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lunes, 1 de diciembre de 2014

Papa Francisco rezando en dirección a la Meca (Jean-Marie Guénois, Le Figaro)

(Del vaticanista de Le Figaro‘s, Jean-Marie Guénois)

El Papa Francisco ha rezado explícitamente, el sábado por la mañana, 29 de noviembre, en la mezquita azul de Estambul al lado del gran Mufti. Es la primera vez que ocurre tal cosa. En una misma situación en 2006, Benedicto XVI simplemente permaneció en contemplación, de una forma mucho más discreta, y fue suficiente para haber levantado una controversia. Algunos decían que el Papa alemán había “rezado” en la mezquita. Para otros no, porque un cristiano, el Papa con más motivo, no podía -afirmaban- rezar en un lugar de culto musulmán. Prudentemente, el Vaticano se decantó por la “contemplación” de Benedicto XVI


Es, sin duda, con el fin de evitar la ambigüedad pero, sobre todo, por profunda convicción [Francisco planteó el “diálogo” con los demás, y con otras religiones, como una prioridad de su pontificado] que el sucesor de Benedicto XVI, en la misma mezquita, cruzó visiblemente los dedos, e inclinó profundamente la cabeza hacia delante mientras cerraba los ojos profundamente, dos o tres minutos, para obviamente rezar. Y así… dejar claro que estaba rezando. Y esto en dirección del Mihra, ese nicho en la pared enmarcado por dos columnas que indica la Qibla, es decir, la dirección de la Kaaba en La Meca.



Un fuerte gesto en forma de mensaje que se inscribe en la línea [general] de este viaje, que se entiende como una mano tendida al Islam con el fin de luchar contra el “fundamentalismo“, como Francisco explicó ayer en Ankara, en el primer día de la visita. Se terminará mañana, 30 de noviembre, cuando el Papa asista a la Divina Liturgia Ortodoxa con el Patriarca Bartolomé.

Momentos después de esta espectacular oración, el mismo sábado por la mañana, el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, se apresuró a especificar que era, de hecho, una “adoración silenciosa”. El Papa, según Lombardi, también ha dicho a su anfitrión musulmán que “nosotros debemos adorar a Dios”

Esta parada en la mezquita, donde no se esperaba ninguna alocución, debe ser uno de los momentos fuertes de su visita de tres días a Turquía. Y lo ha sido tanto que permanecerá como un fuerte gesto de Francisco. Porque él se ha atrevido a hacer allí lo que ninguno de sus predecesores había hecho nunca: orar abiertamente en una mezquita codo a codo con un dignatario musulmán.

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Me gustaría hacer unas breves reflexiones al respecto. Con relación al Papa un católico debe de tener muy claro en su mente: primero, que el Papa es la máxima autoridad de la Cristiandad y como vicario y representante de Cristo en la Tierra que es, no puede ser juzgado por nadie: sólo Dios puede juzgarle; y segundo que al Papa se le debe respeto y obediencia, dado lo que representa y a quien representa. Esto no debemos olvidarlo.

Sin embargo, dicho esto, y puesto que todos los cristianos somos -por la gracia de Dios- miembros de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo; y dado, además, que la facultad de pensar es algo que de Dios hemos recibido para que la ejerzamos, no podemos menos que expresar nuestra preocupación y nuestro desconcierto ante ciertas palabras y ciertos modos de actuar del papa Francisco. No podemos juzgar de sus intenciones, cuyo propósito parece ser el de fomentar la unión entre las distintas religiones y el Ecumenismo. Pero estamos en nuestro derecho a expresar la confusión y la preocupación e inquietud que sentimos, y a manifestar que, sencillamente, no lo entendemos.

Por ejemplo, no se entiende que el Papa diga que "el Corán es un libro profético de paz", cuando se sabe que incita a la violencia y a la muerte de los que no creen en Alá. Este asunto ha sido abordado ya en este blog, en varias ocasiones (pinchar aquí y aquí)


No se entiende que el Papa "rece" junto al gran Muftí, en la mezquita azul de Estambul, mirando en dirección a la Meca, tal como hacen los musulmanes: ¿A qué Dios está rezando? Porque Alá no es el Dios de los cristianos. Para los musulmanes Jesucristo es un blasfemo y un falso profeta y, por supuesto, no es Dios. 


