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miércoles, 12 de marzo de 2025

«Cartas por el Valle» para salvarlo, por Jesús García-Conde Del Castillo



Entrevistamos al promotor de la iniciativa. Jesús García-Conde Del Castillo es economista, colaborador de Razón Española, Informa Radio, Periodista Digital, Distrito TV y El Toro TV. Conferenciante ocasional sobre Memoria Histórica.

¿Cómo se fue fraguando esta iniciativa Cartas por el Valle con objeto de salvar este bastión de la fe y de la cultura?

Un grupo de amigos llevábamos tiempo planteándonos qué podíamos hacer por el Valle De Los Caídos ante la situación de acoso por parte del gobierno (PSOE) y el abandono por la administración regional (PP). Habíamos pensado en algunas acciones tendentes a la concienciación de la gente. Y en eso vi un Tweet, post se llaman ahora, de Jürgen de (Terra Ignota) en el que daba las instrucciones para enviar una Carta al Papa para Salvar el Valle.

Añadimos a Getro, también de Terra Ignota y nos pusimos a hacer la iniciativa viral. Después, a Gasca se le ocurrió hacer un vídeo en el que personas conocidas por su cercanía con el Valle, animaran a escribir la Carta. Me puse con el texto y las llamadas a las personas que salen en el vídeo. Lanzamos el vídeo por redes y se hizo viral en muy poco tiempo. Nos han escrito desde muchos sitios. Yo mismo he enviado casi 500 cartas que la gente me ha ido firmando en la calle y es muy frecuente que me encuentre gente que me dice que ha enviado la carta por su cuenta.

¿Por qué es importante mandar cartas al Papa pidiendo que impida la expulsión de los monjes del Valle?


Estoy seguro de que si el Papa supiera el espíritu de unión con Dios que se respira en el Valle, la cantidad de jóvenes y mayores que vienen los fines de semana a recuperar el camino desviado y a aislarse de este mundo para tener un pedacito del otro, si compartiera un rato de los retiros de sacerdotes que tienen lugar en este centro y la cantidad de conversiones que aquí se dan, todo ello gracias al calor espiritual que le dan los monjes, él mismo vendría con los cardenales a hacer un retiro aquí.

Antes que Francisco otros papas Juan XXIII o Pío XII percibieron con claridad el abrazo de esas ‘alas protectoras de la Cruz del Valle’ en palabras de Juan XXIII que se da por la cruz de piedra de fuera y la cruz de palo de dentro. Es el mismo abrazo en el que se mantienen los españoles de uno y otro bando aquí enterrados.

¿Cuál es la principal misión de los monjes y qué trascendencia tiene?

Los monjes son los que están custodiando los restos de nuestros héroes y mártires, y de todos los españoles que están enterrados en el Valle de Los Caídos. Mantienen el culto en la Basílica. Rezan todos los días por la reconciliación de los españoles y porque se mantenga la ‘herencia católica de España y el respeto a su Santa Ley’. Son también los encargados de la Escolanía, que no es un conjunto musical cualquiera, por muchas que sean sus virtudes musicales. Es un grupo que reza cantando. Y eso solo tendrá sentido si se mantiene el culto en el Valle y esto lo hacen los monjes.

Igualmente es clave preservar la cruz, no solo la parte que sobresale en la montaña sino la que llega al altar…

Desde que salió la iniciativa hemos ido a muchos programas de radio y televisión a incidir precisamente en esto. No se trata de conservar la Cruz mas alta de la Cristiandad por su singularidad arquitectónica y para que forme parte del skyline de Madrid. Aunque la Cruz del Valle fuera una cruz de 1 metro, hecha de palo y sostenida con dos piedras, el Valle habría que conservarlo igual por lo que esa modestísima cruz tendría debajo. Lo importante de la cruz, es que corona una basílica asociada a un camposanto donde los españoles de uno y otro lado ‘mantienen eternamente el abrazo bajo la cruz, signo de reconciliación y símbolo de los cristianos’ como dice Elsa al final del vídeo. No nos olvidemos que el Valle fue proyectado para esto desde el mismo decreto de 1940 y luego el de 1957 que afirma que el Valle de los Caídos será el Monumento a todos los Caídos, sobre cuyo sacrificio triunfen los brazos pacificadores de la Cruz. Franco tenía un poder indiscutible en ese año y quiso, y lo dejó escrito que el Valle de los Caídos fuera un monumento a todos los caídos.

¿Qué repercusión espera que tengan estas cartas?


En este momento de fragilidad de salud del Papa, como mínimo esperamos que el Santo Padre sepa que se reza ante la imagen de la Virgen del Valle de los Caídos por su salud. Hace poco enseñamos en el programa de Josué Cárdenas la estampa de la Virgen del Valle que metemos en las cartas y de la misma manera en El Gato al Agua con Esparza compartimos la oración que esa estampa lleva escrita. A raíz de esta iniciativa, mucha gente nos ha escrito para agradecer el gesto de unirnos en oración por la salud del papa Francisco. No hay ninguna sorpresa, los que llevamos esta iniciativa somos católicos con un profundo sentido de la caridad y como tal sabemos que visitar, (y rezar) por los enfermos, y el Papa lo es ahora, es una obra de misericordia. Las cartas están llegando, sabemos que la Conferencia Episcopal ve con sorpresa, y yo espero que agrado, que el pueblo de Dios quiere proteger la gruta del Guadarrama en la que rezan y honran a unos héroes y unos beatos a cuyo sacrificio debemos la catolicidad de España, tan gravemente amenazada en la Guerra Civil.

Al mismo tiempo, por ese sentido de la caridad y de la misericordia honramos a los caídos que de buena voluntad cayeron en el bando de enfrente y están aquí enterrados esperando que se les abran las puertas del Cielo. Las cartas están moviendo a personas de fuera de España, nos han escrito de Italia, Polonia, Argentina…. – el Padre Ravasi aparece en el vídeo y yo mismo he participado en un programa argentino. La movilización a través de las cartas permite la participación de personas en todo el mundo y así está siendo.

¿Cuántas han podido mandar hasta ahora?

Yo mismo he podido mandar cerca de 500 que me ha firmado la gente por la calle pero hay muchas más. Hay personas que las mandan por su cuenta con el mismo texto que hay escrito en la web ( www.cartasporelvalle.es ) u otros.

¿Cómo se puede hacer llegar una carta en defensa del Valle a Roma?

Hemos puesto las instrucciones en la web www.cartasporelvalle.es y en mi cuenta de twitter @JGCDelCastillo, pero por si acaso aquí dejo la dirección:

Sua Santitá Francesco

Secretaría de Estado

Palazzo Apostólico Vaticano

00120 Cittá Del Vaticano

martes, 11 de marzo de 2025

Fallece D. Gil de la Pisa, tras una vida muy combativa y edificante. Pedimos oraciones por su alma. Por Javier Navascués



Acabo de recibir la triste noticia. Se nos va una persona muy cercana, que siempre nos apoyó, nos dio consejos y nos animó a seguir con entusiasmo.

Mientras la salud le acompañó prácticamente ningún día de su vida dejó de asistir a la Santa Misa. Hace muchos años que en Agnus Dei Prod tuvimos la oportunidad de conocerle y empezamos a dar a conocer sus conferencias en defensa de la cristiandad y denunciando la acción de la Sinagoga de Satanás.

Hace dos años quisimos hacerle un pequeño homenaje en vida repasando toda su trayectoria. Espero que el vídeo sea para su edificación y aprovechamiento espiritual.

He aquí una entrevista para comprender que lo más importante en la vida de un hombre es llenarse de Dios, vivir una vida cristiana plena, buscar la sana formación doctrinal, la vida de sacramentos, los santos Ejercicios Espirituales, etc…

Falleció el 8 de marzo de 2025, a los 96 años de edad.

sábado, 28 de octubre de 2023

Las cinco dubias al papa: un análisis en profundidad, por el Lic. Juan Carlos Monedero


Ha sido noticia reciente la respuesta del Papa Francisco a las 5 dubias de los cardenales. Estas dubias no son las mismas que quedaron sin responder en el año 2016, cuando el Papa recibió unas dubias en relación al documento Amoris Laetitia. Hemos consultado al Lic. Juan Carlos Monedero al respecto de los temas que están discutidos en estas dubias.

Primer tema de las dubias: “La Iglesia profundiza su doctrina”. ¿Cierto o no?

Totalmente cierto siempre y cuando se entienda lo que realmente se quiere decir. La Revelación es inmutable, es la Verdad Divina, Absoluta, intemporal y eterna. Por esas verdades vale la pena vivir y morir. No cambian ni pueden cambiar. La comprensión humana de esa Revelación, en cambio, participa de la naturaleza de todo acto humano, especialmente el acto de comprender. Y así como una persona comprende más cosas a medida que crece, que estudia, que madura, con la Iglesia ocurre lo mismo.


En ese sentido, es cierto que -como dice la respuesta del Papa Francisco- el juicio de la Iglesia va madurando. Siempre se puede explicitar más, siempre se puede mejorar la expresión de una verdad. En efecto, agregamos nosotros, la Iglesia es una realidad divino-humana. En tanto que humana, la Iglesia no escapa a la temporalidad y a las condiciones (y hasta limitaciones) propias de esa temporalidad. Justamente, en 2000 años de Iglesia, se ha ido acumulando un tesoro inagotable de profundización, un cuerpo intangible de verdades, un océano de conocimiento que aumenta con el paso del tiempo a medida que las distintas generaciones de personas van aportando su esfuerzo intelectual.

