa Vetus Ordo, la Misa de Siempre, todo es sagrado, todo habla de Dios, todo se vuelve a Dios y vuelve poderosamente de Dios. Todo es extraordinario porque el sacrificio eucarístico no es ni puede ser algo ordinario. Porque se entra en una dimensión diferente, más alta, más solemne. Porque se entra en un espacio y un tiempo que no es ni puede ser de un día entresemana, de un día cotidiano. Porque ante el sacrificio eucarístico es espontáneo arrodillarse y dejar hablar al Misterio mismo. Queda excluido todo protagonismo humano, protagonismo que es más bien característico de la misa «nueva», destinada a celebrar al hombre, no a dar gloria a Dios.

Quiero aclarar que, habiendo nacido en 1958, crecí en la Iglesia posconciliar y durante muchos años ignoré todo lo referente a la misa anterior. Recuerdo vagamente al sacerdote de cara al tabernáculo, de espaldas a los fieles, y luego, en el momento del sermón, lo recuerdo allí en lo alto, en el elevado púlpito, que después dejó de usarse. Pero en verdad son recuerdos muy vagos, porque yo era un niño de pocos años. A pesar de todo, el Señor fue bueno y me permitió encontrar buenos sacerdotes, como el coadjutor del oratorio al que asistía de niño. Digo esto para enfatizar que mis comentarios no están motivados por un sentido de venganza o controversia. Al contrario, agradezco al Señor por todo lo que me ha dado y por dejarme crecer en la Iglesia (en mi caso ambrosiana). Sin embargo, no tengo dificultad en decir que desde que la Divina Providencia me hizo descubrir la misa antigua, se me ha abierto un maravilloso mundo de Gracia.

En mi blog Duc in altum he recogido numerosos testimonios de personas que han descubierto la misa de siempre después de años y años de no saber nada de ella o de haber oído hablar de ella vagamente. Por caminos misteriosos e impredecibles, la Providencia, tal como me sucedió a mí, llevó a estas personas a una iglesia, les presentó a un amigo o a un sacerdote, y he aquí el milagro del redescubrimiento. Se trata de personas de todas las edades y condiciones sociales. Diferentes niveles de educación, diferentes orígenes. Hay hombres y mujeres, personas que han crecido en la fe y otras que se han convertido precisamente por el descubrimiento de este tesoro escondido. Un estribillo común es: «Es como volver a casa». Porque aquí está la verdadera acogida, no la de aquellos que hacen de la acogida una ideología. Esa expresión, «volver a casa», la usan sobre todo los conversos que me escriben para contarme sus historias. Nunca escuché a un converso decir que haya sido llevado a la Iglesia católica por un buen programa pastoral o gracias a algún sínodo de obispos o en virtud de un discurso sobre el diálogo o la colegialidad. Uno regresa o ingresa a la Iglesia católica porque está buscando la Belleza y la Verdad. Porque está buscando a Dios, o quizás porque Dios te pilló por sorpresa cuando menos lo esperabas. Y es precisamente en la Misa de Siempre donde estas personas se sienten verdaderamente acogidas.

Para aquellos que argumentan que Dios se puede encontrar en todas partes y, por lo tanto, después de todo, la liturgia no es tan importante, los conversos tienen las respuestas más efectivas. Se podrían ofrecer muchas citas de, por ejemplo, Newman o Chesterton. Pero aquí me gustaría recordar la frase de un converso menos conocido, Thomas Howard, quien escribió: “Es en el mundo físico donde nos encontramos con lo intangible”. Creo que aquí el escritor estadounidense capta el significado de dos mil años de liturgia. Precisamente lo que no entienden, o no quieren entender, los innovadores es que, por su descuido de la liturgia, caen fácilmente en un espiritualismo que no tiene nada de cristiano ni, en particular, de católico.

Antes de la conversión, Howard explica: «Yo creía que la verdad cristiana debía guardarse de manera incorpórea. Era para mi corazón, no para mis ojos». Pero somos cuerpo y alma. Como dice el adagio popular italiano, anche l’occhio vuole la sua parte. Los espiritualistas, despreciando la materia y la corporeidad, no quieren un hombre más puro, más cercano a Dios porque estaría casi desencarnado: quieren inventar un «hombre interior» a su imagen y semejanza.

Entre los muchos testimonios que he recibido sobre el descubrimiento de la Misa de siempre, numerosos son de jóvenes. Dicen que el descubrimiento de este tesoro escondido se produjo unas veces en virtud de una llamada indistinta, otras veces por una sensación de insatisfacción e insuficiencia. Llega un día en que uno entra en una iglesia y se encuentra con la sorpresa: un rito desconocido y aparentemente incomprensible, pero que es precisamente la respuesta que uno estaba buscando. Algo que da alivio y guía espiritual, algo que te hace crecer en la fe. Como me dijo una vez una joven, incluso aquellos que normalmente luchan por concentrarse y rezar en la misa, cuando descubren la misa antigua, quedan atrapados en lo sagrado y el tiempo deja de existir. Sólo hay adoración, oración, acción de gracias. Y no hay ninguna necesidad de que alguien te explique lo que está pasando.

Incluso los detalles aparentemente externos importan. Las vestimentas litúrgicas (nada de sacerdotes o diáconos en zapatillas), los cánticos cuidadosamente elaborados tan diferentes de la música cotidiana, las mujeres con velo, los fieles de rodillas. «Me sentí feliz», me dijo esa joven. “Los cánticos, aunque no entendía su significado, se elevaban con tanta gracia hacia el cielo que estaba segura de que mis oraciones subían con ellos. Y el sermón, aunque me llegó como una bofetada, me dio un gran alivio. «

Y esto es lo que dice Anna: “Cuando asistí por primera vez a la misa Vetus Ordo, sentí como si me brotara una nostalgia. Pero no de algo que ya había visto, porque nunca antes había asistido a este tipo de misa. La nostalgia que sentí vino desde muy adentro, fue como el surgimiento de algo que siempre había estado dentro de mí. El rito de la misa antigua llega más al corazón que el de la misa reformada. Me duele decirlo, pero esta última se siente vacía. No digo que lo sea, digo que me transmite ese sentimiento. Inmediatamente se lo conté a varios amigos y los llevé a la misa antigua para que ellos también probaran. Algunos de ellos, no creyentes, quedaron muy impresionados, y me dijeron que sintieron una presencia”.

Y Andrea: “Fue mi hijo, hasta entonces no tan religioso, quien me llamó el 8 de diciembre hace seis años y me dijo: ‘¡Papá, fui testigo de algo hermoso!’ Era la santa misa en el rito antiguo, la misa cantada para la fiesta de la Inmaculada Concepción. Entonces comenzamos a asistir juntos a la misa Vetus Ordo y ahora ya no voy al Novus Ordo, que se ha vuelto, especialmente después de las payasadas introducidas por la Covid, realmente indigerible”.

Y Piero: “Cuando puedo, viajo ochenta kilómetros de ida y otros tantos de vuelta y asisto a la Santa Misa de siempre. Algo misterioso me envuelve y entro ‘en la nube’. Soy hijo de una cultura racional y no soy sentimentalista. He comenzado a estudiar las diferencias sustanciales entre el rito de siempre, de mis antepasados, y el del llamado Novus Ordo, y ahora comprendo, en parte, por qué, cuando participo en este último, me quedo casi indiferente y muchas veces tenso. Por otro lado, no entiendo cómo puede ser que tantos sacerdotes y, peor aún, tantos obispos, no perciban esto”.

Un último testimonio: “¡La misa tradicional! ¡Qué regalo tan maravilloso! Las diferencias que vi entre la misa tridentina y la misa posconciliar a la que estaba (cansadamente) acostumbrado fueron, desde el principio, implacables: por un lado, la solemnidad de una celebración en la que el centro es el sacrificio eucarístico y cada gesto del alter Christus, cada palabra y cada canción son perfeccionadas por la Fe. Por otro lado, la misa moderna, en la que el centro ya no es el Sacrificio sino la aburrida homilía del ‘presidente de la asamblea’, en el que hay cantos que no elevan, sino que distraen y desvían, un altar que ya no parece ser tal, sino que se ha convertido en una ‘mesa’, y la comunión se recibe de pie y en la mano, sin respeto ni devoción. Entonces piensas: ‘Pero ¿dónde viví todo este tiempo? y ¡de qué me perdí!’ En estos tres años he visto por lo menos duplicar el número de personas que asisten a la Misa de Siempre, y no me sorprende. También hay muchos jóvenes, y en el altar, con el sacerdote celebrante, de cuatro a siete monaguillos, y sabemos que acolitar en la misa de san Pío V no es nada fácil”.

