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jueves, 26 de mayo de 2016

El humo del Infierno en la Cúpula de la Iglesia Católica (Miguel Salinas, entrevistado por Javier Navascués)





Nada escapa a la Providencia de Dios. Ante la tenebrosa situación de la Iglesia y de la humanidad nos dará mucha luz comprender lo que está pasando realmente en el mundo y quién mueve los hilos de todo aquí en la Tierra. ¿Quiénes son los verdaderos enemigos de la Iglesia? ¿Cómo la combaten? ¿Cómo podemos hacerles frente?

Lo principal es la vida de oración y la fidelidad a Cristo y a la Tradición de la Iglesia. El nos dará luz, prudencia y sabiduría para seguir militando con firmeza y enarbolando su bandera con valentía.

Miguel Salinas Chávez es analista político, asesor de las Fuerzas Armadas, de la Iglesia y de representaciones diplomáticas. Fundó el Semanario Boletín de Información e Inteligencia Estratégica (BIIE) que recibe colaboraciones de expertos de todo el mundo. Está catalogado como uno de los medios más importantes de habla hispana. En esta entrevista Miguel Salinas analiza las causas de la persecución a la única Iglesia verdadera, la Iglesia Católica.

¿Por qué la Iglesia verdadera es perseguida?

En mi libro Iglesia Perseguida, Iglesia Verdadera hago un repaso histórico de las persecuciones a la Iglesia. Desde la primera comunidad cristiana, fundada en el vientre de María, estuvo amenazada por las leyes y los poderes establecidos. Esto continuó con el nacimiento y reconocimiento de Jesús como Mesías y representó una confrontación con el poder corrupto. Esta condición de ser perseguida la sufrió la Sagrada Familia y años después el mismo Jesucristo en medio de su ministerio y sus seguidores después de su muerte y resurrección. Son el signo distintivo entre la verdadera Iglesia y las desviaciones y herejías que han surgido desde su fundación misma.


Cristo mismo advirtió a sus discípulos que se prepararan para la persecución, ya que su Iglesia, la única verdadera, va en contra de los intereses del mundo y el mundo la repudiaría. Ninguna Iglesia ha sido tan perseguida como la Iglesia Católica. En ella se encuentra real y verdaderamente la presencia de Jesús a través de los sacramentos y ella es la depositaria única y legítima de su doctrina. Por eso los enemigos de Cristo la tienen como el blanco de sus ataques.

¿Quiénes son los verdaderos enemigos de la Iglesia y sus fines?

Los primeros y verdaderos enemigos de la Iglesia siempre han sido los dirigentes judíos, tanto políticos como religiosos. Ellos a su vez fueron el blanco de las palabras más duras que pronunció Jesús contra cualquier persona o grupo. Los judíos a lo largo de estos veinte siglos nunca han “perdonado” a Dios lo que ellos consideran la gran afrenta de haberles retirado su favor y su predilección cuando ellos, libre y deliberadamente, rechazaron al Mesías. Cristo, con su bendita sangre y su sacrificio, afianza una Nueva Alianza con la Iglesia que Él fundó en los Apóstoles.

En ese momento, la Iglesia Católica y la dirigencia judía quedaron en lados opuestos y estos últimos, llenos de un odio diabólico, han creado toda clase de operaciones y ataques para destruir a la Iglesia que les sustituyó en el plan divino de la Redención. Ésta es la razón por la cual crearon todas las herejías que negaban la divinidad de Cristo así como versiones apócrifas de los Evangelios que contradecían la Tradición y la Enseñanza Apostólica.

Después crearon la masonería y usaron el gnosticismo para desvirtuar la parte sobrenatural de la presencia real de Cristo en su Iglesia. Luego lanzaron contra la Iglesia el ateísmo de la Revolución Francesa, después el Comunismo y, finalmente, a lo largo del siglo XX, a través de los medios masivos de comunicación, que ellos controlan, han lanzado toda clase de ataques. Han promovido un estilo de vida completamente opuesto a lo ordenado en el Evangelio.

¿Por qué decidió escribir el libro sobre la Iglesia perseguida?

Lo hice como una necesidad de conciencia para presentar de una forma muy concreta y didáctica quiénes son los enemigos de la Iglesia, cómo han actuado, qué tácticas han usado y cómo la Iglesia se ha defendido y salido adelante. Lo hice también con la intención de que los católicos que lo lean se sientan comprometidos a tomar parte en la defensa de la Iglesia, a la que dicen pertenecer, para que salgan de su buenísimo y de su ingenuidad y vean claramente. Este será sin duda el momento más doloroso de estos dos mil años. 

También sentí la necesidad de hablar claramente y de forma directa a quienes tienen la responsabilidad de velar por los intereses y la integridad de la Iglesia, para que comprendieran cómo los veinte siglos de historia de la Iglesia están en función de este momento histórico, del cual nos toca ser protagonistas, lo queramos o no.

¿Usted cree que esta persecución a la Iglesia va a ser más cruenta en los próximos años?

