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martes, 7 de enero de 2025

25 disparates educativos, presuntamente progresistas, que nos conducen al desastre (ANDRÉS AMORÓS)




1. Sentir horror por el trabajo, el esfuerzo.

Lo encarna Lilith Verstrynge, que ha sido Secretaria de Organización de Podemos y Secretaria de Estado para la Agenda 2030: «La cultura del esfuerzo genera fatiga estructural, ansiedad y cardiopatía».

Es un error garrafal: sin esfuerzo, ni los individuos aprenden nada ni los pueblos consiguen nada valioso. Lo resume un refrán: «Pereza es llave de pobreza». No creo que ése sea un ideal progresista.

2. Despreciar la memoria.

La memoria no es algo que sirva para que se luzcan los tontos. La ensalza Montaigne: es «un instrumento de utilidad asombrosa», que debe ejercitarse y desarrollarse.

García Márquez consideraba un tesoro los poemas que había aprendido de memoria, en la escuela: un pequeño paraíso, en el que siempre podía refugiarse y que nadie le podía arrebatar. ¿Qué poemas aprenden de memoria hoy los niños, en España?

3. Olvidar la historia y la cronología.

Mi nieta, de 15 años, sabe quizá más que yo sobre la primera República española pero la pongo en un grave aprieto cuando le pregunto qué siglos comprende la Edad Media, cuándo llega a España el Renacimiento, cuál es la fecha de la Revolución Francesa. Así se lo han enseñado.

Sin saber situarlos en épocas, siglos y etapas, los acontecimientos históricos pierden su significado, se convierten en un caos. A eso ha conducido el actual desdén pedagógico por la cronología.

Y, como es bien sabido, si no entendemos la historia, estamos condenados a repetir los errores.

4. Negar la autoridad de los profesores.

Lo dijo Cervantes: «Nadie es más que otro si no ha hecho más que otro». Los que saben más de una materia son los que deben enseñarla: eso les concede autoridad moral. El «colegueo» con los alumnos que muchos profesores fomentaron no ha conducido a nada bueno.

En la película Ensayo de orquesta, Fellini muestra el caos que se produce en una orquesta cuando los músicos pretenden tocar sin director. A los sindicatos italianos no les hizo ni pizca de gracia.

5. Buscar la igualdad, no la excelencia.

Es un error básico, supone la mayor demagogia: igualar por abajo. Lo único de verdad progresista es que asciendan los que se esfuerzan, sea cual sea su origen social y su nivel económico.

6. Suprimir los exámenes, los suspensos, la repetición de cursos.

Los exámenes son antipáticos pero inevitables. Sin exigencia, los individuos y los pueblos se hunden.

A comienzos de 2020, la ministra Celaá, del PSOE, anunció que la titulación de los estudiantes «no quedará supeditada a la no existencia de materias sin superar, para que nadie se quede atrás». Los periodistas que la escuchaban tradujeron: «Aprobado general».

Eso es injusto, porque iguala a los que trabajan con los vagos. Además, desanima tanto a los profesores como a los alumnos: ¿para qué se van a esforzar, si el resultado final será idéntico?

7. Hacer depender las becas sólo de la situación económica, no del rendimiento escolar.

Lo acaba de proponer Sumar, a comienzos del año 2025: es una pura demagogia, conduce a fomentar la vagancia. Como resume la duquesa, en El Quijote: «Nadie nace enseñado».

El filósofo estadounidense Michael J. Sandel, ganador del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, ha denunciado lo que él llama «la tiranía del mérito», porque provoca la soberbia de los triunfadores y la humillación de los que no lo logran. Propone algo tan infantil como un sorteo, para decidir quiénes pueden acceder a las universidades de mayor prestigio… A esas bobadas llegan algunos presuntos sabios progresistas.

8. No aprender conocimientos, sino aptitudes.

Lo leo y lo escucho con frecuencia: «Ya que todo está en internet, no hace falta aprender nada, basta con saber cómo se hace». Igual que si se tratara del folleto de instrucciones de un electrodoméstico o de una medicina. Los más cursis lo dicen en inglés: el «know how». Es algo que conduce sencillamente a la ignorancia.

9. No estudiar, hacer trabajos.

Resignados a que sus alumnos se limiten a copiar trozos de Wikipedia, algunos profesores exigen ya que les presenten los trabajos escritos a mano: así, por lo menos, los estudiantes se habrán tomado el trabajo de copiarlos, no se habrán limitado a imprimirlos.

10. «Ninguna cultura es superior a otra».

Puede sonar muy democrático pero es un verdadero disparate. A eso conduce el multiculturalismo: vale igual la filosofía griega que un rito de los antropófagos.

Tiene esto consecuencias terribles: se busca compensar supuestos agravios, eliminando los que se consideran tradicionales elitismos. Un ejemplo claro: en una universidad inglesa, han prohibido enseñar música de todos los compositores de raza blanca. Hagan la lista…

11. Suprimir unos colonialismos que no han existido.

Los hispanoamericanos tuvieron siempre la misma consideración legal que los españoles. Igualar la labor de España en Hispanoamérica con lo que hicieron en África otros países es un dislate, aunque lo crea un ministro de Cultura.

12. Considerar anticuados los libros; lo moderno son los blogs, los resúmenes, las redes sociales.

En realidad, ninguna herramienta tecnológica ha superado al libro en riqueza de posibilidades y en sencillez de manejo. No leer libros empobrece radicalmente a los individuos, convierte a las sociedades en presa fácil de dictadores y de farsantes. Leerlos fomenta nuestro espíritu crítico, nos protege de las mentiras de la propaganda política.

Resume Cervantes, con tanta belleza como exactitud: «En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos, para darle sentido a nuestra existencia».

13. Defender que una imagen vale más que mil palabras.

Es una simpleza y una falsedad, aunque se haya repetido mil veces. Unas palabras bien elegidas constituyen un instrumento de comunicación muchísimo más rico y más complejo que cualquier imagen.