Por otro lado, habida cuenta de que la Verdad Infinita procede de la Mente Infinita de Dios (estamos parafraseando gustosamente a Pieper), la mente humana limitada nunca puede cruzar ese mar inabarcable que es el Intelecto Creador. Y, por tanto, necesariamente toda expresión de esa verdad es por su naturaleza perfectible.

Por eso no hay que confundir una mejor expresión de una verdad ya definitiva con la sustitución de una doctrina por otra. Ahora bien, para quienes fueron formados en el relativismo, la fenomenología o el modernismo teológico, esto que acabamos de decir es -lo digo con dolor- pura dinamita. Ellos probablemente entenderán que la Iglesia modifica sus verdades por otras. Por eso, considero que sólo puede entenderse rectamente esta respuesta si se parte de una filosofía aristotélico-tomista. De lo contrario, por mal camino vamos.

En este sentido, sobre muchos temas la Iglesia comprende más hoy que ayer o que en el siglo I. Esto, insisto, no debería escandalizar a nadie, si se entiende a derechas.

Profundizar la misma doctrina, esto es, comprenderla mejor, más acabadamente, ir aplicando la doctrina a cada vez más segmentos de la realidad, poder detallarla y desglosar sus consecuencias, es aquello que la Iglesia viene haciendo desde hace 2000 años. Lo más normal del mundo.

Ahora bien, hay que tener cuidado. Que no se nos venda gato por liebre. Porque también es cierto que hay ciertos teólogos que -bajo pretexto de “profundización”- lo que hacen es introducir doctrinas heterodoxas, heréticas o al menos heretizantes que contradicen aquellas que dicen profundizar.

Por ejemplo, hace varias décadas se intentó imponer el término transignificación para suplantar el vocablo Transubstanciación, so pretexto de que se estaba “profundizando” en el misterio de la Eucaristía. En realidad, no era así, pero se presentó como si lo fuera y muchos cayeron en la trampa.

¿La Iglesia puede enseñar hoy algo distinto a lo que enseñó ayer?

Decir “la Iglesia” sin un contexto puede resultar impreciso. La Iglesia tiene distintos niveles de magisterio. Si hablamos del magisterio ex cathedra, la respuesta es clara y contundente: NO. En efecto, no puede enseñar de manera infalible una cosa y tiempo después enseñar de manera infalible algo contradictorio.

En ese sentido -y especialmente atento a las desfiguraciones que ciertos protestantes realizan de nuestra doctrina- es bueno recordar que la infalibilidad no es un poder especial de los Papas. Es un atributo de Dios: sólo Dios es infalible. Lo que hace Dios es participar su infalibilidad a ciertas declaraciones del Papa. Por eso, el sujeto lógico sobre quien recae la infalibilidad no es la persona del Papa (por buena que sea) sino la declaración o palabras que se enseñan como vinculantes. Así lo podemos leer claramente en Pastor Aeternus, el documento emanado del Concilio Vaticano I. Se suele hablar de Pío XII como “La última declaración infalible de la Iglesia”, en torno al dogma de la Asunción de la Virgen. Pero -como he aprendido del Profesor Víctor Basterretche, argentino- veo todas las notas de infalibilidad en los párrafos del documento Evangelium Vitae de Juan Pablo II, condenando el aborto y la eutanasia.

Bien, quedó claro que la Iglesia no puede contradecirse si de sentencias infalibles se trata. Sin embargo, en niveles de Magisterio que no gozan de infalibilidad, es un hecho histórico que distintos órganos de la Iglesia, diferentes mandatarios o autoridades han enseñado o al menos expresado ideas distintas, contrarias y hasta contradictorias.

Constatar esto no debería conmover la fe de nadie. Hay quienes creen que esto contradice Mt. 16,18 (“Las puertas del Infierno no prevalecerán”) e infieren que, si la Iglesia se contradice, entonces el Averno prevaleció. No es así, mis queridos amigos. No tenemos nada que temer a la verdadera historia (la verdadera, no las Leyendas Negras) y no tenemos porqué ocultar ni mitigar lo que realmente pasó. Hay doctrina que explica esas contradicciones y discrepancias. En todo caso, hay que rectificar la interpretación de Mt. 16,18.

El Papa Francisco, en su respuesta a la dubia 1, menciona el caso de un Papa que autorizaba a los portugueses a esclavizar a sarracenos y paganos.


Tomemos este caso. Recién dijimos que no puede haber contradicción si hablamos de enseñanzas infalibles. Y que, si de magisterio no infalible se trata, históricamente no se ha enseñado lo mismo, siempre y en todos los puntos.

Voy a desarrollar esto, pero primero permíteme comentar aquello del Papa y los portugueses.

En la respuesta a la dubia 1, y en el marco del asunto de la profundización de la doctrina, el Papa Francisco habla de la bula del Papa Nicolás V en donde -como has dicho- este pontífice otorga “permiso” al Imperio Portugués para reducir a la esclavitud a sarracenos y paganos. Y Francisco pone esta bula como ejemplo de un progreso en la doctrina, como si antes la Iglesia veía con buenos ojos la esclavitud y ahora no.

Ahora ejerzamos el discernimiento. Esta bula no es una enseñanza magisterial, ni infalible ni falible. Es una autorización -con la cual podemos enérgicamente disentir- del Papa a un rey. No es un acto magisterial. Por tanto, no hay que confundir un acto de magisterio con una orden papal o un permiso del Papa.

Retome por favor el punto de que ha habido, históricamente, y en enseñanzas no infalibles, contradicciones y diferencias dentro de los mandatarios de la Iglesia.

Así es. Lo prueba el estudio de la historia: han surgido diferencias en relación a temas esenciales. Es uno de los dramas del católico actual, que representa -como diría Castellani- una auténtica crux intellectus. Sin ir más lejos, en el siglo XIX hubo clérigos liberales, a finales del XIX y principios del XX la Iglesia padeció eclesiásticos modernistas, hacia mitad del siglo XX a los progresistas y después del Concilio la infiltración marxista en la teología.

Entonces, es un hecho que hubo y hay eclesiásticos cuyas afirmaciones contradicen verdades de la Revelación y/o enseñanzas del Magisterio de la Iglesia.

Aquí también juegan un papel los gestos. Hace unos años el obispo Casaldáliga (ya fallecido) escribió un poema en homenaje al Che Guevara. Ciertamente, no lo ha hecho desde una instancia institucional. Pero la enorme mayoría de la gente no distingue eso. Y se produce el escándalo. Porque Casaldáliga está comunicando una doctrina implícita. A través de sus palabras, está empujando a sus fieles a que vean con buenos ojos tanto a este asesino como a la causa por la que él combatía: el Marxismo Internacional. Se trata de la misma ideología que acabó con la vida de 100 millones, sólo en el siglo XX. Es gravísimo.

¿Qué pasaría si alguna persona dentro de la Iglesia contradijera o enseñara algo distinto de su doctrina?

Como hemos visto, ya ha pasado. Cuando cardenales, obispos, teólogos, párrocos -e incluso papas- indujeron al error, afortunadamente la Divina Providencia dispuso de adecuados remedios. Ahí lo tienes a San Atanasio sosteniendo a capa y espada que Cristo es Dios, contra Arrio. Otro caso: Honorio I. Los papas posteriores al papa Honorio I lo declararon hereje, lo excomulgaron post mortem y durante siglos su nombre fue vituperado durante generaciones.

Honorio I, quien ofició de Papa durante 13 años, recibió la excomunión de nada menos que TRES concilios ecuménicos posteriores: Constantinopla 681, Segundo de Nicea 787 y Cuarto de Constantinopla 870. Honorio fue anatematizado por el Papa San León II. Son todos documentos públicos. Más aún, como aprendí de Mons. Schneider, por lo menos hasta el siglo XI los papas (cuando juraban como tales) reconocían como artífices de la herejía a varios personajes, ¡incluido al Papa Honorio! Honorio es mencionado como hereje hasta en breviarios del siglo XVIII y en lecciones de maitines del día 28 de junio (fiesta de San León II). Estos datos históricos nos permiten no sólo iluminar las objeciones del sedevacantismo sino prevenirnos contra cualquier infantilismo teológico.

Otro caso: hacia 1300, el Papa Juan XXII fue resistido por sus errores por una gran cantidad y calidad de católicos, como cuenta el brillante historiador Roberto de Mattei. Son algunos ejemplos. Hay muchos más.

La ley natural y sobrenatural habilitan a los fieles a resistir a quienes esparcen el error, ocupen los cargos que ocupen, y con todos los medios lícitos a su alcance. Incluso lo vemos en Hechos de los Apóstoles: Pablo enfrentando a Pedro “cara a cara” (Gálatas 2,11) cuando nuestro querido Cefas cede ante los judíos. Santo Tomás comenta esto (II-II, q. 33, art. 4, ad 2) y dice: «en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos». Los que se quedaron calladitos para no perder sus cargos no quedaron como ejemplo de virtud, al menos que yo sepa.

