Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
Páginas
▼
martes, 24 de julio de 2012
lunes, 23 de julio de 2012
domingo, 22 de abril de 2012
viernes, 20 de enero de 2012
jueves, 8 de diciembre de 2011
jueves, 24 de noviembre de 2011
lunes, 14 de noviembre de 2011