Escribió Olegario González de Cardedal: «El hombre viene al mundo con sus alforjas llenas de mendrugos de pan, unas colodras de agua y unas pocas palabras primordiales. Con ellas nombra todas las cosas… Unas pocas palabras verdaderas, nacidas de la entraña de quien habla, es lo que necesitamos».

14. No enseñar a hablar en público.

En nuestras Universidades, apenas existen ya exámenes orales.

En nuestro Parlamento, casi todos los diputados se limitan a leer lo que llevan escrito en un papel, venga o no a cuento. Cuando se salen de eso y tienen que improvisar, suele dar vergüenza escuchar las simplezas que muchos dicen y los errores que muchos cometen.

15. No enseñar a escribir.

Hasta en los periódicos más prestigiosos leemos ahora con frecuencia textos con errores graves de vocabulario, sintaxis, puntuación, significado… A nadie le extraña: ya nos hemos acostumbrado.

16. Creer que las normas académicas no valen para nada.

Rechazar esa tontería no es un prurito académico sino un imperativo de la comunicación. Cualquier ignorante pretende tener su propio estilo, escribir como quiere. El mito de la espontaneidad conduce a textos ilegibles o que acaban transmitiendo lo contrario de lo que su autor pretendía. Para romper las reglas, como han hecho los grandes artistas, primero hay que conocerlas.

17. No se debe criticar nada: todo es discutible.

El mito posmoderno de que todo vale igual es una falacia y ha traído un verdadero desastre cultural. No todo vale lo mismo: yo no escribo en prosa como Cervantes, ni en verso como Quevedo.

En un país de osados charlatanes, como es el nuestro, sigue siendo válido lo que dijo Ortega: en España, lo verdaderamente revolucionario sería que cada cual hablara sólo de lo que sabe. Quizá reinaría entonces un inmenso silencio…

18. La verdad no existe, sólo es un medio de opresión, forjado por los poderosos.

El que no cree en nada, juega cínicamente con las palabras y con las ideas, dice que lo suyo no es mentir sino cambiar de opinión. Lo vemos todos los días.

Unamuno nos muestra lo que debemos hacer, en ese caso: «¿Tropezáis con uno que miente? , gritadle a la cara: ¡mentira!, y, ¡adelante!». Nos los enseña Jesús, en el Evangelio de San Juan: «La verdad os hará libres».

19. El patriotismo es propio de fachas.

En ninguna nación civilizada se acepta esta simpleza. El país que lo creyera sería incapaz de cualquier progreso material y moral. El paletismo localista es muy malo pero carecer de raíces (o negarlas) resulta lamentable y estéril.

20. España es una nación de naciones.

Nadie sabe qué significa con exactitud ese juego de palabras. Puede aludir tanto a excelencia («actor de actores», «libro de libros») como a división en partes («cantar de cantares»). Pero sí está claro lo que ahora se pretende, al usarlo: negar la unidad de España.

21. Debemos pedir perdón a Hispanoamérica.

Con sus luces y sus sombras, lo que hizo España en Hispanoamérica es, objetivamente hablando, una de las mayores hazañas de la historia de la humanidad.

Así lo definió ya Francisco López de Gómara, en la dedicatoria a Carlos V de su Historia general de las Indias: «La mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muerte del que lo crio, es el descubrimiento de Indias. Y así las llaman Mundo Nuevo».

Los murales de Diego Rivera han ilustrado para la historia del Arte, la leyenda negra de España en América

22. Todas las lenguas de España tienen igual valor.

Parece ser que existen hoy en el mundo cerca de siete mil lenguas vivas. Todas merecen respeto pero sería un disparate creer que todas ellas tienen el mismo valor cultural y social.

Como resumió Amado Alonso, el castellano se convirtió en español y éste, luego, en nuestro idioma nacional. Es la única lengua común a todos los españoles. Un separatista vasco necesita el castellano para entenderse con un separatista catalán.

23. El bable y el andaluz son lenguas de cultura.

Con todo respeto, las dos son hablas, no lenguas de cultura: no tienen una gramática propia ni una literatura considerable.

El bable es un habla derivada del antiguo dialecto astur-leonés.

El habla andaluza –resume Rafael Lapesa– reúne una serie de meridionalismos lingüísticos; se caracteriza por la entonación ágil, el ritmo rápido y vivaz, la articulación relajada. Es un habla, con sus bien conocidas variedades locales, pero no es una lengua distinta de la común, la española. Ningún español tiene problemas para entenderse, cuando va a Andalucía. Exactamente igual que sucede con el español de América.

Defender que el bable y el andaluz son lenguas obedece a motivos puramente sentimentales, de autoafirmación. En el caso del bable, además, responde a intereses económicos: ha servido para que se hayan creado departamentos, plazas de profesores, becas….

24. El franquismo sigue vivo.

Franco murió el 20 de noviembre de 1975. Los españoles que vivieron conscientemente la etapa del franquismo tienen hoy más de 70 años: evidentemente, no son la mayoría de nuestra sociedad ni tampoco los que ocupan los puestos directivos.

Alertar ahora del peligro que suponen las reliquias del franquismo es una pura operación política interesada; como define nuestro refranero, «dar lanzada a moro muerto».

25. No se debe enseñar el cristianismo.

Al margen de las creencias de cada cual, es absolutamente indiscutible que el cristianismo es una de las raíces básicas de la historia de España.

Un estado no confesional no puede ignorarlo: hacerlo supondría renegar de lo que somos y condenarnos a no entender nada de nuestra historia ni de nuestra cultura.

De la educación nacen la mayoría de nuestros males. El presunto progresismo español actual ha hecho suyos, entre otros, todos estos disparates. Así estamos.

Andrés Amorós

España en libertad con Fco. Franco: las razones de Franco vs patrañas de Sánchez y el PSOE

EL ESPAÑOL DIGITAL


Franco, el estadista, el buen gobernante, el patriota, frente a los analfabetos, corruptos y antinacionales de siempre, hoy representados por Sánchez (con la colaboración del PP), el PSOE y los secesionistas.