Con testimonios como estos podría seguir y seguir. Todos son así, llenos de asombro y gratitud, pero también de un profundo pesar por el tiempo transcurrido antes de redescubrir el tesoro. Llama la atención que, aunque provengan de simples fieles, muchas veces carentes de una preparación específica en los campos teológico, doctrinal y litúrgico, estas reflexiones están en profunda sintonía con las observaciones que, desde el principio, en 1969 –el mismo año de la promulgación del nuevo misal– fueron hechas con autoridad por quienes denunciaron el proceso de protestantización implementado con la reforma litúrgica y dieron la voz de alarma sobre el desastre inminente.

También señalo que recibo muchas solicitudes de personas que preguntan dónde pueden recibir la comunión en la lengua y se quejan de que en sus parroquias a menudo se les niega (un patente abuso de la ley litúrgica vigente). Recuerdo la carta de una señora que, habiendo pedido al sacerdote recibir la comunión en la lengua, no sólo se la negó, sino que le dijo: “¿Qué les pasa a ustedes los tradicionalistas? ¿Por qué están tan obsesionados?” Palabras que hablan por sí solas y que explican muchas cosas, sobre todo en lo que se refiere a la formación que reciben los sacerdotes.

Ahora la pregunta es: ¿Por qué golpear, marginar y tratar de eliminar la Misa de Siempre si, a pesar de ser tan perseguida, sigue dando tan bellos y copiosos frutos de fe? ¿Por qué esta misa nos fue arrebatada por la autoridad?

Las respuestas pueden ser muchas. Me viene a la mente, en primer lugar, lo que el demonio Escrutopo le escribe a su sobrino Orugario: «Uno de nuestros grandes aliados en la actualidad es la Iglesia misma» (CS Lewis, Las cartas del diablo a su sobrino). Pero tal vez la Misa de Siempre fue atacada porque si simplemente hubieran colocado la misa reformada junto a ella, ciertamente esta última atraería gradualmente a menos y menos. La Misa Apostólica de Siempre es tan profunda y auténticamente católica que inevitablemente expone las falsificaciones implementadas por aquellos que dicen ser católicos, pero no lo son.

En la Misa de Siempre no hay necesidad de invitar a la actuosa participatio y no hay nada que «animar» (cuando escucho hablar de «animación» de la misa, sonrío con amargura). En la Misa de Siempre sólo hay que arrodillarse ante el mysterium tremendum. Pero para arrodillarse, para reconocerse pecadores ante Dios, es necesario ser humildes, despojándonos del orgullo, del protagonismo y de la vanidad que lleva a la ostentación. Protagonismo que en cambio domina indiscutiblemente en el campo modernista, marcado por la pretensión de «hacer» la Iglesia.

Por eso, una vez que has redescubierto la Misa de Siempre, la misa «nueva» te causa malestar: estás en presencia de una distorsión, de una caricatura. Sientes que no tienes nada que ver con ese sentimentalismo vacío, ese rito que a menudo parece tener lugar para dar gloria no a Dios sino, bajo la apariencia de Dios, al hombre.

Ahora bien, puesto que el tesoro que hemos redescubierto, a pesar de todos los esfuerzos de quienes hubieran querido y aún quieren mantenerlo escondido, es patrimonio de la Iglesia, de los fieles y de toda la humanidad sedienta de verdad, de caridad y de trascendencia, debemos ser conscientes de que tenemos derecho a una restitutio in integrum. No nos cansemos de señalar la iniquidad del abuso, aunque el abuso provenga de la más alta autoridad.

Quiero citar algunos pasajes de la carta que los cardenales Alfredo Ottaviani y Antonio Bacci escribieron a Pablo VI para presentar su famoso Breve Examen Crítico del Novus Ordo Missae. Los dos cardenales escribieron que el Novus Ordo “se aleja de modo impresionante, tanto en conjunto como en detalle, de la teología católica de la santa misa tal como fue formulada por la XXII sesión del Concilio de Trento que, al fijar definitivamente los ‘cánones’ del rito, levantó una barrera infranqueable contra toda herejía que pudiera atentar a la integridad del Misterio”.

Luego precisaron: “Las razones pastorales atribuidas para justificar una ruptura tan grave, aunque pudieran tener valor ante las razones doctrinales, no parecen suficientes. En el nuevo Ordo Missae aparecen tantas novedades y, a su vez, tantas cosas eternas se ven relegadas a un lugar inferior o distinto –si es que siguen ocupando alguno– que podría reforzarse o cambiarse en certeza la duda que por desgracia se insinúa en muchos ámbitos según el cual las verdades que siempre ha creído el pueblo cristiano podrían cambiar o silenciarse sin que esto suponga infidelidad al depósito sagrado de la doctrina, al cual está vinculado para siempre la fe católica”.

“Las recientes reformas”, prosiguieron los dos cardenales, “han demostrado suficientemente que los nuevos cambios en la liturgia no podrán realizarse sin desembocar en un completo desconcierto de los fieles, que ya manifiestan que les resultan insoportables y que disminuyen incontestablemente su fe. En la mejor parte del clero esto se manifiesta por una crisis de conciencia torturante, de la que tenemos testimonios innumerables y diarios”.

Por último, un énfasis que nos atañe de cerca: “Los súbditos, para cuyo bien se hace la ley, siempre tienen derecho y, más que derecho, deber –en el caso en que la ley se revele nociva– de pedir con filial confianza su abrogación al legislador. Por ese motivo suplicamos instantemente a Su Santidad que no permita, –en un momento en que la pureza de la fe y la unidad de la Iglesia sufren tan crueles laceraciones y peligros cada vez mayores, que encuentran cada día un eco afligido en las palabras del Padre común–, que no se nos suprima la posibilidad de seguir recurriendo al íntegro y fecundo misal romano de san Pío V, tan alabado por Su Santidad y tan profundamente venerado y amado por el mundo católico entero”.

¡Recordemos que Deus non irridetur! La terrible advertencia de san Pablo es clara. Y también se refiere a la liturgia. A los que todavía afirman que “no se puede entender el latín”, les respondo que hay muchas ayudas y, en todo caso, la idea de que hay que ir a misa para “entender” es fruto de un racionalismo que, una vez penetrado en la Iglesia, impide ser transportado al misterio eucarístico y dar gloria al Padre.

El autor italiano Giovannino Guareschi, célebre por su personaje Don Camilo, escribió páginas inolvidables en defensa de la misa tradicional, y lo hizo con mordaz humor contra los “innovadores”, aquellos que, como decía Ottaviani, están enfermos de “comezón por el cambio”.

“El latín”, escribió Guareschi, entre otras cosas, “es una lengua precisa, esencial. Será abandonada no porque sea inadecuada a las nuevas exigencias del progreso, sino porque los hombres nuevos ya no serán adecuados a ella. Cuando la era de los demagogos, de los charlatanes, comience, un idioma como el latín ya no servirá más, y cualquier patán podrá impunemente hacer un discurso público y hablar de tal manera que no sea expulsado de la plataforma. Y el secreto consistirá en que él, aprovechando una fraseología tosca, esquiva y con un ‘sonido’ agradable, podrá hablar durante una hora sin decir nada. Lo cual es imposible con el latín.”

En la misma línea, el cardenal Ottaviani explicó que el latín “por su estructura, por su intacta y genuina capacidad de síntesis, por su fijeza, es decir, por su continuidad incorrupta, por su valor expresivo, es el más adecuado para preservar el sentido genuino de cualquier doctrina”. ya que desconoce “el fenómeno de la continua transformación de las lenguas vernáculas por el paso de los siglos”.