El segundo tema de las dubias gira en torno a la sexualidad. ¿Por qué no puede ser nunca lícito bendecir las uniones del mismo sexo?

Porque no se puede bendecir (lo cual implica invocar a Dios) algo que va contra lo que Dios pensó y quiso. Realizar una bendición sobre una unión que se da en torno a una conducta sexual objetivamente desordenada (más allá de las intenciones o de la subjetividad personal de los involucrados) es un sacrilegio. Es como tomar la Mano de Dios y usarla contra la obra de Dios. Otra vez tomo la imagen del Padre Castellani.


Como bien dice la respuesta a la dubia 2, las bendiciones no deben transmitir un concepto equivocado del matrimonio.

Sin embargo, la misma respuesta a la dubia 2 da a entender que la unión homosexual realiza de manera “parcial” o “análoga” el matrimonio. Lo cual es totalmente falso. Entiendo que, a causa de este tipo de respuestas, los cardenales hayan repreguntado al Papa, como lo hicieron.

¿Qué actitud debe tener la Iglesia ante estas uniones?

La actitud que tiene a partir de sus textos y doctrina magisteriales. Verdad y Caridad, caritas in veritate. Para aquellas personas que sufren esta condición, la Iglesia debe favorecer todas las instancias psicológicas que los ayuden a recuperarse. Es sabido que miles de personas que han tenido prácticas homosexuales pueden reorientar su conducta sexual hacia el sexo opuesto. E incluso formar familias. No es imposible. Hay una luz de esperanza y la Iglesia (por fidelidad a Cristo) debe señalar ese camino. Guante de seda, puño de hierro. Y ese puño de hierro debe aplicarlo la Iglesia con la ideología de género, formando comunicadores católicos, promoviendo a los ya existentes, difundirlos, editar sus libros, favorecer su actividad profesional, invitarlos a los colegios católicos, boicotear las leyes que manifiesten esta ideología, cuestionar a las empresas que la promueven. En definitiva, librar esta batalla metafísica entre el Bien y el mal. Con alegría y poesía, si me permites. Porque batirse por la verdad, en inferioridad absoluta de condiciones, y sin certeza de victoria es heroico… ¡qué emoción! Cualquiera lucha si tiene el éxito garantizado.

Vayamos a la dubia 3. ¿Qué es la sinodalidad y por qué no puede ser el criterio más alto de gobierno de la Iglesia?

Tengo entendido que el Sínodo es un organismo de consulta (o sea, un conjunto de personas) cuyo fin es favorecer la comunicación de los obispos de todo el mundo a fin de que las opiniones de todos ellos sean tenidas en cuenta por el Papa para gobernar la Iglesia.

En cuanto a la palabra “sinodalidad” (perdóname mi amigo), no existe.

Pero, hasta donde puedo interpretar, por sinodalidad se suele entender este carácter de deliberación, de intercambio de opiniones.

La ‘sinodalidad’ no puede ser el criterio más alto de gobierno porque, por definición, el Sínodo es un medio, no un fin. Y si fuese un fin, el Sínodo se agotaría en sí mismo. No tiene sentido intercambiar ideas y puntos de vista para intercambiar ideas y puntos de vista. Lo que da sentido al Sínodo es algo que, obviamente, va más allá del Sínodo. Un sínodo de la sinodalidad sería como tomar un teléfono, marcar un número, que del otro lado nos atienda Pedro y que comencemos a hablar con Pedro, por teléfono, de cómo hablamos por teléfono. Un delirio total y absoluto.

En la respuesta a la dubia 4, punto c), el Papa contesta con un texto particularmente difícil.



Sí. En el punto a), Francisco reconoce que Juan Pablo II cerró el asunto “de modo definitivo” (sic) sobre la ordenación sacerdotal para mujeres, negando que sea posible. Y en el punto c) leemos: “para ser rigurosos, reconozcamos que aún no se ha desarrollado exhaustivamente una doctrina clara y autoritativa acerca de la naturaleza exacta de una ‘declaración definitiva’”.

O sea, la respuesta del Papa se puede interpretar de esta forma: si es verdad que no sabemos qué significa una declaración definitiva, sostener que el asunto de la ordenación a las mujeres está definitivamente cerrado carece de sentido.

Me imagino que el buen lector pueda sentir que este tipo de respuestas -llena de oraciones subordinadas que lo confunden- le produce cierto malestar en su cabeza.. Pero créame que haré el esfuerzo para ayudarle a comprender.

Primero: la respuesta a la dubia 4 pretende neutralizar el poder de lo dicho por Juan Pablo II. O sea, donde el papa polaco da un portazo, el papa argentino desliza que no hay una doctrina clara de lo que es un portazo.

Segundo: si fuese verdad que no hay doctrina exhaustiva de una declaración definitiva, entonces cabe preguntarse lo siguiente. Esta afirmación del Papa de que no hay doctrina exhaustiva de una declaración definitiva, ¿es, a su vez, definitiva? ¿Es exhaustiva? Si lo es, incurre en contradicción. Por tanto, la lógica nos lleva a decir que no. Esto que dice el Papa no puede ser definitivo ni exhaustivo.

Conclusión: Francisco está cortando la rama del árbol que a él mismo lo sostiene. Y, al intentar desactivar los conceptos de Juan Pablo II, desactiva también los propios. De nuevo: se entiende porqué los cardenales repreguntaron.

¿Por qué las mujeres nunca podrán recibir el orden sacerdotal?

Cristo no ordenó mujeres, ordenó varones, y esto en razón de que cada uno tiene una misión distinta. La mujer se identifica con el misterio de la Iglesia de manera diferente al varón. Por su misma condición de mujer, es la imagen más acabada de la Iglesia como Esposa de Cristo. Si bien Cristo no incorporó a las mujeres al Sacerdocio, las incorporó a su predicación, como en el caso de María Magdalena.

En otro orden de cosas, dado que el periodismo todo lo confunde, parece mentira pero debemos explicar esta obviedad: la Iglesia sólo puede ordenar varones y no mujeres pero esto no es un poder supremo que “los hombres” tienen. Es un poder que tiene la Iglesia, que tiene Cristo. Y además, no sólo es un poder, es también una responsabilidad, que lleva consigo deberes, ¡exigencias!


El mundo mundano tiene tanta ignorancia y desinformación… está tan CIEGO que considera que ser sacerdote es vivir a cuerpo de rey, o pasar la vida en Disneylandia. Y por puro igualitarismo, pide para la mujer el mismo cambalache. No, señores. SER SACERDOTE debe ser trazar la propia vida como un Guerrero de Cristo, en disputa permanente contra las Potencias Infernales, desatando pecados en la confesión y levantando en Alto a Cristo cada día en la Eucaristía. Dispuestos a morir por la fe y por llevar sotana.

¿Cuáles son las condiciones para hacer una buena confesión? ¿Por qué nunca puede ser posible para un sacerdote absolver a un fiel sin arrepentimiento?

Como enseña la Iglesia, una buena confesión requiere: 1) Examen de conciencia; 2) Arrepentimiento y propósito de enmienda; 3) Confesión propiamente dicha y 4) Penitencia.

Es importante cada uno de estos puntos. Hay que tomarse un tiempo para contrastar la propia conducta y pensamientos. A mí me han recomendado confrontarla con los Diez Mandamientos, con las 7 virtudes, con las virtudes derivadas, etc. El arrepentimiento implica que nos decimos: “si pudiera volver el tiempo atrás, no haría lo mismo”. Asimismo, es importante reparar –en la medida de lo posible- el daño que se ha realizado al prójimo. Luego, hay que comentar todo lo que se recuerde al sacerdote. Y finalmente, aunque no es parte del Sacramento porque se realiza después de recibirlo, debemos cumplir con la penitencia que se nos impone.

Lamentablemente, hoy circulan ciertos párrocos que -a caballo de pseudos teólogos- desvirtúan este sacramento al no hablar o no hablar suficientemente del arrepentimiento. Como respuesta a este tipo de espiritualidad light, es lógico que los sacerdotes fieles estén interesados en enfatizar la necesidad del arrepentimiento. Esto no significa que se crean “dueños” del sacramento ni que transformen la confesión en una “aduana”, expresiones a mi juicio desafortunadas que están contenidas en la respuesta a la dubia 5. Este celo por el sacramento es consecuencia del amor a Cristo y a los hombres de estos buenos sacerdotes, que no quieren favorecer el mal a través de un bien. Lo cual es muy bueno.

Si bien la respuesta a la dubia 5 ratifica lo que todos ya sabemos (la necesidad del arrepentimiento), introduce otros tópicos y evita la forma tradicional de contestación a la dubia: sí-no.

Estos son los 5 temas principales acerca de los cuales los cardenales Burke, Sarah, Sandoval, Brandmüller y Zen preguntaron al Papa Francisco.

Entrevista por Javier Navascués

viernes, 8 de septiembre de 2023

«El proceso sinodal: Una caja de Pandora», José Antonio Ureta y Julio Loredo de Izcue




Por Javier Navascués


José Antonio Ureta

José Antonio Ureta. Español, nacido en Chile, con estudios incompletos de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Santiago, militante de la TFP en varios países (Chile, Brasil, Canadá, África del Sur y Francia), presidente de la asociación francesa Avenir de la Culture, columnista de la revista Catolicismo (Brasil), animador de programas radiales semanales y de un canal de YouTube de la iniciativa “Credo Chile” y autor de "El cambio de paradigma del Papa Francisco: ¿Continuidad o ruptura en la misión de la Iglesia?" (AQUÍ).