DURACIÓN 5:46 MINUTOS

lunes, 6 de enero de 2025

Ante el año de Franco (I) Por qué la transición (PÍO MOA)



1. Para rehuir o desviar la atención de sus responsabilidades penales, el gobierno del PSOE ha decidido hacer de 2025 algo así como “el año contra Franco”, bajo el título “50 años de libertad”, como si antes no hubiera habido libertad y como si la libertad se debiera al PSOE. Entender esta cuestión es esencial, porque está en la base de todas las políticas desde la transición.

2. La propaganda del PSOE ha presentado al franquismo como una tiranía brutal, incluso genocida, pero aquí entra su primera contradicción. Si fue así, ¿por qué el PSOE no luchó contra ella como hicieron o hicimos los comunistas, afrontando a veces serios riesgos? Al morir Franco solo había un reducido número de presos políticos, ninguno socialista o demócrata, y casi todos comunistas o terroristas. Esta realidad se ha disimulado con ampulosas retóricas antifranquistas, pero la “lucha” del PSOE contra Franco solo se volvió “heroica” mucho tiempo después de haber desaparecido su régimen. Hay que prestar gran atención a este dato, que suele ser pasado por alto.

3. Una segunda contradicción es la pretensión de que la libertad se debió en alguna medida importante al PSOE. Pero por aquellas fechas el número de socialistas era insignificante, así que muy poco pudo influir, aunque pronto el partido se inflara por muchas ayudas recibidas. Y eran personas, como es fácil comprobar, que no solo no habían hecho oposición real a la “dictadura genocida”, sino que habían hecho carrera y prosperado en ella, incluso dentro del mismo funcionariado. También este aspecto suele ser minusvalorado en los análisis e historias corrientes, y tiene gran importancia.


4. Si la oposición real al franquismo era totalitaria comunista o terrorista y no había demócratas en las cárceles, ¿de dónde podía haber venido la transición democrática? Evidentemente, solo podía haber venido de donde vino: del propio franquismo, organizada o impulsada por personas como Fernández-Miranda o Suárez, que habían sido jefes del Movimiento, o por Juan Carlos, un rey decidido por Franco. Nuevamente, esto suele olvidarse o minusvalorarse y es la evidencia decisiva.

5.- Otra cuestión es: ¿Por qué el franquismo, sin ser un régimen democrático, pudo derivar a una democracia sin haber sido derrocado? La respuesta es que el régimen se había agotado políticamente y sus cuatro partidos o familias estaban en descomposición, pero al mismo tiempo la oposición era demasiado débil y sin apoyo popular para derribarlo.

6.- ¿Cómo se produjo el agotamiento del franquismo y cuándo empezó la transición? El franquismo constaba cuatro tendencias “familias” o partidos principales: carlista, falangista, monárquico y próximo al episcopado. El lazo de unión entre los cuatro era el carácter común católico, y el régimen mismo se proclamó católico y seguidor de las orientaciones sociales del papado. Hasta el II Concilio Vaticano de los años 60, Roma y la Iglesia española habían sido un puntal esencial del régimen, pero con dicho concilio se produjo un divorcio que desahució ideológicamente al régimen. Peor aún: gran parte de la Iglesia pasó a apoyar a comunistas, separatistas y terroristas etarras. En las historias y la retóricas supuestamente explicativas sobre la reciente historia del país, este dato crucial apneas recibe la importancia que tiene.

7. Con el Vaticano II empieza realmente la descomposición del régimen, y por tanto una transición que podría haber conducido a reproducir un caos como el de la república o el Frente Popular. Este peligro lo sentían vivamente algunos sectores del régimen, que creían posible mantener el franquismo tal cual después de la desafección de la Iglesia y de la muerte de Franco. Pero los sectores decisivos del régimen constataban que la sociedad creada por el franquismo, muy mayoritariamente reconciliada, políticamente moderada y próspera, hacía muy difícil la repetición de aquella vieja historia.

8. No obstante, el peligro persistía y era doble: que la oposición que surgía no hubiera asimilado la experiencia histórica, y que intentara volver a las andadas aprovechando las dificultades y vacíos de un cambio de régimen sin precedentes. Y, efectivamente, la oposición intentó repetir algo parecido al Pacto de San Sebastián que trajo la república, agrupándose en torno al Partido Comunista en una Junta que se llamó descaradamente “democrática”, y en una “plataforma” también llamada alegremente “democrática” en torno a un PSOE todavía apenas existente pero que saltaba a la palestra con mucho más radicalismo verbal que el PCE (como había pasado en la república, por lo demás).

9. Se creó así una triple pugna entre los rupturistas, que reivindicaban una supuesta legitimidad del frente popular y por tanto una vuelta a las convulsiones del pasado; el llamado “búnker”, que creía posible mantener el régimen como si no hubiera pasado nada importante desde el Vaticano II; y los reformistas, que auspiciaban un cambio democrático “de la ley a la ley”, es decir, partiendo de la legitimidad histórica del franquismo. El cerebro de la reforma fue Torcuato Fernández Miranda. La pugna fundamental, entre reforma y ruptura, se desarrolló durante 1976 hasta culminar en el referéndum de diciembre de ese año. Los intentos rupturistas mediante movilizaciones callejeras, un intento de huelga general, cierto terrorismo y el boicot al referéndum, fracasaron. El referéndum decidió por enorme mayoría popular que la transición salida del régimen era la única salida viable, mientras tanto el búnker como los rupturistas se demostraban demasiado débiles para impedirlo y no tuvieron más remedio que resignarse de mejor o peor grado.

10. En las historias habituales sobre la época, el referéndum de diciembre del 76 apenas es tratado más que como una anécdota o un trámite, pese a su carácter históricamente decisivo, al desarmar cualquier otra opción y asegurar el tránsito básicamente pacífico y ordenado de un régimen a otro. Lo que vino después, bajo el impulso de Juan Carlos y la dirección de Suárez, requiere otro análisis. Baste aquí reseñar que Torcuato, verdadero organizador del cambio y mentor de Suárez, se vio muy pronto desasistido tanto de Suárez como del rey, y la transición comenzó a tomar un rumbo no del todo distinto, pero sí más complicado. Y dado que todo giraba y sigue girando en torno al significado histórico del franquismo, debemos seguir precisamente con ese significado.