Sin duda, porque los métodos son cada vez más inhumanos y cuentan con el respaldo de Poderes de Gobierno y Organismos Internacionales que los proveen de armas, recursos y logística, que hacen más efectivos sus ataques y, además, desde el plano sobrenatural, el mismo demonio sabe que le queda muy poco tiempo, por lo cual está acelerando el paso e incrementando su maldad como no se ha visto en toda la historia. Así que lo que estamos por presenciar será de una crueldad como no la hemos visto nunca y debemos estar preparados para ello a través de una profunda vida de oración, sacrificios, penitencia y vivir en estado de gracia, para que nuestras oraciones sean atendidas y dignas de ser escuchadas.

Nunca la Iglesia ha enfrentado una situación parecida en la cual el humo del infierno ha llegado a la misma cúpula de la Iglesia. Por ello esta será la más cruenta persecución, ya que se desatará de parte de la Iglesia, tomada por la masonería satánica, contra la Iglesia verdadera y legítima , que será el resto que se mantendrá fiel al Evangelio, a la Doctrina, a la Tradición y al Magisterio.

Javier Navascués

¿Conocemos todo el tercer secreto de Fátima?


Duración: 55 segundos


Relacionado con este vídeo, he encontrado un artículo muy interesante de Roberto de Mattei titulado La crisis de la Iglesia a la luz del secreto de Fátima.

He aquí unos pocos párrafos:

Cuando el 13 de julio de 1917 la Virgen anunció en Fátima que si la humanidad no se convertía Rusia difundiría sus errores por el mundo, esas palabras resultaban incomprensibles. Los acontecimientos sacaron a la luz el significado. Después de la Revolución Bolchevique de octubre de 1917 quedó claro que la expansión del comunismo era el instrumento del que Dios quería servirse para castigar al mundo por sus pecados.

Entre 1989 y 1991, el imperio del mal soviético se desmoronó en apariencia, pero la desaparición de su envoltorio político permitió una difusión más amplia del comunismo en el mundo, difusión que tiene su núcleo ideológico en el evolucionismo filosófico y el relativismo moral. La filosofía de la praxis que, según Antonio Gramsci, sintetiza la revolución cultural marxista, se ha convertido en el horizonte teológico del nuevo pontificado, trazado por teólogos como el cardenal alemán Walter Kasper y el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernándezinspirador de la exhortación apostólica Amoris Laeititia.

En este sentido, no debemos tomar el Secreto de Fátima como punto de partida para entender que está teniendo lugar una tragedia en la Iglesia, sino partir de la crisis eclesial para entender el significado fundamental del Secreto de FátimaUna crisis que se remonta a los años sesenta del siglo XX, y que con la abdicación de Benedicto XVI y el pontificado de Francisco ha experimentado una aceleración sin precedentes.


miércoles, 25 de mayo de 2016

La Amoris Laetitia interpretada por el propio Francisco (9 de 9)


Cardenal Schönborn

[Con esta entrada ponemos fin a la presentación que hizo el cardenal Schönborn sobre la AL de Francisco]

Pero a este propósito él no nos ofrece una casuística de recetas, sino que simplemente nos recuerda dos de sus frases famosas: “a los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de tortura, sino el lugar de la misericordia del Señor” (EG 44) y la Eucaristía “no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y un alimento para los débiles” (EG 44). 

[Todos somos débiles. Nadie es perfecto sino sólo Dios. Quienes van a misa y hacen oración es, precisamente, porque son conscientes de su indignidad, de su debilidad y de su necesidad de Dios … no son hipócritas sin corazón ni, mucho menos, se creen perfectos, como parece insinuar el santo Padre: un juicio que, sin embargo, no se lo aplica a los que son gays. En estado de pecado no se puede acceder al sacramento de la Eucaristía, no se puede comulgar. Y esta afirmación es Palabra de Dios: “El que coma el pan o beba el cáliz, indignamente, se traga y se bebe su propia condenación” (1 Cor 11, 29). ¡Tan sencillo como es el confesarse y admitir esa debilidad poniéndose en las manos de Dios, con la esperanza y la seguridad de que el Señor nos va a ayudar a seguir luchando contra nuestros pecados y contra todo aquello que nos separa de Él! A la gente se la engaña y esto es muy grave. Todos tendremos que rendir cuentas ante DiosNo entiendo cómo se puede hablar tan alegremente de estas cosas, tergiversando y adulterando esas hermosas palabras que son el amor y la misericordia … y que nunca, nunca, están reñidas con el amor a la Verdad.

A este respecto, hay recogido, en este mismo blog, un estudio del padre Brian W. Harrison, de título "La revolución del papa Francisco se opone a dos mil años de Tradición" que no vendría mal releer ... Continúa hablando Schönborn:]

¿No es un desafío excesivo para los pastores, para los guías espirituales, para las comunidades, si el “discernimiento de las situaciones” no está regulado de modo más preciso? El Papa Francisco conoce esta preocupación: “Comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna” (AL 308). A ésta él objeta diciendo: “Ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio” (AL 311).