Y en las Sagradas Escrituras se puede leer, sin que haya lugar a ningún tipo de ambigüedad: "El que me odia a Mí -decía Jesús- odia también a mi Padre" (Jn 15, 23). "Nadie va al Padre si no es a través de Mí" (Jn 14, 6). "Todo el que niega al Hijo tampoco tiene al Padre" (1 Jn 2, 23), etc ... , donde queda suficientemente clara la necesidad de creer en Jesucristo, como verdadero Dios que es, además de ser perfecto hombre; y que no hay otro camino para salvarse: "En ningún otro está la salvación; pues no hay ningún otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, por el que podamos ser salvados" (Hech 4, 12). Además, decía también Jesús: "Si alguien se avergüenza de Mí y de mis palabras, en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de Él cuando venga en la gloria de su Padre acompañado de sus santos ángeles" (Mc 8, 37). Las citas pueden multiplicarse. Y su interpretación no deja lugar a dudas, puesto que se trata de afirmaciones clarísimas y tajantes.

J.M.F.

martes, 27 de marzo de 2018

Conversando con Jesús: El Islam [10 de 22] (José Martí)




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Son tantas las cosas que tendría que contarte ... Ya sé que Tú las conoces infinitamente mejor que yo. Sé que no voy a aportarte nada que Tú no sepas. Pero también sé que deseas que me exprese y que veas que yo, como tantos católicos, estamos realmente preocupados por el devenir de la Iglesia, porque así compartimos con más intensidad tus sufrimientos y nos asemejamos un poco más a Tí. Esta prueba por la que estamos atravesando debe servirnos para purificar nuestras intenciones y nuestro corazón, de manera que no pongamos nuestra confianza en nada ni en nadie, sino sólo en Tí. 

Resuenan en mis oídos algunas de las palabras del apóstol Pablo que,  como todas las palabras de la Santa Biblia, son Palabra de Dios, son Verdad. Es el Espíritu Santo quien habla. Y siendo esto así es preciso que tales palabras calen profundamente en nuestro corazón, de modo que nuestra vida se rija por ellas, las únicas que "son Espíritu y Vida", las únicas que pueden proporcionarnos la paz interior y la fortaleza que necesitamos para no decaer en las pruebas que se nos presenten, siempre que las hagamos, con la ayuda de tu Gracia, vida de nuestra vida.

Nos queda mucho por luchar. Tal vez nos asustemos pensando que  "aún no hemos resistido hasta derramar sangre en nuestra lucha contra el pecado" (Heb 12, 4). Pero eso no debe de ser nunca motivo de desmayo o desaliento, pues "fiel es Dios que no permitirá que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas, sino que, con la tentación, nos dará la fuerza para que podamos superarla" (1 Cor 10, 13).

Este Pontificado tan extraño que estamos sufriendo y que no es sino la consecuencia lógica de un proceso que comenzó mucho antes y que podríamos situar, básicamente, en la celebración del Concilio Vaticano II, está dando lugar a una pérdida masiva de la fe y del sentido de lo sobrenatural en el pueblo cristiano: ¡Qué pocos son los católicos a los que les ha llegado tu Mensaje, íntegramente! Y, sin embargo, son esos católicos, aunque pocos, los que, si son fieles, hasta la heroicidad, es decir, hasta la santidad, pueden salvar a este mundo en tinieblas ... pues no otra es la misión de los cristianos: "Vosotros sois la luz del mundo ..." (Mt 5, 14) ... una luz que proviene de Tí. 

Éstas fueron tus palabras: "Yo soy la luz del mundo; quien me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8, 12). Y es el contacto y la amistad contigo, llevados a cabo, sobre todo, en la oración y en la recepción de los sacramentos, lo que nos permitirá ser también nosotros Luz para el mundo ... una luz tanto más intensa y eficaz cuanto más nos dejemos transformar por Tí pues si somos luz para el mundo lo somos tan solo en la medida en que, a través nuestro, tu Luz los ilumina. Por eso te necesitamos, Señor. Sólo Tú puedes salvar al mundo. Pero Tú también nos necesitas en esta labor; has querido tener necesidad de nosotros para llevar a cabo esta misión:   "Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5, 16).

Y si nos vemos débiles, pues lo somos, eso no debe de constituir ningún obstáculo, pues contamos con Tu fuerza. Esto decía san Pablo: "Por eso con mucho gusto me gloriaré en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo ... pues cuando flaqueo, entonces es cuando soy fuerte" (2 Cor 12, 9-10).