Pío Moa

sábado, 4 de enero de 2025

España en libertad con Fco. Franco: el túnel de Guadarrama




CONSTRUCCIÓN DEL TÚNEL DE GUADARRAMA. Filmoteca Española. 1963
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DURACIÓN 9:45 MINUTOS



 El túnel de Guadarrama abierto al público Inaugurado oficialmente por Franco. 

1963 12 09 NODO 1092B

DURACIÓN 2:26 MINUTOS

RESUMEN ROSARIO UNIVERSAL DE DICIEMBRE DE 2024




DURACIÓN 4:21 MINUTOS

El PSOE tachó como 'delito' críticas de Vox al socialismo pero ahora apoya una mofa a Cristo





El PSOE apela a esa ofensa para apoyar el escarnio a los creyentes

Esta semana, la empresa pública Televisión Española emitió una ofensa a Cristo en su programa de Nochevieja, un hecho que ha provocado críticas al gobierno, que es el que controla ese medio pagado por todos los contribuyentes. Desde el PSOE han apoyado abiertamente esa ofensa a los cristianos, con un mensaje del ministro Félix Bolaños anunciando que despenalizarán el delito de escarnio a los creyentes, tipificado en el Artículo 525 del Código Penal. Bolaños ha justificado esa reforma apelando a la "la libertad de expresión y creación", pero su partido parece tener una idea muy dispar de esa libertad.

En 2020 el PSOE denunció a Vox por un 'delito de odio' contra 'el socialismo'

Así lo demuestra el propio sitio web de ese partido. El 16 de abril de 2020, el PSOE anunció una denuncia contra Vox ante la Fiscalía General del Estado, acusando a ese partido conservador de difundir "bulos" para "provocar una reacción en contra del Gobierno". Es una acusación bastante cínica viniendo de un partido como el PSOE, que viene utilizando la mentira de forma sistemática para desprestigiar a sus rivales políticos.

En su comunicado, el PSOE afirmó que "nadie, ni tan siquiera una formación política, se puede amparar en la libertad de expresión manifestada a través de la crítica política para cometer delitos". Lo más pasmoso fue leer cuál era la supuesta víctima de esos presuntos delitos denunciados por el PSOE ante la Fiscalía: el PSOE hablaba de "un delito de odio, de acuerdo al artículo 510 del Código Penal, por dirigirse contra un determinado pensamientos político, el socialismo, representado por el PSOE, y contra sus representantes en las instituciones".

El PSOE apeló a un artículo del mismo capítulo que el delito que quiere derogar

Hay que señalar que la denuncia del PSOE iba dirigida a críticas legítimas de un partido contra una ideología política. No era, como el caso de hace unos días, una ofensa gratuita contra una religión, lanzada desde una televisión pagada por todos los contribuyentes. Por lo visto, para el PSOE criticar al socialismo es "delito" pero mofarse del Cristianismo no lo es. Una descarada doble moral que ya forma parte de la tradición política del partido de Pedro Sánchez.

Por otra parte, lo curioso de la denuncia del PSOE es que el Artículo 510 está en el mismo Capítulo IV del Código Penal que el Artículo 525 que los socialistas pretenden derogar. Ese capítulo contiene diversos artículos que están referidos a los "delitos relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas". El Artículo 510 tipifica las incitaciones al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo por motivos como "la ideología, religión o creencias".

La Fiscalía archivó la denuncia del PSOE: Vox emitió una crítica legítima

Significativamente, la Fiscalía archivó la denuncia del PSOE contra Vox, al considerar que las críticas de este partido eran legítimas (de hecho, se trataba de críticas por la pésima gestión que el gobierno de Pedro Sánchez hizo durante la pandemia). Es decir, que el PSOE intentó criminalizar a Vox por criticar el socialismo, y ahora pretende darnos lecciones de "libertad de expresión", enmarcando así una clara ofensa al Cristianismo emitida por un canal estatal controlado por los socialistas. Una ofensa que tenía como fin provocar una polémica que sirviese para tapar los casos de corrupción de que afectan al partido, al gobierno y a la familia de Sánchez.

ELENTIR

viernes, 3 de enero de 2025

Una Iglesia sin Fuego, del Espíritu Santo | Fe, en Jesucristo como Verdadero Dios y Hombre



DURACIÓN 15:38 MINUTOS

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS REINARÁ EN ESPAÑA



ROSARIO EN FERRAZ RESPONDE A LAS BLASFEMIAS DE TVE

DURACIÓN 3: 04 MINUTOS


Durante la celebración de las campanadas de año nuevo en RTVE, vivimos un hecho escandaloso que en cualquier sociedad sana, habría supuesto una reacción a la altura de lo acontecido. Una señora, que las presentaba (y que la conocerán, por cierto, en su casa), enseñó una estampita. En ella aparecía la imagen del Sagrado Corazón de Jesús pero en lugar de tener la cara de Cristo, había puesto en su lugar la de una vaca. ¡¿Pero de qué va esta gentuza blasfema?! ¿Qué se creen? Que se laven la boca antes de burlarse de nuestro Señor Jesucristo. Esto es el Estado laico o aconfesional en el que vivimos. Un Estado en el que «caben todas las religiones», menos la única religión verdadera. Un Estado que llaman plural y tolerante pero en el que solo se blasfema e insulta a nuestro Creador. Una sociedad, en definitiva, que quiere matar a Cristo. ¿Para esto van dirigidos nuestros impuestos?, ¿para que chusma siniestra blasfeme con total impunidad? Esta sociedad, desde luego, ha perdido el norte, son de los mismos que tirotearon en 1936 el monumento al Sagrado Corazón de Jesús: el mismo perro con distinto collar. Pero que sepan que lo llevan claro: todos aquellos que se mofan del Sagrado Corazón de Jesús nos tendrán enfrente y en el día que mueran, como no se arrepientan, les espera un porvenir muy oscuro. El Sagrado Corazón de Jesús reinará en España y con más veneración que en otras partes y esto es lo que les duele. No penséis que es casualidad que se mofen del Sagrado Corazón, al mismo que nos consagramos como nación en 1919. Lo hacen porque le temen y quieren que el pueblo tome como burla a nuestros símbolos. Pero no, esta es nuestra bandera: la bandera del Sagrado Corazón de Jesús que todo católico debe portar y a la que defenderemos con todas las consecuencias. Que se rían de Mahoma, de la Agenda 2030 o de cualquier necio a los que aplauden y rinden pleitesía por 30 monedas de plata. ¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío! Os deseo un feliz 2025, que sea un año lleno de fe, rosarios y de servicio a Cristo, a María y a España. ¡Abajo las ideología y que viva Cristo Rey! Vamos a hacer lo que se tendría que hacer en todas las parroquias de España: rezar como reparación.