[Grave error es realizar este tipo de afirmaciones así, a la ligera ... Aquí no se trata de ser rígidos, sino de amar la verdad y de llamar pan al pan y vino al vino; o sea, de actuar como lo haría Jesús, del que tan poco se habla. No es rígido quien afirma que dos y dos son cuatro. No es rígido quien afirma que quien vive con otra mujer, que no es la suya, vive en estado de adulterio y de pecado y que, si quiere comulgar debe arrepentirse y cambiar su corazón, aunque le duela. Ésa será una herida que le curará y le llevará a Dios]

El Papa Francisco confía en la “alegría del amor”. El amor debe encontrar el camino. Es la brújula que nos indica el camino. Es la meta y el camino mismo. Porque Dios es amor y porque el amor es de Dios. Nada es tan exigente como el amor. El amor no se puede comprar. Por esto nadie debe temer que el Papa Francisco nos invite, con “Amoris Laetitia”, a un camino demasiado fácil. “El camino no es fácil pero es pleno de alegría”

[Así concluye la presentación del cardenal Schönborn, que puede leerse completa pinchando aquí. Véase también la primera entrada de estas nueve]

[Y, ciertamente es así, pero sólo si nos referimos al amor entendido tal y como Jesús lo entiende, que es un amor crucificadoSi quitamos la cruz y huimos de ella,  quitamos, juntamente, el amor y la alegría. No es riguroso hablar de la alegría del amor, sin más, sino de la alegría del verdadero amor, o sea, de la alegría del amor crucificadoNo hay amor más grande que el de dar la vida por los amigos”, dijo Jesús (Jn 15, 13). Y san Pablo: “Yo predico a Cristo y a Cristo crucificado” (1 Cor 1, 23a) … aunque sea “escándalo para los judíos y necedad para los gentiles” (1 Cor 1, 23b). 

La cruz fue el camino que Dios eligió para salvarnos, porque en ella el amor se autentifica y no es una palabra vacía. Ése es el único amor que nos puede traer la alegría, porque es verdadero amor. Cualquier otro amor, si no pasa por la cruz, es falso, porque el amor conlleva la totalidad. Eso es lo que se prometen los esposos al casarse: amor y fidelidad en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de sus vidas hasta que la muerte los separe. 

Quien actúa conforme a esas palabras actúa según el  Espíritu de Jesucristo y de él puede decirse, con verdad, que el Espíritu Santo anida en su alma y en su corazón. él -y a los que actúen como él- se dirigirán las palabras del Señor, cuando llegue ese momento que tanto anhelamos y que Él anhela más que nosotros mismos: “Porque has sido fiel en lo poco, Yo te confiaré lo mucho; entra en el gozo de tu Señor” (Mt 25, 23)]

José Martí 

martes, 24 de mayo de 2016

Padre harto de la ideología de género (Danny Thompson, de Arizona, en EEUU) [Contiene vídeo VIRAL]

Artículo tomado de Religión en Libertad

El pasado 13 de mayo, el gobierno de Barack Obama emitió una directiva conminando a todas las escuelas públicas de Estados Unidos a que permitan a alumnos "transgénero" utilizar los servicios y vestuarios del sexo que elijan conforme a su "identidad de género", y ello independientemente del sexo que figure en su ficha de inscripción en el centro o en su documentación personal. 


Ni siquiera se trata, pues, de transexuales que hayan obtenido un reconocimiento legal de su nuevo sexo tras una intervención quirúrgica, sino que basta la simple autodefinición por el interesado para disfrutar de ese privilegio: “No hay espacio en nuestras escuelas para la discriminación de ningún tipo, incluida la discriminación contra los estudiantes transgénero por su sexo”, declaró la fiscal general, Loretta Lynch.

Aunque la disposición no es vinculante desde un punto de vista legal, la Administración Obama ya ha transmitido que su incumplimiento podría implicar la retirada de financiación pública para el colegio que se niegue a aplicarla. La norma es además beligerante contra estados como Carolina del Norte y Mississippi, que han legislado en sentido contrario, de forma que cada cual utiliza los servicios y vestuarios que se corresponden con su sexo biológico.



Foto de Danny Thompson en su perfil de Facebook.

Un índice de la irritación de muchos estadounidenses contra esta medida ideológica impuesta por vía de amenaza lo marca el fulgurante éxito de un vídeo, basado en el sentido común, grabado en forma de selfie por Danny Thompson ante la puerta de entrada del baño femenino en los servicios públicos de un colegio. 

En apenas diez días, el vídeo en su versión original inglesa se acerca a los 27 millones de visionados en Facebook, a los que se suman 3 millones en la versión subtitulada en español.

Thompson, pastor evangélico en la Wynne Chapel de Cochise (Arizona), defiende que su postura contraria a la disposición de Obama "no es odio ni discriminacion, es sentido común".


