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jueves, 13 de noviembre de 2025

Lanzan petición para que León XIV aparte a «Tucho» de la Doctrina de la Fe



El documento de Mater Populis Fidelis ha llegado como el primer balde de agua fría del pontificado de León XIV, sin embargo, la nota, heredada de Francisco y firmada por el Papa actual, representa una línea doctrinal que viene desde «Fiducias Suplicans».

Sin restar responsabilidad al Papa en ejercicio en el momento de publicación de los documentos, ya es evidente que hay una «mente maestra» tras la concepción y elaboración de estos documentos: el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Ya lo exponíamos en la nota: De Francisco a León XIV: Fernández y la continuidad de la agenda doctrinal.

Ahora, ha comenzado a circular una petición dirigida al Papa León XIV que pide que el cardenal Víctor Manuel Fernández sea reemplazado como prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, por considerar que su permanencia en el cargo “provoca confusión y división en la Iglesia”. El texto cuestiona la idoneidad doctrinal del cardenal y pide un cambio para proteger la fidelidad al Evangelio.
Una carta que expresa el malestar de muchos católicos

La carta comienza así:
“Querido Santo Padre: Con el respeto que le debo como hijo de la Iglesia, creo que debo manifestarle mi profunda preocupación por la continuidad del Cardenal Víctor Manuel Fernández al frente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.”
El documento cita directamente la reciente Nota Mater Populi fidelis, en la que el Dicasterio desaconseja el uso del título de Corredentora para referirse a la Santísima Virgen María.

El autor —en representación del sentir de muchos fieles— denuncia que ese texto “ha causado desconcierto y división”, y plantea una pregunta que ha resonado en el mundo católico:
“Con el argumento de que no hay que divinizar a María, se propone retirarle el título de corredentora. Pero, ¿quién está divinizando a María?”
El texto recuerda que hasta un niño de primera comunión entiende que la Virgen no está al nivel de Dios, y subraya el absurdo de los temores que inspiran la Nota:
“Desde que aprende a rezar, pide a la Virgen: ‘ruega por nosotros’, y le llama ‘abogada nuestra’ (no juez). ¿Por qué conviene ahora no llamarla corredentora?”
Un peligro de fondo: la negación del papel de María en la Redención

El documento advierte de un problema teológico más profundo: la tendencia —propia de la teología protestante— a negar la participación activa de los fieles en la obra redentora de Cristo.

Cita con precisión el texto de San Pablo a los Colosenses (1,24-26):
“Completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, en beneficio de su Cuerpo que es la Iglesia.”
Y recuerda la enseñanza del Papa Benedicto XV en 1918, quien afirmó que María “redimió al género humano juntamente con Cristo” (Carta Inter sodalicia). El contraste con el planteamiento del Dicasterio actual es, según la carta, flagrante:
“¿A quién hacemos más caso?”, pregunta, en alusión a la ruptura entre la tradición magisterial y las nuevas interpretaciones.
Un prefecto marcado por la confusión doctrinal

La petición también recuerda otros episodios de confusión atribuibles al cardenal Fernández, incluyendo su participación en la redacción de Amoris laetitia y de Fiducia supplicans, documentos que han abierto la puerta a interpretaciones ambiguas sobre la moral conyugal y la bendición de uniones irregulares.

El texto menciona además su libro Sáname con tu boca – El arte de besar, considerado inapropiado por su tono y contenido, y su relación con el entorno intelectual del padre Marko I. Rupnik, cuya obra ha sido asociada a un inquietante “misticismo erótico”.
“Mantener al cardenal Fernández en un puesto tan crucial no sólo pone en riesgo la confianza de los fieles, sino que provoca ambigüedad en la orientación doctrinal del magisterio”, advierte el autor de la carta.
El riesgo de una fe desfigurada
La petición al Papa León XIV concluye con una invocación al Espíritu Santo y una súplica a la Santísima Virgen “verdadera Madre y corredentora del género humano”.
Más allá de su tono piadoso, el texto refleja un clamor profundo dentro del pueblo católico: la preocupación por una Iglesia que, bajo el pretexto de “actualizar” el lenguaje doctrinal, pierde el sentido del misterio y de la Verdad revelada.

