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domingo, 26 de noviembre de 2017

Periodistas ‘Pro Francisco’: “Después de él ya no hay marcha atrás” (Carlos Esteban)



Casi una veintena de personas acude al acto organizado por Mensajeros de la Paz y patrocinado por el Arzobispado de Madrid de periodistas “pro Papa Francisco”.

Se ha abierto en la iglesia “24 horas de San Antón” el I Encuentro Internacional de Periodistas Pro Francisco, y les confieso que el nombre me intriga y me sorprende.

Es decir, Francisco es el Papa, y es natural que un católico esté con el Papa, sea o no periodista. Pero, en principio, un periodista no necesita apellido; es más, le sientan bastante mal los apellidos que marcan ya una preferencia, porque su misión es contar lo que pasa, tal como pasa, sin pararse a ver si beneficia a unos o a otros.

Lo contrario puede estar bien, puede ser noble, e incluso necesario. Pero no es periodismo, es propaganda.

Por lo demás, no son “Periodistas Pro el Papa”, sino solo a favor de ESTE Papa, lo que lo hace todo más insólito y más personalista. Se supone que lo que el católico respeta y acata filialmente es la figura del Papa, que hoy es Bergoglio como antes fue Wojtyla o Ratzinger y mañana quién sabe.

Esa es una de las desasosegantes cuestiones que se plantean hoy en la Iglesia, donde muchos de los que ayer hacían virtud de oponerse a la Santa Sede y cuestionarla de mil maneras -y con el aplauso unánime de los grandes medios- se han convertido en celosos guardianes de una ortodoxia ‘sui generis’, más que nada porque el Papa reinante parece favorecer sus viejas tesis.

Así, en el congreso, organizado por Religión Digital y Mensajeros de la Paz, participan viejos conocidos como Julio Rimoldi, el rector de Comillas, Julio L. Martínez, sj.; el padre Ángel García; Jaime Escobar, de Reflexión y Liberación; José Manuel Vidal, director de Religión Digital; y el teólogo José María Castillo. ¿Nos es lícito suponer cierta agenda más o menos concreta de innovación eclesial, más allá de la laudable y casi jesuítica lealtad al actual Pontífice?

Por ejemplo, Julio Martínez declaró imprescindible “hacer lo que sea, en este momento, en lo que el Papa pide”. ¿En este momento? ¿Sólo? ¿Qué pasa “en este momento”?

También se felicitó Martínez de que el Arzobispo de Madrid, don Carlos Osoro, esté “en plena sintonía con el Papa Francisco y su modo de ver la Iglesia”.

De hecho, uno apenas puede leer las intervenciones sin quedarse con la impresión de que se está describiendo un plan de batalla, no entre Cristo y el pecado o entre la Iglesia y el Mundo, sino en el mismo seno de la Iglesia.

El padre Ángel, con su candor habitual, fue muy claro en este sentido cuando advirtió sobre Francisco -del que se confesó “devoto”- que “existe una campaña muy fuerte en su contra en Argentina, y algunos países de Latinoamérica”.

También el teólogo José María Castillo planteó el pontificado de Francisco como una confrontación, en términos casi bélicos. “Tenemos un Papa que encuentra una acogida mundial, y un rechazo mayor del que imaginamos, que proviene de sectores que controlan gran parte del poder en la Iglesia”, señaló. “La clave es la ‘confrontación'”.

“Confrontación” es una palabra que también repitió el Padre Ángel, quien insistió, sin especificarlo, en un grandioso proyecto que dependería de este pontificado. “Él sabe que Dios a él no le da mucho tiempo. Sabe que va a hacer lo que tiene que hacer, pero no tiene mucho tiempo. Cumple 81 años el 17 de diciembre, y va a seguir hasta que el cuerpo y la mente lo acompañe”. Pero, concluyó, “después de Francisco no hay marcha atrás”.

¿En qué no hay marcha atrás? ¿Cuál es el grandioso e irreversible proyecto de este pontificado que merezca marcar un antes y un después? No recuerdo, en mis días, Papa alguno que se planteara hacer nada tan radical que mereciera tratarse con estas palabras.


Carlos Esteban

NOTA: Un artículo de Infocatólica, titulado Periodistas pro papa Francisco. Con éstos, ni a por una herencia, merece también la pena de ser leído, por el humor, cargado de sentido común, que siempre aporta el padre Jorge cuando habla.