La consecuencia de las directrices transgénero en muchos lugares donde ni siquiera hay potenciales "beneficiarios" está siendo la desaparición de los baños diferenciados por sexo.


Entrevistado por la cadena KGUN9, afirma que no tiene nada contra la comunidad transgénero ni se opone a que tengan sus propios baños y vestuarios, pero teme los abusos a los que dará lugar la nueva directriz: "No me opongo a que la gente transgénero utilice el baño, me opongo a que los chicos utilicen los servicios de las chicas y que unos y otros se aprovechen de la situación, incluidos chicos mayores con niñas pequeñas".

Danny cuenta que desde que puso el vídeo muchas personas han confrontado con él sus puntos de vista, y sólo ha recibido algunas amenazas, a las que no hace caso.


El vídeo viral de Danny Thompson

Duración 3:35 minutos

JOHN IRVING, UN HOMBRE FEMINISTA Y TONTO DE REMATE (Eulogio López)


Duración 2:05 minutos

lunes, 23 de mayo de 2016

Los cristianos no deben hacer proselitismo (tomado de Gloria TV)


Si un cristiano está convencido de que Jesucristo es Dios, verdadero y único Dios, Aquel por quien todo fue hecho cuando aún no se había hecho verdadero hombre: "Todas las cosas fueron hechas por Él (el Verbo, la Palabra, el Hijo) y sin Él no se ha hecho nada de cuanto ha sido hecho" (Jn 1, 3). 

Si un cristiano tiene fe y cree por lo tanto en las palabras de Jesús quien, después de haber resucitado y antes de ascender a los cielos, les dijo a sus discípulos: "Id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 19-20)

Si un cristiano, en definitiva, se ha encontrado con Jesucristo y sabe que sólo Él es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14, 6), sería muy poco misericordioso para con los demás si intentara quedarse con esa Verdad sólo para sí mismo, además de incumplir un mandato expreso del Señor. 

Se justifica así todo el movimiento cristiano que, desde sus inicios, tuvo lugar a partir de la venida del Espíritu Santo que Jesucristo envió a sus discípulos de parte de su Padre, ese Espíritu que procede conjuntamente del Padre y del Hijo, y que es quien les dio la fortaleza que necesitaban para poder hacer frente a todas las adversidades que, sin duda, se les iban a presentar,..., incluso hasta el extremo de dar su vida, como así ocurrió. 

Por eso está justificada la Evangelización de América así como la de todos los lugares a los que llegaron los misioneros en su afán por difundir la Buena Nueva que les había sido revelada. Y, sin embargo, se pide perdón por ello. Hoy ese hacer nuevos discípulos, es decir, el proselitismo, está condenado ... porque se ha perdido la fe en Jesucristo. No hay otra explicación.

El mismo Papa Francisco dice que "el proselitismo es una solemne tontería" y su máxima número uno es "vive y deja vivir"«los que son cristianos, con la Biblia, y los que son musulmanes, con el Corán», igualando así -de hecho, aunque no se diga- todas las religiones [Véanse, si no, las intenciones de oración de Francisco para enero de este año] e incurriendo, por lo tanto, en herejía, aunque no sea formal, pues "escrito está: Al Señor, tu Dios adorarás y a Él solo servirás" (Mt 4, 10).

Como podemos ver en el siguiente vídeo así se manifiesta también Justin Welby, el arzobispo anglicano de Canterbury:


Duración 27 segundos


José Martí

Francisco versus Jesucristo (de Gloria TV)


Por lo que parece, Francisco no debe de tener muy claro el concepto de adulterio, puesto que contradice a Jesucristo. Podemos escucharlo en este corto vídeo de Gloria TV:


Duración 1:05 minutos

¿Obedecer a Dios o al Papa? (tomado de un café con Galat 18 de mayo)


Duración 3:13 minutos

sábado, 21 de mayo de 2016

La Amoris Laetitia interpretada por el propio Francisco (8 de 9)



Cardenal Schönborn

      "El discernimiento debe ayudar a encontrar los posibles caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites. Por creer que todo es blanco o negro a veces cerramos el camino de la gracia y del crecimiento, y desalentamos caminos de santificación que dan gloria a Dios” (AL 305)

[Cuando el Papa dice "en medio de los límites" yo debo de sobreentender que está hablando en cristiano y que, por lo tanto, tal discernimiento se debe realizar teniendo siempre presente la Palabra de Dios. Porque así es: el verdadero discernimiento debe de hacerse a la luz de las palabras de Jesucristo, el fundador de la Iglesia, Aquel que es la Verdad y que dijo, sin lugar a otras posibles interpretaciones: “El que se casa con otra adultera” (Lc 16, 18). En este caso concreto, y como siempre que habla Jesús, el sí es sí y el no es no. Como cuando dice: "El que no está conmigo está contra Mí" (Mt 12, 30). Conviene, por nuestro propio bien, no olvidar estas ideas evangélicas ... pues también "se cierran estos caminos de la gracia y del crecimiento" si el discernimiento no se realiza según Dios. ... El discernir bien no puede oponerse nunca a la palabra de Dios ... Y quien así discierne no es un corazón cerrado ni un fariseo, sino más bien lo contrario]

El Papa Francisco nos recuerda una frase importante que había escrito en Evangelii Gaudium 44: “un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar importantes dificultades” (AL 305). 