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ORACIÓN DE REPARACIÓN POR BLASFEMIA EN RTVE

DURACIÓN 1:39 MINUTOS


Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios María santísima.
Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

Si la inteligencia artificial suprime la historia, la realidad y la poesía






Gracias a la inteligencia artificial se ha abolido la realidad y se ha sustituido la creatividad. Si no lo crees, escucha estas dos historias.

- Érase una vez la fotografía que documentaba la realidad. No se puede negar la verdad, ahí está la foto que da fe de la verdad. Pero un buen día un fotógrafo neoyorquino, Philip Toledano, encargó un milagro a la inteligencia artificial. Hizo realizar fabulosas pruebas de cámara para un festival titulado Estamos en guerra, en Deauville, Normandía, en el que Robert Capa, el famoso fotógrafo, documentó el día D, el día del legendario desembarco en Normandía. Todo parecía real, las imágenes, los rostros, los telegramas. Y en cambio nada era cierto, todo era resultado de una reconstrucción ficticia de situaciones y materiales. Puro ilusionismo, el trabajo de escribir en el smartphone, con el apoyo de la IA, o más bien de la prestidigitación, como hacen los magos y prestidigitadores. 

Toledano anuncia: la idea de la fotografía como verdad se pierde para siempre. Novedad absoluta o regreso a la época anterior a la fotografía, cuando el relato, la representación pictórica, mítica, el testimonio oral transmitido debían acreditar un acontecimiento, sin certificación irrefutable. Estamos ante el surrealismo histórico, afirma el fotógrafo creativo. A partir de ahora las imágenes ya no darán testimonio de la realidad de las cosas, son maleables. Por otro lado, son tristemente conocidas las manipulaciones que se producen en la web, en las redes sociales, de rostros y cuerpos, muchas veces de menores, que se utilizan en falsas escenas eróticas.

La tarea de vigilancia de la policía postal también se vuelve difícil, porque las imágenes pasan de mano en mano y pueden modificarse, distorsionarse en el camino, hasta perder las huellas que las identifican.

Pero volviendo a las fotografías falsamente históricas: otro golpe letal a la memoria histórica, a la verdad de los hechos. Como ya sucedió en los regímenes totalitarios (Stalin hizo desaparecer de las fotografías a figuras del régimen deshonradas y eliminadas físicamente) o como sucede en las manipulaciones actuales de los servicios secretos y la desinformación cinematográfica y televisiva, hoy cualquiera puede manipular la realidad histórica y mezclar acontecimientos reales con falsificaciones. Al fotógrafo le emociona esta posibilidad de borrar la realidad o modificarla a su gusto. Se puede revertir la realidad, dice Toledano, adentrarse en lugares inaccesibles, ver cosas que nadie ha visto jamás y nunca podría haber visto. "La Inteligencia Artificial es increíblemente flexible, puede ser como un sueño o un poema". Sí, hermosa, pero la realidad no lo es, ni siquiera la verdad. ¿Deberíamos alegrarnos porque la realidad se está borrando?

- Hablando de poesía, la Inteligencia Artificial también logra simular la inspiración lírica, el genio poético. La revista Scientific Report ha publicado una investigación realizada por un equipo de investigadores del Universo de Pittsburgh: un repertorio mixto de cinco poemas escritos por grandes poetas, desde Shakespeare en adelante, fue sometido a una amplia muestra de 1600 personas escritas por ChatGpt. El objetivo era demostrar que los lectores no notan la diferencia, no saben distinguir lo real de lo falso. Y, por supuesto, el experimento tuvo éxito. Pero el engaño es doble. No sólo el declarado de versos escritos por el poeta y versos escritos por la IA. Pero el verdadero engaño es la falsa creatividad de la máquina: ChatGpt genera textos a través de algoritmos que ensamblan canciones a partir de un inmenso almacén de datos. Se pescan versos en el mare magnum del universo poético, no hay inspiración creativa. Operación matemática carente de inteligencia, montaje de alta precisión tecnológica, no inspirada en una vena lírica y creativa. No hay ningún poeta conmovido detrás de esos versos, aunque no se puede descartar que puedan producir emoción y emoción en quien los lee.

Hemos contado dos historias paralelas o quizás convergentes, en las que sucede una cosa y se producen tres consecuencias. La premisa es que se pierden los límites entre lo verdadero y lo falso, entre lo auténtico y lo falso, entre lo real y lo inventado. El usuario ya no sabe distinguir entre ambas áreas, todo queda a merced de la Inteligencia Artificial. 

Las consecuencias resultantes son de tres tipos:

La primera: la realidad, la historia, los hechos pueden ser sustituidos. 

El segundo: la creatividad, la inspiración poética, el genio, pueden ser reemplazados. 

La tercera: el hombre, como la historia y la poesía, es superfluo, puede ser sustituido. 

¿Deberíamos alegrarnos o preocuparnos por todo esto, celebrar o asustarnos, exaltarnos o deprimirnos? ¿Es esto un progreso para la humanidad o una catástrofe?

Permítanme considerarlo instintivamente; a primera vista parece más una derrota que un logro, más un fracaso que un progreso. 

Luego me recompongo, dejo a un lado el espíritu apocalíptico y trato de pensar. 