Agregaría que el latín es el sello de la Tradición y universalidad de la Iglesia, mientras que con la lengua vernácula se ha abierto el camino a los abusos y particularismos de quienes consideran a la Iglesia como un organismo humano, siempre necesitado de adaptación.

Todos aquellos que continúan tomando partido contra el antiguo ordo Missae e inventando formas cada vez más viciosas de combatirlo, deberían hacerse una simple pregunta: ¿Por qué, a pesar de todo, no ha desaparecido? ¿Por qué hay sacerdotes y fieles que se mantienen apegados a él y lo defienden enérgicamente? Y luego otra pregunta: ¿Por qué, a pesar de la reforma litúrgica, la Iglesia está perdiendo fieles y vocaciones? ¿Y por qué, por el contrario, la misa antigua, en contraste con las inmisericordes estadísticas, atrae cada vez a más personas?

Desgraciadamente, son cuestiones que no son tomadas en consideración por quienes tienen una visión ideológica de la realidad y también de la Iglesia.

Estas son mis pobres reflexiones como católico posconciliar que, por la gracia de Dios, ha redescubierto el gran tesoro escondido. Por este regalo, Deo gratias! Y para los modernistas, nuestra oración: “Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen. Si lo saben, perdónalos de todos modos. Y haz que dejen de estorbarnos”.

Aldo María Valli

Roma, 28 de octubre de 2022

Traducido por Agustín Silva. Artículo original

"Los ataques a la libertad religiosa no son esporádicos, son sistemáticos": María Garcia (OLRC)



DURACIÓN 15:08 MINUTOS

Etapas para implantar la tiranía de la ideología de género: Francisco Martínez Peñaranda



DURACIÓN 14:37 MINUTOS

miércoles, 16 de noviembre de 2022

La «tienda sinodal» de Francisco desaloja al catolicismo para dar lugar a todo lo demás.


PorTHE REMNANT
16/11/2022




En Atanasio y la Iglesia de Nuestro Tiempo, el obispo Rudolf Graber citó un artículo del periódico parisino “L’Humanisme”, del masónico Gran Oriente de Francia, que describía los cambios que eventualmente tendrían lugar dentro de la Iglesia Católica:
“Entre los pilares que colapsan más fácilmente encontramos el Magisterio; la infalibilidad, que era considerada como firmemente establecida por el Concilio Vaticano Primero y que ha tenido que enfrentar un ataque por parte de personas casadas durante la publicación de la encíclica Humanae vitae; la Real Presencia Eucarística que la Iglesia logró imponer en las masas medievales desaparecerá con la creciente inter-comunión e inter-celebración entre sacerdotes católicos y pastores protestantes; … la diferenciación entre la Iglesia que dirige y el clero (bajo) de negro, mientras que, de aquí en más, las direcciones provendrán de la base de la pirámide hacia arriba como en cualquier democracia. . .”
Si bien el ataque a la infalibilidad ya estaba encaminado en 1968, debemos notar que el periódico masónico pudo predecir acertadamente estos desarrollos fundamentales de la Iglesia Católica décadas antes que la mayoría de los católicos se dieran cuenta de lo que estaba pasando. Ciertamente, la noción de Iglesia como “democracia” solo se ha visto francamente amenazada con el Sínodo de la Sinodalidad de Francisco. Los masones sabían lo que sobrevendría porque se habían infiltrado en la Iglesia mucho antes del Concilio Vaticano Segundo, con el objetivo de facilitar gran parte de la subversión anticatólica que vemos finalmente en el sínodo de Francisco.

En cierta medida, el Sínodo de la Sinodalidad de Francisco representa una continuación más palpable de los esfuerzos destructivos llevados a cabo durante más de sesenta años por los infiltrados, en nombre del Espíritu del Vaticano Segundo. Hoy, los innovadores ya no esconden sus planes, están diciendo “la parte silenciosa en voz alta” y los fieles católicos ya pueden escuchar sus pérfidas mentiras y herejías.

Más importante aún, el sínodo de Francisco también nos permite ver quiénes estuvieron promoviendo los cambios a partir del Vaticano II. Tal como se describe abajo, algunos de los cambios propuestos buscan admitir a quienes quieren identificarse como católicos (y recibir la comunión) sin seguir las enseñanzas de la Iglesia. Pero muchos otros cambios propuestos parecen estar motivados por las agendas masónica y globalista que, en última instancia, conducen a la subversión de la Iglesia y al surgimiento de una religión mundial. No obstante, en el fondo, el único que desea todo esto del sínodo es Satanás. Como tal, Satanás es la verdadera fuerza impulsora del sínodo.

Bajo esta luz, podemos considerar tres componentes básicos en el documento sinodal para la etapa continental (DEC), publicado el 27 de octubre de 2022: invitando a todos a la gran tienda de la Iglesia; transformando a la Iglesia en una Iglesia Sinodal; y desalojando al catolicismo real.

Invitando a todos a la «gran tienda» de la Iglesia.

A lo largo del DEC, leemos acerca de la necesidad de incluir a toda la humanidad dentro de la Iglesia:

“Todos están llamados a participar en este viaje, nadie está excluido.” (Párrafo 103)

“La sinodalidad es una llamada de Dios a caminar juntos con toda la familia humana.” (Párrafo 43)

“Así es como muchas síntesis imaginan a la Iglesia: una morada espaciosa, pero no homogénea, capaz de cobijar a todos, pero abierta, que deja entrar y salir (cf. Jn 10,9), y que avanza hacia el abrazo con el Padre y con todos los demás miembros de la humanidad.” (Párrafo 27)

“La visión de una Iglesia capaz de una inclusión radical, una pertenencia compartida y una profunda hospitalidad según las enseñanzas de Jesús está en el centro del proceso sinodal.” (Párrafo 31)

Para alcanzar esta “inclusión radical” de toda la humanidad, el sínodo desarrolla la idea de ensanchar la tienda de la Iglesia:

“Es a un pueblo que vive la experiencia del exilio a quien el profeta dirige palabras que nos ayudan hoy a centrarnos en lo que el Señor nos llama a través de la experiencia de una sinodalidad vivida: «Ensancha el espacio de tu tienda, extiende los toldos de tu morada, no los restrinjas, alarga tus cuerdas, refuerza tus estacas» (Is 54,2)).” (Párrafo 25)

Algo de este “ensanchamiento de la tienda” ha sido explicitado en cierta medida desde el Vaticano II, comenzando con la aceptación de todos los cristianos y, luego, en el diálogo con religiones no cristianas. La reunión de oración de Juan Pablo II en Asís, y otras reuniones similares patrocinadas por Benedicto XVI y Francisco, representaron este espíritu durante décadas.

El Sínodo de la Sinodalidad busca ensanchar la tienda aún más, tanto al abrazar a “toda la humanidad” como al recibir explícitamente a aquellos cuyos pecados los dejaron siempre fuera de la Iglesia. Por eso tenemos las siguientes declaraciones en el DEC:

“Entre los que piden un diálogo más incisivo y un espacio más acogedor encontramos a quienes, por diversas razones, sienten una tensión entre la pertenencia a la Iglesia y sus propias relaciones afectivas, como, por ejemplo: los divorciados vueltos a casar, los padres y madres solteros, las personas que viven en un matrimonio polígamo, las personas LGBTQ… Por otra parte, los que han dejado el ministerio ordenado para casarse también piden mayor acogida y apertura al diálogo.” (Párrafo 39)

“Muchas síntesis también dan voz al dolor que experimentan los divorciados vueltos a casar por no poder acceder a los sacramentos, así como los que han contraído un matrimonio polígamo.” (Párrafo 94)

En sus esfuerzos por amar a los pecados, el sínodo de Francisco odia a los pecadores, al decirles que son bienvenidos sin arrepentirse. Para concretar esta bienvenida, el sínodo necesita ensanchar la tienda para admitir no solo a ciertas personas sino también a sus situaciones irregulares y su negativa a aceptar las enseñanzas de la Iglesia. Finalmente, el pecador siente un falso sentido de inclusión; los globalistas se acercan a su religión mundial; y Satanás se regocija ante la pérdida de almas y la grave ofensa a Dios.