[¿Qué significa la vida "exteriormente" correcta? ¿Otra vez damos por sentado que quien actúa bien lo hace sólo de cara a los demás y no de cara a Dios? Por otra parte, ¿es que existe alguien cuya vida transcurra sin enfrentar importantes dificultades? "La vida del hombre sobre la tierra es milicia" (Job 7, 1). 

Todas las personas, hombres y mujeres, atraviesan por dificultades "importantes" a lo largo de toda su vida y, en particular, de su vida matrimonial. ¿Aquellos que permanecen fieles en su matrimonio viven una vida sólo exteriormente correcta? ¿Su lucha es sólo "aparente" y, por lo tanto, insincera y menos grata a Dios? ¿Cómo se pueden hacer esas afirmaciones a la ligera, sin tener ninguna base para hablar de ese modo? 

Por otra parte, parece que los que son infieles a su cónyuge, lo hacen porque no tienen más remedio; y aparecen como víctimas, como los únicos con verdaderos problemas y necesitados de ayuda ... aunque una ayuda que, a mi entender, sólo admiten si se les dice que deben discernir "en conciencia" su actuación. El buen pastor tiene la obligación de hacerles ver que están en pecado mortal y que deben hacer todo lo posible por salir de esa situación, por doloroso que pueda ser. La auténtica ayuda no debe de ocultar la verdad. Si tal hiciera no se les estaría ayudando, por mucho que se hable de misericordia y de comprensión. No hay tal. 

Puesto que están actuando objetivamente mal ante Dios, la ayuda pasa, antes de nada, por hacerles ver que eso es así, abriéndoles los ojos a la verdad. Que intenten reavivar el primer amor de su único matrimonio válido, que es el primero. Y, en todo caso, si la convivencia con el verdadero cónyuge (que, como digo, es el primero) es imposible, por las razones que sean (razones reales), ayudarles a que mantengan una vida de oración y de relación con Dios, hacerles ver que no están solos y que, posiblemente, tengan que renunciar a vivir en la misma casa que el segundo "cónyuge" (que no es tal) si, haciéndolo, eso les llevara a mantener relaciones sexuales con él, puesto que estarían cometiendo un pecado de adulterio. 

Los mandamientos de la Ley de Dios no han cambiado. Y de su cumplimiento depende nuestra felicidad, aunque tal cumplimiento sea costoso. Dios ayuda siempre a quien tiene buena voluntad. Recordemos lo que decía el apóstol Pablo a los corintios: "Fiel es Dios que no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas; antes bien, con la tentación os dará también el modo de poder soportarla con éxito" (1 Cor 10,13). Sobre las tendencias desordenadas y la lucha personal tengo escritos dos artículos en mi otro blog. Pueden leerse haciendo clic aquí y aquí.


 Quien actúa bien no es porque todo le salga a pedir de boca y porque no tenga dificultades en su matrimonio. No conozco ningún caso de matrimonios que no tengan algún tipo de problemas -y no necesariamente sencillos- pero no todos se hacen las víctimas. Lo que no se puede hacer es legalizar como bueno lo que es intrínsecamente malo, con la excusa de que los matrimonios en los que los cónyuges son fieles es una situación deseable e ideal, pero que no todos son capaces de ello. Admitir esa posibilidad equivale a admitir que Dios pide cosas imposibles. Ya hemos visto que no es así (1 Cor 10, 13).

Y hay más: si se da pie para ello, que es lo que está ocurriendo con la AL (de ahí tanto revuelo) ... aunque fuese un solo caso, por mucho discernimiento que queramos ponerle a la situación, lo cierto y verdad es que se abría abierto la puerta para que el número de divorciados vueltos a casar aumentase de modo estrepitoso. Esa es la lógica que se ha seguido en el caso del aborto. Hay un video del padre Santiago Martín que habla precisamente de la comparación entre aborto y comunión de divorciados vueltos a casar. 



Y más aún: admitida una sola situación "irregular" ¿qué inconveniente habría en admitir cualquier otra? Es simple lógica y simple sentido común, que hoy brilla por su ausencia. Y, por desgracia, eso es lo que se desprende de esas palabras de Schönborn (¡perdón, del papa Francisco!) en su AL 305. De hecho, al día siguiente de salir públicamente la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, que fue el 8 de abril (aunque está rubricada el 19 de marzo), el Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas abrió la mano estrepitosamente ordenando ya dar la comunión a todos los adúlteros, como ejercicio de misericordia, sin que Francisco lo amonestase por ello, en absoluto.