No se trata de una rebelión contra el Papa, sino de un llamado a la responsabilidad: una defensa del Magisterio frente a quienes, desde dentro, lo relativizan.

Y ese llamado apunta directamente a Roma: si el nuevo pontificado de León XIV desea restaurar la unidad y la claridad, deberá empezar por la cabeza del organismo encargado de custodiar la fe.

Lea la carta completa aquí:

sábado, 8 de noviembre de 2025

Comentario del Dr. Mark Miravalle, presidente del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici, respecto de la nota doctrinal del DDF Mater Populi Fidelis



Publicado el 5 de noviembre de este año en el sitio Mother Of All Peoples el comentario del Dr. Mark Miravalle, presidente del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici, y presidente de la Asociación Mariana Internacional, sobre el documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, “Mater Populi Fidelis, nota doctrinal sobre algunos títulos marianos referidos a la cooperación de María en la obra de la Salvación”. Traducción de Secretum Meum Mihi (con adaptaciones).


Nuevo Documento del Vaticano sobre María, Mater Populi Fidelis: 

Breve comentario

El 4 de Noviembre de 2025, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó el documento, Mater Populi Fidelis: Nota Doctrinal Sobre Algunos Títulos Marianos Referidos A La Cooperación De María en la Obra De La Salvación. Me gustaría plantear los siguientes puntos concernientes al documento los cuales creo llaman a un análisis y una clarificación más amplios dentro de un auténtico espíritu de respeto y diálogo. Coincidimos enfáticamente con el imperativo absoluto expresado en el documento de profesar, proteger y difundir la revelación Escriturística y Tradicional de la infinita primacía de Jesucristo como nuestro único Mediador y Redentor divino. Asimismo, buscamos reconocer debidamente la participación y cooperación humana, subordinada y sin paralelo, de la Inmaculada Virgen María, Madre de Jesucristo, en la obra histórica de la Redención.

1. Después de citar los numerosos usos del título Mariano “Corredentora” por parte de los papas y sus respectivos magisterios, que incluyen a San Pío X, Pío XI y siete veces por San Juan Pablo II (omitiendo la aprobación inicial del título de Corredentora por León XIII en 1885), así como la larga tradición de los títulos de Redentora y Corredentora, que se remonta a los siglos X y XV, el documento entonces concluye que el uso del título de Corredentora, sin embargo, “no sería apropiado” (n. 22). ¿Indica esto que estos usos papales del título de Corredentora fueron “inapropiados”, junto con los de San Pío de Pietrelcina, Santa Teresa de Calcuta, San Josemaría Escrivá, San John Henry Cardenal Newman, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, San Maximiliano Kolbe, Sor Lucía de Fátima, y el uso perenne y tradicional del título de Corredentora por otros santos, beatos, teólogos y místicos durante la mayor parte del último milenio? La doctrina de la corredención también fue claramente articulada por el Papa Benedicto XV en su documento de 1918, Inter Sodalicia, cuando afirmó: “…bien podemos decir que ella, con Cristo, redimió a la humanidad”. El Papa Benedicto XVI, durante su mensaje a los enfermos desde Fátima el 13 de Mayo de 2010, también habló de ser “redentores en el Redentor”. ¿Estos usos también deben ahora considerarse no apropiados?

Irónicamente, el 4 de Noviembre de 1984, hace cuarenta y un años del día de la publicación de este documento, San Juan Pablo II se refirió a la Virgen María como “María, la Corredentora”. Claramente, como miembros de la Iglesia, quisieramos ser respetuosos de tales usos por parte del Vicario de Cristo.

Una de las razones dadas en el documento para concluir que el título de Corredentora es inapropiado es la necesidad de “reexplicarlo” con frecuencia, lo que hace que no resulte “útil” al Pueblo de Dios (n. 22). Otros títulos marianos, como Inmaculada Concepción y Madre de Dios, también han requerido explicaciones y reexplicaciones constantes, pero estos títulos se mantienen, al igual que otros dogmas católicos como la Infalibilidad Papal, el Pecado Original y la Transubstanciación.