Transformando a la Iglesia en la Iglesia Sinodal. El concepto de “ensanchar la tienda” insinúa necesariamente que en la actualidad la “tienda” no admite a ciertas personas y sus creencias anticatólicas. El sínodo intenta ensanchar la tienda de varias maneras, y todas ellas implican un ataque a lo que la Iglesia siempre ha sido y debe seguir siendo. El DEC reconoce que este ataque conduce a cierto tipo de muerte:

“Ensanchar la tienda requiere acoger a otros en ella, dando cabida a su diversidad. Implica, por tanto, la disposición a morir a sí mismo por amor, encontrándose en y a través de la relación con Cristo y con el prójimo.” (Párrafo 28)

Por lo general, los escritores santos hablan de la necesidad de morir a sí mismo para dejar que Cristo viva en nosotros, pero este no es el sentido que recogemos del sínodo. Aquí, el sínodo quiere hacernos “morir a sí mismo” para admitir la “diversidad” no católica de los demás. Debemos dejar de ser católicos porque eso disuade a otros de entrar a la tienda. Esto es verdaderamente diabólico.

Entre los aspectos específicos de la reestructuración, encontramos el mayor rol de la mujer en el ministerio, un rol más reducido de los sacerdotes, la aceptación de diversas expresiones litúrgicas, y la reforma de la ley canónica. Pero el cambio más impactante es transformar a la Iglesia en una “Iglesia sinodal”:

“El DEC sólo será comprensible y útil si se lee con los ojos del discípulo, que lo reconoce como el testimonio de un camino de conversión hacia una Iglesia sinodal que, a partir de la escucha, aprende a renovar su misión evangelizadora a la luz de los signos de los tiempos, para seguir ofreciendo a la humanidad un modo de ser y de vivir en el que todos puedan sentirse incluidos y protagonistas. En este camino, la Palabra de Dios es una lámpara para nuestros pasos, que ofrece la luz con la que releer, interpretar y expresar la experiencia vivida.” (Párrafo 13)

“Si la Iglesia no es sinodal, nadie puede sentirse realmente en casa.” (Párrafo 24)

“A través de estas voces, percibimos «el sueño divino de una Iglesia global y sinodal que vive la unidad en la diversidad. Dios está preparando algo nuevo y debemos colaborar»” (Párrafo 29)

¿Por qué Satanás y los globalistas necesitan una Iglesia sinodal? Tal como lo afirma el DEC, la Iglesia sinodal es necesaria para superar la hostilidad de los fieles católicos a la diversidad anticatólica:

“Como ya se ha subrayado en varias ocasiones, una Iglesia sinodal debe abordar en primer lugar las numerosas tensiones que surgen del encuentro entre las diversidades. Por eso, una espiritualidad sinodal sólo puede ser una espiritualidad que acoge las diferencias, promueve la armonía y saca de las tensiones la energía necesaria para avanzar en el camino.” (Párrafo 85)

“Una Iglesia sinodal se construye en torno a la diversidad, y el encuentro entre diferentes tradiciones espirituales puede representar una “escuela” de formación, en la medida en que es capaz de promover la comunión y la armonía, contribuyendo a superar las polarizaciones que viven muchas Iglesias.” (Párrafo 87)

Una Iglesia sinodal reúne a todos y los “escucha”. Si la Iglesia sinodal reúne a suficientes personas, eventualmente Satanás y sus globalistas escucharán algo que sirva a sus fines. La Iglesia sinodal entonces designará a aquello como el sensus fidei, el cual dirán está guiado por el Espíritu Santo — aquí, el DEC describe su propio sentido teológico de esa manera:

“Incluye el precioso tesoro teológico contenido en el relato de una experiencia: la de haber escuchado la voz del Espíritu por parte del Pueblo de Dios, permitiendo que surja su sensus fidei.” (Párrafo 8)

Satanás y los demonios deben encontrar extremadamente gracioso que describan al documento como “precioso tesoro teológico.” Naturalmente, Satanás y los globalistas harán todo lo posible para que el sínodo continúe hasta que no quede nada por destruir.” Tal como describe útilmente el DEC, este proceso comenzó con el Vaticano II y continúa indefinidamente:

“Al mismo tiempo, caminar juntos como Pueblo de Dios requiere que reconozcamos la necesidad de una conversión continua, individual y comunitaria. En el plano institucional y pastoral, esta conversión se traduce en una reforma igualmente permanente de la Iglesia, de sus estructuras y de su estilo, siguiendo las huellas del impulso al aggiornamento continuo, legado precioso que nos ha dejado el Concilio Vaticano II, al que estamos llamados a mirar mientras celebramos su 60º aniversario.” (Párrafo 101)

De este modo, queda más claro cómo los masones entendieron en 1968 hacia dónde se dirigía la Iglesia — ellos estaban conduciendo el proceso del Vaticano II, y su influencia persiste hasta hoy. El hecho de que hoy pueden llevar a cabo sus objetivos abiertamente bajo el título de un sínodo de varios años es espantoso — cada día que persiste aumenta el insulto a Dios y el peligro para las almas.

Desalojando al Catolicismo Real. Si tomáramos seriamente la idea del sínodo sobre la “inclusión radical” de todas las personas, podríamos pensar que los católicos tradicionales son admitidos en la Iglesia sinodal. El problema está, por supuesto, en que los católicos tradicionales creen en lo que la Iglesia siempre ha enseñado y, por lo tanto, saben que la Iglesia no puede hacer ninguna de las cosas propuestas por el sínodo. Como tal, el sínodo debe desalojar de la gran tienda al catolicismo.

El sínodo deja esto en claro en varias maneras. Mientras aboga por la aceptación de diversas preferencias litúrgicas (tal como esperábamos), no parece muy cordial hacia quienes celebran y asisten a la misa tridentina:

“La gente se queja de las restricciones en el uso del misal de 1962; muchos consideran que las diferencias sobre la forma de celebrar la liturgia llegan a veces al nivel de la animosidad. Las personas de ambos bandos dicen sentirse juzgadas por quienes tienen una opinión diferente. La Eucaristía, sacramento de la unidad en el amor en Cristo, no puede convertirse en motivo de enfrentamiento ideológico, ruptura o división. Además, existen elementos de tensión propios del ámbito ecuménico, con un impacto directo en la vida de muchas Iglesias, como, por ejemplo, compartir la Eucaristía. Por último, hay problemas relacionados con las modalidades de inculturación de la fe y el diálogo interreligioso, que también afectan a las formas de la celebración y la oración.” (Párrafo 92)

El DEC identifica cierta tensión en cuanto a la liturgia, pero luego la resuelve regañando (en lugar de escuchando) a los apegados a la misa tridentina. La razón es evidente: quienes adoran a Dios según la misa tridentina se oponen generalmente a los métodos sacrílegos de la Iglesia sinodal, tales como el falso ecumenismo y la comunión para los que están en pecado mortal.

El sínodo hizo esto aún más explícito en el “documento preparatorio” de 2021, en el que describió a los diversos actores involucrados en el camino sinodal:

“En su estructura fundamental, una escena originaria aparece como una constante del modo en que Jesús se revela a lo largo de todo el Evangelio, anunciando la llegada del Reino de Dios. Los actores en juego son esencialmente tres (más uno). El primero, naturalmente, es Jesús, el protagonista absoluto que toma la iniciativa, sembrando las palabras y los signos de la llegada del Reino sin hacer «acepción de personas» (cf. Hch 10,34).”

Luego de identificar a los primeros tres actores — Jesús, el pueblo, y los apóstoles — el documento preparatorio sinodal identifica al “más uno”:

“Además existe otro actor “que se agrega”, el antagonista, que introduce en la escena la separación diabólica de los otros tres. Ante la desconcertante perspectiva de la cruz, hay discípulos que se alejan y gente que cambia de humor. La insidia que divide – y por lo tanto contrasta un camino común – se manifiesta indiferentemente en las formas del rigorismo religioso, de la intimación moral que se presenta más exigente que la de Jesús, y de la seducción de una sabiduría política mundana que pretende ser más eficaz que el discernimiento de espíritus. Para eludir los engaños del “cuarto actor” es necesaria una conversión continua.”