La Inteligencia Artificial es preciosa en muchos campos, a veces nos hace vivir mejor, amplía nuestras posibilidades de vida y de conocimiento

Sin embargo, bajo tres condiciones: 

La primera es que podemos distinguir lo verdadero de lo falso, la poesía de las cartas del tarot, el poeta del robot; es decir, que todavía existen medios para separar unos de otros hasta el punto de hacerlos reconocibles. 

La segunda es que el poder de la tecnología puede contrarrestarse con conocimiento crítico, inteligencia a escala humana, una cultura capaz de compensar el crecimiento de la IA y el hombre puede orientar, filtrar, gobernar y dirigir la tecnología sin ser directo al respecto. 

La tercera es que la expansión de la IA artificial puede detenerse cuando se vuelve perturbadora y peligrosa para la humanidad y el mundo. Que el hombre monte el tigre si no quiere ser arrastrado y finalmente arrollado.

sábado, 28 de diciembre de 2024

Quienes niegan que Jesús existió «no niegan a Jesús, niegan la historia»: el caso de Michel Onfray



Michel Onfray (n. 1959), un filósofo francés que se define como materialista y ateo y defensor de una ética hedonista, y con varias obras publicadas en español, acaba de publicar en Francia un libro titulado La teoría de Jesús. Biografía de una idea, donde sostiene que Jesucristo no existió.

Marco Fasol, precisamente un estudioso de las fuentes históricas del cristianismo y de reliquias como la Sábana Santa, autor de Jesús de Nazaret: ¿una historia verdadera? Los Evangelios a la luz de la ciencia, le ha respondido en el mensual católico de apologética Il Timone:

Onfray no niega a Jesús, sino la historia

Hace poco se ha publicado un libro de Michel Onfray, ensayista francés, titulado La teoría de Jesús. Biografía de una idea, quien en su anterior Tratado de ateología (2005) dejaba claros sus prejuicios y su mordaz resentimiento anticlerical.


La teoría de Jesús es una improbable exhumación de hipótesis mitológicas que tienen un par de siglos de antigüedad. La frase inicial es emblemática: "Creí en Dios y en Jesús mientras creí en Papá Noel". Es realmente increíble que en el siglo XXI todavía haya quien se burle de los lectores haciendo pasar su ignorancia de las fuentes históricas por una emancipación de los cuentos infantiles.

Sólo él, después de dos mil años de cristianismo, habría logrado "descubrir" que "Jesús es una criatura ideal, que existe única y exclusivamente en el mundo de las ideas" (pág. 23). Porque "no hay nada qué hacer: desde hace dos mil años no hay ninguna prueba de la existencia histórica de Jesús" (pág. 37). Luego, reconociendo haber exagerado, concede benévolamente: "¡Toda esa evidencia fue inventada o por Helena, madre del emperador Constantino, o por quienes seguían a esa pareja infernal!" (pág. 41).

Evidentemente, el autor cree que sus lectores no saben que los Evangelios se escribieron tres siglos antes de Constantino, y luego continúa con paradojas risibles como la de "Judas ahorcado por Jesús" (pág. 193), partiendo de la tesis básica de que Jesús "es simplemente un concepto, un personaje conceptual" (pág. 148).

Ahora bien, este libro es una clara demostración de cómo la ideología, los prejuicios y el resentimiento deforman la realidad histórica manipulando, tergiversando o simplemente ignorando los documentos objetivos.

Pruebas filológicas

La ciencia histórica no puede basarse en la acritud y los prejuicios anticlericales, sino que debe hacerlo en las fuentes históricas. Examinemos pues brevemente las fuentes históricas sobre Jesús.

'Últimas noticias de Jesús' (Espasa) de José María Zavala aborda diversas pruebas históricas y arqueológicas que demuestran la historicidad de Jesucristo y del relato evangélico. Un buen antídoto a las ignorancias o falsedades de Onfray.

Cualquiera que tenga algún conocimiento de los manuscritos antiguos sabe que los textos de los cuatro Evangelios canónicos y de todo el Nuevo Testamento son miles (5.000 manuscritos griegos y 8.000 latinos), que a menudo son muy antiguos y coinciden en lo esencial, aunque, por supuesto, no faltan los errores de copia, que, sin embargo, nunca afectan al contenido esencial.

»Los Evangelios son, con mucho, el texto más documentado de la Antigüedad en cuanto a número y antigüedad de manuscritos. Pensemos que, por el contrario, de César o Platón sólo tenemos una docena de manuscritos antiguos, de Tácito sólo un par y, por ende, defectuosos.


Cualquiera que conozca los textos originales de los Evangelios -escritos en griego- sabe que el léxico y la morfología sintáctica revelan una inconfundible matriz hebrea y aramea, las lenguas habladas por Jesús en su predicación. Se trata, pues, de textos cuyos autores escucharon directamente la predicación aramea de Jesús. Todos ellos fueron escritos en el siglo I, es decir, pocas décadas después de la muerte de Jesús. Han conservado algunas decenas de palabras arameas (abbà, amen, talita kumi, effatá, hosanna) y conservan la sintaxis propia del hebreo o del arameo más de un centenar de paralelismos antitéticos, varias decenas de paralelismos sinónimos, un centenar de pasivas teológicas (la creación originalísima de Jesús), repeticiones frecuentes que ayudan a la memoria, según una técnica tradicional propia del judaísmo y ajena al griego.Un origen tardío o mitológico de los Evangelios es insostenible en el plano filológico.

Criterio de concatenación

Evidentemente, el "lumbrera" de Onfray se cuida de no informar de estos rastros arameos incontrovertibles que refutan su ideología. Y también se cuida de no comparar el número de manuscritos del Nuevo Testamento con el de los autores paganos.

Luego llegamos a la investigación histórica sobre el núcleo genético del Evangelio: el relato de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Onfray ignora por completo el criterio histórico objetivo de la explicación necesaria o la concatenación de los acontecimientos. Los historiadores de las últimas décadas han desarrollado este criterio, que resulta muy claro cuando se aplica a la "madre de todos los milagros" que es la resurrección de Jesucristo.