2. El Magisterio Pontificio ha enseñado consistentemente la doctrina del papel de María como “Mediadora de todas las gracias”, tanto en el título como en la explicación, durante los últimos cuatro siglos, comenzando con el Papa Benedicto XIV en el siglo XVIII (Gloriosae Domini, 1748) hasta el uso del título “Mediadora de las gracias” por el Papa León XIV el 15 de Agosto de 2025. Numerosas encíclicas papales enseñan autoritativamente que María es Mediadora de todas las gracias y ejerce un papel mediador secundario en la dispensación de las gracias redentivas. Por ejemplo, León XIII escribió: «[María], que estuvo tan íntimamente asociada al misterio de la salvación humana, está igualmente asociadada a la distribución de las gracias que para siempre fluirán de la redención… entre sus muchos títulos, …la Dispensadora de todos los dones celestiales” (Adjutricem populi, 1895, ASS, 28, 130-131). En formulaciones postconciliares, san Juan Pablo II se refiere a María como la “Mediadora de todas las gracias” en ocho ocasiones, junto con la referencia del Papa Benedicto XVI a “Mediatrix omnium gratiarum” (11 de Febrero de 2013).

Siempre se ha reconocido que el papel de María como Mediadora de todas las gracias no incluye su propia Inmaculada Concepción, sino denota su distribución secundaria de gracias redentivas al servicio de Cristo, el único Mediador divino, a la humanidad caída.

Resulta, por tanto, desconcertante y confuso ver en este documento varias referencias que parecen sugerir que María no tiene un papel secundario con Cristo en la dispensación universal de la gracia redentiva (cf. nn. 53, 55). También sorprende que la entera doctrina autoritativa del Magisterio Papal sobre la Mediadora de todas las gracias, desde el siglo XVIII hasta el XXI, no se encuentre en el documento. Presentar premisas teológicas que parecen apartarse de siglos de enseñanza autoritativa del Magisterio Papal puede generar una gran confusión entre el Pueblo de Dios, como si se tratara de un cambio de doctrina, sin mencionar su impacto negativo en la coherencia doctrinal de la autoridad Magisterial.


3. El uso de referencias Magisteriales en el documento aparece inconsistente y, en ocasiones, parece carecer de objetividad y equidad. Por ejemplo, comentarios ex tempore del Papa Francisco durante homilías o audiencias (que no se encuentran originalmente en sus textos escritos) son presentados en citas íntegrales, mientras que las referencias papales de San Juan Pablo II a la Corredentora durante homilías y discursos papales, acompañadas de explicaciones extensas (por ejemplo, la homilía de Guayaquil del 31 de Enero de 1985), no se incluyen en el texto ni se citan en las notas de pie de página. También, el Papa Pío XI, en su discurso del 30 de Noviembre de 1933, ofrece una excelente explicación y defensa del título de Corredentora, pero tampoco incluídos en este documento.

Una disparidad similar parece existir con las numerosas referencias al cardenal Joseph Ratzinger. Si bien el cardenal Ratzinger, como tal, expresó reservas sobre el título, no lo rechazó por completo, pues lo consideraba aún inmaduro; esto ocurrió en 1996, hace unos 30 años. Es más, como Papa nunca se pronunció explícitamente en contra. Hacer referencia a entrevistas seculares del Cardenal Ratzinger en contra del título de Corredentora, y al mismo tiempo omitir declaraciones papales que utilizan dicho título, evidencia una falta de objetividad, crucial en este debate. El Cardenal Eugenio Pacelli, futuro Pío XII, se refirió a la Virgen María como Corredentora en cuatro ocasiones durante su etapa como cardenal, pero estas referencias no tienen, ni deben tener, la autoridad del Magisterio papal.


