Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
En la basílica romana Santa María en Aracoeli, en el auténtico centro de Roma, se exhibe una placa que restringe la recepción de la Santa Comunión, informa el 20 de marzo el sitio web MessaInLatino.it.
La basílica es administrada por frailes franciscanos. La placa está escrita en italianoy en otros tres idiomas, mal traducidos. En inglés dice: “Durante la Santa Misa sólo pueden celebrar la Comunión eucarística los bautizados en estado de gracia”.