Quienes han escuchado a Francisco a lo largo de los últimos años, saben que los católicos tradicionales son este “otro actor” divisivo, rígido, de cuyos engaños hay que escapar. Si seguimos lo que la Iglesia enseñó siempre, somos los “antagonistas,” ocasionando una “separación diabólica” de los demás actores.

El sínodo invita a toda la humanidad a la “gran tienda” de la Iglesia sinodal, pero la sinodalidad requiere que quienes crean en lo que la Iglesia ha enseñado siempre sean marginados, insultados y, por último, desalojados. A decir verdad, la Iglesia sinodal no puede escuchar la voz de Satanás y de los globalistas si los católicos están hablando siempre de lo que Jesús en verdad enseñó — por eso la Iglesia sinodal mueve la tienda a donde los verdaderos católicos no pueden ir y donde no puedan ser escuchados.

Jesús nos advirtió acerca del ancho camino sinodal:“Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y muchos son los que entran por él.” (Mateo 7:13)

A través del sínodo de Francisco, Satanás y los globalistas buscan empujar a todos los católicos a través de la puerta ancha que conduce a la perdición. Que Dios conceda al resto de los obispos fieles del mundo la gracia de ser buenos pastores, asegurando que ningún católico siga el camino sinodal al infierno. ¡Santísima Virgen María, destructora de todas las herejías, ruega por nosotros!

Robert Morrison

Artículo original. Traducido por Marilina Manteiga

martes, 15 de noviembre de 2022

Así es la iniciativa provida contra la que Irene Montero lanzó un bulo calumnioso


Los activistas proaborto llevan años recurriendo a las más burdas mentiras para justificar y promover ese cobarde crimen contra los más indefensos.



La mentira, un arma habitual de los activistas proaborto

El objetivo de esas mentiras es triple: el primer lugar, deshumanizar y cosificar a la víctima del aborto, para que esta atrocidad parezca algo tan inocuo como quitarse un grano y la sociedad acabe acostumbrándose a ese crimen; en segundo lugar, engañar a las madres embarazadas, haciéndoles creer que el aborto no tiene efectos adversos para ellas; y en tercer lugar, desprestigiar a quienes defienden el derecho a la vida de los hijos por nacer, presentándolos como personas odiosas que se dedican a insultar y acosar a las mujeres.

El bulo calumnioso lanzado por Irene Montero contra los provida

Un nuevo ejemplo de las mentiras de los activistas proaborto lo hemos tenido a raíz de unas declaraciones de la ministra Irene Montero en un viaje a Argetina. Una vez más, la dirigente de extrema izquierda ha acusado falsamente a los provida de acosar e insultar a las mujeres que van a abortar, una mentira que los grupos de presión proaborto y sus medios afines no cesan de repetir, pero sobre la que no han mostrado ni una sola prueba de tales cosas. Simplemente se aferran a la vieja máxima de la propaganda de que una mentira repetida muchas veces acaba tomándose por una verdad. El viejo "miente, que algo queda".

Pero esta vez la ministra ha añadido una mentira más a su repertorio habitual de bulos: ha acusado a los provida de acosar a las mujeres "metiéndolas en camiones o furgonetas en las que las obligan a hacerse ecografías para poder mostrarles los fetos y por tanto intentar convencerlas de que no interrumpan el embarazo". Esto es algo peor que una mentira: es una calumnia, ya que la ministra está imputando falsamente dos delitos (coacciones y secuestro) a los provida. Si la ministra tuviese pruebas de esos delitos (no las ha presentado) debería acudir a los tribunales a presentarlas. En realidad ha mentido, y lo que debe hacer una ministra que lanza calumnias es dimitir o ser cesada.



Así es en realidad la iniciativa provida a la que calumnia Montero

Por lo demás, en España sólo hay una iniciativa que dispone de un vehículo que ofrece ecografías a las mujeres que van a abortar: se llama Ambulancia Vida. Es un proyecto que no recibe subvenciones y se mantiene sólo gracias a donativos y a la labor que hace un grupo de voluntarios, entre los que hay profesionales sanitarios. Esta iniciativa cuenta con todos los permisos legales para desarrollar esa actividad y ofrece ecografías de forma gratuita y VOLUNTARIA a aquellas mujeres que quieren hacérselas. Ya os hablé sobre esa iniciativa aquí en 2016, cuando inició su andadura de la mano de la plataforma Derecho a Vivir.

Si hubiese siquiera una sola denuncia de alguna mujer contra la Ambulancia Vida, los políticos proaborto y sus palmeros mediáticos ya se habrían encargado de difundirla por doquier, aunque fuese una denuncia falsa. Pero no ha habido ni una. Y como no hay denuncias, Irene Montero se inventa falsas acusaciones para desprestigiar a los provida. Una auténtica miserable, y no ya porque recurra a la mentira para ensuciar el honor de quienes no opinan como ella (lo cual ya es despreciable), sino porque lo hace para seguir promoviendo una atrocidad contra los más inocentes e indefensos. Ya no se puede caer más bajo.


Podéis escuchar aquí las palabras de Irene Montero y el testimonio de una de las mujeres que recibieron la ayuda de los voluntarios de la Ambulancia Vida (hoy, gracias a ellos, es madre de un precioso niño):

Duración 2:14 minutos


La actitud de Montero es un recordatorio de que el mal existe

Para terminar, hay que reconocer que el hecho de que esa ministra mienta responde, ante todo, a una tradición ideológica: Irene Montero ha reconocido que es comunista, y el movimiento totalitario al que pertenece ha tenido la desfachatez de llamar "democracias populares" a brutales dictaduras. Recurrir a mentiras y calumnias para defender una atrocidad es lo que comunistas como ella vienen haciendo sin cesar desde hace más de un siglo. Esto debería servirnos, además, de recordatorio: el mal existe y hay personas que se dejan corromper moralmente hasta extremos escalofriantes. Lo que hacen al mentir es peccata minuta al lado del hecho de defender una matanza de inocentes.

Elentir

Los críticos contra la FSSPX no siguen a la Santa Sede




OnePeterFive publica la respuesta a un texto, que forma parte de una serie de debates sobre la FSSPX. Lo retomamos, en nuestra traducción, por las interesantes ideas que ofrece.

Durante cuarenta años, los enemigos de la Tradición han presentado una demanda canónica de cisma contra los Obispos y Sacerdotes de la Fraternidad San Pío X y los fieles que los apoyan.

Sin embargo, el pontificado del Papa Francisco anuló estas pretensiones canónicas; El Santo Padre otorgó al Superior General de la Fraternidad permiso para ordenar sacerdotes, nombró al obispo Fellay ministro canónico de segundo grado, otorgó facultades globales para escuchar confesiones y ordenó a los obispos del mundo asistir a bodas en las capillas de la FSSPX (o delegar facultades de otro modo, según corresponda). la mayoría lo ha hecho).

En consecuencia, la crítica de la Fraternidad ha pasado del fundamento canónico al moral. Por un lado, los amigos de la Tradición y los partidarios de la obra del santo arzobispo Lefebvre tienen motivos para alegrarse; las estrategias cambiantes parecen un reconocimiento implícito de que la campaña de cuatro décadas contra la FSSPX finalmente se ha resuelto.

Por otro lado, los argumentos que se acaban de utilizar parecen todavía destinados a difamar a los sacerdotes de la FSSPX, y quizás incluso a los fieles que asisten a sus liturgias, y a asustar a aquellos católicos que de otro modo podrían sentirse atraídos por la belleza de la misa tradicional en latín y la doctrina ortodoxia de la FSSPX. .

El nuevo argumento, presentado por mi oponente del debate, Andrew Bartel, es esencialmente este: la FSSPX es culpable de cisma, incluso si no es estrictamente un cisma canónico. Su historial de actos cismáticos significa que son peligrosos.