Julio Loredo de Izcue

Junto con Julio Loredo de Izcue ha escrito el libro "El proceso sinodal: Una caja de Pandora". Un libro cuyo prefacio ha sido escrito por S. E. el cardenal Raymond Leo Burke. En esta entrevista analiza algunos de los aspectos fundamentales del libro.[ES] El proceso sinodal – Una caja de Pandora.pdf (synod2023.info) (AQUÍ).

¿Qué es un sínodo y qué importancia tiene en la Iglesia?

Durante varios siglos, el término “sínodo” ha designado las reuniones del clero de una diócesis para tratar asuntos eclesiales relacionados con el bien espiritual de la comunidad diocesana (Código de Derecho Canónico 1917, c. 356; Código de 1983, c. 460). También designaba las reuniones de los obispos de una región o de un país, que en el código actual son llamadas Concilios particulares (c. 439-446), para diferenciarlas de los concilios ecuménicos que reúnen los obispos del mundo entero.

Esas reuniones eran tradicionalmente esporádicas. Pero el Papa Paulo VI introdujo después del Concilio Vaticano II una novedad: con el motu proprio Apostolica Sollicitudo, estableció el Sínodo de Obispos como un órgano eclesiástico central (aunque externo a la Curia romana), representativo de todo el episcopado católico y de carácter permanente, pero cuya función se ejerce de manera ocasional (en general, las asambleas ordinarias son cada tres o cuatro años).

Otra novedad consistió en que Paulo VI amplió los objetivos de esas reuniones episcopales de carácter consultivo. Hasta entonces, los objetivos de los sínodos diocesanos o regionales eran apenas pastorales y disciplinarios, por lo que las cuestiones de fe y las cuestiones disciplinarias que sobrepasaban el nivel diocesano o regional estaban fuera de su competencia. Pero, Apostolica sollicitudo incluyó como uno de los objetivos del Sínodo de los Obispos “facilitar la concordia de opiniones, por lo menos en cuanto a los puntos fundamentales de la doctrina y en cuanto a al modo de proceder en la vida de la Iglesia”.

La importancia de los sínodos se desprende de lo dicho por el gran canonista y posteriormente papa Benedicto XIV, en su obra magistral De Synodo diocesana, quien resume en estas sencillas palabras sus objetivos: depravata corrigantur; ignorantes instrumentales; regulae morum formentur; sínodo provincial decreta publicentur, es decir, “corregir los abusos, educar a los ignorantes, promover las buenas costumbres y poner en práctica las decisiones de los concilios generales o provinciales”.


¿Por qué éste trata precisamente sobre la sinodalidad?

Porque el papa Francisco, por medio de la Constitución Apostólica Episcopalis communio, alteró el Sínodo de los Obispos para involucrar a todos los fieles, articulándolo en tres etapas: una fase de consultación al Pueblo de Dios; una fase celebrativa, o sea la reunión de los obispos en asamblea; y una fase de implementación, en la que las conclusiones de la Asamblea, aprobadas por el Papa, deben ser acogidas por toda la Iglesia. Se trata, según el Pontífice, de “caminar juntos, laicos, pastores, Obispo de Roma”, superando el “clericalismo” y la imagen de una Iglesia “rígidamente dividida entre dirigentes y subalternos, entre los que enseñan y los que tienen que aprender”.

Etimológicamente, syn-hodos significa caminar juntos y, para Francisco, esa es una dimensión constitutiva de la Iglesia. O, como escribió la Comisión Teológica Internacional, un nuevo modus vivendi et operandi de la Iglesia, en el cual se toman las decisiones basándolas en la voz viva del Pueblo de Dios para coger lo que el Espíritu quiere decir a la Iglesia hoy. La premisa de la sinodalidad, siempre según el Papa, es que, por el sentido sobrenatural de la fe (sensus fidei), todo el Pueblo de Dios no puede equivocarse, ya que es infalible in credendo y que, además, tiene “olfato” para encontrar los caminos que el Señor abre a su Iglesia. O sea, vox populi, vox Dei…

¿Por qué no interesa realmente a la gente este sínodo?

Es verdad que casi nadie está realmente interesado. Las razones las dio el propio Papa Francisco, el sábado pasado, en un encuentro con un grupo de periodistas que fue a entregarle un premio, a los que les pidió ayuda: “Soy muy consciente de que hablar de un ‘Sínodo sobre la sinodalidad’ puede parecer algo abstruso, autorreferencial, excesivamente técnico y de poco interés para el gran público”.

Pero sin embargo hay mucho en juego, pues usted y Loredo han descrito este proceso sinodal como una caja de Pandora…

Sí, porque esa “escucha” de toda la comunidad implica, de un lado, en una reformulación de la autoridad dentro de la Iglesia y, de otro lado, en un cuestionamiento de muchas enseñanzas tradicionales e inclusive de algunos dogmas.

¿Por qué dice usted que la sinodalidad acarrearía una reformulación de la autoridad en la Iglesia?

Según el Documento de Trabajo del Sínodo, habría que cambiar las estructuras de la Iglesia en tres planos: en su estilo ordinario de vivir y de actuar, en el plano de las estructuras y de los procesos eclesiales y en el plano de los procesos y eventos sinodales. Esa reforma sería necesaria porque en la estructura jerárquica actual hacen falta procesos comunitarios de escucha y de discernimiento que reconozcan la corresponsabilidad de todos los bautizados. En el futuro, las conferencias episcopales deberían incluir en sus reuniones representantes del clero y del laicado y los consejos diocesanos y parroquiales deberían tener un rol deliberativo y no apenas consultivo. Como justificación, la Comisión Teológica Internacional afirma que es necesario distinguir entre la elaboración de una decisión (decisión-making), que debería ser comunitaria, y la toma de decisiones (decisión-taking) que correspondería a la autoridad. Pero, según el Cardenal Coccopalmerio, ni siquiera el papa debería decidir algo contra la opinión mayoritaria, hasta que no se alcance un consenso.

¿Qué peligro tendría una democratización de la Iglesia?

Sería crear una nueva secta protestante que dejaría de ser la Iglesia de Cristo, cuya estructura visible es jerárquica y se basa en el sacramento del Orden sagrado, el cual confiere a los que lo reciben no sólo el poder de santificar, a través de la administración de los sacramentos, sino también un poder jurisdiccional de enseñar y de gobernar. Sobre todo los Obispos, como pastores, poseen sobre su rebaño un poder ordinario, propio e inmediato, incluido el poder legislativo, que deben ejercer de manera personal y exclusiva sin que se les sea permitido legislar junto con otras personas, organismos o asambleas diocesanas.

¿Qué es el Synodaler Weg alemán y qué influencia puede tener en el Sínodo?

El Camino sinodal alemán fue una impostura. El Episcopado y la Federación de Laicos alemanes inventaron la fórmula del “camino” para no someterse a las reglas estrictas que el Código de Derecho Canónico establece para los concilios regionales, asociando en pie de igualdad a la Conferencia de Obispos de Alemania y al Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), que obtuvo la corresponsabilidad en el desarrollo y resultado del proceso sinodal. La asamblea sinodal, que era el órgano supremo que tomó todas las decisiones, estaba compuesta, por una mayoría de 122 laicos (entre ellos una mayoría de 70 mujeres), frente a sólo 105 clérigos (de los cuales 69 obispos, 32 sacerdotes y 4 diáconos). Además, dos tercios de los laicos del ZdK son delegados de asociaciones católicas y constituyen una especie de nomenklatura de apparatchiks de organizaciones activistas de orientación progresista que no representan para nada a los católicos comunes “de misa de domingo”.

Con ese formato impostor, el Synodaler Weg tomó (con el apoyo mayoritario de los obispos presentes) varias decisiones aberrantes y que se oponen diametralmente a la doctrina católica, como son la futura creación de consejos sinodales permanentes a todos los niveles, la bendición de uniones homosexuales y de divorciados vueltos a casar, la ordenación de personas transexuales, la predicación por laicos y el reexamen del celibato obligatorio y del diaconado femenino.

Realmente sería muy peligroso abrir las puertas a la ordenación sacerdotal de mujeres…

Con la carta apostólica Ordinatio sacerdotalis, S.S. Juan Pablo II declaró de modo solemne que la Iglesia no tiene la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres y que esta doctrina debe ser considerada como definitiva por todos los fieles. La nota de acompañamiento especifica que dicha materia no es meramente disciplinar ni es libremente disputable, sino que exige siempre el asentimiento pleno e incondicional de los fieles.

Admitir mujeres al diaconado implicaría en un golpe mortal a la doctrina sacramental católica, porque Pío XII reiteró, en la carta apostólica Sacramentum Ordinis que “el sacramento del Orden … es uno y el mismo para toda la Iglesia”, comportando tres grados (diaconado, sacerdocio y episcopado). Por eso, la materia del sacramento, que es la imposición de las manos, es la misma para cada grado, cambiando solamente la forma, o sea las palabras proferidas por el ministro, que especifican la gracia ministerial conferida. En consecuencia, si se admitiesen mujeres al diaconado, se debería imperativamente admitirlas también al sacerdocio y al episcopado, como hicieron los anglicanos.