Por cierto, el cardenal Marx (le cuadra bien el nombre) dice que los obispos alemanes harán lo que les dé la gana, independientemente de las conclusiones sinodales. Esto fue previo a la exhortación AL ... aunque, por otra parte, según tengo entendido, aunque no recuerdo dónde lo leí, es algo que ya vienen haciendo durante bastante tiempo.

Yo les recordaría a estos señores obispos que meditaran las siguientes palabras del profeta Isaías: "¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, de los que ponen tinieblas por luz y luz por tinieblas, de los que cambian lo amargo en dulce y lo dulce en amargo!" (Is 5, 20)]

En el sentido de esta “via caritatis” (AL 306) el Papa afirma, de manera humilde y simple, en una nota (351), que se puede dar también la ayuda de los sacramentos “en ciertos casos”

[Bueno, puestos a reflejarlo todo, saquemos a relucir lo que acababa de decir el Papa justamente en el punto anterior (AL 305) y que el cardenal Schönborn no ha mencionado en su presentación. Dice asÍ:

A causa de los condicionamientos o factores atenuantes, es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado —que no sea subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno— se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda crecer en la vida de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia.  

Y a renglón seguido, la nota 351, ya aludida, que comienza diciendo que, efectivamente, "en ciertos casos", podría darse también la ayuda de los sacramentos

Dos tremendos disparates, al menos, pueden observarse, a primera vista, que se oponen directamente a la Doctrina Perenne de la Iglesia: Primero que se puede estar en gracia de Dios en medio de una situación objetiva de pecado (de la que se es consciente; AL, 301). Segundo: Que el sujeto en cuestión, en estado de pecado, pueda recibir el sacramento de la Eucaristía, sin haber pasado previamente por la Confesión de los pecados, con el correspondiente propósito de cambio, olvidando la Palabra de Dios: "Quien come y bebe, sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11, 29). O también: "Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor, indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor" (1 Cor 11, 27). El fondo del problema se encuentra en que ya no se cree en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Ésa es la razón por la que están ocurriendo hoy tantas cosas que, en sus buenos tiempos, jamás se habrían permitido en la Iglesia Católica. 



Continuará

jueves, 19 de mayo de 2016

La Amoris Laetitia interpretada por el propio Francisco (7 de 9)


Cardenal Schönborn

El Papa Francisco hace explícitamente suyas las declaraciones que ambos Sínodos le han presentado: “los Padres sinodales alcanzaron un consenso general, que sostengo” (AL 297). En lo que respecta a los divorciados vueltos a casar con rito civil él sostiene: “Acojo las consideraciones de muchos Padres sinodales, quienes quisieron expresar que (…) la lógica de la integración es la clave de su acompañamiento pastoral (…) Ellos no sólo no tienen que sentirse excomulgados 

[¡Jamás lo han estado. Esto es algo que sabe todo cristiano que tenga un mínimo de formación! ]

sino que pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia sintiéndola como una madre que les acoge siempre” (AL 299).

 [Es cierto que son miembros de la Iglesia; no están separados del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia ... pero no son miembros vivos, sino miembros muertos, al no encontrarse en estado de gracia santificante; este matiz no se tiene en cuenta. Y es esencial. Por supuesto que hay que integrarlos, pero en esa lógica de la integración, de la que habla Schönborn (o Francisco, que viene a ser lo mismo) debe de insistirse con fuerza que de lo que se trata es de INTEGRARLOS en CRISTO ... ¡O no hay tal integración! 

La ambigüedad del lenguaje es muy peligrosa. Jesucristo no actuaba así. Él sí era auténticamente sencillo y llamaba a las cosas por su nombre. Y éste fue uno de los mandatos dados a sus discípulos, cuando les enseñaba cómo debían de comportarse: "Sea vuestra palabra: 'Sí, sí' ; 'No, no'. Lo que pasa de esto, del Maligno procede" (Mt 5, 37). Jesús no puede ser más claro ... pero, ¿es eso lo que encontramos en gran parte de la Jerarquía de la Iglesia? ... Y la respuesta, por desgracia, es negativa. La exhortación AL es un monumento a la ambigüedad y hace mucho uso del lenguaje modernista ... ese que usan tanto los políticos. A Jesús se le entendía. Podrías seguirle o no, pero su Mensaje era de una claridad meridiana. Sin embargo, la AL no es inteligible, de modo inequívoco ... De serlo no tendría necesidad de interpretaciones. Esto es obvio. Pero veamos lo que nos sigue diciendo el cardenal Schönborn:]

Pero ¿qué significa esto concretamente? Muchos se hacen, con razón, esta pregunta. Las respuesta decisivas se encuentran en Amoris Laetitia 300. Éstas ofrecen ciertamente todavía materia para ulteriores discusiones. Pero éstas son también una importante aclaración y una indicación para el camino a seguir:

“Si se tiene en cuenta la innumerable variedad de situaciones concretas (…) puede comprenderse que no debía esperarse del Sínodo o de esta Exhortación una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos los casos”. Muchos se esperaban tal norma. Quedarán desilusionados. ¿Qué es posible? El Papa lo dice con toda claridad: “Sólo cabe un nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral de los casos particulares”Y de cómo puede y debe ser este discernimiento personal y pastoral es el tema de la entera sección de Amoris Laetitia 300-312Ya en el Sínodo del 2015, en el apéndice a los enunciados del círculus germánicus fue propuesto un “Itinerarium” del discernimiento, del examen de conciencia que el Papa Francisco hizo suyo.