Se sigue, por supuesto, que si son culpables de cisma, ningún católico puede acercarse a ellos para recibir los sacramentos. (No creo que Andrew haya dicho esto explícitamente, pero cualquier católico estaría de acuerdo en que no podemos adorar o estar en comunión con los cismáticos). Que el Vaticano haya declarado repetidamente que los católicos pueden asistir a misas y recibir los sacramentos de los sacerdotes de la FSSPX debería ser suficiente para resolver el problema de una vez por todas.

Andrew afirma que la FSSPX rechaza la "sumisión al Papa en la fe, el culto y el gobierno", aunque es claramente lo contrario. ¿Monseñor Fellay, como Superior General, se negó a someterse al Papa Francisco en 2017 cuando le pidió que instituyera un proceso para reconocer los matrimonios en las capillas de la Fraternidad? ¿Es un niño que busca la ayuda de un padre y acepta con gratitud esa ayuda el tipo de conducta que ahora constituye un rechazo a la sumisión?

Cuando el Santo Padre ordenó a los obispos del mundo colaborar con los sacerdotes de la FSSPX para que los matrimonios en las capillas de la Fraternidad fueran incuestionablemente lícitos y válidos, la Fraternidad rechazó estos nuevos procedimientos canónicos, ¿como haría un cismático? Cuando los sacerdotes de la FSSPX trabajan con los Vicarios Generales en cientos de diócesis alrededor del mundo para obtener facultades matrimoniales en sus capillas, ¿representa una negativa a someterse a la regla del Papa?

Cuando el Superior General y los tres Obispos de la FSSPX anunciaron su deseo de unirse al Santo Padre en la consagración de Rusia, ¿constituye esto un rechazo a la sumisión en la fe?

Andrew también afirma que el ministerio continuo de los Sacramentos por parte de los sacerdotes de la FSSPX representa actos de desobediencia continua, pero esto es objetivamente falso; ¿Cómo puede ser 'suspendido' un sacerdote que ha recibido facultades directamente del Santo Padre cuando la naturaleza misma de una suspensión canónica es la privación de facultades?

Mi oponente del debate argumenta que las ordenaciones anuales de hombres al sacerdocio por parte de los obispos de la FSSPX son "ilícitas", a pesar de que el obispo Fellay anunció al mundo en 2015 que el Santo Padre, de hecho, había dado su permiso para tales órdenes. ¿Cómo podría ser ilegal un acto cuando el legislador supremo de la Iglesia ha otorgado permiso para realizar ese acto?

¿Quién es, en realidad, el culpable que se niega a aceptar la autoridad del Santo Padre en estos asuntos?

Como muchos críticos de la FSSPX, Andrew argumenta que la FSSPX es culpable de "rechazar un concilio ecuménico". Sin embargo, la FSSPX no niega que el concilio fuera ecuménico ni que el papa que lo convocó tuviera derecho a hacerlo. De hecho, el fundador de la Fraternidad, el arzobispo Marcel Lefebvre, participó personalmente en el concilio e incluso firmó los documentos conciliares.

La verdad sobre la posición de la Fraternidad sobre el Concilio Vaticano II es que han expresado reservas con respecto a las nuevas ideas sobre la libertad religiosa, el ecumenismo y la colegialidad. Los sacerdotes de la Fraternidad advierten que, dada la confusión sobre lo enseñado por el Concilio, es mejor servir a los fieles aferrándose a las doctrinas tradicionales de la Iglesia.

En un momento de confusión, ¿cómo podría considerarse polémico incluso repetir la instrucción de San Pablo [1]?

El Concilio mismo, en efecto, no pretende haber promulgado nuevos dogmas que requieran el asentimiento de la fe, ni anatematiza a los que se niegan a someterse a las disposiciones pastorales del Concilio.

Además, la voluntad de la Iglesia bajo los pontificados del Papa Juan Pablo II y Benedicto XVI de entablar discusiones doctrinales con la FSSPX a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe [2] demuestra que las preguntas sobre las novedades del Concilio son admisibles , y que los sacerdotes de la FSSPX son católicos (ya que el diálogo con los cismáticos lo llevaría a cabo el Dicasterio para la promoción de la unidad de los cristianos).

De hecho, como muestra Maike Hickson (aquí y aquí), fue la posición de reserva legítima de la FSSPX en el Vaticano II lo que oficialmente permitió la Santa Sede como un punto de vista legítimo para los católicos, lo que llevó al levantamiento de las excomuniones de la FSSPX (anulando implícitamente el razonamiento contenida en la Ecclesia Dei Adflicta de Juan Pablo II). [3]

Curiosamente, el Papa Francisco ha decidido que ya no es necesario siquiera celebrar estas discusiones doctrinales. Si el Santo Padre no ve las reservas de la Fraternidad sobre las noticias del Concilio dignas del juicio del Vaticano, y si recordamos que el Vaticano I enseñó infaliblemente que es deber del papado guardar y proteger la Fe, como entonces un crítico de la Fraternidad concluye que ¿Las reservas sobre tales novedades implican pecado, y mucho menos cisma? [4]

¿Es posible que aquellos que usurpan la autoridad única del Vicario de Cristo y los fieles católicos para encenderse con gas se arriesguen al cisma al negarse a someterse al sucesor de San Pedro en estos asuntos?

En su artículo y en sus entrevistas con otros opositores de la FSSPX, Andrew dio mucha importancia a mi decisión de no responder a cada una de sus declaraciones en el debate. Me gustaría señalar que, en primer lugar, era su deber probar su argumento. Al ver que no podía hacerlo, no vi la necesidad de continuar con todos los temas sueltos, sino de ceñirme a la cuestión central del cisma.

Además, el argumento de Andrew parece, a veces, estar basado en la paráfrasis de sacerdotes anónimos que se supone que dijeron esto o aquello. Un participante en el debate no puede comprometerse con tales afirmaciones. ¿Quién es el sacerdote? ¿Qué dijo realmente? ¿Cuál fue el contexto? ¿Este sacerdote representa con precisión la posición de la FSSPX? Sin forma de concluir nada con certeza, el debate entra en el terreno de los chismes y las conjeturas. Tales tácticas no merecen una respuesta cuando hay tan poco tiempo y tantos temas sustantivos para discutir.

Andrew también insinúa que al ofrecer Misa, asistir a bodas y escuchar confesiones, los sacerdotes de la FSSPX están involucrados en actos que son, en esencia, malvados. Escribe: "el fin nunca justifica los medios".

Por supuesto, lo que enseña la Iglesia es que los malos medios nunca se justifican, por buenas que sean las intenciones. Parece que Andrés concede que la ley suprema de la Iglesia (el bien de las almas) es la intención, pero ¿cómo es posible que los mismos sacramentos instituidos por Cristo para la salvación de los hombres sean malos? ¿Cómo podrían ser malvados los sacramentos ofrecidos por los sacerdotes católicos, con el permiso del Vicario de Cristo?

Este dilema teológico y eclesiológico profundamente problemático demuestra los riesgos morales que implica que los laicos que no tienen la preparación y la autoridad para juzgar la conciencia de los sacerdotes lo hagan de todos modos y en un foro público.

En su conclusión escrita, Andrew le pide que responda dos preguntas. Primero, me pregunta si he probado que sus argumentos son erróneos o falaces. En segundo lugar, pregunta si por mi compromiso o falta de él en ciertos temas, he renunciado al tema. Estas son las preguntas equivocadas, por supuesto.

Fue el trabajo de Andrew, al argumentar afirmativamente, probar que la FSSPX está en cisma. El editor de OnePeterFive ahora le ha dado amablemente otra oportunidad de probar su argumento. Solo usted decidirá si ha ganado la discusión, pero debe aceptar que no es mi trabajo discutir en el estilo que él quiere de mí, seguir los argumentos que él desea abordar o tomarme el poco tiempo que tengo disponible para perseguir cualquier pista falsa.

No digo esto para defender mi propia actuación, que sin duda podría mejorarse, sino para recordarles que la defensa de la Tradición no saldrá victoriosa si caemos presa de los trucos retóricos o de la tentación de responder a todas las acusaciones posibles, independientemente del mérito.