Y también preocupa la inclusión de los homosexuales, pues no se les invita precisamente a vivir la castidad…

El Instrumentum laboris del próximo Sínodo convida a una “inclusión radical” de los que hoy se encuentran “marginalizados” y cita en particular los divorciados vueltos a casar por el civil, los polígamos y los que se definen por la etiqueta LGBTQ+. La idea de fondo es que la exclusión hace sufrir y como Dios es amor sólo puede querer que todos sean incluidos. “Todos, todos, todos”, como insistió Francisco en Lisboa.

Según el Cardenal McElroy esa inclusión radical debe abrir el acceso a la Sagrada Comunión no sólo a los divorciados vueltos a casar (como ya fue autorizado en el capítulo VIII de Amoris laetitia) sino también a las personas homosexuales, porque la Iglesia no puede discriminar entre aquellos que viven castamente y los que están unidos civilmente y practican regularmente actos sexuales contra la naturaleza. Para el obispo de San Diego hacer esa distinción introduciría una división en la comunidad homosexual, lo que aparentemente sería el mal supremo…

Una tal “inclusión radical” sin necesidad de arrepentimiento y propósito de enmienda, en relación a una situación objetiva y permanente de pecado, tornaría superfluo el sacramento de la reconciliación y equivaldría a negar la omnipotencia de la gracia divina para redimir al pecador y santificarlo. Sería como decirle al pecador que para él no hay remedio.

Lo más grave sería autorizar ceremonias de bendición de uniones extra-matrimoniales, aunque no fueran asimilables a una ceremonia de casamiento, porque correspondería a “decir bien” del pecado y atraer la ira de Dios, que no es relativista y dice en la profecía de Sofonías (1, 12) que castigará “a los hombres que se sientan en sus heces y dicen: ‘El Señor no hace nada, ni bien ni mal’”.

¿En qué medida pueden abrirse las puertas a la destrucción de la familia?

Como bien dicen las “Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales”, firmada por el Cardenal Ratzinger cuando todavía era Prefecto de la entonces Congregación para la Doctrina de la fe, ninguna ideología puede cancelar del espíritu humano la certeza de que el matrimonio en realidad existe únicamente entre dos personas de sexo opuesto, prioritariamente para colaborar con Dios en la generación y educación de nuevas vidas. Por eso, mientras el matrimonio es santo, las relaciones homosexuales, irremisiblemente estériles, están condenadas en las Sagradas Escrituras como “graves depravaciones”.

De allí se deduce que la conciencia moral debe desenmascarar el uso ideológico que se hace hoy de la tolerancia de las relaciones homosexuales y recordar a la sociedad que no se debe exponer “a las nuevas generaciones a una concepción errónea de la sexualidad y del matrimonio, que las dejaría indefensas y contribuiría, además, a la difusión del fenómeno mismo”. Si la legalización de las uniones homosexuales tiende a desvalorizar la institución matrimonial, ¡cuánto más destructor sería que tales uniones fuesen sacrílegamente benditas por ministros de Dios!

¿Cuáles son las principales perplejidades a las que nos vamos a ver sometidos?

La mayor perplejidad acaba de ser expuesta por Mons. Strickland, obispo de Tyler (Texas) en una carta pública a su rebaño. Consiste en el riesgo de que pasemos a ser considerados “cismáticos” los que nos oponemos a que sean puestas en jaque verdades básicas de nuestra fe, como son que la Iglesia Católica es la única verdadera, que es un sacrilegio recibir indignamente la Eucaristía, que toda actividad sexual fuera del casamiento es un pecado grave, que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, que rechazar la identidad biológica implica negar que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y que es falso y peligroso decir o insinuar que todos se salvan independientemente de la vida que llevaron. En realidad, añadió Mons. Strickland, “aquellos que proponen cambios a lo que no se puede cambiar buscan apoderarse de la Iglesia de Cristo y, de hecho, son los verdaderos cismáticos”.

¿Cómo se puede reaccionar contra el Synodaler Weg alemán y contra el rumbo que puede tomar el Sínodo sobre la sinodalidad?

Primero, hay que informarse de lo que está pasando y acompañar al Cuerpo de Cristo en esta repetición de su Pasión, cargando su cruz como nuevos Cireneos. En segundo lugar, hay que conocer más profundamente la fe para poder reconocer la voz del divino Pastor y no seguir el vocerío de los ladrones y salteadores extraños que no entran en el redil por la puerta. Finalmente, hay que resistir cualquier intento de cambiar la doctrina de la Iglesia o la disciplina multisecular que se desprende de ella. Aunque, por algún tiempo, nos convirtamos en “forasteros en la casa de nuestra madre”, como lamenta el Salmista, en cuyo caso debemos permanecer dentro, resistiendo a las tentaciones de apostasía, de sedevacantismo o de indiferencia. Como dice El proceso sinodal: Una caja de Pandora en su conclusión, “es precisamente ahora cuando la Santa Iglesia necesita hijos amorosos e intrépidos que la defiendan de sus enemigos, externos e internos. ¡Dios nos pedirá cuentas!”.

jueves, 22 de junio de 2023

TRANSMITIR LA VERDADERA HISTORIA DE ESPAÑA A LOS JÓVENES



Llevamos décadas observando una corrupta instrucción escolar a nuestros jóvenes que obedece a una imposición ideológica internacional de hacer que los niños no conozcan nuestra historia patria tal y como fue. 

Los héroes de España son tomados como intransigentes o dictadores, cuando fueron los españoles más sobresalientes de su época. Urge levantar colegios verdaderamente católicos, alejados de toda inmundicia liberal y comunista o democrática parlamentaria, de toda ideología moderna afrancesada y norteamericanizada, y formar en el recto orden de la virtud a los niños, tal y como hicieron un San José de Calasanz, un San Juan Bosco o un San Juan Bautista de la Salle y tantos y tantos verdaderos reformadores sociales y culturales. 

Si queremos que España permanezca hemos de alejar a nuestros hijos de toda perversión repugnante de las nuevas ideologías del averno que se están introduciendo sibilinamente en los colegios, y que bajo capa de solidaridad, respeto, inclusión, etc. están llevando a nuestros jóvenes al más desastroso desenlace.

DURACIÓN 28:11 MINUTOS

sábado, 24 de septiembre de 2022

El evolucionismo es indemostrable. (por Javier Navascués)


El evolucionismo es una hipótesis científica que no se ha podido demostrar nunca, aunque como tampoco se ha podido demostrar lo contrario, se quiere presentar como un dogma que nadie debiera poder en duda, cuando en realidad es algo totalmente inconsistente.

Juan Carlos Monedero

Juan Carlos Monedero, licenciado en Filosofía por la Universidad del norte Santo Tomás de Aquino, aborda el tema con la máxima seriedad y rigor posible.

Hablando de teorías científicas y del evolucionismo, ¿existe una única postura sobre qué sería la ciencia y, por tanto, sobre las características del conocimiento científico?

En realidad, no. Son temas que se discuten en el marco de la Filosofía de la Ciencia y la Epistemología. Las propiedades que debe tener un conocimiento para ser tenido por “científico” se discuten. Para los positivistas o neopositivistas, un enunciado es científico si es analizable empíricamente. Para otros (Popper), un enunciado es científico cuando es posible imaginar algún hecho real que pueda refutarlo. Por eso Popper habla de la falsación: un hecho es científico si puede ser falsado, si se lo puede desmentir con alguna prueba. Para la tradición clásica (Aristóteles-Santo Tomás), toda vez que hay conocimiento por las causas, hay ciencia. Conocemos por las causas cuando conocemos por qué algo es como es, y por qué no puede ser de otra manera. Finalmente, para otros la condición de la ciencia es otorgar una explicación naturalista (sin Dios). La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos sostuvo, en su momento, que la característica más básica de la ciencia es la “dependencia de explicaciones naturalistas”, en oposición a “medios sobrenaturales inaccesibles al entendimiento humano”1.

De entrada esto plantea inconvenientes. Porque los conceptos sobre qué es la ciencia van a influir de manera directa en cómo se juzgue la teoría evolucionista, de manera tal que ésta será o no ciencia según el parámetro que se tome. Súmale a esto que, a partir de los años 30’ del siglo XX, en el mundo académico actual viene ganando terreno la postura según la cual todo paradigma científico es provisional dado que el conocimiento científico está sujeto a permanente revisión. En efecto, se está abandonando la calificación de “verdadera” para las afirmaciones y se la sustituye por términos tales como: probable, confirmada, corroborada, verosímil, etc.

Ahora bien, dada la naturaleza diacrónica de la ciencia, lo que hoy se “desconfirma” mañana podría –ante nuevos datos– confirmarse y viceversa. Y esto se admite en todas las cátedras de Historia de la Ciencia, Epistemología: hubo teorías que alguna vez fueron consideradas verdaderas, pero que hoy se sabe que son falsas. Sin embargo, esta prudencia encuentra una excepción. ¡Y el evolucionismo es una de ellas!

La explicación que Darwin propuso como teoría científica posteriormente fue utilizado como bandera por las ideologías materialistas. ¿Cuál es la corriente dominante en el tema?