Este criterio puede formularse así: "Si, ante un conjunto de hechos que requieren una explicación coherente y suficiente, se ofrece una que ilumine y agrupe armónicamente todos esos elementos (que de otro modo seguirían siendo enigmas), entonces estamos en presencia de un dato (hecho, palabra) auténtico" (René Latourelle).

Un documental muy completo del sacerdote Álvaro García de Movellán sobre la autenticidad de los Evangelios.

El historiador debe partir de una certeza histórica derivada de todas las fuentes disponibles: Jesús murió en la cruz. Este acontecimiento está atestiguado por los 27 libros del Nuevo Testamento, por Flavio Josefo y Tácito, y por todos los primeros escritores cristianos.

Después de este espantoso suceso podemos comprender fácilmente el desconcierto psicológico y teológico de los discípulos en la tarde del Viernes Santo. No entendían por qué Dios había permitido esta muerte vergonzosa. Los discípulos se habían encerrado en el Cenáculo. No tenían recursos humanos para volver a levantarse. Con la sepultura del Maestro, habían quedado sepultadas también sus esperanzas. En este punto, un historiador objetivo puede recurrir a la prueba por reducción al absurdo, por analogía con la demostración de los teoremas matemáticos.

La prueba por reducción al absurdo

Por la vía de lo absurdo intentemos borrar la resurrección de Jesús de la historia; imaginemos por un momento que nunca ocurrió, que fue una invención de los discípulos. Examinemos lo que nos dicen las fuentes históricas sobre los acontecimientos posteriores. Todo el mundo -creyentes y no creyentes- reconocen que, al cabo de sólo tres días, los discípulos aparecieron radicalmente cambiados e iniciaron la mayor revolución ética y teológica de la historia. Es un vuelco inexplicable si se borrara el encuentro con el Resucitado. Anuncian a Jerusalén y al mundo entero que el crucificado, humillado, azotado y escarnecido es el único Dios verdadero.

Nótese que todos ellos eran judíos observantes, monoteístas de toda la vida. Nunca, jamás, habrían soñado con predicar la divinidad de un hombre a menos que tuvieran pruebas firmes, capaces de hacer añicos sus convicciones más profundas. Muchos de ellos murieron mártires para dar testimonio de ello.

Un cambio tan radical, del desconcierto del Viernes Santo a la proclamación entusiasta, sólo es históricamente comprensible si los discípulos vieron realmente algo extraordinario. Y todas las fuentes nos dicen que realmente se encontraron con Jesús resucitado, que les explicó el significado de su muerte y el valor ético de su victoria, no con la espada, sino con el amor y el perdón.

En conclusión, si un historiador suprimiera los encuentros del Resucitado con los discípulos, no sólo amputaría todos los documentos, sino que convertiría en absurdo e incomprensible el paso del Viernes Santo al Domingo de Resurrección. Corresponde al lector elegir entre la teoría del "mito de un Jesús conceptual" y la investigación de la ciencia histórica sobre los documentos y el criterio de concatenación de los acontecimientos.

Pedro Sánchez consolida el estado policial: crea la Aesia, un paso más hacia la censura bajo la excusa de regular la Inteligencia Artificial




El Gobierno de Pedro Sánchez continúa cimentando su trayectoria hacia un estado cada vez más controlador, policial y represivo. La creación de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (Aesia), que estará operativa en 2025, supone un nuevo y preocupante ataque a la libertad de expresión bajo el pretexto de la regulación tecnológica. Este organismo, cuya excusa es la de supervisar y sancionar el supuesto «mal uso» de la Inteligencia Artificial (IA), en realidad es una herramienta destinada a instaurar un sistema censor que limite aún más las voces disidentes en nuestro país.

Un marco sancionador disfrazado de regulación

La Aesia comenzará sus inspecciones en febrero de 2025 y, a partir de agosto del mismo año, tendrá plenas competencias sancionadoras. Con sede en A Coruña, este organismo dependerá del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, dirigido por Óscar López. Según la información facilitada por el Ejecutivo en el Congreso, contará con 80 empleados y un presupuesto inicial proporcionado por el Ministerio.

Aunque oficialmente, y como excusa para su implantación, su propósito es garantizar el desarrollo responsable de la IA, resulta evidente que su verdadera misión va mucho más allá. La Aesia, en lugar de limitarse a establecer criterios éticos para la tecnología, se convertirá en un brazo represivo para atacar cualquier noticia o contenido generado por IA que no se alinee con las narrativas del Gobierno

Censura al servicio de un estado policial

El despliegue de la Aesia no debe analizarse en un vacío. Se suma a un conjunto de medidas tomadas por el Ejecutivo de Sánchez que apuntan a su afán de controlar la información. Desde la Ley de Memoria Democrática hasta las restricciones en redes sociales, el Gobierno ha mostrado su predisposición a coartar la libertad de expresión bajo diferentes excusas.

En este caso, la Inteligencia Artificial se presenta como la bandera de una regulación necesaria, pero la historia nos enseña que estas iniciativas tienden a derivar en sistemas punitivos.

Las multas previstas para el «mal uso» de la IA no solo afectarán a grandes corporaciones, sino también a pequeñas empresas, pymes y startups, generando un clima de autocensura.

La estrategia del Estado policial

El control de las tecnologías emergentes es una táctica habitual de dictaduras y tiranías comunistas. Al centralizar la supervisión de la IA en un organismo estatal, Sánchez asegura que cualquier herramienta que pueda poner en evidencia las irregularidades de su Gobierno esté bajo su dominio. La posibilidad de que la Aesia censure noticias o investigaciones generadas por IA es alarmante, y más aún si consideramos el creciente uso de estas tecnologías en medios de comunicación independientes.

Según los datos proporcionados por el propio Gobierno, la Aesia no solo inspeccionará prácticas prohibidas de IA, sino que también tendrá potestad para sancionar, lo que incluye la capacidad de determinar qué contenidos cumplen o no con la normativa. Esto abre la puerta a un sistema en el que cualquier información contraria al Ejecutivo podría ser eliminada o castigada.