Tampoco prevaleceremos en nuestra defensa de la Tradición si tememos ad hominems, ridiculización, doxing, discriminación, difamación o anulación de la cultura eclesiástica. Sí, a veces los enemigos de la Tradición utilizarán estos métodos para asustar a quienes contemplan una entrada en la apologética -quizás seas tú- en un intento de disuadirte de contribuir a la defensa de nuestra liturgia y nuestra fe.

En cambio, debemos dejar de lado el miedo por completo y considerar que el hombre y la mujer son razonables y de buena voluntad en su búsqueda de la verdad. Pueden ver un debate de YouTube, leer artículos aquí en OnePeterFive o reflexionar sobre las publicaciones en las redes sociales. Es probable que hablen con familiares y amigos y busquen sacerdotes que tengan reputación de sabiduría y ortodoxia.

Confío en que ellos, como ustedes, concluirán por sí mismos, con la ayuda del Espíritu Santo, que adherirse a la liturgia y la fe de nuestros antepasados ​​durante veinte siglos no es un delito canónico ni moral.

Dios, en su infinita sabiduría, ha tenido a bien colocarnos a ti y a mí en este tiempo y lugar, para no escondernos detrás del teclado, no rehuir los bochornosos escándalos de nuestro tiempo ni apartarnos de la defensa pública de la Iglesia, sino abrazar esta difícil y torpe lucha contra clérigos rebeldes y laicos presuntuosos que os decretarían a vosotros ya vuestros antepasados ​​culpables de pecado, herejía o cisma por haber emulado siglos de santos.

No temas. No huyas de la lucha. No te quejes. Cumple con tu deber, con alegría.

Jeff Cassman *
________________________________

[1] “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8).
[2] Para una introducción básica a esto, vea el artículo de Wikipedia.
[3] “Me gustaría recordar a los teólogos y otros expertos en ciencias eclesiásticas que deben sentirse llamados a responder en las circunstancias actuales. De hecho, la amplitud y profundidad de la enseñanza del Concilio Vaticano II exige un renovado compromiso de estudio para revelar claramente la continuidad del Concilio con la Tradición, especialmente en puntos de doctrina que, quizás por ser nuevos, aún no han sido abordados. sido bien comprendida por algunas partes de la Iglesia» Juan Pablo II, Ecclesia Dei Adflicta (1988), 5.
[4] “Y como ante todo tiene el deber de defender la verdad de la fe, si surgen dudas sobre la fe, es con su juicio que deben ser resueltas” Pastor Aeternus, cap 4, part 2.

* Jeff Cassman es un ex analista de inteligencia de la Fuerza Aérea y experto en modelos de comportamiento predictivo para una agencia de publicidad en Nashville, TN. Es católico de cuna y asistió por primera vez a una misa tradicional en latín en 2000. Más tarde estudió teología en el Colegio de los Santos Apóstoles en Connecticut. Jeff es cofundador de Catholic Men of America, la única cofradía profesional nacional de hombres católicos en nuestro país. Es un granjero caballero, cría cerdos, conejos, gallinas y codornices y ha diseñado y construido ambientes acuapónicos para el cultivo en invernadero de tilapia y productos orgánicos. Jeff ha estado casado con su novia de la escuela secundaria, Sarah, durante 28 años y han educado en casa a sus 14 hijos (11 niños y tres niñas), que ahora tienen entre 3 y 26 años. En su tiempo libre, a Jeff le encanta comer y dormir.

El SUPERMERCADO de las religiones

CATÓLICO ACTIVO

Monseñor Isidro Puente, habla 13 idiomas entre los que destacan el latín, griego, hebreo, arameo, siriaco-caldeo, fenicio, púnico-cartaginés, ugarítico y copto, es Licenciado en Filosofía y Doctor en Teología y fundador y director de las Religiosas Ecuménicas de Guadalupe, con la aprobación de la Santa Sede y del entonces Obispo Diocesano de Tijuana, para formar Religiosas Santas y Sabias como pide el Concilio Vaticano II, en el que participó como seminarista en 1964 y 1965. Conoce más sobre Monseñor aquí

Sermón del día 9 de Octubre 2022

Duración 29:41 minutos

https://youtu.be/V0-g9knPSo8

 

Curriculum de Monseñor Puente

Mons. Dr. Lic. Don Isidro Puente Ochoa Jr.

Nació en la Ciudad de Colima, México el 16 de Abril de 1947, hijo legítimo de católico matrimonio de Don Isidro Puente Ochoa y de la Sra. Maestra Angelina Ochoa de Puente. Es residente de Tijuana, Baja California, desde julio de 1949. Tercero de once hijos; son sus hermanos: Jesús, Elba, Miguel Ángel, Rosa María, Gloria, José Luis, María Elena, Jorge, Roberto y Evangelina.

Cursó su Primaria en varios Colegios de Tijuana y en 1959 ingresó al Seminario Misional de Nuestra Señora de la Paz. Obtuvo siempre los primeros lugares y terminó los cinco cursos de Humanidades.

En 1964 El Excmo. Sr. Obispo de Tijuana, Mons. Alfredo Galindo y Mendoza lo envió a Roma al Pontificio Colegio Urbano Propaganda FIDE.

En 1967 Obtuvo la Licenciatura en Filosofía con la tesis: “La Experiencia metafísica en Aristóteles y Santo Tomás de Aquino. “

En Roma el 8 de Diciembre de 1970 fue ordenado Subdiácono y Diácono el 6 de Enero de 1971 y Sacerdote el 27 de Marzo de 1971 por manos del Eminentísimo Cardenal Agnello Rossi, Prefecto de Propaganda FIDE, auxiliado por el ahora Cardenal Gantín de África y el Cardenal Lurdusami de India.

En Junio de 1971 obtuvo la licenciatura en Teología con su Tesís: “Índice de los Apócrifos del Nuevo Testamento.”

Se le otorgó la licenciatura en Ciencias Bíblicas en 1973 en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, cuyo rector era el ahora Cardenal Martini, arzobispo de Milán, con la Tesis: “Los vocablos que aparecen una sola vez en la Biblia comparados con la Literatura Ugarítica”

Cursó Filosofía y Letras en la Universidad Civil de Roma. Analizó todos los archivos de la Sagrada Romana Rota desde 1909 hasta 1975.

Hizo estudios en Jerusalén y Alemania.

Domina los idiomas: inglés, italiano, francés, alemán, latín, griego, hebreo, arameo, siriaco-caldeo, fenicio, púnico-cartaginés, ugarítico y copto en sus cinco dialectos: bohérico, acmímico, subacmímico, sahídico y fayúmico. Conoce y lee el portugués, holandés y otros.

Fue alumno fundador y Prefecto en el Colegio San Pablo de Propaganda FIDE. Por cinco años alumno distinguido del Pontificio Colegio de San Pedro Apóstol en la ciudad eterna.

En 1976 Culminó sus estudios al obtener con máximas calificaciones el Doctorado en Teología con la Tésis: “Los Hechos de los Apóstoles” en Copto, con versión Latina, comentario filológico, literario y crítico. En tanto auxiliaba a miembros de la Curia Romana en trabajos de suma importancia.

En 1976 regresó a Tijuana, donde ha sido Catedrático en el Seminario Mayor y Menor por 12 años. Allí y en otros Institutos Religiosos ha impartido Cátedra de Teología Dogmática, Moral, Sacramentos, Sagrada Escritura, Introducción Bíblica, Hebreo, Griego, Latín, Alemán, Francés, Metafísica, Espiritualidad, Formación de Religiosos, Psicología, etc.

Es predicador de Ejercicios Espirituales. Conferencista muy apreciado en la Academia de la Lengua Juan Ruíz de Alarcón, de la Ciudad de México; en Monterrey Nuevo León., del Club Serra en Washington D.C., y en Ginebra, Suiza. También del Club Rotario Internacional y del Club de Leones entre muchas otras asociaciones que lo invitan frecuentemente a elucidar temas históricos, filosóficos y de formación.

Es Censor Arquidiocesano de Tijuana y de Monterrey,

Ha escrito libros eruditos para especialistas en filología clásica y bíblica, liturgia, patrología y también para divulgación sobre diferentes temas pastorales.