Darwin no usó la palabra “evolución” sino “transformación” (de ahí que su teoría fue llamada “transformismo”). Lamarck, medio siglo antes de la publicación de El origen de las Especies, había sostenido una hipótesis semejante. Luego la posteridad aplica el término Evolución y ahí quedó.

Si bien es cierto, como dices, que la explicación que Darwin propuso fue utilizada como bandera por el materialismo, no es ocioso aclarar que la teoría darwinista originaria (siglo XIX) no es idéntica a la que se propone actualmente. Hoy en día, la corriente predominante es el neodarwinismo (también llamada Síntesis Moderna) y toma muchos elementos de la teoría de Darwin y le agrega otros. El neodarwinismo es un tipo particular dentro de las varias teorías de la evolución existentes.

Descontando a Lamarck, podemos distinguir dentro de “las” teorías de la evolución (así, en plural) varias ideas: darwinista (la primera), neo-darwinista o teoría sintética de la Evolución (formulación actual de la teoría) y las escuelas no darwinistas (equilibrio puntuado, neutralismo, estructuralismo, simbiotismo, auto organización).

En el seno del establishment científico, estas corrientes protagonizan feroces luchas intestinas. Todas aspiran a quedarse con el trofeo: constituirse en el mecanismo de la evolución. Pero ninguna puede asegurar cómo ocurrió la evolución.

El neodarwinismo entrelaza hipótesis científicas, observaciones y filosofía. En conjunto, es ateo hasta los huesos. Y es la explicación dominante en los institutos: la evolución es un proceso que comienza con el Big Bang, así surge el universo, luego surge la Tierra, luego la vida y finalmente la vida humana. Dios no existe o, si existe, no interviene. El azar es el motor de la evolución. El mundo no viene del Logos sino del Caos.

Esto es lo que se enseña en innumerables colegios e instituciones educativas, y con todo el prestigio de la ciencia. Así, la teoría de la evolución se presenta como absolutamente corroborada, y nos venden el buzón de que “sólo falta explicar detalles” (detalles como el mecanismo, nada menos). Se forma en ateísmo bajo pretexto científico. Y todo es muy confuso porque hay algunas afirmaciones de los evolucionistas que son verdaderas o que, al menos, son legítimas como hipótesis científicas. Pero, junto con eso, te meten el ateísmo cientificista.

Necesitas de un buen bisturí para escarbar y de buena cabeza para discriminar. Los cambios de especie, sea por selección artificial o “natural”, están ampliamente acreditados. Ya sabemos –y hace tiempo– que, cuando el hollín industrial oscureció los árboles que las protegían de las aves depredadoras, las polillas británicas que se ennegrecieron para confundirse con el medio. Sí, cambiaron. Ya sabemos que los picos de los pinzones aumentaron de tamaño para proveer una mejor alimentación (la famosa observación de Darwin). Es sabido que ciertos virus, como el que causa el VIH, alteran su capa externa a fin de eludir el sistema inmunológico del hombre. Los criadores de ganado cruzan las crías de ciertos animales para obtener distintas variedades de plantas y diferentes razas (por ejemplo, perros y vacas). Es ampliamente conocido que las moscas de la fruta pueden ser alteradas en un laboratorio bajo la dirección de la mente humana. Nada de esto es controversial. Nadie discute eso. Ahora, que la acumulación de millones de esos cambios produzca un GRAN cambio… eso es otra cosa. Pero eso se impone a los niños, adolescentes y adultos como dogma, a pesar de que nadie jamás ha visto cambiar una especie. Se los condiciona para que no puedan aceptar otra opinión. Hay una estafa al público lego.

A este fraude de la opinión pública se prestan, gustosos, los MMCC. Desde las páginas web, diarios, etc., se difunden noticias de supuestas confirmaciones de la teoría de la evolución, cuando (en muchos casos) no son más que ejemplos de microevolución: cambios dentro de la misma especie. Son los ejemplos mencionados. Pero esto sería “evolución” con minúscula. En realidad, el término ‘evolución’ es engañoso. La Evolución (con mayúscula) o macroevolución debería corresponderse con una variación ascendente, caracterizada por una mayor información genética, un cambio de una especie en otra distinta. Es esta última la que pretende sostener la teoría, pero hasta hoy no ha sido confirmada ni en la naturaleza ni en el laboratorio. Por otro lado, la microevolución (que es evidente) tiene lugar dentro de los organismos. Supone las especies ya existentes, no las origina. Pero el libro de Darwin se tituló “El origen de las especies” y pretendía explicar justamente eso. ¿Me hago entender?

¿Por qué cree que este tema interesa a los cristianos en general y a los católicos en particular?

Porque –como bien ha dicho el sacerdote católico oriental Carlos Baliña, argentino– el evolucionismo pone en cuestión la Quinta Vía para conocer a Dios. Los evolucionistas han conseguido que discutamos su teoría, y así queda oscurecido el acceso a las verdades implícitas que se siguen de una correcta reflexión de la estructura y el diseño de los seres biológicos. El evolucionismo nos distrae de lo importante: Romanos 1, 20. Allí leemos que los “atributos invisibles” de Dios –su “poder eterno y su divinidad”– “se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras”. Pero en las academias no estudiamos las estructuras de los órganos de los seres vivos con afán de llegar a su Causa. Dilucidamos mecanismos y somos programados en el funcionalismo. Sin embargo, es apasionante estudiar la célula que, como han demostrado Küppers y Maynard-Smith, es un sistema informático pleno. Nos queda mucho por aprender y, desde la teoría de la información, esto es posible. Porque el universo es logos, verbo. Cada vez más dejo de tener fe en Jn. 1,1. Y esto no lo digo por incredulidad sino porque –cada vez más– veo (permítame subrayar este vocablo con toda la fuerza de que soy capaz) que el mundo sólo puede ser palabra porque, antes de él, Dios es Palabra.

La evolución, tal como se enseña, es una poderosa arma de secularización, de forma tal que sus consecuencias provocan el ateísmo o al menos el deísmo. Pero sería grandioso poder enfocarnos en la belleza de las estructuras de la naturaleza, y descubrir que ese diseño abrumador nos remite a pensar en un Diseñador Inteligente y Creativo. “El Poeta”, como lo llamó Gerardo Diego.

¿Cuál es el argumento contra el evolucionismo que le parece más interesante?

Uno de los que más me gustan trata sobre “los mecanismos de complejidad irreductible”. Para entenderlo, déjame refrescar algunas ideas. El evolucionismo plantea que las distintas especies que vemos en la actualidad están, en realidad, todas conectadas por innumerables eslabones intermedios.

Por tanto, existirían numerosísimas formas intermedias (hipotéticas) de transición de multitud de órganos de seres vivos, con sus especies.

Pero no sólo ocurre que esos eslabones intermedios no aparecen (como mínimo, el Archaeopteryx, tenido en su momento por “una contundente prueba de la evolución”, no puede ser definitivamente tomado como ancestro directo de las aves2). Hay otros problemas. Cuando nos preguntamos cómo pudieron estos seres vivir, cómo pudieron funcionar sus órganos, también encontramos dificultades. Por ejemplo, si el reptil es el antecesor del ave, deberían existir miles, quizás millones, de fósiles de reptiles semi aves, aves semi reptiles, etc. Ahora bien, ¿de qué sirve la pata del reptil cuando se está transformando, camino a ser el ala de un ave? Ya no es plenamente una pata y no sirve para reptar. Pero tampoco es todavía plenamente un ala, y por tanto no sirve para volar. Salvo que introduzcamos alguna explicación no confirmada, es innegable que los órganos de aquellos seres vivos serían inviables. Por tanto, en la cruel lucha por la supervivencia darwinista, su probabilidad de sobrevivir y dejar descendencia sería mucho menor.

Pensemos en el corazón: cualquier pequeña falla causaría la muerte de la criatura. ¿Cómo va a haber evolucionado eso? ¿qué valor tiene un órgano de esta complejidad cuando está a medio construir o al 20%? Los órganos incompletos o no funcionales son un lastre para su portador. Los intermedios no sirven para nada.

Cuidado: no estoy diciendo que un órgano tiene que ser inviable “porque no conocemos cómo funciona”. Dado que tenemos que inferir el pasado por medio del presente, y puesto que en el presente una pata, un ala y un corazón son estructuras compuestas de muchas partes, son los evolucionistas quienes deben explicar cómo surgieron de una manera distinta a como se ve hoy. No nosotros. La carga de la prueba la tienen ellos. Se ha subvertido tanto el pensamiento, que ahora es uno el que debe explicar esto. Ellos nunca tienen que dar explicaciones.

Otro argumento que me encanta, por su contundencia, es el matemático. Hasta el mismo Richard Dawkins ha debido reconocer la enorme improbabilidad de que el ADN se forme por casualidad. Haciendo uso de las estadísticas, es posible demoler una teoría que declara al azar cósmico como el origen de lo complejo.

El evolucionismo nunca ha sido demostrado empíricamente, pero ha podido subsistir al no poder ser demostrado lo contrario…

Stephen William Hawking

Es que, como enseñó el fallecido Raúl Leguizamón (Dios lo tenga en su gloria por todo el bien que hizo), el evolucionismo fue –a lo sumo– una hipótesis científica “a confirmar”. Nos gustara o no, no era algo evidente porque nadie podía ver mutar una especie. Hoy sin embargo se impone como evidente. ¿Cómo es posible? Porque es evidente la microevolución, o sea, el cambio de especie (y si eso es evidente, entonces –nos dicen– el evolucionismo es válido).