Teniendo presente en la mente y en el corazón todas estas verdades, voy a seguir "contándote" algunas cosas "extrañas" más, sobre lo que está ocurriendo en tu Iglesia ... las cuales, ciertamente, son motivo de gran dolor, pero si Tú estás con nosotros, Señor y nosotros, los católicos, estamos contigo ... no tenemos por qué tener miedo. El milagro de la tempestad calmada puede servirnos para estar tranquilos: Si el Señor está a nuestro lado, nada realmente malo nos puede ocurrir.
"Subiendo después a una barca, le acompañaron sus discípulos. De pronto se agitó el mar, tanto que las olas cubrían la barca, pero Él dormía. Se acercaron los discípulos y le despertaron, diciendo: "¡Señor, sálvanos, que perecemos!". Les dijo: "¿Por qué teméis, hombres de poca fe?". Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y se produjo una gran calma. Admirados, decían aquellos hombres: "¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?" (Mt 8, 23-27)
Con este fondo de gracia, pues, puedo continuar escribiendo, sabiendo que, pese a todas las apariencias, la victoria la tenemos asegurada, siempre que nos mantengamos firmes en la fe, pues "ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe" (1 Jn 5, 4). Tenemos, Señor, tu Palabra. Y Tú no puedes engañarte ni engañarnos, pues en Tí no hay mentira (cfr Jn 8:45). Tú eres la Verdad (cfr Jn 14, 6) y quien te sigue no camina en tinieblas (cfr Jn 8:12). Tú eres el Camino (cfr Jn 14, 6). Tus palabras son Espíritu y Vida (cfr Jn 6:63) . Y ningún otro Nombre se nos ha dado por el que podamos salvarnos (cfr Hech 4:12). 

Continúo, pues, enumerando algunos males más que padece hoy la Iglesia, con la confianza puesta completamente en Tí, intentando hacer en mi vida lo que decía el apóstol Pablo, en su carta a los romanos: 
"¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación o la angustia, la persecución o el hambre, la desnudez, el peligro o la espada?. Según está escrito: 'Por Tí se nos mortifica todo el día; hemos sido evaluados como ovejas destinadas a la muerte'. Pero sobre todas estas cosas triunfamos por Aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura ni la profundidad, ni criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, Señor nuestro" (Rom 8, 35-39)
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EL ISLAM

De modo temerario se afirman hoy auténticas mentiras y se repiten machaconamente al objeto de hacerlas aparecer como verdades. Sin ir más lejos, el propio papa Francisco, comparando cristianismo, judaísmo e islamismo, afirma que las tres religiones tenemos nuestros grupos fundamentalistas ... y los cristianos tenemos grupos fundamentalistas también. 

Quien así habla es tu Vicario en la Tierra. Ciertamente, todo esto, entre otras muchas otras cuestiones, está causando una profunda división entre los católicos, la mayoría de los cuales andan desorientados y confundidos.

En un artículo que titulé Rueda de prensa de Francisco en el vuelo de Cracovia a Roma: a vueltas con el fundamentalismo cristiano y otros temas de interés, voy contestando, una por una, a todas las afirmaciones que hace Francisco, quien defiende, como todo el mundo sabe, y así lo refleja en Evangelium Gaudii que el Islam es una religión de paz.

Y, sin embargo, lo cierto es que son incontables los testimonios de cristianos que están experimentando lo contrario todos los días, siendo asesinados por los musulmanes islámicos por el simple hecho de ser católicos y de no estar dispuestos a renegar de su fe.

El profesor Raad Salam, católico caldeo, experto en la religión y la cultura mahometanas, en unas recientes declaraciones, cuenta su propia historia como iraquí y el papel que ha jugado el Islam en el país mucho antes del dominio instaurado por el Estado Islámico. Esto viene reflejado en un vídeo de Youtube, titulado "¡Aún no sé cómo SIGO VIVO!", en el que Raad  cuenta su propia experiencia ... y no se trata de meras palabras o teorías abstractas sino de realidades que ha vivido en su propia carne.

En este Blog hay bastantes artículos que tratan de esta cuestión del Islam, algunos personales y otros escritos por personas de gran prestigio. He aquí algunos:

Papa Francisco rezando en dirección a la Meca (Jean-Marie Guénois, Le Figaro)

¿QUÉ ES EL ISLAM?   (Raad Salam Naamam)

Especialistas sin especialidad  
( Raad Salam Naaman)

La gran mentira del Islam    [Ortiz de Zárate]


El Estado Islámico aplica sencillamente lo que está en el Corán  (P. Samir Khalil, S.J.)

Biblia vs Corán: ¿Por qué no se pueden comparar? (Fernando Paz)

El terror yihadista en Europa (Entrevista de J. Navascués a Fernando Paz)

Las palabras que no dice el Papa  (Roberto de Mattei) 


Imanes en la iglesia: una grave ofensa a la fe y a la razón  (Roberto de Mattei)


¿Agradecimiento a Dios "por el don del Corán"?  
(Bruno Moreno)

Absoluto mutismo ante el problema de Europa y el Islam  (Padre Alfonso Gálvez)

“Millones de cristianos serán asesinados ante la indiferencia de Occidente” (Keith Davies y Farrukh Saif entrevistados por Infovaticana)

"Islam, religión de la espada". La alarma de un jesuita egipcio  (Sandro Magister)

El verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia (Evangelii Gaudium en el punto 253) (Personal. Ver aquíaquí y aquí)



Continuará