4. En lo que respecta al movimiento por un quinto dogma Mariano, debe recordarse que la verdad Cristiana puede definirse solemnemente tanto en forma de títulos o términos, por ejemplo, Madre de Dios, como en pronunciamientos específicos, por ejemplo, la naturaleza de la infalibilidad papal, el pecado original, etc. Por consiguiente, este documento del DDF no obstaculiza ni prohíbe en modo alguno el movimiento eclesial en curso de oración y petición para la definición solemne de la Maternidad Espiritual de María, que se fundamenta en la verdad del papel subordinado de María con y bajo Jesús en la Redención. Este movimiento internacional por un quinto dogma Mariano, iniciado en 1915 por el gran prelado belga, el Cardenal Désiré Mercier, para la definición solemne de la Maternidad Espiritual de Nuestra Señora, incluyendo su papel de cooperación en la Redención y la Mediación realizada por Jesucristo, continúa con alegría su oración y petición por un posible quinto dogma Mariano. Lo hace en plena conformidad con el Canon 212, que afirma y protege el derecho de los fieles Cristianos de presentar a los pastores de la Iglesia los asuntos que consideren importantes para el bien de la Iglesia. Creemos firmemente que la intercesión verdadera y plena de Nuestra Señora es de vital importancia para el bienestar de la Iglesia y del mundo.

5. El cardenal San John Henry Newman, proclamado Doctor de la Iglesia por el Santo Padre el 1° de Noviembre, afirmó que, en lo que respecta al desarrollo doctrinal, incluyendo los posibles dogmas marianos, la jerarquía eclesiástica debe consultar a los laicos para recibir sus valiosas aportaciones (Rambler, 1859). En cuanto a la cuestión de una definición solemne de la Maternidad Espiritual de la Virgen María, incluyendo su subordinación a Cristo en una singular cooperación maternal, aproximadamente ocho millones de fieles de 150 países han enviado peticiones a la Santa Sede en los últimos treinta años, solicitando en oración una proclamación dogmática. Esta campaña internacional de peticiones eclesiales también incluye a 700 obispos y cardenales, cuyas firmas y cartas de apoyo han sido igualmente enviadas a la Santa Sede para esta definición Mariana. Creemos que si el Santo Padre proclamara solemnemente la “verdad completa sobre María”, esto permitiría un ejercicio aún mayor de la poderosa intercesión de la Virgen María por la Iglesia y el mundo actual.

En este sentido, agradecemos al Dicasterio para la Doctrina de la Fe por haber vuelto a centrar la atención mundial en este crítico diálogo sobre el papel subordinado de María, la Nueva Eva, en la Redención realizada por Cristo, el Nuevo Adán. Que el proceso sinodal pleno, impulsado por el Papa León XIII y la Santa Sede, se implemente de forma genuina y completa para guiar el discernimiento de la Iglesia sobre este tema Mariano esencial, tanto para el bien espiritual del Pueblo de Dios como para la debida veneración de Nuestra Señora, Madre de la Iglesia y de los fieles, Madre de todo el pueblo de Dios.

Dr. Mark Miravalle
Presidente, Vox Populi Mariae Mediatrici
Presidente, Asociación Mariana Internacional
5 de Noviembre de 2025

miércoles, 5 de noviembre de 2025

TRIBUNA: Corredentora, ¿lo único inoportuno? (Por Mons. Alberto José González Chaves)



Ante la publicación de la Nota del Dicasterio para la Doctrina de la Fe sobre algunos títulos marianos, que afirma que el título de Corredentora resulta “inoportuno” en el momento presente, no pretendo discutir, porque la Santísima Virgen no necesita controversias; pero sí compartir cierta extrañeza.

La nota, aprobada por el Santo Padre, me parece bastante aceptable en cuanto a su metodología y a los argumentos expuestos, aunque me chirríe que retenga inoportuno un título mariano nacido del amor, no de la confusión. 

La Iglesia jamás ha empleado el término Corredentora para colocar a María al mismo nivel que Cristo, único Redentor, sino para confesar simultáneamente dos verdades luminosas: que Cristo es el único Salvador y que la Virgen, por voluntad divina, fue asociada de modo singular y único a la obra redentora. 