Richard Dawkins ha dicho que quien no crea en la evolución es un ignorante, un estúpido, está loco (o es malvado. ¡Que cada quien se coloque donde su autoestima se lo indique! Pero más allá de esto, es evidente que buena parte de la propaganda pro evolucionista apela al sentido del honor de las personas, llevándolas a que se dobleguen ante una teoría por las consecuencias sociales que importa negarla y no por el peso propio de la evidencia.

Por eso, siempre hay que aclarar. Se ha demostrado que las especies cambian. Pero que una especie inferior sea el antecesor de una especie posterior, y que millones de cambios a lo largo de millones de cambios se acumulen y produzcan “un gran cambio” por la sola fuerza del azar… eso es Evolucionismo y eso no está demostrado. Más aún, casi casi te diría que está refutado.

Es fundamental diferenciar los hechos observables de las interpretaciones sobre hechos. Aquí, al contrario, se entrelaza un hecho con una interpretación. Y se los identifica de tal manera que al observador le es psicológicamente imposible distinguir el uno del otro. Hay muchas víctimas aquí. Por eso, la mayoría son incapaces de formular otras explicaciones alternativas a la evolucionista. La semejanza entre las especies sólo pueden verla como “prueba” de un ancestro común y no se les ocurre que podría ser indicio de un diseño común. No lo ven.

En efecto, el evolucionista no puede salir de esta idea: Sabemos que organismos cercanos comparten características similares, por esto podemos establecer relaciones genealógicas entre los humanos y por eso existen las pruebas de paternidad”. Para ellos, características similares –entendidas como aquellas que se heredan y son homólogas– evidencian parentesco entre los seres vivos.

No advierten una cosa: que haya organismos que compartan características similares no quiere decir que sean organismos cercanos. La semejanza establece, a lo sumo, la condición de posibilidad del parentesco. Pero no se puede inferir de manera necesaria el parentesco a partir de la semejanza (sería una falacia del consecuente).

De hecho, por ejemplo, pensemos en los marsupiales australianos: muchos de ellos son semejantes a los mamíferos europeos pero –según la misma teoría evolutiva– no son organismos cercanos3. Otro ejemplo típico es el ojo del pulpo, similar estructuralmente al ojo humano. ¿Quiere decir eso que somos organismos cercanos?

Los estudiantes deben distinguir –y los profesores deben enseñarles– entre una teoría científica y un hecho observable.

Los evolucionistas llaman “homología” a estas semejanzas, si entienden que ellas son indicativas de un parentesco. Pero lo cierto es que lo que para un evolucionista es una homología, para otro no. Cuando hay similitudes y les interesa decir que los animales están emparentados, la denominan “homología”. Cuando hay similitudes pero no les interesa decir que tales animales están emparentados, la etiquetan como “homoplasia”.

Las homologías supuestamente probaban que las ballenas habían evolucionado desde los mesoniquios4. Pero ahora ya no creen eso. Ahora dicen que, por supuestos parecidos filogenéticos entre estos seres vivos, las ballenas vienen de los artiodáctilos. Lo que antes se llamaba “homología” hoy es una “homoplasia”. ¿Qué tal, eh? ¿De qué sirve el estudio de las homologías con las supuestamente se pretende demostrar la evolución? Pues no sirve de nada.

Fíjate: el ojo del pulpo, al igual que el ojo humano, tiene lente, retina, iris, nervio óptico y músculos para rotar el ojo y controlar el iris. Pero como la relación entre ellos y nosotros “es muy lejana”, los evolucionistas le llaman homoplasia (y no homología)Esto lo aprendí de un colaborador anónimo (Zyn) que si mal no recuerdo vive en España, espero que le llegue esta entrevista y mi reconocimiento.

Otro ejemplo: la ecolocación. Se sabe que los murciélagos y los delfines usan este sistema. Los evolucionistas dirán que no es una “homología” sino una “homoplasia” dado que, morfológicamente, estos animales son muy distintos. En base a la morfología, son organismos lejanos. Sin embargo, en base a los estudios genéticos, son organismos cercanos5. ¿Qué son? ¿Cercanos o lejanos? Si entramos en la noticia, leemos:

Un nuevo análisis sugiere que muchos genes evolucionaron en paralelo en murciélagos y delfines, ya que cada uno desarrolló la notable capacidad de ecolocalización.

(…)

Estos resultados implican que la evolución molecular convergente está mucho más extendida de lo que se creía anteriormente’, dice el filogenético molecular Frédéric Delsuc del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de la Universidad de Montpellier en Francia, que no participó en el estudio”.

O sea, a veces se ordenan las especies según su forma externa. Y otras veces según la genética. Cuando el criterio genético se ajusta a los modelos, se aplica. Cuando no se ajusta, se aplica otro criterio. ¿Esto es ecuánime, es científico? Y no se quiere sacar las conclusiones al respecto.

Hay estudios que expresan que, a nivel del ojo, compartimos casi el 70% de genes con los pulpos. Leemos: “In spite of the evolutionary divergence between octopuses and humans, 69.3% of the genes examined (729 of the 1052 genes) were commonly expressed in the camera eyes of human and octopus. Moreover, comparison of octopus-eye ESTs with genes in the human connective tissue indicates that the similarity of gene expression between human and octopus eyes should be remarkable”6. Traducción: “A pesar de la divergencia evolutiva entre pulpos y humanos, el 69,3% de los genes examinados (729 de los 1052 genes) se expresaron comúnmente en los ojos de cámara de humanos y pulpos. Además, la comparación de tecnologías ecológicamente racionales de ojo de pulpo con genes en el tejido conectivo humano indica que la similitud de la expresión génica entre ojos humanos y de pulpo debería ser notable”.

Razonemos: ¿Cuándo existió ese supuesto antecesor común entre los humanos y los pulpos? Debió existir hace mucho. Por lo menos, según la propia teoría, hace más de 500 millones de años. Ahora bien, pasó tanto tiempo (realmente mucho, ¿no es así?) y sin embargo… seguimos compartiendo un 69,3% de genes con los ojos de los pulpos. ¿Cómo es posible que continuemos compartiendo un 69,3% de los genes del ojo? ¿No se suponía que las mutaciones estaban ocurriendo siempre? ¿O es que, en este caso, han dejado de ocurrir y los genes se han conservado?

En definitiva, para los evolucionistas la evidencia da igual. Cuando no se hacían análisis genéticos, las semejanzas (homologías) servían para “probar” la evolución. Ya hace años se hacen estos análisis y, cuando aparecen datos difíciles de encajar en la teoría, se elige otro tipo de análisis o se reformula la teoría para acomodarla a la evidencia. Voluntarismo ideológico: la evolución es un punto de llegada, no un punto de partida.

De hecho el evolucionismo cuando se ve acorralado, se escurre de una manera muy sutil para no ser desenmascarado…

Sí. Esto es lo que intenté mostrar en “Neodarwinismo y Evolucionismo Cristiano. Fisuras e incongruencias”. La teoría se reformula para poder escapar a la evidencia hostil. Primero dijeron que la vida surgía de lo no-vivo. Cuando ya no podían sostenerlo más, zas, reformulan la teoría y ahora nos dicen que explica el cambio de la vida pero una vez que ya existe. Y entonces, la vida queda como un dato que está ahí. Pero antes habían dicho otra cosa y no se hacen cargo de que dijeron por todas partes, en todos los idiomas, y de manera propagandística lo contrario. Total, ¿la gente qué sabe?

Te doy más ejemplos. Primero dijeron que los cambios eran lentos y graduales (gradualismo). Cuando se les complicó sostener eso (el registro fósil no exhibía las formas intermedias, tenía agujeros, no había evidencia de desarrollo gradual, los seres vivos no registraban antecedentes), zas, aparece entonces una nueva reformulación de la teoría –que no obstante conserva el mismo nombre, porque con el nombre se lucra– y ahora nos venden que los cambios también pueden ocurrir de manera más rápida (saltacionismo).

Van acomodando las cosas para nunca reconocer que la teoría está refutada. Los ajustes de la teoría no son meras hipótesis ad-hoc, cuidado. Las ad-hoc son legítimas a condición de que pueda presentarse evidencia empírica capaz de corroborarlas, mediata o inmediatamente. En la historia de la ciencia, algunas hipótesis ad-hoc luego fueron confirmadas. La paralaje estelar es un caso típico.

La no confirmación de predicciones de una teoría no indica, necesariamente, la falsedad de la teoría. De ahí que, cuando los hechos no respaldan las teorías, los científicos no siempre abandonan la hipótesis (aunque a veces sí). En ocasiones, suelen añadir argumentos adicionales con el fin de salvar su programa de investigación.

Ahora bien, una hipótesis ad-hoc tiene que ser corroborada independientemente del caso puntual que la generó. Hay que testearla más allá del caso del evolucionismo. Eso sería lo lógico.

