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viernes, 7 de junio de 2019

Cardenal Kasper: el Papa aceptará sacerdotes casados si los obispos lo piden (Carlos Esteban)




El teólogo favorito del Papa, el cardenal alemán Walter Kasper, ha declarado que Francisco aceptará la ordenación de casados si los obispos se lo piden en el Sínodo de la Amazonía, al tiempo que da por zanjada la polémica sobre el sacerdocio femenino, informa Inés San Martín en Crux.

“Si los obispos acordaran en consentimiento mutuo ordenar a hombres casados -los llamados ‘viri probati’-, opino que el Papa lo aceptaría”, ha asegurado el cardenal alemán Walter Kasper, quizá el teólogo que más ha influido en el presente pontificado. Cosa muy distinta, asegura Kasper, es el asunto del diaconado femenino, que tantos han visto como puerta de atrás para la entrada de las mujeres en el sacerdocio. En este caso, dice Kasper, una innovación así rompería con “milenios de tradición”.

Que el Sínodo de la Amazonía no va tanto de las necesidades evangelizadoras de esta región sudamericana como de buscar el modo de introducir algunas de las innovaciones que interesan sobre todo a la Iglesia alemana es algo que se lleva insinuando desde que se convocó. Aquí el Rin, aunque muy inferior al Amazonas en caudal, lleva más agua.

“El celibato no es un dogma”, nos recuerda Kasper. “No es una práctica inalterable”. Y continúa en línea con lo que ya expresara el propio Santo Padre en una de sus ruedas de prensa en vuelo: “Personalmente, soy muy partidario de mantener el celibato como forma de vida obligatoria con un compromiso a la causa de Jesucristo, pero no excluye que hombres casados puedan ejercer un ministerio sacerdotal en situaciones especiales”. Las excepciones, ya saben, esos casos extremos, discernidos “uno a uno”, que, indefectiblemente, tienden a convertirse en la norma.

“Preferiría dar la vida a cambiar la ley del celibato”, dijo Francisco, citando a Pablo VI. “No estoy de acuerdo con permitir el celibato opcional”.

Pero luego vino el “pero”, esa adversativa que tiende a hacer trizas lo que se ha dicho antes. Y es que en seguida pasó a hablar de la posibilidad de que en lugares “muy, muy remotos” fuera necesario recurrir a hombres casados ordenados a tal efecto. Uno por uno. Discerniendo.

Carlos Esteban