Inició en 1977 lo que ahora es el Tribunal Eclesiástico y la Comisión de Obispos de Alta y Baja California, que comprende también a Arizona y Sonora.

Es fundador de las Religiosas Ecuménicas de Guadalupe, Instituto aprobado por la Santa Sede y el Obispo Diocesano de Tijuana, Emilio Carlos Berlié Belaunzarán, como pía unión para formar Religiosas que puedan corresponder a lo que verdaderamente pide el Concilio Vaticano II (en el cual pudo participar como joven seminarista en 1964 y 1965) dicha fundación fue iniciada en 1984 y hasta hoy exige la máxima preparación que pueda darse a una Religiosa en la actualidad.

Ha sido Capellán Diocesano de la Adoración Nocturna Mexicana. Director Diocesano de la Legión de María. Juez Eclesiástico y Provisor, Examinador del Clero, Secretario y miembro del Consejo Presbiteral, Confesor de varios Institutos Religiosos y un tiempo del Seminario. Encargado de la Doctrina de la Fe. Redactor de Documentos para la Santa Sede.

Ha sido Promotor de Justicia en el Proceso de Beatificación del ahora Beato José María Yermo y Parres. Juez principal en el Proceso de la Sierva de Dios Julia Navarrete. Consultor en casos difíciles, con facultad Episcopal para Confirmar y para absolver pecados reservados. En ocasiones ha sido Vicario General de la Diócesis de Tijuana ad ínterim, y Vicario Judicial y Vicario de Religiosos y Religiosas de Tijuana, Ensenada, Tecate del mismo obispado.

Ha sido Rector de la Iglesia del Santo Angel y Párroco de la Iglesia de Santa Cecilia.

Ha ayudado a muchas fundaciones religiosas de esta Diócesis; en especial a las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta, a los Hermanos de Magdala con sus asilos de ancianos, a las Misioneras de San Carlos y a la Casa del Migrante, etc. Frecuentemente representa al Excelentísimo Sr. Arzobispo en diferentes foros y comisiones así como en funciones Sagradas y Predicaciones. Junto con los Padres del Oratorio San Felipe Neri ha iniciado y dirigido el Instituto de Formación Permanente de Religiosas.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Más allá de la Batalla Cultural



Duración 11:53 minutos

DIRIGIDO A LOS VOTANTES DEL PSOE, para que abran sus ojos a la realidad y luego voten en consecuencia




La eliminación del delito de sedición para captar el apoyo del separatismo catalán a las cuentas del gobierno no es responsabilidad de una sola persona.



Una traición muy acorde con la tradición política del PSOE

Pedro Sánchez es, sin duda, el máximo responsable de esa traición al Estado de Derecho, al ser el presidente del gobierno, pero si ocupa ese cargo es porque tiene un partido apoyándole en cada cosa que hace: el PSOE. Un partido que se ha caracterizando históricamente por anteponer sus intereses partidistas a las reglas democráticas. Recordemos las palabras pronunciadas en 1933 por el entonces presidente del PSOE, Francisco Largo Caballero, al que su partido sigue revenciando hoy en día: "el Partido Socialista va a la conquista del Poder, y va a la conquista, como digo, legalmente si puede ser. Nosotros deseamos que pueda ser legalmente, con arreglo a la Constitución, y si no, como podamos".

Los dirigentes que comparten la responsabilidad de esa traición

Incluso con todo el poder que tiene como presidente del gobierno, Pedro Sánchez no podría cometer esa traición a nuestra democracia -porque así es como debe calificarse el hecho de desarmar a nuestro país de las herramientas legales para combatir a quienes ya dieron un golpe separatista y pretenden volver a hacerlo- sin el apoyo de su partido. Bastaría con que los barones regionales y locales del PSOE alzasen su protesta y montasen un revuelo interno para que a Sánchez no le quedase más remedio que dar marcha atrás. Sin embargo, a juzgar por el silencio dominante, en el PSOE parecen estar de acuerdo con que Sánchez ponga a España por debajo de su interés personal, sacrificando el bien común a sus ganas de seguir doce meses más en el gobierno, al precio que sea.

Los barones autonómicos del PSOE

Los principales cómplices silenciosos de Sánchez en esa traición son los barones autonómicos del PSOE. Son, después de la dirección nacional, quienes más poder tienen en el seno del partido, especialmente en aquellos casos en los que su cargo dentro del PSOE se simultanea con la presidencia de una comunidad autónoma. Todos ellos han decidido guardar silencio ante esta nueva cesión de Sánchez ante el separatismo, incluidos aquellos que más tienden a marcar distancias con el nacionalismo porque saben que apoyarlo les restaría votos.

El PSOE tiene nueve presidentes de comunidades autónomas: Ximo Puig (presidente de la Comunidad Valenciana), Emiliano García-Page (presidente de Castilla-La Mancha), Javier Lambán (presidente de Aragón), Guillermo Fernández Vara (presidente de Extremadura), María Chivite (presidenta de la Comunidad Foral de Navarra), Adrián Barbón (presidente del Principado de Asturias), Concha Andreu (presidenta de La Rioja), Ángel Víctor Torres (presidente de las Islas Canarias) y Francesca Armengol (presidenta de las Islas Baleares). Ni uno de ellos ha abierto la boca para desmarcarse de la nueva claudicación de su jefe de filas ante los golpistas del 1-O.

Los principales barones locales del PSOE

Los barones autonómicos no están solos en su silencio cómplice ante las maniobras de Sánchez. Lo mismo podemos decir de todos y cada uno de los diputados autonómicos, presidentes de diputaciones, alcaldes, concejales y otros cargos electos. Una mención especial, por su importancia dentro del partido, se merece el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, alcalde de Vigo, que cuando llegan las elecciones siempre procura poner el logo del PSOE de tal forma que cueste distinguirlo.

También se merecen una mención los alcaldes socialistas de importantes ciudades españolas: Antonio Muñoz Martínez (alcalde de Sevilla), José Antonio Serrano Martínez (alcalde de Murcia), José Francisco Hila Vargas (alcalde de Palma de Mallorca), Augusto Hidalgo (alcalde de Las Palmas de Gran Canaria), Óscar Puente (alcalde de Valladolid), Ana González Rodríguez (alcaldesa de Gijón), Núria Marín (alcaldesa de Hospitalet de Llobregat), Inés Rey (alcaldesa de La Coruña), Carlos González Serna (alcalde de Elche), Francisco Cuenca Rodríguez (alcalde de Granada), Rubén Guijarro (alcalde de Badalona), Marta Farrés (alcaldesa de Sabadell), Mamen Sánchez Díaz (alcaldesa de Jerez de la Frontera) y Noelia Posse (alcaldesa de Móstoles), por sólo citar a los que gobiernan en ciudades con al menos 200.000 habitantes.

Existe la idea muy extendida de que una persona se puede presentar a unas elecciones locales sin tener que implicarse en los grandes asuntos nacionales, pero ¿acaso creen aceptable su silencio cuando lo que está haciendo el máximo dirigente del PSOE es dejar indefensa a nuestra democracia? ¿En serio se creen que muchos votantes van a olvidar que los candidatos locales socialistas concurren a las elecciones en las filas del mismo partido del que forma parte Sánchez, un partido que Sánchez está usando para erosionar nuestro Estado de Derecho?

¿Harán examen de conciencia los votantes del Partido Socialista?

No voy a hacer como otros, que piden a los socialistas que al menos piensen en su partido. Con el historial de violencia, juego sucio, corrupción, atropellos y sectarismo que tiene el PSOE, lo mejor que podría pasar es que desapareciese. Sería un gran día para España y para nuestra democracia, porque si bien el pluralismo político gana con la presencia de distintas opciones políticas, lo que no resulta bueno para ningún país es que exista un partido que se dedica a ceder ante unos golpistas mientras todos sus dirigentes se mantiene tan silenciosos como tumbas. Yo ya no les pido a esos barones regionales y locales del PSOE que hagan examen de conciencia, porque no sé si les queda algo de eso. Lo que sí me atrevo a sugerírselo es a sus votantes, porque habrá muchos, espero, a los que les importe más España que su partido. Ya va siendo hora de que despertéis.

Elentir