“Se trata de un itinerario de acompañamiento y de discernimiento que orienta a estos fieles a la toma de conciencia de su situación ante Dios”. Pero el Papa Francisco recuerda también que “este discernimiento no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio propuesto por la Iglesia” (AL 300).

[Exigencias de caridad y de verdad. Así es. Pero deben de darse AMBAS. Imposible una caridad verdadera que engañe al otro y le haga daño. El secreto está en aunar la verdad y la caridad. Esta idea proviene de san Pablo o sea, de la Biblia, o sea, es palabra de Dios y tiene al Espíritu Santo como autor: "Para que viviendo la verdad con caridad, crezcamos, por medio de todo, en Aquél que es la Cabeza, Cristo" (Ef 4, 15)]

El Papa Francisco menciona dos posiciones erróneasUna es aquella del rigorismo“un pastor no puede sentirse satisfecho sólo aplicando leyes morales a quienes viven en situaciones «irregulares», como si fueran piedras que se lanzan sobre la vida de las personas. Es el caso de los corazones cerrados, que a menudo se esconden aún detrás de las enseñanzas de la Iglesia” (AL 305). Por otra parte la Iglesia no debe absolutamente “renunciar a proponer el ideal pleno del matrimonio, el proyecto de Dios en toda su grandeza” (AL 307).

[No vamos a tocar de nuevo este tema tan manido de los corazones cerrados y de los fundamentalistas y de los que tienen cara de pepinillo avinagrado, etc ... , a quienes se refiere el Papa aludiendo a los que viven según la Tradición de la Iglesia y siendo fieles al mensaje de Jesucristo, sin tener que ser unos hipócritas por esa razón. No creo que sea bueno, sino injusto, el juzgar sobre las intenciones de los demás ... y, además, presuponiendo, de entrada, que son malas: Si ni siquiera juzga acerca de los homosexuales diciendo: "¿Quién soy yo para juzgar?" ... pues con mucha menos razón debería de juzgar, como así lo hace, a aquellos hijos suyos, cuyo único "pecado" es intentar vivir como católicos, con plena fidelidad a la Iglesia de siempre ... ¡máxime cuando esa acusación y ese juicio hacen referencia a las intenciones del corazón de las personas, las cuales sólo por Dios son conocidas ... Y, sin embargo, en el caso de la homosexualidad, estamos hablando de hechos que son objetivamente malos y que están condenados, de modo expreso, por Dios, en la Santa Biblia. Ahí sí que tiene la obligación de juzgar, como Pastor, comprendiendo la debilidad de las personas, pero odiando el pecado que tanto daño les hace: ¡Qué oportunidad para recordarles que son está bien lo que hacen, pero que, si se arrepienten, Dios que es rico en misericordia, los va a perdonar, pues no está deseando otra cosa, dado el inmenso amor que les tiene. Pero, en fin ... Eso es lo que tenemos, lo cual no nos debe de quitar nunca nuestra capacidad de razonar conforme a la verdad de las cosas. Qué bien lo expresa el apóstol san Pablo, cuando exhorta a los corintios, en su segunda carta, diciéndoles: " ... que obréis el bien, aun cuando nosotros fuéramos dignos de reprobación. Pues no podemos nada contra la verdad, sino en favor de la verdad" (2 Cor 13, 7b-8)]

Nos hacemos naturalmente la pregunta: ¿qué dice el Papa respecto del acceso a los sacramentos de las personas que viven en situaciones “irregulares”Ya el Papa Benedicto había dicho que no existen “simples recetas” (AL 298, NOTA 333). El Papa Francisco vuelve a recordar la necesidad de discernir bien las situaciones, siguiendo la línea de la Familiaris consortio (84) de san Juan Pablo II (AL 298). 

[Por su interés reproduzco aquí el contenido del número 84 de la Familiaris Consorcio de Juan Pablo II, a la que se hace referencia en la AL aunque, de este modo, aumente el número de artículos que estoy dedicando a esta presentación de Schönborn. Pienso que merece la pena y que está justificado]


e) Divorciados casados de nuevo

84. La experiencia diaria enseña, por desgracia, que quien ha recurrido al divorcio tiene normalmente la intención de pasar a una nueva unión, obviamente sin el rito religioso católico. Tratándose de una plaga que, como otras, invade cada vez más ampliamente incluso los ambientes católicos, el problema debe afrontarse con atención improrrogable. 