Por otro lado, una teoría puede tener mucha evidencia a favor y (si me permites la informalidad) alguna que otra hipótesis ad-hoc. Ahora bien, cuando tú te armas una teoría que tiene demasiadas ad-hoc… y encima, todas o casi todas imposibles de confirmar… Eso no huele a ciencia. Huele a que quieres mantener la afirmación evolucionista para no quedar mal, porque se te caería la cara de vergüenza si admitieras que hace más de un siglo vienes afirmando algo sin pruebas. Por eso, si bien la introducción de una hipótesis ad-hoc puede mejorar la teoría y volverla más compleja, mucho cuidado, también puede disfrazar una falsedad y retardar su abandono.

Los evolucionistas también acomodan las cosas en la presentación de las ideas. Por ejemplo, cuando dibujan sus cladogramas –“árboles evolutivos”–, los animales se ordenan por parecido morfológico. No se ordenan por tiempo de aparición o por lugar geográfico, porque ahí eso no interesa. Sin embargo, a la hora de otros argumentos, sí utilizan el criterio de orden cronológico o geográfico.

Otra forma de escabullirse es afirmar –dogmáticamente– la realidad de la evolución pero conceder que se desconoce los mecanismos. Lo cierto es que nadie puede asegurar cómo ocurrió la evolución… ¡Pero todos saben que tuvo lugar! Muy extraño. ¿Es posible –respecto de hechos que, si ocurrieron, no son evidentes– asegurar el qué si desconocen el cómo? Lo lógico sería que los evolucionistas indicasen, describan y testeen el mecanismo que habría usado la ciega naturaleza para producir los vivientes y su asombrosa arquitectura. Pero no hay consenso pacífico sobre cuál fue ese mecanismo. Hay una batalla campal entre entre neodarwinistas, neutralistas, estructuralistas, simbiotistas, etc.

Como ha dicho alguno7, el evolucionismo es más bien un anticonocimiento: se ignoran los mecanismos de transformación de las especies pero, sin embargo, se afirma categóricamente que la evolución ha tenido lugar. O sea, estamos ante una concepción pseudocientífica vacía pero que muchos sostienen… por fe. De ahí que graciosamente algún crítico haya hablado alguna vez de Fevolucionismo.

Una de las manifestaciones actuales es el llamado darwinismo social, tan relacionado con el capitalismo liberal…

La explicación de que “las especies luchan por la supervivencia, el más fuerte permanece ye estos son los que dejan descendencia” alivia la conciencia del capitalista. Al fin y al cabo, si una empresa lícita quiebra, si 2000 personas quedan en la calle, si se resienten esas miles de familias, si la educación y la salud de esos hijos se va al diablo… ¡bueno! No importa. Los más fuertes sobreviven. Así fue siempre… así surgieron las especies. ¿Por qué no va a ser así ahora en la faz actual de la sociedad?

Sin embargo el marxismo, basado en el materialismo dialéctico, también lo toma por bandera…

Sí, en los manuales de Biología de la URSS enseñaban el evolucionismo. Muchos ateos y materialistas del siglo XIX vieron la publicación de la obra de Charles Darwin como confirmación de su filosofía. Los fundadores del marxismo vieron con buenos ojos dichas publicaciones evolucionistas.

Esta teoría, nunca demostrada, donde sólo sobrevive el más fuerte y el débil desaparece da argumentos al liberalismo económico, una jungla en donde prevalece la ley del mercado y del más fuerte, sin una moral que la rija.

Por eso es tan letal. La gente cree que las ideas son simples palabras. No. Las ideas tienen consecuencias. Y la lógica tiene una fuerza demoledora.

¿Cómo se puede combatir hoy en día el evolucionismo tan opuesto a la idea de Dios y creación?

Difundiendo los argumentos contra el ateísmo cientificista. Fomentar la lectura de estos libros. Fomentar la difusión en las redes sociales. Financiando los libros y las conferencias de los que trabajan en el tema Hay que convertirse en agentes multiplicadores de la verdad. Permíteme citar al prologuista de mi libro, el Dr. Juan Manuel Torres. Mencioné antes a Raúl Leguizamón. También está el aporte del brillante abogado estadounidense cristiano, Phillip E. Johnson. No quiero omitir a otros compatriotas como Horacio Boló. También a extranjeros notables como Michael Behe, William Demsbki, Giusseppe Sermonti y Roberto Fondi. Hasta existen científicos que adhieren a alguna forma de la evolución pero cuestionan la idea de un origen gradual de los seres vivos. Por ejemplo, el español Máximo Sandín. Difundir sus críticas ayuda a dar a conocer la verdad.

¿Es peligroso defender un cierto tipo de evolucionismo desde la fe, en el sentido de que sea Dios el que haya guiado la evolución?

En “Neodarwinismo y Evolucionismo Cristiano” se plantea una conclusión que, a la luz de la evidencia disponible, entiendo que está justificada: no hay ninguna necesidad de plantear una conciliación con una teoría floja de papeles.

A veces, teólogos de formación modernista o progresista abandonan la interpretación literal del Génesis y se suben al tren del Evolucionismo. Pero también hay autores de profunda formación tomista que lo hacen. No sólo en el campo católico. En el campo protestante y/o evangélico, también existen diversos intentos de conciliación entre evolución y teísmo. Lo tienes ahí al genetista americano Francis Collins, quien fue director durante 9 años del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano de Estados Unidos.

Creo que hay una cuestión fundamental previa: la teoría evolucionista está atravesada de problemas. Si es así, y atento a que el conocimiento científico se revisita permanentemente, ¿por qué plantear una compatibilidad? Atentos a ello, el problema de si la doctrina católica se concilia con la Evolución no se resuelve. Se disuelve.

En otro orden de cosas, me produce particular irritación los que buscan la paja en el ojo de los creacionistas fundamentalistas mientras guardan un cómodo silencio ante el ateísmo cientificista evolucionista. Se meten con el chiquito y al grandote no lo combaten. Algunos le rinden pleitesía. O ceden ante las presiones de la Fundación Templeton y suspenden actividades académicas críticas del evolucionismo. Yo creo que lo más honorable es arremangarse y pelear.

La pregunta del millón: ¿es o no es falsa la conciliación?

Es una excelente pregunta. Mira: yo no afirmo la falsedad del evolucionismo cristiano y mucho menos la verdad del mismo. Te diré por qué. El planteo de compatibilidad entre evolución y creación (o teísmo) está atravesado por numerosas dificultades y debe ser descartado “por falta de mérito”, para usar un lenguaje judicial. El evolucionismo es una suerte de “anti conocimiento”, una antiteoría, un vacío que, aunque tienen la función de conocimiento, en realidad no comunica ninguno.

Si es verdad que cada vez que la teoría está a punto de colisionar con la evidencia, es reformulada para evitar su refutación, entonces estamos ante un fantasma. Reformulo tu pregunta: ¿es o no es falsa la conciliación con un fantasma? La teoría de la evolución no tiene una materia inteligible definida, por lo tanto no puede saberse con precisión lo que es. Y, por tanto, en estas circunstancias, ¿cómo determinar si es conciliable o no con otra doctrina?

¿Es o no es falsa la conciliación? Para responder Sí/No, la idea que se pretende conciliar debería tener consistencia. Y no la tiene. Por eso, mi tesis no es la “falsedad” de la compatibilidad. Yo digo otra cosa, y hasta peor. La conciliación es dialéctica, es humo, son juegos de palabras, es malabarismo verbal. Por eso, no tiene sentido procurar las causas o los mecanismos de algo que ni siquiera se sabe si ocurrió.

¿Podríamos decir que el transhumanismo es la última fase (al menos que conozcamos) de este evolucionismo radical, donde el hombre juega a ser Dios?

Caído de Dios, el hombre cae de sí mismo, enseña San Agustín. Y agrega Dostoievski: Si Dios no existe, todo está permitido. Una vez que el ser humano incorpora la visión evolucionista atea cientificista, desaparecen los límites morales en la ciencia. Queda desacralizado el cuerpo humano y entonces todo lo científicamente posible es moralmente lícito. Más aún: desaparece el concepto de licitud e ilicitud y prima la fuerza o la rentabilidad económica.

En ese sentido, el evolucionismo –con todo su potencial antiteísta– ha preparado el camino para el desencantamiento del mundo. En un mundo desencantado y despoetizado, el transhumanismo puede campear a sus anchas. Y, como cree que no hay Dios, el ser humano juega a ser dios “haciéndose a sí mismo” de nuevo: se mutila, se extirpa partes del cuerpo, se construye artificialmente como una máquina. Por eso no hay restauración posible si no hay un regreso a los orígenes, al Fundamento del Mundo. Las batallas culturales también son espirituales.

1Cfr. http://www.sedin.org/ID/Proceso_a_Darwin_02.html

2Cfr. https://www.infocatolica.com/blog/razones.php/1111261146-darwin-a-juicio-8-la-secuenci

3Cfr. https://www.youtube.com/watch?v=7BBtxlCRgTg&t=2220s

4Cfr. https://youtu.be/7BBtxlCRgTg?t=2496

5Cfr. https://www.nature.com/articles/nature.2013.13679

6Cfr. https://genome.cshlp.org/content/14/8/1555.full.pdf. Ver página 4: Similarity in Gene Expression of Human and Octopus Eyes

7Cfr. http://www.sedin.org/propesp/X0067_04.htm