Un paso más hacia el control total

El nacimiento de la Aesia confirma la deriva dictatorial de Sánchez. Bajo el pretexto de proteger a los ciudadanos, el Gobierno se asegura de tener la capacidad de silenciar cualquier voz discordante. ¿Quién decidirá qué prácticas de IA son aceptables? ¿Cómo se garantizará que la supervisión no se convierta en censura? Estas preguntas quedan sin respuesta mientras el Ejecutivo sigue avanzando hacia un modelo de control absoluto.

Las sociedades y el estado de derecho no se consolidan permitiendo que los Gobiernos coarten las libertades individuales, sino garantizando un equilibrio entre regulación y derechos fundamentales. La creación de la Aesia, lejos de ser una medida para el desarrollo ético de la IA, es un nuevo capítulo en la construcción de un estado policial donde la libertad de expresión se encuentra cada vez más amenazada.

El Vaticano se «Luce» en un país multicolor: caricaturizar lo divino



¡Por dónde empezar con este desastre estilístico! A primera vista, esta mascota parece más adecuada para promocionar una línea de juguetes coleccionables que para representar la solemnidad de un Jubileo. Un evento que debería invitar a la reflexión espiritual, a la comunión con Dios y a la tradición, se ve empañado por una caricatura infantil que parece sacada de un videojuego móvil.

¿Dónde queda el respeto por la liturgia y la herencia religiosa? “Luce”, con sus ojos enormes y brillantes, su impermeable amarillo y su apariencia de dibujo animado, transmite cualquier cosa menos profundidad espiritual. Este intento de “modernizar” la imagen de la Iglesia demuestra un desconcertante alejamiento de sus raíces. ¿De verdad pensaron que un personaje estilo kawaii era la forma ideal de inspirar la peregrinación y el recogimiento?

Luce y sus amigos —Faith, Xin y Sky— son presentados como embajadores de los valores del Jubileo: esperanza, fe y resiliencia. Pero este cuarteto multicolor parece más un intento desesperado por acumular likes en Instagram que una invitación seria a la conversión. En lugar de elevar los corazones y las mentes hacia Dios, estas figuras parecen diseñadas para entretener, diluyendo el mensaje de la fe en el lenguaje vacío de la cultura pop.

Es inevitable preguntarse si quienes aprobaron esto entienden el peso histórico y teológico de un Jubileo. Convertir un evento de este calibre en un espectáculo marketinero trivializa su esencia. En lugar de animar a los fieles a profundizar en la fe, parece estar dirigido a ganar aplausos superficiales en convenciones de cómics o ferias comerciales.

La elección del diseñador, Simone Legno, conocido por su trabajo con marcas comerciales y su participación en iniciativas del «gay pride», solo añade leña al fuego. Aunque el Vaticano insiste en que Luce “resuena con los jóvenes”, uno no puede evitar preguntarse: ¿por qué no buscar un artista que entienda y respete profundamente la riqueza espiritual y la tradición de la Iglesia? ¿Por qué recurrir a un estilo más enfocado en vender camisetas que en inspirar conversiones?

Además, el detalle del rosario en colores del arcoíris, en el contexto actual, no es casual ni inocente. Aunque la Iglesia insiste en que representa la alianza con Dios, sabemos bien cómo este símbolo se ha cargado de significados que no siempre reflejan los valores del Evangelio. ¿Es ésta otra de esas “aperturas al diálogo” que, lejos de evangelizar, solo confunden?

Estamos ante una Iglesia de palabras huecas y altisonantes, que prefiere discursos llenos de “esperanza inclusiva”, “diálogo cultural” y “puentes con la modernidad”, mientras Cristo queda relegado a un segundo plano, si es que aparece. Se habla mucho de gilipolleces —como estas mascotas animadas— y muy poco de lo que realmente importa: la cruz, el sacrificio, el pecado, la redención.

Una Iglesia que no proclama a Cristo no tiene nada que ofrecer. Hablan de “esperanza” como si fuera un eslogan, pero olvidan que la esperanza cristiana está anclada en la resurrección, en la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte. ¿Dónde está ese mensaje? No está en Luce ni en sus amigos, ni en los discursos del Dicasterio para la Evangelización que parecen más salidos de una agencia de relaciones públicas que de un organismo apostólico.

Lo que verdaderamente necesitamos no son caricaturas ni estrategias vacías para “conectar con los jóvenes”. Necesitamos una Iglesia que confronte al mundo con la verdad, que se atreva a decir lo que incomoda y que rechace estas tonterías de moda que solo alejan a las almas de lo que realmente salva.

El problema no es solo Luce; es lo que ella representa. Este tipo de iniciativas son síntomas de una Iglesia que parece más interesada en adaptarse al mundo que en transformarlo con el poder del Evangelio. En su afán por “dialogar” con la cultura moderna, corre el riesgo de perder de vista su misión esencial: proclamar la verdad de Cristo, sin adornos ni diluciones.

El Jubileo no necesita estrategias de marketing vacías ni personajes infantiles para ser relevante. Necesita líderes que comprendan la importancia de la dignidad, la solemnidad y la tradición. Porque cuando la Iglesia renuncia a su carácter contracultural, deja de ser luz para el mundo y se convierte en una sombra más de su espíritu secular.

Si esto es lo mejor que pueden ofrecer para el Jubileo, entonces es un reflejo preocupante de nuestra desconexión con lo esencial. Lo que los jóvenes necesitan no es una mascota, sino una Iglesia valiente que les hable de la cruz, del sacrificio, del pecado y de la vida eterna. En lugar de distraernos con dibujos animados, pongamos nuestros ojos en Cristo. Porque al final del día, no será un personaje estilo kawaii quien nos salve, sino el Salvador mismo.

¿Queréis conectar con los jóvenes? Habladles del Evangelio. ¿Queréis inspirarlos? Mostradles el ejemplo de los santos. Porque en el camino hacia la eternidad, la esperanza que no decepciona no tiene forma de caricatura, sino de fe vivida con radicalidad y amor.

Aurora Buendía

¿Jesucristo Existió? | "Papa Benedicto Vive" | ¿Deseo Amar a Jesús? | Me Voy a Cielo o al Infierno?



Duración 14:37 minutos