Los Padres Sinodales lo han estudiado expresamente. La Iglesia, en efecto, instituida para conducir a la salvación a todos los hombres, sobre todo a los bautizados, no puede abandonar a sí mismos a quienes —unidos ya con el vínculo matrimonial sacramental— han intentado pasar a nuevas nupcias. Por lo tanto procurará infatigablemente poner a su disposición los medios de salvación.

Los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones. En efecto, hay diferencia entre los que sinceramente se han esforzado por salvar el primer matrimonio y han sido abandonados del todo injustamente y los que, por culpa grave, han destruido un matrimonio canónicamente válido. Finalmente están los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos y, a veces, están subjetivamente seguros -en conciencia- de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido.

En unión con el Sínodo exhorto vivamente a los pastores y a toda la comunidad de los fieles para que ayuden a los divorciados, procurando con solícita caridad que no se consideren separados de la Iglesia [¡Observemos que Juan Pablo II no dice que tales católicos estén excomulgados! ] pudiendo y aun debiendo, en cuanto bautizados, participar en su vida. Se les exhorte a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la Misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar a los hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios. La Iglesia rece por ellos, los anime, se presente como madre misericordiosa y así los sostenga en la fe y en la esperanza.

La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura, reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía

Hay además otro motivo pastoral: si se admitiera a estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.

La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico— puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio. 

Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación, «asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos»

Del mismo modo el respeto debido al sacramento del matrimonio, a los mismos esposos y sus familiares, así como a la comunidad de los fieles, prohíbe a todo pastor —por cualquier motivo o pretexto incluso pastoral— efectuar ceremonias de cualquier tipo para los divorciados que vuelven a casarse. En efecto, tales ceremonias podrían dar la impresión de que se celebran nuevas nupcias sacramentalmente válidas y, como consecuencia, inducirían a error sobre la indisolubilidad del matrimonio válidamente contraído.

Actuando de este modo, la Iglesia profesa la propia fidelidad a Cristo y a su verdad; al mismo tiempo se comporta con espíritu materno hacia estos hijos suyos, especialmente hacia aquellos que inculpablemente han sido abandonados por su cónyuge legítimo. La Iglesia está firmemente convencida de que también quienes se han alejado del mandato del Señor y viven en tal situación pueden obtener de Dios la gracia de la conversión y de la salvación si perseveran en la oración, en la penitencia y en la caridad.

[Por idéntica razón, incluyo también la referencia que se hace al cardenal Ratzinger, el anterior papa Benedicto XVI, en la visita pastoral que hizo a la archidiócesis de Milán, en Junio de 2012. Hay que fijarse en la última pregunta (la número 5), que es la que le hace la familia Araujo, una familia brasileña de Porto Alegre. Ésta fue la respuesta que dio Benedicto XVI a la pregunta que le formularon]:


En realidad, este problema de los divorciados y vueltos a casar es una de las grandes penas de la Iglesia de hoy. Y no tenemos recetas sencillas. El sufrimiento es grande y podemos sólo animar a las parroquias, a cada uno individualmente, a que ayuden a estas personas a soportar el dolor de este divorcio.

Diría que, naturalmente, sería muy importante la prevención, es decir, que se profundizara desde el inicio del enamoramiento hasta llegar a una decisión profunda, madura; y también el acompañamiento durante el matrimonio, para que las familias nunca estén solas sino que estén realmente acompañadas en su camino.



Y luego, por lo que se refiere a estas personas, debemos decir – como usted ha hecho notar – que la Iglesia los ama, y ellos deben ver y sentir este amor. Me parece una gran tarea de una parroquia, de una comunidad católica, el hacer realmente lo posible para que sientan que son amados, aceptados, que no están «fuera» aunque no puedan recibir la absolución y la Eucaristía: deben ver que aun así viven plenamente en la Iglesia.


A lo mejor, si no es posible la absolución en la Confesión, es muy importante sin embargo un contacto permanente con un sacerdote, con un director espiritual, para que puedan ver que son acompañados, guiados. Además, es muy valioso que sientan que la Eucaristía es verdadera y participada si realmente entran en comunión con el Cuerpo de Cristo. Aun sin la recepción «corporal» del sacramento, podemos estar espiritualmente unidos a Cristo en su Cuerpo. Y hacer entender que esto es importante.

Que encuentren realmente la posibilidad de vivir una vida de fe, con la Palabra de Dios, con la comunión de la Iglesia y puedan ver que su sufrimiento es un don para la Iglesia, porque sirve así a todos para defender también la estabilidad del amor, del matrimonio; y que este sufrimiento no es sólo un tormento físico y psicológico, sino que también es un sufrir en la comunidad de la Iglesia por los grandes valores de nuestra fe. 

Pienso que su sufrimiento, si se acepta de verdad interiormente, es un don para la Iglesia. Deben saber que precisamente de esa manera sirven a la Iglesia, están en el corazón de la Iglesia


Continuará