Llamarla Corredentora no disminuye a Cristo: exalta la eficacia de su Redención y ayuda a contemplar con asombro hasta dónde puede llegar la gracia en una criatura que se deja poseer plenamente por Dios. 

Por eso tantos santos, teólogos y pontífices hablaron de este título con amor y fineza teológica. ¿ Hay que desaconsejarlo hoy? Francamente, no lo sé. Mas, concedo: posiblemente sí. Ítem más: acaso adolezca de puerilidad la sensación de que ello empobrece el amor filial a María. 

Sin embargo… ¿es esto lo más “inoportuno” que hay que señalar hoy? ¿No ha habido otros hechos y decisiones mucho más desconcertantes en los últimos años? Aduzcamos sólo algunos de los más salientes:

1. La palabra corredentora no ofende a nadie. Sí lo hace llamar “cuenta-rosarios”, “pepinillo en vinagre” o “rígido” a quien vive con devoción su fe o ama la tradición litúrgica.

2. No pocos nombramientos episcopales y de gobierno en la Santa Sede, a priori preocupantes por la trayectoria doctrinal y/o pastoral de los elegidos, y a posteriori, lamentables.

3. El homenaje en la Sala Pablo VI del Vaticano a Lutero, el heresiarca que originó la ruptura más dolorosa en la cristiandad.

4. La ritualizada presencia y veneración de la Pachamama en el Vaticano, idolatría incompatible con el culto debido al único Dios Uno y Trino.

5. La restricción de la liturgia tradicional (fuente de santidad para generaciones de fieles ayer y de hoy), falseando los argumentos sobre los que se hizo.

6. La gestión eclesial durante la pandemia, cerrando los templos durante meses, privando a los fieles de los sacramentos e imponiendo la comunión en la mano.

7. La Declaración de Abu Dhabi, interpretable como una cierta equiparación de todas las religiones como caminos semejantes hacia Dios, debilitando así la evangelización.

8. La admisión de quienes viven objetivamente en adulterio a la Sagrada Comunión, presentando el estado de gracia de manera gradual.

9. Los acuerdos con el gobierno de Pekín sobre el nombramiento de obispos, dejando a numerosos católicos chinos —perseguidos durante décadas por fidelidad a Roma— profundamente desolados, al sentir que se cedía parte de la libertad de la Iglesia a un poder hostil a la fe.

10. La Declaración Fiducia supplicans, percibida por innumerables fieles y pastores como gravísima, al exhortar a bendecir situaciones objetivamente contrarias a la Ley de Dios, derivadas de “pecados que claman al cielo”, según la Sagrada Escritura.

Muchos católicos habrían esperado una palabra clara sobre cualquiera de estas situaciones antes que una advertencia respecto a un título mariano tan amado por el Pueblo de Dios. Porque María nunca divide: siempre conduce a Cristo

La historia enseña que cada vez que la Iglesia profundizó en los privilegios de María, lo hizo para proclamar con más fuerza la verdad sobre Cristo. La auténtica mariología jamás oscurece a Cristo; al contrario, lo revela más puramente.

¿Qué aprovecha ahora reducir o desaconsejar expresiones marianas que tantos santos han usado para ir al Único Salvador y Redentor?

Los fieles necesitan pastores que confirmen en la fe y consuelen en la confusión.

Hoy, cuando tantos no creen ya en el pecado ni en el infierno, en la gracia santificante, en la Presencia real de Cristo en la Eucaristía, o en la vida eterna, ¿lo inmediato es señalar la inoportunidad del título de Corredentora?

María siempre protegió a la Iglesia. PidamosLe hoy está gracia, como a Mater Ecclesiæ.

¿Corredentora o Medianera? En este momento no me preocupa demasiado que ambas palabras sean más o menos oportunas; me inquietaría que fuesen heréticas, o necias , que es aún peor, como las que escuchamos con demasiada frecuencia, sin que sean corregidas.