Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
Páginas
▼
sábado, 4 de noviembre de 2017
Muchos sacerdotes estamos preocupados por Francisco
Soy un sacerdote católico Tristemente, debo permanecer en el anonimato por miedo. Lo que el P. Weinandy (destituido tras escribir a Francisco críticamente) ha escrito es verdad (ver aquí, aquí y aquí). Estoy bastante seguro de que miles y miles de mis hermanos sacerdotes piensan de la misma manera y están muy preocupados con el Papa Francisco. Oramos por él, amamos su oficio y queremos lo mejor para él. Sin embargo, este pontificado es lo más desanimante que ha sucedido durante nuestra vida sacerdotal.
¿Cómo sé esto? Porque muchos de nosotros hablamos del tema el uno con el otro. Sin embargo, tememos represalias si compartimos esto con nuestros obispos, superiores religiosos o nuestro "papá". Sentimos que vivimos en una casa con un padre abusivo que necesita que intervengamos, pero tememos que nos golpee.
Estamos atrapados Amamos tanto a Jesús, a su Iglesia y al papado que dudamos en hablar públicamente sobre nuestras preocupaciones con el Papa Francisco. Estamos sufriendo mucho. ¡Oren por nosotros! Oramos por mejores días. Días de claridad, verdad y celo por la casa de Dios. Esos días vendrán de nuevo.